¿Cómo
fortalecer las resistencias?
Además de los muchísimos daños
profundos que las industrias ocasionan en los bosques del mundo, estas
conllevan algo más: las fuertes y diversas resistencias que las comunidades que
se ven afectadas articulan para defender sus territorios, medios de vida y
sustento, culturas y hasta sus existencias. ¡La lucha continúa!
Es un hecho que los bosques
siguen siendo arrasados a pasos agigantados. Cada vez son más las miles de
hectáreas que son destruidas para darle paso a los proyectos de minería,
extracción de petróleo o gas, plantaciones de monocultivos como el eucalipto o
la palma aceitera, represas, concesiones de tala, proyectos de mega-infraestructura,
entre muchos otros.
Pero además de los muchísimos e
indudables daños profundos que estas actividades ocasionan alrededor del mundo,
estas conllevan algo más: las fuertes y diversas resistencias
que las comunidades que se ven afectadas logran articular para defender sus
territorios, sus medios de vida y sustento, sus culturas y creencias y hasta
sus existencias.
A pesar de la fuerte
criminalización y violencia por parte de las corporaciones y los gobiernos de
turno para permitir estas actividades nocivas, así como del apoyo financiero de
agencias de “desarrollo” y otras instituciones financieras para que los
negocios continúen, las comunidades y pueblos no han dejado de movilizarse,
organizarse, articularse y de resistir la embestida del modelo llamado de
“desarrollo”. Sin estas luchas, los bosques, las cuencas y los territorios
serían destruidos incluso en una escala mayor.
Este boletín es una
reflexión sobre las diversas resistencias y los enormes retos que se viven hoy
y los que se vienen a futuro.
Nos preguntamos, ¿cómo
fortalecer las resistencias y organización de base para detener la destrucción
de bosques y pueblos en el contexto actual?
Una entrevista con
Kum’Tum, del pueblo Akroá-Gamela en la entrada de la Amazonía brasilera, nos
adentra en un proceso personal y colectivo por el que recuperar la memoria y la voz como pueblo fue clave para
reconectarse y retomar tierras y vida. “No se retoma sólo para producir. Se retoma la tierra
porque es un lugar sagrado, es un lugar que da sentido a la existencia,” nos
recuerda Kum’Tum.
Desde Sierra Leona, se relata la historia de una comunidad en Port Loko que
después de casi diez años de lucha contra una compañía que se apropió de sus
tierras por medio de engaños y las llenó de plantaciones de palma aceitera, un tribunal dictaminó que las tierras deben ser devueltas a las
comunidades. Un
proceso de articulación entre organizaciones locales, regionales e
internacionales parece haber sido crucial en el proceso de lucha. Ahora tratan
de identificar qué deben hacer con las grandes extensiones de tierra ocupadas
por filas y filas de palmas aceiteras.
Desde la India ,
un artículo explora diversas formas de reinvención y reconstrucción de
organizaciones de base en Korchi, Maharashtra. Con un especial énfasis en los
colectivos de mujeres, el artículo destaca cómo ellas hicieron oír su voz
no solo para resistir la minería sino también en las nuevas formas de toma de
decisiones a escala de aldea y de supra-aldea. En estos colectivos se formulan
estrategias para los bosques con control local, reviven la identidad cultural,
afirman la democracia directa y de género, cuestionan los modelos de desarrollo
existentes, entre otros.
Desde Latino América, otro artículo reflexiona sobre los múltiples ataques que sufren las mujeres defensoras de
territorios. Se
comparte cómo las mujeres logran diversas acciones que han permitido el
posicionamiento de sus perspectivas particulares y cómo en no pocas ocasiones
han logrado frenar o paralizar temporalmente actividades extractivas. Así,
subrayan el proceso de sanación como fundamental en el diálogo de saberes
entre pueblos, contextos y generaciones, y desde la reivindicación de la
memoria de las ancestras.
Este boletín también
incluye una entrevista con el activista
camerunés y defensor de los derechos humanos Nasako Besingi. Besingi nos invita a reflexionar
sobre lo que significa que la tierra en la legislación de la mayoría de países
africanos “pertenezca al Estado”. Asimismo, nos apunta a estrategias y
desafíos importantes para construir movimientos fuertes. “El fortalecimiento de la
solidaridad entre las comunidades y los intercambios entre los pueblos directa
e indirectamente afectados por los proyectos de desarrollo para generar
confianza a nivel comunitario es la columna vertebral de cualquier resistencia
exitosa,” propone.
Desde el Sur de África, un artículo nos relata sobre el Tribunal Permanente de los
Pueblos, donde
se presentaron más de veinte casos de la región. El Tribunal
ha sido una plataforma importante para
que las comunidades compartan sus luchas y construyan solidaridad. El caso de la comunidad de
Xolobeni, en Sudáfrica, es emblemático. Después de 16 años de lucha contra un
conglomerado minero australiano, se logró, en noviembre de 2018, que la corte
fallara en favor de la comunidad, declarando que, antes de otorgar derechos
para la extracción minera se deberá obtener el consentimiento “total y formal”
del pueblo de Xolobeni.
Con la historia de la
empresa de plantaciones Green Resources, en Tanzania, otro artículo nos muestra que estas
empresas siempre necesitan asegurar el acceso a una gran superficie de tierra y
cómo, para lograrlo, ofrecen una serie de promesas falsas o muy mal cumplidas,
con el fin de convencer a las comunidades a ceder sus tierras. La comunidad de
Nzivi sin embargo llegó a conocer a tiempo estas experiencias y decidieron
decir no a cualquier compañía que quiera controlar parcelas significativas de
sus tierras. Esto resalta la importancia de que las
historias y experiencias sean compartidas entre comunidades que confrontan
situaciones similares.
¡La lucha continúa!
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