Commodities, de alimento a la
especulación financiera
6 de mayo de 2019
Por Editorial
Virginia Bolten
Latinoamérica es reconocida por su biodiversidad. Desde hace 500
años, el territorio americano viene siendo sistemáticamente explotado para la
extracción de lo que es llamado “recursos naturales”. Los comunes –que
comprenden toda la biota y ecosistemas, y que son patrimonio colectivo– fueron
transformados en recursos y apropiados, o más bien usurpados, por una lógica
feudal e imperial que se modernizó, guardando la misma impronta colonialista.
Los commodities son artículos de consumo que se
encuentran en su forma natural, o sea, sin haber pasado por un proceso de
industrialización. Son las llamadas materias primas que sirven para la
manufactura de otros bienes o para consumo directo. Su asociación con el
mercado financiero no es por casualidad, ya que también significa mercancía; un
bien transable, negociable y, sobre todo, especulable.
La negociación del precio de las materias primas es realizada vía
electrónica por los llamados brokers y es posible negociar cualquier commodity sin, necesariamente, tener la
intención de adquirir el producto. Es decir, el bien que se negocia pasa a ser
apenas un papel negociable de acuerdo con las condiciones del mercado. En el
caso de los alimentos, los inversionistas negocian cosechas futuras para
después especular con el precio. La crisis financiera que empezó en fines de
2007, como consecuencia del rompimiento de la cadena especulativa inmobiliaria
estadounidense, hizo que el mercado buscase alternativas para garantizar la
supervivencia del modelo de negocio.
Una importante alza en las transacciones de commodities se dio a partir del año 2008.
Los precios de los principales bienes primarios llegaron a aumentar 183% y las
inversiones en mercados futuros llegaron a 14% del total del mercado. El valor
estimado fue de 55.000 millones de dólares en 52 días hábiles del dicho año. Si
por un lado los medios de comunicación hegemónicos celebraban un aumento en la
producción de alimentos, intentando instalar el discurso de que era necesario
alimentar al mundo y evitar una crisis alimentaria; por otro, los pueblos de
los países del Sur trataban de denunciar las consecuencias de la especulación
con los alimentos que desencadenó un aumento en los precios, agravando la
situación de pobreza y hambre de las mayorías sociales.
La fiebre
de los commodities también impactó, y sigue impactando,
en los territorios donde los monocultivos destinados a la exportación llegan a
tomar casi todas las áreas cultivables y que reciben inversiones de
transnacionales que asfixian a los pequeños productores, además de disminuir
las superficies destinadas a los cultivos de hortalizas para la alimentación
humana. La producción industrial también lleva al uso extensivo de agrotóxicos
que dañan los ecosistemas, generando gastos a los Estados y otros perjuicios no
mensurables, y que no es contabilizado como un costo por las gigantes del
agronegocio.
El destino de los cereales exportables contradice el discurso de
que la población mundial ha aumentado y, por ende, es necesario producir más
alimentos. La realidad es que gran parte de los monocultivos está destinada a
la producción de agrocombustibles, visto como una oportunidad a los inversionistas frente a la
crisis climática y el falso planteo de que los llamados “biocombustibles”
serían una alternativa sustentable a los combustibles de matriz fósil.
Cada cinco segundos, un/a niño/a menor de diez años se muere de
hambre en el mundo. Los conflictos por la tierra y el asesinato de pueblos
originarios, afrodescendientes y campesinos es una triste realidad a la que se
enfrenta la resistencia de quienes nunca dejaron de luchar por pan, tierra y
trabajo. Por ello, desde Virginia Bolten, preguntamos, ¿hasta cuándo la
ganancia de unos pocos seguirá siendo más importante que la vida de las
mayorías?
Referencias: http://www.cadtm.org/Volvamos-a-hablar-de-las-causas-de ; http://www.cadtm.org/spip.php?page=imprimer&id_article=10040#nh20
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=255559
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