Movimiento de Pobladores y
Pobladoras: El problema está en pretender construir el proyecto bolivariano sin
cuestionar la lógica del capital
14 de mayo de 2019
Reinaldo Iturriza
Entrevista
a referentes del Movimiento de Pobladores y Pobladoras: Iraida Morocoima y Juan
Carlos Rodríguez, de Campamento de Pioneros y Pioneras; y Hernán Vargas y
Nélida Cordero, del Movimiento de Trabajadoras Residenciales Unidas por
Venezuela.
Les propongo que intentemos hacer
un balance general de lo acontecido en Venezuela desde el 9 de diciembre de
2015, fecha en que se produce una importante movilización popular a Miraflores,
en buena medida promovida por Pobladores y Pobladoras, tres días después de la
derrota del chavismo en las elecciones parlamentarias. ¿Por qué desde esa
fecha? Porque aquella movilización no solo es un hito para el movimiento
popular, sino porque antecede al que sin duda es el momento más difícil de la
revolución bolivariana: el largo año 2016, en que arrecian la especulación y el
acaparamiento de productos de primera necesidad, padecemos los efectos del
desplome del precio del petróleo; la violencia antichavista de 2017, las
sanciones contra PDVSA, el inicio de la hiperinflación; la oposición que se
levanta de la mesa de diálogo en febrero de 2018, el magnicidio frustrado; la
autoproclamación de Guaidó, la continuación de las agresiones económicas, el
ataque al Sistema Eléctrico Nacional; pero también el lanzamiento de los motores
económicos, la creación de los CLAP, la elección de la Asamblea Nacional
Constituyente , la reelección del Presidente Maduro, entre
otros hechos. Y en este contexto, la agudización de las tensiones a lo interno
del chavismo, directamente relacionada con las distintas formas de enfrentar
los desafíos del completo momento histórico. (..)
Hernán
Vargas:
Creo que 2015 fue como un
año en que tocamos fondo en distintos aspectos, y se abre un período muy
peculiar dentro de la revolución, que está marcado, por un lado, por el bloqueo
como estrategia de ataque imperialista, y por el otro con una agudización de las
contradicciones internas de la revolución bolivariana. Pero además es un
período marcado por la incertidumbre, como de ensayo de cosas, tanto para la
derecha y el imperialismo como dentro del chavismo.
Y digo que 2015 es un año en
que tocamos porque hay una cantidad de cosas que el chavismo venía arrastrando,
no desde 2013. Hay una tendencia a creer que a partir de 2013 inicia un nuevo
período, y creo que no es cierto. Sin duda que es un hito fundamental la
desaparición física de Chávez, pero no significa una ruptura total. En todo
caso, uno de los aspectos que quiero referir es que desde hace tiempo viene
produciéndose un alejamiento de la clase política del sentir de la mayoría de
la gente, y en 2015 eso le pasa factura al chavismo, pero no porque la derecha
se acercara al sentir de las mayorías, más bien la mayoría se desplazó
momentáneamente hacia la derecha por retruque, como castigo hacia un chavismo
que había venido desvinculándose progresivamente.
La movilización del 9 de
diciembre fue también un mensaje claro de la base popular a la dirigencia
burocrática del chavismo, pues, como bien lo decía Iraida, una parte de ella
estaba pensando que era un momento de recambio interno e incluso de transición,
de derrota de la revolución bolivariana. De hecho, apenas inicia el año 2016 en
muchos ministerios se hablaba de que teníamos seis meses para gobernar, es
decir, se habían tomado en serio el ultimátum de la Asamblea Nacional.
La derecha venía de intentar
la vía de la violencia de calle en 2014 como forma de generar ruptura, vuelve a
intentarlo en 2017, y es derrotada por el pueblo venezolano: Nicolás tiró una
línea que fue correcta, que fue el planteamiento de Constituyente como vía para
resolver los problemas, y el pueblo la hizo suya. No necesariamente como uno
puede pensar: para profundizar el socialismo, etc., no. Sencillamente la
mayoría de la gente identificó que entre la violencia de calle y la posibilidad
de un proceso constituyente, lo preferible era el proceso constituyente, y así
como le dio una cachetada al chavismo en 2015, para pasarle factura, en este
momento castigó a quienes tenían la intención de generar caos en el país. Como
resultado, la derecha venezolana se debilita enormemente: ya no tiene política
de calle, no tiene política qué ofrecer.
Del lado del chavismo, en
este período tiene lugar una discusión sobre cuál es el modelo. Por un lado, y
tras esa angustia inicial porque nos iban a tumbar, la dirigencia burocrática
empieza a entender que tiene que gobernar. Por el otro, un pueblo que define en
los momentos fundamentales: la elección de la Asamblea Nacional
Constituyente fue uno de ellos, lo que vivimos recientemente,
con el ataque al Sistema Eléctrico Nacional, también. Así como el Gobierno
activa los motores económicos, del lado de la ofensiva imperialista también se
activaron distintas líneas de socavamiento: sin comida, sin medicinas, y
recientemente sin luz, como lo decía Pompeo. Ha sido el pueblo el que ha puesto
el cuerpo para resistir toda esta difícil situación, pero además el que ha
venido dando respuestas concretas.
Recientemente, cuando quitan
la luz, como un episodio cumbre de esa estrategia de asfixia, el pueblo
venezolano da una demostración absoluta de voluntad de vida y de paz, de
resolver los problemas en democracia. Ese es otro de los momentos en que ha
aflorado todo lo acumulado en este tiempo, y ha vuelto a expresarse un pueblo
que cree en el modelo bolivariano, cree en una Constitución que le garantiza un
conjunto de derechos. De hecho, creo que muchas de sus molestias tienen que ver
con la precariedad de esos derechos que sentía garantizados: el agua, la luz,
la salud, la alimentación, el transporte, todo un modo de vida al cual se había
acostumbrado. Y aquí no se trata de si se es chavista o antichavista, aquí es
sencillamente: yo no creo en ser carne de cañón para una ofensiva yanqui, no
creo en la intervención militar. Esa es, en general, la respuesta del pueblo.
Pero luego tienes un
chavismo en cuyo interior se vienen agudizando las contradicciones, una parte
de la dirección política que empieza a replantearse el rumbo a seguir, que
piensa que más bien la fórmula es que hay que tratar de pactar, llegar a una
salida negociada, que tiene que ver con una recomposición de un modelo
capitalista neoliberal. También tienes a un pueblo chavista que va
reconfigurando su forma de organizarse, de pelear. La dirección política se
aleja de los consejos comunales, de las Comunas, como estrategia, tira la idea
de los CLAP como otra fórmula, cosa que no es demasiado novedosa, porque muchas
veces ocurrió eso de ir cambiando la fórmula organizativa sin tener
acumulación, luego Chávez con los consejos comunales y las Comunas se planteó
una estrategia de acumulación de toda esas fuerzas organizativas, y ahora se
vuelve a dispersar ese esfuerzo. Sin embargo, el chavismo vuelve a apostar a
otra forma de organización, los CLAP, que de hecho han sido claves para poder
garantizar el abastecimiento de comida sin intermediarios. En fin, hay un
chavismo que a pesar de tanta precariedad y tanta dificultad, sigue
movilizándose en la calle, pero en un contexto de agudización de las
contradicciones internas muy grande.
Un ejemplo de eso es que así
como la derecha trató de construir política promoviendo una Ley de Estafa
Inmobiliaria como forma de capitalizar lo que se había invertido en vivienda
llevándolo al mercado inmobiliario, hoy día sectores de la dirigencia chavista
consideran que esa es la fórmula: que hay que capitalizar todo eso, que el
mercado inmobiliario va a permitir que circule capital y eso va a permitir
recomponer la economía.
Es algo que nosotros venimos
discutiendo desde hace mucho rato: el problema está en tratar de construir el
proyecto bolivariano reproduciendo la lógica de la modernidad, del capitalismo
rentístico venezolano, es decir, sin cuestionar el acomodo moderno/colonial de
Venezuela, y el papel que se le asignó para que el capital se reprodujera y
circulara a escala global
Juan
Carlos Rodríguez(..)
Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/movimiento-de-pobladores-y-pobladoras-el-problema-esta-en-pretender-construir-el-proyecto-bolivariano-sin-cuestionar-la-logica-del-capital/
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