Por un modelo
agropecuario
sin agrotóxicos
A raíz de la ley que prohíbe el glifosato en la provincia de
Chubut, el diario La Nación publicó el sábado 22/6 una encendida editorial en
defensa de este agrotóxico y del modelo agroindustrial basado en transgénicos y
venenos en general.
Para las organizaciones que logramos construir el 1er Foro Nacional por un Programa Agrario Soberano y Popular en mayo pasado, este debate nos involucra directamente y es por eso que ponemos a consideración una serie de cuestiones.
La Nación aduce que las organizaciones que denunciamos el impacto de los agrotóxicos en la salud de la población y el ambiente sostenemos posiciones “ideológicas” reñidas con el “rigor científico”. Todo lo contrario:
Para empezar hablamos de agrotóxicos y no de “fitosanitarios”, porque no estamos en presencia de “remedios para plantas” sino lo contrario: moléculas de síntesis diseñadas para matar vida. En el caso de los herbicidas como el glifosato, justamente “matar plantas”.
En2015 a
Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS reclasificó al glifosato
como “probablemente cancerígena para humanos, cancerígena en animales y
genotóxica”.
La 4ta edición dela “Antología del Glifosato” (2018) publicada por la ONG Naturaleza de
Derechos recoge 830
trabajos científicos y papers que dan cuenta de los impactos generales de
este herbicida (principio activo, sus formulados comerciales y su principal
metabolito AMPA – ácido aminometilfosfónico). Son informes de investigaciones
clínicas, experimentales, de laboratorio, revisiones, contestaciones,
recopilación, resúmenes de congresos, que han sido objeto de publicación en
revistas o journals científicos. En su versión de 2019, de pronta
publicación, esa cifra ya supera los 1.000 trabajos compilados.
Los más de 13.000 juicios que Bayer-Monsanto enfrenta en Estados Unidos de personas damnificadas por sus agrotóxicos no pueden ser soslayados. Ya hay sentencias millonarias y fallos que sostienen el vínculo entre sus productos con base al glifosato y el desarrollo de enfermedades gravísimas, como el cáncer LNH (Linfoma No-Hodking) de Alva y Alberta Pilliod por citar sólo un ejemplo. Estos juicios revelan que las corporaciones sabían del poder carcinogénico de estos formulados desde hace muchísimos años, y que lo ocultaron sistemáticamente.
El desarrollo de las llamadas “malezas resistentes” está directamente asociado al uso masivo de agrotóxicos, que en un círculo vicioso impulsa a más aplicaciones, y a combinaciones de formulados sobre cuyas sinergias no se sabe nada. Sin ir más lejos los nuevos “eventos transgénicos” “apilan” resistencias a distintos venenos como el 2,4-d y el glufosinato de amonio junto al glifosato por ejemplo.
Si, de entre los cientos de agrotóxicos que se liberan en el ambiente en la Argentina, la mirada se ha centrado en el glifosato y sus formulados comerciales es porque es el de mayor uso, con cerca de 300 millones de lts/kg por año según estimaciones de organizaciones independientes. Eso implica una carga potencial de exposición de cerca de 7 lts/kg por argentinx por año; y para las poblaciones que viven en las zonas donde se cultiva soja y maíz transgénico resistente a glifosato, los Pueblos Fumigados, significa una carga real de exposición de40
a 70
litros por habitante por año. No es extraño entonces
que en estas poblaciones una larga lista de enfermedades como el cáncer,
problemas de tiroides, trastornos respiratorios y epidérmicos, nacimientos
con malformaciones y pérdida de embarazos, aparezcan muy aumentadas con
relación a la media nacional. De todo esto dan cuenta los Campamentos
Sanitarios que realiza la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y que
coordina el equipo del Dr. Damián Verzeñassi.
Pero quienes denunciamos el impacto del modelo de agronegocios no nos detenemos sólo en el glifosato ya que en nuestro país se utiliza una cantidad enorme de otros principios activos y formulados comerciales.
En el “Informe sobre plaguicidas altamente peligrosos en Argentina” realizado por el Ing. Ag. Javier Souza Casadihno en Argentina se contabilizan 433 principios activos, de los cuales 123 son considerados “Altamente Peligrosos” según criterios de la OMS y dela FAO. De esa lista hay
107 principios activos altamente peligrosos que están prohibidos o no
aprobados en otros países de mundo y que en el nuestro se encuentran
“alegremente” aprobados para su uso.
Lo alarmante al respecto es que los Gobiernos niegan evidencia producida por el propio Estado a través de distintas instituciones como el INTA, el CONICET o grupos de investigación de distintas Universidades Nacionales.
La evidencia está ahí y se sigue acumulando. Para defender negocios y rentabilidad, quienes sostienen este modelo no hacen más que intentar “taparel sol
con la mano” como decía el gran Andrés Carrasco, quién
sufrió en carne propia la persecución y el hostigamiento por denunciar los
impactos del glifosato en la salud, de parte de las corporaciones y el
entramado de poder que construyeron.
Este entramado es el que garantiza que millones de litros de agrotóxicos se sigan liberando en el ambiente cada año. De él participan no sólo las asociaciones que cita La Nación, sino que abarca a amplios sectores de la política, la ciencia colonizada, las agencias reguladoras, y también comunicadores y medios como La Nación misma.
Desde allí se urdió el discurso de las llamadas “Buenas Prácticas Agrícolas” (BPAs) con que las corporaciones buscan negar su responsabilidad sobre impactos en salud y ambiente, culpabilizando a los productores por un “mal uso”. Lo grave es que este discurso empresario es asumido por Gobiernos como política pública, y se plantea legislación sobre su base.
Las empresas buscan convencernos de que no podemos prescindir de sus transgénicos y venenos para alimentar a la población mundial, cuando sabemos que sólo producen commodities de exportación que no son otra cosa más que negocios de especulación financiera cuya mayor cotización se negocia en el Mercado de Granos de Chicago. Pero el hambre y la malnutrición siguen aquí y se sigue profundizado la violencia y la desigualdad en nuestro país y el mundo.
Pero hay alternativa: quienes construimos el Foro Agrario expresamos a los sectores que producimos la enorme mayoría de lo que nos alimenta cada día; aún sin planes de acceso a la tierra y sin el apoyo de políticas públicas. Buscamos avanzar hacia otro modelo agropecuario, recuperando saberes y prácticas que nos permitieron alimentar a la humanidad durante miles de años y que no implican “volver a las cavernas” como maliciosamente acusa el agronegocio, sino incorporar los adelantos tecnológicos en lógicas de producción y distribución en función dela Soberanía Alimentaria
y el Buen Vivir de nuestro pueblo; con la agroecología de base campesina como
paradigma al que el mundo ya está girando, y que por eso la ONU acaba
de lanzar el Decenio de la Agricultura
Familiar entre 2019
– 2028 para erradicar el hambre y la pobreza. En nuestro país ya hay decenas de
miles de hectáreas produciendo de esta manera.
Para las organizaciones que logramos construir el 1er Foro Nacional por un Programa Agrario Soberano y Popular en mayo pasado, este debate nos involucra directamente y es por eso que ponemos a consideración una serie de cuestiones.
La Nación aduce que las organizaciones que denunciamos el impacto de los agrotóxicos en la salud de la población y el ambiente sostenemos posiciones “ideológicas” reñidas con el “rigor científico”. Todo lo contrario:
Para empezar hablamos de agrotóxicos y no de “fitosanitarios”, porque no estamos en presencia de “remedios para plantas” sino lo contrario: moléculas de síntesis diseñadas para matar vida. En el caso de los herbicidas como el glifosato, justamente “matar plantas”.
En
La 4ta edición de
Los más de 13.000 juicios que Bayer-Monsanto enfrenta en Estados Unidos de personas damnificadas por sus agrotóxicos no pueden ser soslayados. Ya hay sentencias millonarias y fallos que sostienen el vínculo entre sus productos con base al glifosato y el desarrollo de enfermedades gravísimas, como el cáncer LNH (Linfoma No-Hodking) de Alva y Alberta Pilliod por citar sólo un ejemplo. Estos juicios revelan que las corporaciones sabían del poder carcinogénico de estos formulados desde hace muchísimos años, y que lo ocultaron sistemáticamente.
El desarrollo de las llamadas “malezas resistentes” está directamente asociado al uso masivo de agrotóxicos, que en un círculo vicioso impulsa a más aplicaciones, y a combinaciones de formulados sobre cuyas sinergias no se sabe nada. Sin ir más lejos los nuevos “eventos transgénicos” “apilan” resistencias a distintos venenos como el 2,4-d y el glufosinato de amonio junto al glifosato por ejemplo.
Si, de entre los cientos de agrotóxicos que se liberan en el ambiente en la Argentina, la mirada se ha centrado en el glifosato y sus formulados comerciales es porque es el de mayor uso, con cerca de 300 millones de lts/kg por año según estimaciones de organizaciones independientes. Eso implica una carga potencial de exposición de cerca de 7 lts/kg por argentinx por año; y para las poblaciones que viven en las zonas donde se cultiva soja y maíz transgénico resistente a glifosato, los Pueblos Fumigados, significa una carga real de exposición de
Pero quienes denunciamos el impacto del modelo de agronegocios no nos detenemos sólo en el glifosato ya que en nuestro país se utiliza una cantidad enorme de otros principios activos y formulados comerciales.
En el “Informe sobre plaguicidas altamente peligrosos en Argentina” realizado por el Ing. Ag. Javier Souza Casadihno en Argentina se contabilizan 433 principios activos, de los cuales 123 son considerados “Altamente Peligrosos” según criterios de la OMS y de
Lo alarmante al respecto es que los Gobiernos niegan evidencia producida por el propio Estado a través de distintas instituciones como el INTA, el CONICET o grupos de investigación de distintas Universidades Nacionales.
La evidencia está ahí y se sigue acumulando. Para defender negocios y rentabilidad, quienes sostienen este modelo no hacen más que intentar “tapar
Este entramado es el que garantiza que millones de litros de agrotóxicos se sigan liberando en el ambiente cada año. De él participan no sólo las asociaciones que cita La Nación, sino que abarca a amplios sectores de la política, la ciencia colonizada, las agencias reguladoras, y también comunicadores y medios como La Nación misma.
Desde allí se urdió el discurso de las llamadas “Buenas Prácticas Agrícolas” (BPAs) con que las corporaciones buscan negar su responsabilidad sobre impactos en salud y ambiente, culpabilizando a los productores por un “mal uso”. Lo grave es que este discurso empresario es asumido por Gobiernos como política pública, y se plantea legislación sobre su base.
Las empresas buscan convencernos de que no podemos prescindir de sus transgénicos y venenos para alimentar a la población mundial, cuando sabemos que sólo producen commodities de exportación que no son otra cosa más que negocios de especulación financiera cuya mayor cotización se negocia en el Mercado de Granos de Chicago. Pero el hambre y la malnutrición siguen aquí y se sigue profundizado la violencia y la desigualdad en nuestro país y el mundo.
Pero hay alternativa: quienes construimos el Foro Agrario expresamos a los sectores que producimos la enorme mayoría de lo que nos alimenta cada día; aún sin planes de acceso a la tierra y sin el apoyo de políticas públicas. Buscamos avanzar hacia otro modelo agropecuario, recuperando saberes y prácticas que nos permitieron alimentar a la humanidad durante miles de años y que no implican “volver a las cavernas” como maliciosamente acusa el agronegocio, sino incorporar los adelantos tecnológicos en lógicas de producción y distribución en función de
Proponemos, y este es un
desafío para toda la sociedad, pero principalmente para quienes pretendan
gobernar los destinos de la Argentina en el próximo período, un campo lleno de
gente; con tierra, trabajo y dignidad para las familias campesinas y
comunidades originarias; alimentos sanos y libres de agrotóxicos para toda la
población; defender la biodiversidad que es nuestro reaseguro para alimentar al
mundo en tiempos de cambio climático; con las semillas como patrimonio de los
pueblos; con lógicas de distribución que garanticen precios justos para
productorxs y consumidorxs.
Para avanzar en este camino elaboramos propuestas de corto, mediano y largo plazo que invitamos a conocer y desarrollar (9). Este “otro campo”, no solamente es posible y necesario, sino que ya está en marcha.
Para avanzar en este camino elaboramos propuestas de corto, mediano y largo plazo que invitamos a conocer y desarrollar (9). Este “otro campo”, no solamente es posible y necesario, sino que ya está en marcha.
26 de junio de 2019
Acción por la Biodiversidad – ACINA –
AFOPe Agrupación Forestal Peronista "Lucas Tortorelli" - Agrupación
Grito de Alcorta – Agrupación Hugo Acuña - Agrupación John William Cooke de
Moreno –Asociación de Cámaras de Ferias, Ferias Francas y Mercados Populares de
la AFCI y de la ESS - Agrupación Nacional SENASA NOS CUIDA - ALBA Movimientos –
Alimentos Cooperativos - ATE AGROINDUSTRIA-ATE SAF – ATE CAPITAL – Cuerpo de
Delegadxs de ATE INTA Chile – Cuerpo de Delegadxs ATE INTA IPAF Reg. Pampeana –
ATE INTA Agrupación Verde y Blanca – ATE Nacional – ATE SENASA Pcia. de Buenos
Aires - ATRES Asociación de Trabajadores Rurales y Estibadores (Salta) – CAME –
CANPO Corriente Agraria Nacional y Popular – Cátedra de Estudios Agrarios
Horacio Giberti – Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria UBA – Cátedra Nacional
de Economía Arturo Jauretche - Laboratorio de Economía Nacional e Internacional
(CEFMA) - CEPA – CHE PIBE - Colectivo Sanitario Andrés Carrasco - Cooperativas
de Artesanías del Consejo Qarashe del Chaco - Corriente Nacional Chacareros
Federados - Cooperativa de Consumo La Yumba – Cooperativa de Trabajo La Foresta
(Matadero y Frigorífico Recuperado) - Corriente Nuestra Patria – Corriente
Nuestroamericana de Trabajadores 19 De Diciembre – Corriente Política 17 De
Agosto- CTA Autónoma – CTA Corrientes – CTD Aníbal Verón – Dpto. de Economía
Política del C. C. DE LA COOPERACIÓN - Distrito VI de Federación Agraria -
ENOTPO Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos
Originarios – Economía Grasa (AM530) – Federación de Asociaciones de Centros
Educativos Para la
Producción Total (FACEPT)- FANA Presidencia del Centro de
Estudiantes FAUBA – Federación Argentina de Estudiantes de Ciencias Agrarias –
FECOFE Federación de Cooperativas Federadas – FEDER – Federación Nacional
Campesina – Frente Agropecuario Regional Campesino (FARC) - Organizaciones de
Base de Federación Agraria Argentina –FERCOA La Rioja – FESPROSA - FETAAP
Federación de Trabajadores Agrarios de la Actividad Primaria
-FETRAES Rural Federación de Trabajadores de la Economía Social -
FFROP La Rioja – FONAF – Frente Agrario Evita – Frente Nacional Campesino –
Frente Patria Grande - Frente Rural La Cámpora- FRIGOCARNE
(Frigorífico Recuperado) - Fundación Más Derechos por Más Dignidad- Fundación
Soberanía Sanitaria - G.A.N.A.Primero la Patria - GRAIN – HUERQUEN Comunicación
en colectivo – INCUPO Instituto de Cultura Popular - La Mella Corriente Nacional
– MAELA Movimiento Agroecológico Latinoamericano – MAM Movimiento Agrario de
Misiones – Manifiesto Argentino - Movimiento Agroalimentario Nacional (MANA) -
Mesa Provincial de Organizaciones de Productores Familiares – MCL Movimiento
Campesino de Liberación (Misiones) - Movimiento Nacional Campesino Indígena,
Vía Campesina – MOCASE – Movimiento Campesino Liberación – Movimiento de
Mujeres en Lucha – Movimiento Estudiantil Liberación – Movimiento Nacional De
Pueblos y Naciones Originarios En Lucha – MPA Movimiento Peronista Auténtico –
MPR Quebracho – MTD Aníbal Verón – MTE RURAL CTEP – Organización Social
Política Los Pibes - Plan de Alimentación Sana, Segura y Soberana (PASSS) de la
Municipalidad de Gualeguaychú - Parlamento Plurinacional De Pueblos Originarios
– ProduceBA - PTP (Partido del Trabajo y el Pueblo) – Red Federal de Docentes
por la Vida – Secretaría de DDHH de la CTEP –SUOR Sindicato Unido de Obreros
Rurales de Misiones - Tricontinental. Instituto de Investigación Social Bs. As.
- Unidad Ciudadana FAUBA – UTR (Unión de Trabajadores Rurales) Córdoba – UPAJS
(Unión de Pequeños Productores de Jujuy y Salta) – Unión de Trabajadores de la
Tierra (UTT) – WIRAHJKOCHA Grupo de Acción y Reflexión Rural – Vamos
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