Trabajo y dignidad
humana
2 de mayo de 2019
Por Cristóbal
León Campos (Rebelión)
El trabajo es
el sustento de la evolución humana, el motor del desarrollo social, el ser
humano con su esfuerzo creador ha dado lugar a todas las formas de sociedad en
el mundo, la vinculación especifica entre trabajo-humanidad se expresa al
momento de constituir, transformar o materializar una necesidad, sin embargo,
esa misma relación entre trabajo-humanidad, es bajo el régimen capitalista la
causante de la contradicción que origina al mismo tiempo la negación de todo
rasgo humano, la expropiación de sí mismo que se manifiesta en la alienación y
enajenación, niega la mano humana en el proceso de edificación social, para
convertirla en un elemento oculto y sobre-explotado, la acumulación de capital
en unas pocas manos da lugar a la pobreza. El ser humano es creador, otorga valores
a las cosas con su actividad sobre ellas, el despojo que sufren los
trabajadores por parte de los patrones es el sustento de éste sistema
capitalista que engendra grandes riquezas para satisfacer la avaricia de unos
pocos mientras arroja al desamparo a millones de trabajadores y trabajadoras.
La explotación es la causa de las desigualdades, los reclamos sociales de los
trabajadores y trabajadoras tienen que exigir el fin de la desigualdad y por lo
tanto el fin de la explotación.
Para Carlos Marx el trabajo no
es únicamente una dimensión puramente económica, es ante todo, una categoría
antropológica, pues caracteriza al humano como un ser dotado de un “principio
de movimiento” que determina su impulso para la creación y la transformación de
El trabajo es central en su importancia para la construcción de las sociedades y el desarrollo humano, sin la actividad creadora el ser humano no se distinguiría de ninguna otra especie, no alcanzaría los niveles de mejora que conocemos y que aún están por producirse, en su obra La ideología alemana , Marx establece que: “Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso éste que se halla condicionado por su organización corpórea. Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material”. Al producir su vida material el ser humano se produce a sí mismo como un ser social, el carácter transformador de la humanidad es permanente, intentar regularlo o detenerlo es ir justamente en contra de la naturaleza humana, la alienación que convierte al trabajador y a la trabajadora en seres desposeídos de sí mismo, niega la naturaleza humana y los convierte en meros repetidores sin sentido, la falta de conciencia de clase hace que los trabajadores y trabajadoras sean explotadas y desprovistas de su sentido humano. La superación de la condición alienada pasa por el desarrollo de la conciencia de clase, la organización independiente y autónoma de todos los poderes y de la movilización a favor de sus derechos y de la transformación social para el beneficio de todos los oprimidos.
El reclamo social que cada Primero de Mayo se expresa por mejores
condiciones de vida, por igualdad, democracia, libertad, justicia, equidad,
tierra, pan, educación y demás necesidades humanas, requiere de la toma de
conciencia de los trabajadores y trabajadoras de su papel central en la
sociedad como motores que impulsan el desarrollo y generan los valores,
edifican los avances y dan con su actividad razón de ser a la humanidad,
superar la alienación y enajenación contribuirá a poner fin a las laceraciones
sociales que el capitalismo ha impuesto durante siglos, ese es el paso
necesario para establecer una nueva sociedad basada en la dignidad humana sin
explotadores ni explotados.
¡Vivan
los trabajadores y trabajadoras!
Cristóbal León Campos es integrante del
Colectivo Disyuntivas
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=255468
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