La clase de Davos
selló el destino de Estados Unidos
12 de noviembre de 2016
Por Naomi Klein (La Jornada)
Le echarán la
culpa a James Comey y
Pero todo esto no toma en cuenta la fuerza más responsable de
crear la pesadilla en la cual estamos bien despiertos: el neoliberalismo. Esa
visión del mundo –encarnada por Hillary Clinton y su maquinaria– no le hace
competencia al extremismo estilo Donald Trump. La decisión de poner a competir
a uno contra el otro es lo que selló nuestro destino. Si no aprendemos nada
más, ¿podemos por favor aprender de este error?
Esto es lo que necesitamos entender: mucha gente está adolorida.
Bajo las políticas neoliberales de desregulación, privatización, austeridad y
comercio empresarial, sus estándares de vida han caído drásticamente. Han
perdido sus empleos. Han perdido sus pensiones. Han perdido buena parte de la
seguridad social que permitía que estas pérdidas fueran menos aterradoras. Ven
un futuro aún peor que su precario presente.
Para la gente que asumía la seguridad y el estatus como un derecho de nacimiento –sobre todo los hombres blancos–, estas pérdidas son insoportables.
Trump le habla directamente a ese dolor. La campaña del Brexit le habló a ese dolor. También lo hacen todos los partidos de extrema derecha en ascenso en Europa. Responden a ese dolor con un nacionalismo nostálgico y un enojo contra las lejanas burocracias económicas, ya sea Washington, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte,
El mensaje de Trump fue: Todo está del demonio. Clinton contestó: Todo está bien. Pero no está bien: está lejos de estarlo.
Las respuestas neofascistas a la desenfrenada inseguridad y desigualdad no se van a ir. Pero lo que sabemos de los años 30 del siglo pasado es que lo que hace falta para enfrentar al fascismo es una izquierda verdadera. Se le podría quitar buena parte del apoyo a Trump si hubiera una auténtica agenda de redistribución sobre la mesa, que enfrente a la clase multimillonaria con algo más que retórica y que use el dinero para un nuevo pacto verde. Un plan de este tipo podría crear una oleada de empleos sindicalizados bien pagados; llevar recursos y oportunidades, tan necesarios, a las comunidades afroestadunidenses e insistir en que quienes contaminan paguen para que los trabajadores vuelvan a ser capacitados y sean incluidos en este futuro.
Podría crear políticas que luchen, a la vez, contra el racismo institucional, la desigualdad económica y el cambio climático. Podría enfrentar los malos acuerdos comerciales y la violencia policiaca, y respetar a los pueblos indígenas como los protectores originales del territorio, el agua y el aire.
La gente tiene derecho a estar enojada, y una poderosa agenda de izquierda, intersectorial, puede canalizar ese enojo adonde debe estar, mientras lucha por soluciones holísticas que unifiquen a una crispada sociedad.
Una coalición así es posible. En Canadá comenzamos a construirla bajo la bandera de una agenda popular llamada El Manifiesto Dar el Salto, suscrito por más de 220 organizaciones, desde Greenpeace Canadá a Las Vidas Negras Importan-Toronto y algunos de nuestros mayores sindicatos.
La impresionante campaña de Bernie Sanders avanzó en la
construcción de una coalición de este tipo, y demostró que hay hambre de un
socialismo democrático. Pero al inicio la campaña falló en conectar con
votantes latinos y negros de mayor edad, quienes son el sector demográfico que
más sufre con nuestro actual modelo económico. Esa falla no dejó que la campaña
alcanzara su máximo potencial. Esos errores pueden ser corregidos, y una audaz
y transformadora coalición ya está ahí para construir sobre ella.
Esa es la principal tarea por delante. El Partido Demócrata
necesita ser arrebatado de manos de los neoliberales pro empresariales o ser
abandonado. Desde Elizabeth Warren a Nina Turner, a los egresados de Ocupa que
llevaron la campaña de Bernie a escala supernova, este el más fuerte conjunto
de líderes progresistas, promotores de una coalición, que haya habido en mi
vida. Estamos llenos de líderes,
como dicen muchos en el Movimiento por las Vidas Negras.
Así que salgamos del shock lo más rápido posible y construyamos un
movimiento radical que tenga una auténtica respuesta al odio y al miedo que
representan los Trumps de este mundo. Hagamos a un lado lo que sea que nos
separa y comencemos ahora mismo.
Naomi
Klein es autora de This
Changes Everything
(Thischangeseverything.org). @NaomiAKlein
Este artículo se publicó en The Guardian
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219065
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