Economía mundial en perspectiva
21 de agosto de 2017
Por Rolando Astarita
El Global
Economic Prospects (junio 2017), del Banco Mundial, prevé que la
economía global crecerá en 2,7% en 2017 y 2,9% en 2018-2019. El World Economic Outlook Update (julio),
del FMI, proyecta para este año un crecimiento del 3,5% de la economía mundial,
y 3,6% en 2018. Precisemos que la diferencia en los pronósticos se debe a las
diferentes metodologías empleadas. Es que el Banco Mundial convierte el PBI
actual de un país a los precios del año base, y luego los expresa en dólares
usando el tipo de cambio del año base. El FMI, en cambio, expresa el PBI
utilizando el actual tipo de cambio a paridad de poder de compra. Lo
importante, sin embargo, es que ambos informes pronostican una mejora de la
economía global con relación a 2016. El FMI señala la recuperación de la zona
del euro y de Japón; y también el 6,7% de crecimiento de la economía china en
el primer trimestre de 2017. En el mismo sentido, el Banco Mundial anota que se
recuperó la actividad industrial, mejoró la inversión y repuntó el comercio
mundial, después de dos años de marcada debilidad. Este último crecería 4%,
contra el 2,6% en 2016. También se incrementó la entrada de capitales a los
países en desarrollo.
Sin embargo, no desaparece la debilidad de fondo de la economía
mundial. En particular, porque en EEUU, Europa y Japón continúa débil la
inversión y la productividad crece poco. En EEUU, entre 2000 y 2015 la
formación bruta de capital fijo aumentó a una tasa anual de apenas el 1,1%; en
la zona del euro lo hizo al 0,6% anual; en Gran Bretaña al 1,5% y en Japón
disminuyó el 0,6% anual (http://economic-research.bnpparibas.com/Views/DisplayPublication.aspx?type=document&IdPdf=29177). Por
otra parte, en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) la inversión
se desaceleró con respecto a los altos niveles de los años del boom de los
precios de las materias primas (2003-2008). Y en los países atrasados de
conjunto la inversión pasó de crecer al 10% en 2010 al 3,4% en 2015; y se
volvió a desacelerar en 2016. Está por debajo no solo de los niveles
pre-crisis, sino también por debajo del promedio de los últimos 25 años. En
términos globales, la tasa de crecimiento de la formación de capital fijo se ha
mantenido débil después de la recuperación de 2010.
Esto a pesar de que las tasas de interés se mantienen muy bajas y
los bancos centrales de los países del G-7 inyectaron, desde el estallido de la
crisis, unos 5 billones de dólares en las economías para revitalizarlas. De
conjunto, la deuda bruta (incluye la pública y la privada) aumentó en 75
billones de dólares a nivel global, también desde la crisis. Según el
FMI, a fines de 2015 alcanzaba a 152 billones de dólares, lo que equivale
al 225% del producto mundial. Se configura así una situación de plétora de
capital, en términos de Marx, caracterizada por la existencia de grandes masas
de dinero que no se canalizan hacia la inversión productiva, al tiempo que se
mantienen bajas las tasas de interés.
La debilidad de las economías capitalistas se refleja también en
el desempleo global. Según el World
Employment Social Outlook. Trends 2017, de la OIT, el número global
de desempleados aumentará, en 2017, en 3,4 millones de personas, llegando a 201
millones. Es una tasa de desempleo del 5,8%. En los países atrasados
(emergentes y en desarrollo), la tasa de desempleo será del 5,7% (5,6% en
2016); en América Latina y el Caribe, alcanzará el 8%. Hubo una leve mejora en
los países desarrollados (6,2% en 2017 contra 6,3% en 2016), pero el desempleo
estructural, o de largo plazo, permanece a niveles elevados. Por otra parte, a
nivel global, hay unos 1400 millones de trabajadores que tienen empleos
precarios y sin acceso a seguridad social. Representan el 42% del empleo
global. Se proyecta que en los próximos años los trabajadores en esta situación
crezcan en 11 millones por año. Además, en los países atrasados (emergentes y
en desarrollo), la proporción de trabajadores viviendo en pobreza moderada o
extrema (viven con menos de 3,1 dólares por día, a paridad de poder
adquisitivo) sería del 28,7% en 2017.
Un escenario de crecimiento débil
A partir de los datos del FMI, BM y OIT, parece confirmarse que
estamos ante un escenario de crecimiento débil, de largo plazo. En otra nota
decíamos, en referencia a las crisis estructurales como la de 2007-2009: “estas
crisis podrían marcar cambios bajistas de la tendencia de largo plazo en el
crecimiento; incluso podrían abrir episodios de estancamiento, o
semi-estancamiento (o sea, crecimiento muy débil) por más de una década.
En otros términos, en lugar de una destrucción rápida de capital, como la que
ocurrió en EEUU entre 1929 y el verano de 1933, y una recuperación también más
o menos rápida, podríamos asistir a un escenario de crecimiento extremadamente
débil, o semi-estancamiento durante mucho tiempo, aun después del momento en
que se puede considerar concluida la recesión. Esto es, un largo período en que la
economía no cae, o cae muy poco durante algunos intervalos de tiempo, pero
tampoco crece de manera vigorosa. Es lo que llamo semi-estancamiento de largo
plazo. Es un escenario en el que sigue pendiente la desvalorización de capital;
en que la sobrecapacidad y el peso de las deudas traban la recuperación de la
demanda y el desempleo se mantiene alto. El crédito también puede mantener
empresas “zombies”, como sucedió en Japón en las dos últimas décadas; esto es,
empresas que son sostenidas con el crédito y subsidios, que no terminan de
desaparecer. Y en la medida en que no se eliminan la sobreinversión -o
sobrecapacidad- y el peso de las deudas (lo que significa mandar a pérdida
enormes masas de derechos a percibir plusvalías), la inversión no retoma con
fuerza” (aquí).
Los datos de la
economía mundial parecen confirmar que continúa prevaleciendo este escenario.
En ese marco, se dan los elementos para el estallido de crisis financieras que
pueden empujar a la economía mundial hacia una nueva crisis global.
Ni depresión crónica, ni boom económico
Ponemos ahora en
relación los datos sobre el crecimiento de la economía mundial en una
perspectiva más larga. Los gráficos son ilustrativos:
Puede verse que hubo
una desaceleración de la tasa promedio de crecimiento. Lo cual parece avalar la
idea de que, si bien no ha habido estancamiento crónico en las últimas décadas,
estamos sin embargo bastante lejos de las cifras de crecimiento de los tiempos
del boom. Pero estos datos tampoco avalarían la existencia de los ciclos
Kondratiev, esto es, la tesis que dice que existen largos ciclos en las
economías capitalistas, caracterizados por unos 20-25 años de expansión, y unos
20-25 años de estancamiento o contracción. Según este enfoque, a partir de la
crisis de mediados de los 1970 debería haberse iniciado una larga fase de
estancamiento de la economía mundial (y de contracción del mercado mundial)
durante unos 20 o 25 años. La realidad es que en los 1980 y 1990 no hubo estancamiento,
sino un crecimiento más débil, en promedio, que en los tiempos del boom.
Además, siempre según la
tesis Kondratiev , desde fines de los 1990, aproximadamente,
deberíamos haber asistido a un nuevo boom. Pero la realidad es que la economía
mundial en los 2000 creció a una tasa similar a la que hubo en la década de
1990; y menor a las décadas de 1970 y 1980. Situación que se continuó entre
2011 y 2016. Es difícil encajar estos datos con la tesis Kondratiev.
En conclusión,
creemos que es necesario superar la visión dicotómica -que prevalece en algunos
sectores de la izquierda- de, o bien crecimiento a las tasas “doradas” de los
años del boom (los 1960, en particular), o bien depresión. La realidad ha sido
más matizada. Hubo crisis profundas (véase en el gráfico 2) en 1974-1975, a comienzos de 1980,
de 1990 y en 2008-2009. Aunque ninguna de estas crisis desató una depresión de
largo plazo de la economía global. Pero sí se registraron estancamientos de
largo plazo, tales como lo ocurrido en América Latina en los 1980 o en Japón a
partir de 1992. Y la tasa de crecimiento, promedio, tendió a debilitarse. Es la
situación que parece prolongarse hasta el presente.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2017/08/21/economia-mundial-en-perspectiva/#more-7726
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