TIPNIS, cuando las
palabras superan a los hechos
23 de mayo de 2019
Por Alberto Acosta y Fátima Monasterio (Rebelión)
Es muy común,
más aún en política: la práctica desdibuja muchos discursos grandilocuentes. Eso
sucede en Bolivia. No hace muchos años, entre una gran emoción y miles de
personas, con los ojos del mundo atentos en la Conferencia Mundial
de los Pueblos en Tiquipaya, Cochabamba, el presidente Evo Morales afirmó
solemnemente que “para
garantizar los Derechos Humanos es necesario reconocer y aplicar efectivamente
los Derechos de la Madre
Tierra ”.
Palabras potentes, esperanzadoras, pronto diluidas ante realidades como la
construcción de una carretera que atraviesa el Territorio Indígena Parque
Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Luego de marchar en dos
ocasiones hacia la ciudad de La Paz en rechazo a dicha carretera que dividiría
el TIPNIS, de acudir -sin respuesta- a los tribunales nacionales y de solicitar
a
Una veintena de personalidades de distintas partes del mundo y con
reconocida trayectoria internacional, como jueces de ese Tribunal, sancionan al
Estado Boliviano por violar los Derechos de la Madre Tierra y de sus
defensores: los pueblos indígenas del Tipnis. El Estado Plurinacional de
Bolivia, como demuestra dicha sentencia, incumplió sus obligaciones de garante
en la protección y defensa de tan trascendentales derechos. Han sido
sistemáticas las violaciones de la Constitución Política
del Estado Plurinacional; de la Declaración Universal
de los Derechos de la
Madre Tierra de Tiquipaya, aprobada en abril de 2010,
incorporada en la normativa interna a través de la Ley No. 071; de la ley 300
que vincula los derechos del vivir bien con los de la Naturaleza; así como de
tratados internacionales ratificados por el Estado boliviano.
También
es evidente la vulneración de los derechos fundamentales de los pueblos
indígenas, quienes –al igual que en otras partes de Bolivia y la región– ven
amenazados sus territorios y sistemas de vida por proyectos extractivistas
bendecidos por el “interés nacional” y la búsqueda de un –cada vez más esquivo–
“progreso”.
Por
igual, la sentencia del Tribunal hace reflexionar sobre una cuestión clave:
cómo el modelo de desarrollo extractivista colisiona con los derechos
fundamentales de la Naturaleza y de los seres humanos, en este caso de los
pueblos indígenas.
Una modalidad de
acaparamiento masivo de recursos naturales que, en vez de limitarse en estos
derechos según la conformación democrática del Estado Plurinacional, se
despliega promulgando leyes y decretos inconstitucionales, debilitando los
controles ambientales, flexibilizando los marcos regulatorios en la materia y
criminalizando a las defensoras y los defensores de derechos, principalmente
pueblos indígenas. Extractivismos que, como vemos en toda nuestra América,
recurren cada vez más a todo tipo de violencias como condición necesaria para
seguir expandiéndose.La Sentencia alerta también sobre la necesidad de preservar la autonomía de los órganos estatales y las instituciones de administración y fiscalización pública.
Crédito a los hechos
La construcción de
Así, y cumpliendo lo establecido en los cuerpos legales citados, la sentencia del Tribunal exige a las autoridades activar de inmediato y de oficio las acciones legales pertinentes que garanticen la paralización definitiva del proyecto carretero y la continuidad de la vida e integridad del Tipnis. Si bien las decisiones de este Tribunal a priori no son vinculantes, su sentencia es un severo reclamo ético al presidente boliviano y su gobierno, que en el exterior aparecían como promotores e incluso garantes de los derechos de la vida (que de eso se tratan los Derechos de la Naturaleza y los Derechos Humanos).
Igualmente, con
esta decisión, este Tribunal incita a la sociedad boliviana a acciones
concretas que frenen tanto atropello y descubran el doble discurso de
gobernantes que se venden como defensores de derechos, cuando en realidad son
sus principales violadores.
Como bien anotaba Don Quijote de la Mancha: “El crédito debe darse a las obras
no a las palabras".
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=256334
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