Paraguay. Teodolina Villalba, Secretaria General de
la Federación Nacional Campesina: De una larga lucha venimos
Teodolina Villalba tiene
42 años. Es mujer, madre y campesina. Se denomina a sí misma “pequeña
productora” . Su unidad de medida es la chacra. Esto , en su
país, Paraguay, donde el territorio se mide a través del latifundio. Teodolina
es, desde 2012, Secretaria General de la Federación Nacional
Campesina (en adelante FNC). Es la primera mujer a dirigir
esta importante organización de agrupación del campesinado, surgida en 1991, en
pleno periodo de transición de la dictadura stronista hacia algún tipo de
democracia.Empezó su militancia a los 25 años; primero en la organización de
base, después como delegada distrital y, posteriormente, como secretaria
departamental de San Pedro. Hacer caminar. Así lo describe Teodolina. “Fuimos
haciendo proceso”. La estructura familiar del propio trabajo rural -toda la
familia participa en el ciclo productivo- se mimetiza en la composición de la FNC. La militancia se
transmite entre generaciones, y en esa herencia, más que genealogía, hay
raíces. Pertenencia. El padre, el marido, el hijo y los hermanos de Teodolina
pertenecen o pertenecieron a la organización. El sustento de vida es la
producción, le enseñó su padre . “Yo siento que traigo de mi familia ese
sustento de vida”, afirma. “¡Vivir abierto!”, exclama, para
referirse a su modo de vida: “La sombra de los árboles. Si hace calor ir
debajo del árbol, tranquilamente. Si querés hablar con tu vecino, te vas a
hablarle, tu vecino viene junto a vos. Hay esa comunicación con la gente en la comunidad.” Actualmente , en su chacra de 10 hectáreas , situada
en el asentamiento San Isidro del Norte, en el distrito de Yrybucua,
departamento de San Pedro, Teodolina -y su marido- cultivan
piña, sésamo y mandioca (para venta) y maíz, poroto y mani (para autoconsumo). “Nosotros, como
organización, reivindicamos el valor de los alimentos. (…) Si vas al
supermercado no sabes qué clase de alimentos estás comprando, si estás
comprando transgénico o no.”
La relación con la producción empezó
siendo niña: “Recuerdo que, para ir a la escuela, para nuestro recreo cosechábamos
algodón. Hasta incluso, podríamos comprar nuestros cuadernos gracias al
algodón. Ayudábamos así a nuestra familia. Lo que entraba era una forma de
ayudar a
En guaraní, territorio
se dice “tekoha”, una derivación de “teko”, que quiere decir la
forma de vida, el modo de ser. Así, la lucha por la tierra -la
reivindicación mayúscula de Teodolina y de la FNC- no prioriza la posesión de
un mero título de propiedad, una mercancía más, sino que reclama la vida misma
en su fértil origen. La tierra es mucho más que un vivero productivo, por lo
que un campesino sin tierra, además de perder su trabajo, su casa y su
alimento, pierde su identidad. Si sin tierra no hay producción, y si la gran
mayoría de los campesinos y campesinas paraguayos no tiene acceso a la tierra,
es asumible que esta contradicción sea la principal causa de la pobreza que
afecta casi al 60 % de la población rural del país.
Asentamiento y comunidadEn sus casi 28 años de existencia, la FNC consiguió fundar asentamientos que abarcan una superficie en torno a
Crescencio González era un campesino que, en noviembre de 1999, participó, junto con un grupo de familias campesinas sin tierra -organizadas en la FNC- en la ocupación de parte de un latifundio de más de
Otro de los momentos en el que Teodolina Vilalba más temió por su vida fue en el “marzo paraguayo”, una crisis política que tuvo lugar entre el 23 y el 27 de marzo de
Esperaron en la plaza que se celebrase el funeral de Luis Argaña y después siguieron con la protesta, con
“La FNC
tiene un planteamiento para el desarrollo, no solamente para campesinos e
indígenas, sino para el pueblo”, argumenta. Un planteamiento político a
favor de la mayoría –“incluir a todos los trabajadores de nuestro país”,
sintetiza. De este modo, más allá de la lucha por la tierra, subyace otra
lucha, una que Teodolina llama de “lucha permanente”, por la salud, la
educación, los caminos. Entre los mayores logros de esta “lucha permanente”
se encuentra la mejora de las condiciones de asistencia médica materno-infantil
materializada en la promulgación del decreto n.º 10.540, firmado el 3 de julio
de 2007, por el cual se dispone la gratuidad de la atención a embarazadas y
recién nacidos, así como la exoneración de aranceles en los servicios de
atención prenatal, evento obstétrico, recién nacido y atención general.
Reforma agraria integralTeodolina Vilalba, y la federación que dirige, plantea el avanzo hacia la reforma agraria para reactivar la producción de los pequeños productores pobres. A finales del siglo XIX –cuando el liberalismo colonizaba América Latina- grandes extensiones de tierras estatales de todo el territorio del Paraguay- más de 30 millones de hectáreas- pasaron a manos de menos de 100 propietarios, la mayoría, capitales extranjeros. Este suceso provocó que los pueblos indígenas y las familias campesinas que ocupaban partes de ese territorio se viesen desposeídos de su principal y único recurso productivo:
Tanto legal
como constitucionalmente, el Estado paraguayo ha asumido la obligación de
implementar una política de reforma agraria. El artículo 114 de la Constitución
es bastante claro al respecto: “La reforma agraria es uno de los factores
fundamentales para lograr el bienestar rural. Ella consiste en la incorporación
efectiva de la población campesina al desarrollo económico y social de la
Nación”. Sin embargo, la reforma agraria permitida por el Estado lo único
que consiguió fue una colonización espontánea, ya que sigue estimulando y
amparando un modelo agroexportador extractivista impulsado por las multinacionales
agroalimentarias. Avisa la Secretaria General de la FNC: “Desde el Estado
se realiza una campaña de que el modelo de pequeño productor ya no puede
avanzar o no puede funcionar”. El hecho de que el Estado haya habilitado
colonias campesinas únicamente tras la ocupación de latifundios por familias
sin tierra –esto es, que el propio Estado haya reconocido la ocupación de
latifundios como mecanismo para el reconocimiento formal de los derechos de
tenencia-, unido a la vigencia de normas jurídicas que establecen el derecho de
las familias campesinas a acceder a la tierra, legitima estas mismas familias a
la posesión de tierras, independientemente de la formalización de dicha
tenencia a través de un título de propiedad. La reforma agraria posible -preámbulo
de la demandada reforma agraria integral- se realiza ocupando tierras y
fundando asentamientos.
Brigada de mujeres y sanción
social de la violencia machistaLos asentamientos son una creación espacial y social del movimiento campesino paraguayo. Ahí, la prejuiciosa responsabilidad que la mujer siempre ha tenido por la supervivencia y subsistencia familiar adquiere la forma de liderazgo. Ya no únicamente la mera participación, sino
Una de esas muchísimas cosas es la Brigada de Mujeres, “una reunión de mujeres donde conversamos como mujeres: ¿Cuáles son nuestros derechos? ¿Qué nos ataja?”. En una sociedad en la que son frecuentes las expresiones de menosprecio hacia el sexo femenino –“mujer que sale, cuando vuelve hay que golpearla” es una expresión muy común en el Paraguay-, la Brigada de Mujeres constituye una forma de empoderamiento contra las formas de explotación, una forma de tomar el control de sus propios destinos y adquirir la consciencia de que, en conjunto, pueden resolver sus problemas. La Brigada rompe las relaciones tradicionales de sumisión, explotación y opresión, tanto dentro de la familia como en la comunidad.
La Brigada de Mujeres interviene, principalmente, en los casos de violencia machista. Son grupos de entre 6, 10 o 15 mujeres que conversan con las familias en las que ocurre episodios de malos tratos. Explica Teodolina: “Si ella denuncia, [el hombre] es apresado dos o tres días y luego sale a hacer lo mismo. Entonces, nosotros hablamos de esto. Esto es un problema ideológico, problema de línea, y no porque va dos o tres días a la policía se cura, viene de la misma manera. Peor cosa viene a hacer. Entonces, ¿qué es lo que más duele? ‘Sanción social’ le llamamos. ¿Qué es lo que más duele? ¡La comunidad! (…) Algunos compañeros que violentan a su familia, como castigo, deben carpir la escuela, hacer el baño de la escuela, pintar la escuela, la comunidad, como castigo .” Si un alumno pregunta al maltratador por qué está pintando solo la escuela, él, por compromiso, debe responder: ‘Tal cosa le hice a mi familia y la comunidad me está castigando’. La comunidad le fiscaliza.
Producción y poder popular
En el año 1999 la FNC logró la condonación de la deuda de sus miembros. Pero, como resalta Teodolina Villalba, esa fue la “única vez”. En aquel entonces, la situación de emergencia vivida por los campesinos y campesinas –“estaba en peligro la tierra, los medios de producción, teníamos compañeros que hasta los bueyes tenían comprometidos en aquel tiempo”– obligó a plantear la condonación de la deuda como solución excepcional. Porque la resolución definitiva del endeudamiento cíclico de los campesinos, defiende Teodolina, es la reactivación de la producción, el desarrollo de una política de producción. ¿Por qué? “Porque nuestra producción no vale. No tiene mercado, precio y así. Porque si no, nosotros vamos a andar pidiendo todos los años condonación. Cada dos o tres años y ya estamos hasta el cuello nuevamente de deudas, porque el estado no prioriza la reactivación de la producción, por eso, nuestra lucha debe ser esa.”
Las deudas campesinas –“debemos en el almacén, debemos por la moto, debemos por las comodidades que tenemos en nuestras casas, debemos todo”– se concentran, fundamentalmente, en dos o tres entidades financieras privadas. Frente a esta situación, Teodolina y la FNC proponen luchar por la tierra y la producción, construyendo poder popular. “¿Por qué decimos construyendo poder popular? Porque creemos que la única manera de obligar al poder [a darnos a nosotros, los campesinos, nuestras tierras] es a través del poder popular.” La lucha por la tierra -al establecer esa conexión indeleble con la mujer como generadora de vida- es el combate capaz de unir las luchas provocadas por los intereses de clase (pobreza y explotación) con las luchas contra las actitudes feudales y machistas -prácticamente estructurales en la sociedad paraguaya- hacia las mujeres. Es también la mejor expresión del futuro: “De un pukú, de un largo encuentro, de una larga lucha venimos”.
*Texto redactado a partir de la entrevista realizada por Fátima E. Rodríguez a Teodolina Villalba, publicada originalmente en historiasensuszapatos.org
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/06/13/paraguay-teodolina-villalba-secretaria-general-de-la-federacion-nacional-campesina-de-una-larga-lucha-venimos/
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