Por la vida, la paz y
la justicia en la montaña de Guerrero
29 de junio de 2019
Por Gilberto López y Rivas (La Jornada)
El Congreso Nacional Indígena–Concejo Indígena de Gobierno
(CNI-CIG) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) convocaron
recientemente a una Campaña por la vida, la paz y la justicia en la montaña de
Guerrero para romper el cerco
impuesto por grupos criminales que, aliados con los malos gobiernos, pretenden
acabar el poder de abajo con el terror y la violencia, porque saben que es ahí
donde ellos serán derrotados.Esta convocatoria, de carácter urgente, exhorta a llevar acabo las acciones necesarias, paralelas y simultáneas, para desmontar la considerada guerra de los poderosos en contra de la vida de la humanidad y el planeta entero, y la que denominan guerra narco-paramilitar en contra de pueblos y comunidades miembros del Congreso Nacional Indígena.
El 4 de mayo pasado, fueron secuestrados y asesinados el concejal nahua José Lucio Bartolo y el delegado Modesto Verales Sebastián, de las comunidades indígenas de Xicotlán y Buenavista, respectivamente. El 23 de mayo, en las inmediaciones del Chilapa, Guerrero, fueron privados de la libertad, asesinados y descuartizados los integrantes de la policía comunitaria de las comunidades nahuas de Tula y Xicotlán, Bartolo Hilario Morales (comandante), e Isaías Xanteco Ahujote, promotores del Concejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata (CIPOG-EZ), que, en un comunicado, especifica: “Es importante señalar que nuestros compañeros asesinados y sus comunidades llevan años organizando su policía comunitaria para resistir la violencia, la extorsión y la imposición de la siembra de la amapola por parte de dos grupos criminales, los Ardillos y los Rojos, quienes controlan las presidencias municipales de la región, cuentan con la complicidad del Ejército mexicano y de las policías estatales y municipales...”
Para
el CIPOG-EZ está clara la relación entre el desarrollismo del gobierno actual,
con sus megaproyectos, y los diversos tipos de actores armados que operan en
los territorios indígenas, así como el papel de la autonomía como instrumento
esencial de resistencia y rebeldía anticapitalistas: “Los pueblos, naciones,
tribus y barrios indígenas, estamos resistiendo no sólo a los megaproyectos con
los que los dueños del poder se apropian de la naturaleza y la tierra, también
en contra de la muerte, miedo y desolación que sus grupos armados imponen en
todo el país. Aunque tengan la camisa de los Rojos,
los Ardillos o las fuerzas represivas del mal
gobierno, el poder del dinero y la ambición por hacerlo ganancias basadas en el
sufrimiento de los pueblos, los hace uno mismo. Construir esa paz y autonomía
para los pueblos de Chilapa y la región es el horizonte por el que luchan
nuestros hermanos asesinados por el capitalismo neoliberal.”
El CNI-CIG-EZLN está
convocando a una caravana que partirá de Amilcingo, Morelos, el día 12 de
julio, para estar los días 13 y 14 en Acahuehuetlan, Chilapa, Guerrero.
Paralelamente, se invita a un acopio de alimentos, medicamentos y recursos
económicos en los lugares y la cuenta del CNI-CIG que se especifican en la convocatoria. La
finalidad es visibilizar la crisis humanitaria de regiones enteras, en las que
no pueden entrar alimentos y medicamentos, ni sembrar la tierra ante el riesgo de ser asesinados en la
parcela, o el no poder tener abiertas las escuelas por temer un posible ataque
a nuestras hijas e hijos.
Pero
la guerra contra el CNI-CIG no sólo tiene lugar en el estado de Guerrero. En
toda la geografía nacional se aplica la estrategia de guerra irregular descrita
en los manuales de la
Sedena. En carta contra la militarización y en solidaridad
con las comunidades zapatistas y los pueblos indígenas de México, reconocidos
intelectuales de México y ámbito mundial, externaron su preocupación por la
creciente actividad militar en territorios zapatistas, y señalan: Nos preocupa enterarnos de los
recientes homicidios de integrantes del Congreso Nacional Indígena y del
Concejo Indígena de Gobierno. Nos preocupa la posibilidad de que esta nueva
administración, como sus antecesores, liberales o conservadores, nuevamente
orille a los pueblos indígenas al borde del exterminio.
Zósimo
Camacho contabiliza al menos 117 integrantes del CNI asesinados desde su
fundación en 1996, y destaca: “Andrés Manuel López Obrador cumple medio año de
haber asumido la Presidencia de la República, tiempo en el que 10 casos se
sumaron a la larga lista de asesinatos y desapariciones contra activistas
indígenas de esta organización (…) Nadie ha sido detenido por estos asesinatos
y las investigaciones no avanzan. La muerte, en lo que va de la cuarta transformación tiene permiso si de indígenas se
trata” (Contralínea, 17/06/19).
Por acción
u omisión, el Estado mexicano debe responder por estos crímenes.
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