ENTREVISTA A ANDREA
ANDÚJAR
“El Cordobazo fue, para varones y
mujeres, un enorme estímulo para tratar de cambiar el mundo”
29 de mayo de 2019
Andrea Andújar es historiadora,
investigadora del CONICET y del Instituto Interdisciplinario de Estudios de
Género de la UBA, docente universitaria y escritora. Sus temas de investigación
y sus libros están centrados, mayormente, en la historia de las luchas obreras
y de las mujeres.
Ana Sánchez
Están por cumplirse 50 años de la insurrección popular que
abrió una etapa de ascenso de la clase obrera y de los sectores populares, que
enfrentó la dictadura de Onganía. ¿Qué fue para vos el Cordobazo?
Para mi el Cordobazo fue una
insurrección obrera y popular contra una dictadura, cuya política
socio-económica enmarcada en la pretensión de “refundar la Argentina”,
violentaba permanentemente los derechos más básicos de las y los trabajadores,
de los estudiantes, en fin, de los sectores oprimidos.
Me parece que fue una insurrección
contra una violencia política estatal articulada en función de imponer un
modelo de acumulación que incrementaba los niveles de explotación sobre la
clase trabajadora y que requería, por tanto, de una dictadura que intentara
acabar con toda posibilidad de resistencia. El Cordobazo puso un límite, un
coto concreto a ese poder que no logró asentarse justamente debido a esa
profunda insurrección y a la radicalización política que irradió luego.
Y en esta
gesta, ¿cómo fue la participación de las mujeres?
Considero que aún no se puede dar una
respuesta acabada sobre el tema porque fue escasamente investigado. La
participación fue variada, seguramente menor que la de los varones porque,
efectivamente, los gremios y sectores que convocaron a la movilización y a la
huelga el 29 de mayo representaban a los sectores obreros relacionados con las
industrias más dinámicas, por un lado, y dominantemente masculinas en cuanto a
la composición de la fuerza laboral por el otro. Me refiero al sector obrero
aglutinado alrededor de SMATA, la UOM y Luz y Fuerza.
En consonancia con la propia división
sexual del trabajo social, las mujeres trabajadoras prácticamente no estaban
insertas en estas actividades o ramas productivas. Eso no significaba que
carecieran enteramente de presencia. Menos aún que no estuvieran en la movilización. Por
el contrario, participaron y de muy diversas maneras. Algunas estaban en las
columnas movilizándose por solidaridad con los varones como esposas, hijas o
madres. Otras por sí mismas. Algunas tuvieron una presencia muy activa, otra lo
hicieron de manera más marginal, observando desde las veredas. Algunas
estuvieron protegiendo a los estudiantes y a quienes se movilizaban cuando se
enfrentaban con la policía primero y con ejército luego, cuando esta fuerza
intervino para retomar una ciudad que los obreros y los estudiantes le habían
ganado a la policía.
Participaron también aquellas que
estaban comprometidas políticamente con el arco de las izquierdas y el
peronismo más combativo porque vieron en el Cordobazo lo que vieron también los
militantes varones de diversos partidos: la potencialidad de una clase
trabajadora cuya lucha inspiraba la confianza en que la revolución socialista
era posible en la
Argentina. Estas procedencias, formas y niveles de
participación denotan un mundo heterogéneo de mujeres, un mundo que aunque
numéricamente menor al de los varones no careció por ello de intensidad y
compromiso.
Pero también podemos inferir que esas
mujeres estuvieron allí por "motus" propio, porque la dictadura no se
había ahorrado crueldades ni injusticias con ellas. Ellas no quedaron al margen
ni de las prácticas represivas de la dictadura sobre los cuerpos ni de otras
formas de disciplinamiento social y político. Pensemos que un par de años antes
de ese "azo" de Córdoba, en enero de 1967, fue asesinada en Tucumán
Hilda Guerrero de Molina, una mujer peronista que trabajaba en uno de los
ingenios que confrontaban contra la política del cierre implementada por
Onganía. Ella muere asesinada por la policía en medio de una represión desatada
contra los y las trabajadoras de los ingenios que intentaban revertir esa
política sumando sus esfuerzos al plan de lucha lanzado por la FOTIA.
Y esto es un ejemplo entre muchos otros
que nos permiten pensar sobre las motivaciones de las mujeres trabajadoras para
dinamizar conflictos a partir de sus propias demandas y reivindicaciones e
incluso, de sus maneras de comprometerse en las acciones colectivas.
Y esto remite a una traza de presencias
femeninas que hemos indagado poco desde la historia o al menos, no la hemos
puesto con suficiente mirada crítica en el escenario de las interpretaciones
del pasado. Pero si afinamos la mirada, nos vamos a topar con varios conflictos
de fuerte presencia femenina y más aún, de presencias determinantes como en el
caso de la huelga portuaria desatada al comienzo del onganiato, una huelga que
se jugó en el puerto de Buenos Aires y en la villa de emergencia de Retiro,
donde habitaban muchos de los trabajadores en huelga y donde las redes de las
mujeres de esas comunidades se activaron justamente para apoyar la acción y de
hecho, le dieron sustento recolectando víveres, facilitando la circulación de
la información, colaborando en la organización o presionando a las autoridades.
Esa huelga portuaria no hubiese sido factible sin ellas apoyándola en los
barrios a través de organizaciones como la Unión de Mujeres Argentinas, ligada
al Partido Comunista, y a tantas otras. Esto nos conduce a preguntarnos por la
traza de unas tradiciones femeninas de lucha que también se jugaron en el
Cordobazo, por una genealogía de conflictos de fuerte impronta femenina que las
hicieron confluir esos días en las movilizaciones de mayo de 1969.
¿Pensás que
se podría decir decir que el Cordobazo, como punto de inflexión, abrió la
posibilidad de que se organizaran grupos feministas en nuestro país?
Yo no estoy muy segura de que se pueda
establecer una ligazón entre el Cordobazo en el 69´ y el surgimiento de, por
ejemplo, UFA (Unión Feminista de Mujeres) en el 70´ en Buenos Aires con las
evidencias que hasta ahora tenemos. Pero sí creo que, como pasó con muchos
varones, para muchas mujeres el Cordobazo habilitó un ingreso en la vida
política, a la práctica política que fue arrollador. Creo que las mujeres en
distintas instancias se lanzaron a la militancia convencidas de que era posible
construir otro mundo.
Las jóvenes obreras y estudiantes
confiaron en la posibilidad de la revolución. Lograron
imaginarla. Y lo hicieron en múltiples expresiones, de múltiples maneras:
algunas a través de la lucha armada, otras en la militancia no armada, algunas
comprometidas con las izquierdas, otras con el peronismo; algunas en los
sindicatos, otras en las organizaciones barriales, algunas en los partidos
políticos más tradicionales, otras, seguramente, dentro de un movimiento
feminista incipiente. Creo que lo que el Cordobazo hace como punto de
inflexión, es habilitar la esperanza, la confianza en que la construcción de un
mundo sin opresores ni oprimidos de ningún tipo era un sueño posible de ser
realizado.
En ese sentido el Cordobazo fue, para
varones y mujeres, un enorme estímulo para tratar de cambiar el mundo. Creo que
se trató de una experiencia histórica relevante, tanto como tantas otras luchas
obreras y populares que trataron de revolucionar la historia en favor de un
horizonte mucho más humano y justo. Fue un intento prístino, fuerte, intenso,
profundamente colectivo y humano por voltear la lucha de clases a favor de los
y las de abajo, de inclinarla balanza para el lado de la emancipación. En
ese sentido es un parte aguas, un momento de inflexión en lo que hizo a la
posibilidad de construirse como colectivo, la capacidad que tienen trabajadores
y las trabajadoras de construirse como clase en el sentido más thompsoniano posible, de reconocerse en función y a
la luz de la lucha de clases, de una confrontación donde la clase se torna
plena, visible, corpórea, donde lejos de ser una categoría o una estructura, es
algo que sucede en la realidad, algo que cobra vida en y gracias al conflicto
con un adversario que también allí es reconocible.
El Cordobazo es ese momento de la
realidad donde efectivamente, un conjunto de seres humanos que estaban por
allí, dispersos tal vez, sin reconocerse necesariamente en su condición de
oprimidos y oprimidas, se vuelven un colectivo, se articulan como tales,
reconociendo sus intereses en común y contrarios a los de sus opresores. Creo
que esa es también parte de la cardinalidad de este evento histórico en el
decurso de la clase trabajadora argentina.
¿Cuál es su
vigencia?
Hay muchas respuestas posibles a esa
pregunta. Una tiene que ver con lo que aún no sabemos de él. El Cordobazo debe
ser aún visitado varias veces y con nuevos interrogantes para acceder a una
comprensión más acabada de su sentido y su devenir. Y en ello, sería
conveniente poner en juego a la mayor cantidad de sujetos protagónicos
posibles. Y las mujeres, en ello, aguardan aún la formulación de interrogantes.
Otra respuesta factible tiene que ver con su sentido en tanto conmemoración.
Creo que como toda conmemoración de la
clase trabajadora, el Cordobazo comporta una bandera de lucha muy actual y
muy necesaria pues en tanto exista la explotación y la opresión, disponer del
conocimiento de esa experiencia facilita pensar nuevas estrategias, formular
horizontes, advertir posibles alianzas y caminos a ser recorridos para cambiar
esta realidad de raíz.
Y creo que además, y especialmente, la
vigencia del Cordobazo comprende volver a preguntarse por la revolución y sus
sentidos, nos repone la pregunta por su factibilidad y su necesidad, nos
reactiva el debate sobre qué entendemos por revolución, socialismo, comunismo,
por el lugar de las mujeres, los niños, los sujetos con sexualidades
divergentes en ese mundo mejor que deseamos. Para ser clara, yo creo que el
Cordobazo nos repone en el debate político acerca de cómo vamos a construir una
sociedad en la que este capitalismo patriarcal con toda su inhumanidad estructural
finalmente, desaparezca.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/El-Cordobazo-fue-para-varones-y-mujeres-un-enorme-estimulo-para-tratar-de-cambiar-el-mundo
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/El-Cordobazo-fue-para-varones-y-mujeres-un-enorme-estimulo-para-tratar-de-cambiar-el-mundo
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