Argentina en cuestión. Entrevista a
Moira Millán: La coyuntura vista con ojos del pueblo Mapuche
Por Carlos Aznárez,
Resumen
Latinoamericano , 24 junio 2019
Moira
Millán es una weichafe, o sea una guerrera mapuche que no solo pone el cuerpo
en defensa de su gente y su territorio sino que habla como piensa. Por eso es
bueno escucharla, porque al hacerlo se aprende, y mucho.
–Como mujer mapuche ¿qué reflexiones están haciendo sobre el
momento que está viviendo la Argentina?¿Cómo se paran ustedes frente a este
momento de incertidumbre que hay de aquí a octubre, cuando se realicen las
elecciones, y de octubre en adelante?
-Quizás a diferencia de todos los
argentinos y argentinas nosotras tenemos certeza de que el modelo extractivista
y que la gente indígena no entra en la formula de ningún candidato, la certeza
de que nada va a cambiar para nosotras. Escuchamos atentamente cuales son las
propuestas de los distintos sectores en oposición al gobierno y una vez más la
omisión sobre problemáticas que son estructurales para nosotros, como es el
derecho al territorio, como es el derecho no solamente a que se regularice la
tenencia de la tierra, sino también al control territorial, a que no estén
invadidas por las transnacionales extractivistas, y no vemos que digan los
candidatos que eso va a ser modificado. Entonces, pensamos que si todo va a
continuar igual nosotras tenemos que construir nuestra propia agenda, nuestra
propia fuerza y nuestros propios modos y formas de accionar políticamente.
Sí me parece que es un momento complejo
porque neutraliza a muchos sectores que estaban apoyándonos y que venían
alimentándose con una fuerza y una capacidad de articulación y de consenso para
arremeter contra el enemigo común que tenemos. Ahora, con esta coyuntura los
ha, no digo debilitado, pero sí puesto en un lugar más de observadores y ya no
con el compromiso que tenían antes. Entonces, esa neutralización de esas
fuerzas activas nos debilita en la unidad lamentablemente.
-Cuando
ustedes hablan de “nuestra propia agenda” ¿si vos te sentás hoy con un
candidato qué agenda le estás planteando, a pesar de que creas que no van a
cumplirla, ¿cuál es la lista de demandas que crees que son imprescindibles
desde los Pueblos Originarios, desde lo que vos representas?
-El reconocimiento de los derechos
fundamentales de las naciones indígenas, que va desde el territorio, que es
como constitutivo de nuestra identidad y nuestros derechos. También, el tema
ambiental que nos preocupa muchísimo, hay un montón de megaproyectos
extractivistas, mi comunidad el Lof Pillañ Mahuiza está en este momento
viviendo una situación bien compleja porque están queriendo represar el río. Ya
inundaron seis mil hectáreas de tierra, empezaron a hacer trabajos sin la consulta
previa informada que corresponde que hagan.
La agenda fundamentalmente de los
Pueblos Indígenas es el territorio y el control territorial.
Por otro lado, cuando nosotras desde el
Movimiento de Mujeres Indígenas hablamos de la plurinacionalidad de los
territorios nos referimos a que es transversal, como Pueblos Indígenas no
tenemos ningún tipo de derecho a la vida en plenitud de nuestra identidad.
Recientemente, por ejemplo, tenía una reunión con sectores sindicales y les les
decía que nosotros vamos a trabajar para el próximo año un 1° de mayo
plurinacional, decimos que hay derechos que son básicos como por ejemplo los
hermanos y hermanas que llega su día sagrado, su día espiritual como el Wiñol
Tripantu o el Inti Raymi, y tienen que andar mintiendo o viendo cómo justificar
la inasistencia a sus trabajos o espacios educativos porque en realidad no hay
una ley que diga que todos los Pueblos Indígenas tienen derecho a su
espiritualidad. Después, hay una cuestión ahí bien compleja porque en la
libertad de culto siempre se habla de una alianza más eclesiástica que
espiritual, no se plantea que hay otras cosmovisiones, otras espiritualidades,
entonces ahí vemos que hay muchos vacíos, incluso en el aspecto laboral de los
trabajadores y trabajadoras indígenas, ni hablar de la educación o de la salud,
que está absolutamente reprimida, perseguida y prácticamente tenemos que operar
en la clandestinidad para sanarnos, es una barbaridad.
Entonces, la represión es tremenda
hacia ese reconocimiento y vemos que se ve que afecta intereses estratégicos
que financian la política de este país porque algo tan pequeñito como innocular
la necesidad de que el Encuentro Nacional de Mujeres se convierta en
plurinacional ha generado fragmentación, división interna, entre ellas, digo
ellas porque nosotras nunca fuimos parte del Encuentro. Entonces, no se puede
dividir lo que no ha sido…
-Pero
a pesar de eso que denunciás van a participar del Encuentro en octubre en La
Plata…
-Nosotras vamos a ir al Encuentro, no
sabemos si vamos a continuar, vamos a ver que es lo que pasa en este Encuentro.
Pero, esto de asistir a lugares donde no somos bienvenidas no tiene sentido,
tienen que caer en situaciones, incluso hasta de maltrato y de violencia, para
referirse a quienes pregonamos la plurinacionalidad del Encuentro. Creo que no
tiene mucho sentido ir a un espacio así. Vamos a ir este año, vamos a plantear
el taller de las mujeres por la libre determinación de los pueblos y vamos a
ver si el otro año continuamos o se crea un espacio alternativo.
-¿Crees
que eso pasa por un problema de racismo en las propias mujeres o porque hay en
la izquierda una incomprensión histórica de los que son los Pueblos
Originarios?
-Sí, hay una incomprensión histórica
absoluta y por supuesto hay también un sesgo de racismo, hay esa idea de
tutelar permanentemente a los Pueblo Originarios y fundamentalmente a las
mujeres indígenas, Nosotras estamos vistas en el imaginario social como las
sirvientitas, entonces tiene que venir la patrona blanca a decirnos cual es el camino
a seguir, imposible pensar en su lógica que las sirvientitas podemos
organizarnos y emanciparnos, tiene que haber alguien tutelándonos. Esa
subestimación es parte del racismo.
Por otro lado, creo que hay otros
intereses que responden más bien a la organización de estructuras partidarias
que son absolutamente patriarcales y que deciden como se debe tejer y
desenvolver el proceso político adentro del movimiento de mujeres. De pronto
las mujeres indígenas traemos a ese espacio en agenda algo nuevo, que ni
siquiera está socialmente planteado en el resto del país, que tiene que ver con
esta mirada de la
plurinacionalidad. Es decir cómo empezamos a amplificar
derechos que van en desmedro de ciertas estructuras enquistadas históricamente
en este país y que no están siendo interpeladas. Por ejemplo, los únicos que
hemos salido a desalambrar latifundios hemos sido el Pueblo Mapuche y los
Pueblos Indígenas, fuimos y atentamos contra la propiedad privada
concretamente, el resto son puro discurso, pero no están dispuestos a perder
privilegios.
Entonces, creo que van tensionando en
este momento ese debate porque temen que lo recoja el movimiento de mujeres y
se convierta en un movimiento imparable en el país, que refunde el país. Porque
para poder plantear la plenitud de los derechos de los Pueblos Indígenas las
repúblicas quedan obsoletas, hay que plantear un modo de organización
completamente diferente. Entonces, estamos ante un proceso absolutamente
revolucionario y eso da temor, incluso a una izquierda que se alimenta de la
nostalgia del pasado y fundamentalmente de los procesos que se desarrollaron en
Europa. Pensar en una izquierda que tenga que reconstruirse a partir de
Indoamérica creo que les genera pánico.
-¿Cómo
influye lo electoral en el mundo de las mujeres originarias?
-La coyuntura electoral siempre es
invasiva. Son otras formas de invasión porque aparecen los políticos en las
comunidades con prebendas, vendiendo espejitos de colores, a cambio de votos,
ven el hambre, la miseria, la injusticia, y la capitalizan. Siento
que de pronto el territorio de lo indígena se convierte, en ni siquiera un
territorio de disputa, como en un playón en el que todos ponen su kiosquito,
todos lucran con nuestra pobreza.
Igualmente, trato de analizar los
resultados de un modo distinto, están quienes ganan, triunfan en las urnas, los
ganadores electos, están quienes triunfan en lo político porque emergen como
fuerza pujante y estamos quienes triunfamos en lo social. Para mí lo más
importante es el triunfo social, creo que el movimiento de mujeres lo ha
demostrado en el mundo, las mujeres emergemos con una fuerza tremenda, se van
instalando temas que ningún político, partido, gobierno, se ha animado a tocar
y entonces vamos elevando el piso de lo político para que la política decida
que va a hacer, pero creo que ese caminar que le dan los triunfos sociales es
lo más importante.
Entonces, la coyuntura electoral para
mí y para el mundo indígena no modifica absolutamente nada, las elecciones son
parte de este ritual de alienación en el que está sumergida la sociedad.
-¿Te
sorprendió la aparición en escena de Alberto Fernández?
-No, no me sorprendió porque imaginé
que iban a buscar un perfil que más o menos sintetizara a la derecha, a cierto
progresismo que por ahí no lo puede digerir del todo pero trata de tragarlo, un
perfil de candidato que fundamentalmente
no genere un antagonismo total y absoluto con el actual gobierno para juntar
también los votos de esos sectores más reaccionarios. Me parece que eligieron
el candidato que más se acomodaba a los intereses eleccionarios.
-Pero
coincideremos en que hoy por hoy es muy importante echarlo a Macri del
gobierno.
-Sí, creo que Macri se tiene que ir,
puede ser que el que venga sea peor, pero lo que veo es que el triunfo de Macri
fortalecería una agenda reaccionaria. Simbólicamente significa que el país
apoya un gobierno criminal y genocida como este y eso me parece preocupante, me
parece que merece un castigo por lo menos en las urnas y después veremos si se
lo puede llevar a juicio por las barbaridades que ha cometido, pero él tiene
que perder. Y el que venga sepa de que tarde o temprano va a ser castigado si
vuelve a cometer la misma práctica que el actual gobierno. Pero, si gana Macri
no solamente le estamos redoblando las fuerzas, sino que la denigración social
va a ser imparable. Entonces, sí me preocupa que gane Macri, cada vez que pueda
voy a llamar a votar en contra de Macri.
-Desde
la izquierda decimos que para derrocar al capitalismo por ahora no vemos nada
mejor que construir el socialismo. Ustedes desde el pensamiento como Pueblo
Originario ¿qué plantean como otro mundo distinto?
-Te puedo hablar desde el Movimiento de
Mujeres Indígenas, porque en realidad la Nación Mapuche
tiene diferentes posicionamientos y también otras naciones indígenas. Nosotras
venimos planteando una revolución identitaria, la plurinacionalidad de los
territorios, que no es lo mismo que un Estado plurinacional, es absolutamente
diferente. Un Estado plurinacional diría que es hasta contradictorio porque un
Estado que contiene a muchas naciones. La plurinacionalidad de los territorios
sería el reconocimiento del ejercicio pleno de las naciones , algo como la
libre determinación de todos los pueblos, y un espacio de consenso en el que el
pueblo argentino, que tampoco tiene libre determinación, pueda junto con otros
pueblos, con otras naciones, consensuar la estructura política. En principio,
creo que no se puede pensar un proyecto de país sin las Naciones Indígenas
porque acá estamos y la tensión va a ser cada vez mayor.
Me parece fundamental que también se
vea que hay un sector importantísimo de los argentinos y argentinas que
empiezan a identificarse con nuestra demanda y con el Buen Vivir como derecho,
que es todo un concepto para mí fundamental, que viene a interpretar la matriz
civilizatoria. Me refiero al Buen Vivir como derecho, este planteo de decir
vamos a recuperar la reciprocidad entre los pueblos y con la naturaleza, y que
una política económica que se adapte a esta aspiración de armonía con la
naturaleza es posible, pero no puede ser capitalista. Si eso se produce, el
socialismo va a tener que recoger esta mirada indígena.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/06/24/argentina-en-cuestion-entrevista-a-moira-millan-la-coyuntura-vista-con-ojos-del-pueblo-mapuche/
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