Bauhaus, construir la
modernidad
3 de octubre de 2019
Por Higinio Polo
El Viejo Topo
Cuando, en 1904, Walter
Gropius posa con su uniforme de cadete y gorra de plato, con la mano
descansando en el sable, es un joven de veintiún años que parece destinado a
tener una carrera militar: está orgulloso de formar parte de un regimiento de
húsares, aunque tres años después es rechazado en un programa para oficiales y
abandona el ejército del káiser para dedicarse a sus estudios de
arquitectura. Gropius no podía imaginar entonces que la guerra iba a cambiar
por completo Alemania y Europa, y que acabaría fundando una escuela de
arquitectura y arte en medio del fragor de los disparos con que sus viejos
compañeros de armas ensangrentaban las ciudades del país para acabar con la
revolución alemana. En esos años, Gropius, procedente de una familia burguesa,
siempre con su porte altivo de oficial de caballería prusiano, iba a acabar
simpatizando con la revolución.El Viejo Topo
Gropius conoció a Alma Mahler en 1910, en el sanatorio de Tobelbad, en el Tirol, cuando aún era la mujer del compositor. Se casa con ella en 1915 y se divorcia cinco años después, en un momento difícil para la Bauhaus, cuando Alma ya vive con Franz Werfel en Viena. Con sus maneras de oficial prusiano, veterano de
En catorce años de existencia, la Bauhaus tuvo tres directoresy pasó por momentos difíciles que no le impidieron renovar los fundamentos de la enseñanza artística, consolidar la idea de una arquitectura al servicio de la comunidad y no del poder y cambiar por completo la vieja noción de artistas y artesanos. El arte y la arquitectura no podían escapar a las nuevas necesidades de una sociedad que se había industrializado: antes de la guerra el expresionismo ya había propuesto la transformación de la sociedad a través de
En Weimar, adonde llega Gropius dispuesto a crear la Bauhaus y aplicar su concepción socialista, gobierna un moderado socialdemócrata del SPD, August Baudert, que dirigía el Estado de Sajonia-Weimar. La tarea es difícil, a la vista del conservadurismo de la ciudad, con cuyas autoridades debía negociar para crear la escuela, y en un momento de retroceso de la influencia de los Consejos obreros revolucionarios, que afecta profundamente a Tauty a Adolf Behne, un crítico de arte que trabajará con Gropius en la AfK y en la Bauhaus.El repliegue revolucionario se impone: los freikorps y el ejército imponen el orden sangriento de las bayonetas en Berlín y en toda Alemania. En Baviera, donde tras el asesinato de Euler, Toller organiza un nuevo gobierno, nombrandoministro de Educación al anarquista Gustav Landauer (que influyó en las ideas de Taut), la represión es feroz. Landauer es brutalmente asesinado a patadas, en la cárcel, por los soldados de Noske.
Pese a las dificultades, Gropius consigue sus propósitos. Mientras la derecha política insistía en el germanismo, la Bauhaus defenderá una concepción internacionalista, universal: iba a ser un nuevo tipo de escuela artística donde se pondría fin a la clasista separación entre artista y artesano, reivindicando los oficios y apostando por una relación igualitaria entre sus miembros que no terminaba en los locales de la escuela, sino que tenía continuidad en las relaciones sociales, en fiestas y encuentros culturales. El manifiesto inaugural mostraba una ambición de futuro que iba a integrar “la arquitectura, la escultura y la pintura en una unidad”, siempre bajo la autoridad de la primera (aunque Feininger, Kandinski y Klee no suscribían esa pretensión), objetivo que contrastaba con la ausencia de un departamento de arquitectura en
En la Bauhaus, Gropius quería seguir la corriente expresionista, una propuesta revolucionaria, aunque a partir de 1921 esa influencia dejará paso al constructivismo, cuyas ideas había divulgado en Alemania El Lissitzki: no es casualidad que, en septiembre de 1922, se celebrase en Weimar un congreso de constructivistas y dadaístas donde asistieron Tristan Tzara, Max Burchartz, Hans Vogel, Alfréd Kemény (que después sería crítico de arte de la revista del KPD, Rote Fahne, Bandera roja), Theo van Doesburg, Moholy-Nagy, Hans Richter, BernhardSturtzkopfy Hans Arp.Después, sobre todo a partir de 1924, el funcionalismo impregnó las actividades de la Bauhaus.
En esa inmediata posguerra, el AfK trataba, además, de entrar en contacto con los artistas que participan en la revolución bolchevique para intercambiar ideas, posibilidad que entusiasma a Oskar Schlemmer, quien no oculta sus simpatías por la revolución bolchevique. Cuando el gobierno provisional de Turingia aprueba la creación de la Bauhaus piensa en una mejora de la enseñanza artística en Weimar, mientras que Gropius tiene la ambición de transformar por completo la forma de entender el arte y la arquitectura, en línea con las inquietudes revolucionarias, no sin algunas ambigüedades, y pretende que artistas y artesanos trabajen en común, con los talleres de la escuela convertidos en el centro del nuevo programa educativo.Gropius, según Mies van der Rohe, encontró una palabra magnífica, Bauhaus, y, en abril de 1919, se crea la Bauhaus (oficialmente, Staatliches Bauhaus Weimar), heredera de la antigua Academia de Bellas Artes del Gran Ducado de Sajonia y de
En pocos meses, la escuela se encuentra sin fondos, impugnada, en riesgo de morir. Gropius estaba atrapado en el difícil equilibrio que suponía depender del gobierno conservador de Turingia y, al mismo tiempo, mantener sus simpatías (y de los estudiantes de la Bauhaus) por las inquietudes revolucionarias: el golpe de estado de Kapp y el general Walther von Lüttwitz, que llegó a tomar el poder en Berlín, aunque fracasó por la firme resistencia sindical y el llamamiento del Partido Comunista en todo el país,levantó una gran protesta en Weimar,seguida de la represión del ejército y de la respuesta armada de los trabajadores que acabó con tiroteos por las calles de Weimar y una decena de muertos. Después del fracaso del putsch de Kapp, trabajadores y estudiantes desfilaron con pancartas recordando a Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht. Sin embargo, la agitación política no podía hacer olvidar que la Bauhaus se encontraba sin recursos, y que una parte de los profesores estaba en desacuerdo con los planteamientos de Gropius, quien, a su vez, en esos meses, empieza a criticar a todos los partidos políticos. La tensión entre
En esa primera etapa de la Bauhaus tienen gran influencia los particulares métodos de Itten, con su porte monacal y su tendencia a la meditación trascendente, y, a partir de 1920,también las de Van Doesburg, cuyas diferentes propuestas acabarán enfrentándose en 1921. Pese a la importancia que habían adquirido en la actividad y en las nuevas propuestas revolucionarias dirigentes como Kollontái, Zetkin o
En esa difícil situación económica, llega la oferta de la ciudad de Dessau, que ofrece a Gropius trabajar allí, junto con la escuela, y le propone construir un nuevo edificio para la Bauhaus, e incluso participar en nuevas construcciones. La oferta surge del ayuntamiento, gobernado por un alcalde centrista, Fritz Hesse, interesado en dar nueva vida a la ciudad impulsando la industria, y de los socialdemócratas, que ven una oportunidad para construir viviendas baratas para los trabajadores. En Dessau, Kandinski desempeñará un papel fundamental, poniendo énfasis en las cuestiones artísticas y marginando las comerciales.En octubre de 1926, por fin la Bauhaus crea un departamento de arquitectura, integrando
En diciembre de 1926 se había inaugurado el nuevo edificio de la Bauhaus en Dessau, siguiendo muchos de los planteamientos de De Stijl, festejo al que asisten mil quinientas personas.Gropius trabaja en la “construcción en serie”, asunto que divide a los partidos políticos, y recibe el ataque de la derecha y de los constructores y también de sindicatos de la construcción que temían la pérdida de puestos de trabajo con la aplicación de la nueva técnica. En la Bauhaus se enfrentan dos visiones opuestas: quienes, encabezados por Moholy-Nagy y Breuer, apuestan por diseñar productos para la fabricación industrial, como las célebres sillas de tubo de Breuer (
Pero un año después de la inauguración del inmueble Bauhaus, empieza a constatarse que el tiempo de Gropius al frente de la escuela ya había pasado: los costes elevados en la construcción de viviendas para los maestros y del propio edificio central, así como los errores en la construcción del barrio de Törten y el cambio en el ayuntamiento de Dessau, que pasa a estar dirigido por la derecha, junto a las acusaciones de irresponsabilidad, hacen que Gropius abandone la Bauhaus en febrero de 1928. Hannes Meyer pasa entonces a dirigirla, y proclama la necesidad de trabajar en el diseño y la construcción de viviendas populares, de escuelas, lugares de relajo, jardines para el ocio de los trabajadores. En ese año, aproximadamente el diez por ciento de los estudiantes de la Bauhaus eran militantes comunistas, y una parte significativa apoyaba sus propuestas. Aunque Gropius había señalado sus inquietudes progresistas, Meyer impulsó decididamente una mayor orientación de la Bauhaus hacia el trabajo para satisfacer las necesidades sociales, que se convierte así en escuela de diseño y arquitectura, poniendo énfasis en las carencias de los trabajadores y en la producción de muebles baratos y de calidad, de objetos domésticos, lámparas, textiles, consiguiendo además ganar dinero. El frente político continúa siendo esencial para la Bauhaus, y Meyer consigue, con suma habilidad, que incluso el nuevo ayuntamiento de derecha de Dessau no encuentre motivos de crítica en el trabajo que se desarrolla en los talleres. También se abre entonces al cine, y directores vanguardistas como el soviético Dziga Vértov , que había creado Kinoki(cine-ojo), y el dadaísta alemán Hans Richter, visitan la Bauhaus.
Sin embargo, las disciplinas más propiamente “artísticas”, como la pintura o el teatro, se resienten: Moholy-Nagy abandona la Bauhaus, y Schlemmer se opone a la politización y aclara que no se le puede pedir que pinte como Grosz o trabaje en un tipo de teatro como Piscator, aunque una parte de los estudiantes dramáticos organizarán un grupo que alumbrará varias obras, circunstancia que Schlemmer calificará de “república soviética de la Bauhaus”. Schlemmer deja también la escuela a finales de 1929, y unos meses después lo hacen Klee y Feininger.A esos abandonos, se añade la cada día más complicada y alarmante situación política: el partido nazi, NSDAP, había conseguido entrar en el parlamento de Turingia, el primero donde lo consigue en Alemania, y, en enero de 1930, se incorpora también al gobierno turingio, y los constantes ataques a Meyer y a la Bauhaus por parte de las organizaciones derechistas, los nazis y la prensa conservadora, llevan en el verano de 1930 al alcalde de Dessau, Fritz Hesse, a pedir a Gropius, que vive en Berlín, que busque un nuevo director para
Mies, de acuerdo con la alcaldía, decide expulsar a todos los estudiantes, que se ven después obligados a pedir individualmente el reingreso, e impone el fin de las actividades políticas en la escuela, iniciativas que son interpretadas como un evidente giro a la derecha de la Bauhaus.
Mies
estaba más preocupado por la perfección de la arquitectura que por su utilidad
social, y aunque intentó limitar las actividades de izquierda, los estudiantes
de la escuela siguieron apoyando mayoritariamente a los comunistas.
En octubre de 1931, las
elecciones municipales cambian la composición del ayuntamiento, donde los nazis
se convierten en la principal fuerza política (de diecinueve concejales de
derecha, quince eran nazis; frente a los diecisiete de la izquierda, entre el
SPD y los comunistas). En esa fecha, los más veteranos habían dejado ya la
Bauhaus: Klee, Marcks, Moholy-Nagy, Itten, Schlemmer, Muche. Los nazis no
pierden el tiempo: en enero de 1932 inician el ataque frontal contra la Bauhaus
y poco después exigen el cierre de la escuela, aunque no consiguen para ello
mayoría en el consejo municipal. Mientras, el SPD teme la repercusión de las
acusaciones nazis (que insistían en el bolchevismo de la Bauhaus y en la supuesta
protección socialdemócrata que les amparaba) en las elecciones, preocupación
que lleva a Mies a prohibir las reuniones políticas en el edificio e incluso a
pedir a la policía la expulsión de los estudiantes reunidos, aunque esa
severidad no mejorará la posición del SPD: finalmente, la derecha consigue la
mayoría en el estado de Anhalt. Los nazis ya dominaban el ayuntamiento de
Dessau y el land, y Paul
Schultze-Naumburg, Wilhelm Frick (que había sido ministro del interior en
Turingia) yAlfred Rosenberg tenían a la Bauhaus entre las piezas a batir. En
agosto, eligen como alcalde al gauleiter nazi Paul Hofmann, y el consistorio
aprueba cerrar la Bauhaus en octubre de 1932, con la abstención del SPD y la
única oposición de los concejales comunistas y del antiguo alcalde Fritz Hesse.
Mies intenta preservar la escuela y, el mismo mes, la abre de nuevo en Berlín
en una antigua fábrica de teléfonos, con un plan de estudios donde se imparte
arquitectura, publicidad, interiorismo, fotografía, textil y bellas artes. Pero
la Bauhaus estaba ya sentenciada. En enero de 1933, se inicia el curso en la
capital alemana, y en abril los nazis registran y cierran definitivamente la
escuela.El forzado éxodo impuesto por el nazismo y la guerra llevó a muchos miembros de la Bauhaus a cruzar el Atlántico e instalarse en Estados Unidos. Gropius acabaría dirigiendo el departamento de arquitectura de
Sin
olvidar que el componente democrático y revolucionario de la Bauhaus, presente
en la idea de colaboración entre maestros y alumnos, pero también en la
relación festiva que celebra la vida y los logros de la comunidad, las
propuestas de una arquitectura que armaría una de las corrientes principales
del Movimiento Moderno, la ambición de una ciudad racionalista, donde se
resuelven las necesidades de los trabajadores en el marco de una nueva forma de
vida, y un explícito deseo de globalidad, de universalismo,junto con la
utilización sistemática de nuevos materiales, la indagación de la forma, con la
simplificación para la producción fabril, que prefiguró también el moderno
diseño gráfico e industrial. La Bauhaus vivió para construir la modernidad.
El Viejo Topo, núm. 375. Abril 2019.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261015
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