Trump y el “Nac & Pop” criollo
11 de noviembre de 2016
Por Rolando Astarita
Un
lector del blog escribió en “Comentarios” que no le sorprende “la euforia de
CFK, Atilio Borón y demás “naZional-progresistas” por la victoria de Trump”.
Tiene razón, el elogio de las corrientes “nacionales y populares” a Trump no
tiene nada de sorpresivo. Veamos un momento las declaraciones.
Cristina
Fernández de Kirchner habló sobre el significado del triunfo de Trump en la Universidad Nacional
Arturo Jauretche. Entre otras cosas, dijo:
“En
los Estados Unidos ganó alguien que hace del proteccionismo, sus trabajadores y
la defensa del mercado, su bandera”.
“Ganó alguien que representa la crisis de la representación política producto de la implementación de políticas neoliberales”.
“Lo maravilloso del pueblo de EEUU es que votó por lo que está sintiendo económicamente, a pesar de los exabruptos y de los estereotipos”.
“Acaba de ganar alguien que en sus empresas hace del proteccionismo una de sus principales banderas”.
Por supuesto, no faltó la observación progre: “El problema no es el inmigrante, sino cuando se concentra la riqueza en pocas manos”.
“Ganó alguien que representa la crisis de la representación política producto de la implementación de políticas neoliberales”.
“Lo maravilloso del pueblo de EEUU es que votó por lo que está sintiendo económicamente, a pesar de los exabruptos y de los estereotipos”.
“Acaba de ganar alguien que en sus empresas hace del proteccionismo una de sus principales banderas”.
Por supuesto, no faltó la observación progre: “El problema no es el inmigrante, sino cuando se concentra la riqueza en pocas manos”.
Aplaudían,
entre otros, Héctor Recalde, Axel Kicillof, Andrés Larroque, Wado de Pedro,
Martín Sabbatella, Carlos Tomada, junto a los intendentes de Avellaneda,
Florencio Varela y Berazategui.
D’Elía,
por su parte:
“Algunas
medidas que va a tomar Donald Trump me suenan bien al oído. Dicen las malas
lenguas que el plan económico de Trump es bajar el impuesto a las ganancias de
los trabajadores y a los sectores medios ”.
“Por otro lado planea fomentar el retorno de las empresas a EEUU. Acá teníamos empresas norteamericanas, pero no con tratados de libre comercio. Teníamos a General Motors, ala que
Cristina le dio 70 millones de dólares en préstamos, pero no
con tratados de libre comercio. Los cuidábamos como si fueran empresas
nacionales, pero no les permitíamos que trataran a nuestros trabajadores en
condiciones humillantes”.
“[Trump] plantea volver más competitivo a EEUU. Está bueno. Quiere levantar barreras proteccionistas. Que se acabe el acuerdo TPP. Y después incrementar las barreras arancelarias con China y México. Todo esto son medidas proteccionistas del mercado interno. ¿Trump es el jefe del kirchnerismo en EEUU?”
“Lo digo en joda, obviamente. Es un loco, un xenófobo, un misógino. Pero el tipo dice que este capitalismo de buitres no va, y esto es lo que votó el pueblo norteamericano” (tomado dehttp://www.perfil.com/internacional/trump-presidente-delia-festejo-el-voto-contra-la-sociedad-capitalista-financiera.phtml).
“Por otro lado planea fomentar el retorno de las empresas a EEUU. Acá teníamos empresas norteamericanas, pero no con tratados de libre comercio. Teníamos a General Motors, a
“[Trump] plantea volver más competitivo a EEUU. Está bueno. Quiere levantar barreras proteccionistas. Que se acabe el acuerdo TPP. Y después incrementar las barreras arancelarias con China y México. Todo esto son medidas proteccionistas del mercado interno. ¿Trump es el jefe del kirchnerismo en EEUU?”
“Lo digo en joda, obviamente. Es un loco, un xenófobo, un misógino. Pero el tipo dice que este capitalismo de buitres no va, y esto es lo que votó el pueblo norteamericano” (tomado dehttp://www.perfil.com/internacional/trump-presidente-delia-festejo-el-voto-contra-la-sociedad-capitalista-financiera.phtml).
Y por
último, Atilio Borón, profesor universitario afín al chavismo-castrismo,
sostuvo que el nuevo gobierno [el de Trump] “en materia identitaria y de género
es un giro a la derecha, pero con su política económica tengo mis dudas”.
“Con Trump se acabó el ciclo neoliberal iniciado por los Bush y viene un ciclo proteccionista”.
“Trump no me entusiasma, pero puede ser importante que cambie el clima respecto al libre comercio y al mundo financiero. Hay que hacer un esfuerzo, ver qué hay debajo de Trump” (http://radiocooperativa.com.ar/atilio-boron-con-trump-se-acabo-el-ciclo-neoliberal-iniciado-por-los-bush/).
“Con Trump se acabó el ciclo neoliberal iniciado por los Bush y viene un ciclo proteccionista”.
“Trump no me entusiasma, pero puede ser importante que cambie el clima respecto al libre comercio y al mundo financiero. Hay que hacer un esfuerzo, ver qué hay debajo de Trump” (http://radiocooperativa.com.ar/atilio-boron-con-trump-se-acabo-el-ciclo-neoliberal-iniciado-por-los-bush/).
Al
margen de los cuestionamientos “en materia identitaria y de género”, en estas
declaraciones se observa una coincidencia de fondo, en el plano de la política
económica, con Trump (o con los partidarios del Brexit; o con la extrema
derecha, europea y de otras partes). Desde el punto de vista ideológico y
político, el mensaje central del “nac & pop” criollo a las masas oprimidas
es que el nacionalismo es la solución de sus padecimientos.
En
otros términos, se le dice a los trabajadores que la lucha no debe ser contra
el capital –sea nacional o extranjero, grande o chico, financiero o industrial-
sino contra algunas de sus formas particulares. Como si los males del
capitalismo estuviera en sus particularidades, y no en su universalidad. Aunque
en esto no hay ingenuidad ni confusión. Se trata de políticos e ideólogos
conscientes de que el nacionalismo es una vía segura para atar a la clase
obrera detrás del carro de la colaboración de clases (o de someter a la clase
obrera al dominio de burocracias de Estado). Por eso también, a ese mensaje
nacionalista también le es funcional la táctica de “unir fuerzas contra el
enemigo principal, el neoliberalismo”. Es la clásica política de los partidos
Comunistas, de los “frentes populares con la burguesía nacional y progresista”,
que hoy adoptan alegremente no solo organizaciones y dirigentes que vienen del
tronco stalinista, sino incluso algunos partidos trotskistas (Argentina es un
ejemplo).
En
este último respecto, es necesario destacar que incluso en sectores que se
consideran de la izquierda radical se ceden posiciones al nacionalismo, y a la
colaboración de clases. De hecho, existe una línea de continuidad que arranca
en los “marxismos nacionales”, pasa por todas las variantes de los progresismos
“nac & pop”, y termina en la extrema derecha fascista y xenófoba. Esto es,
el trotskista que años atrás agitaba la consigna de “fuera los gallegos” (sic, para referirse a los
capitalistas propietarios de Aerolíneas Argentinas); o que explicaba que “los
obreros españoles viven bien porque España explota a Argentina”; o que afirmó
hace poco que el Brexit “fue un voto anticapitalista”, no puede sorprenderse cuando la
lógica de la exaltación nacionalista termina en triunfos como el de Trump.
Seguramente ahora estará disgustado, y hasta angustiado; pero debería
reconsiderar seriamente lo que dijo e hizo.
En un
marco más general, estamos asistiendo a una ola de alcances mundiales de
nacionalismo y xenofobia. Millones de personas, explotadas por los poderosos,
por el capital y el Estado, confían en el programa nacionalista. Pero hay que
resistir esta marea. Hay que empezar por convencer a la gente de izquierda, o
con sentimientos genuinamente progresistas, de que las contradicciones del
capital no se superan encerrándose en las fronteras nacionales, sino acabando
con la propiedad privada del capital. Apoyar guerras comerciales a favor de una
u otra fracción de la burguesía, solo alimentará la xenofobia y la división de
los pueblos. Recordemos: en los años 1930 los países se embarcaron en guerras
comerciales y en políticas más y más proteccionistas, cuyo desemboque lógico
fue la guerra, una carnicería humana de proporciones gigantescas. ¿Qué tuvo eso
de progresista?
Agreguemos:
ser proteccionista no determina que un gobierno sea de izquierda, o amigo de
los trabajadores. La España franquista es un ejemplo paradigmático de lo que
decimos. Un caso actual es Corea del Norte: el régimen es extremadamente
proteccionista, y esto no significa ninguna mejora real para los trabajadores,
ni para su autodeterminación u organización. Por eso no hay nada de progresista
en programas económicos como el de Trump, o el Brexit. El nacionalismo y
proteccionismo de gran potencia es absoluta y totalmente reaccionario. Mal que
les pese a los progres castristas chavistas y a todos los nacionalistas
“revolucionarios”. La realidad es que, dado el desarrollo que han adquirido las
fuerzas productivas, el internacionalismo es una necesidad; y es la única
salida realmente progresista para la humanidad.
Subrayamos
por último: lo central es resistir el patrioterismo, que todo lo invade e
infecta. Tomemos conciencia de que el internacionalismo no se reduce a campañas
de solidaridad con tal o cual injusticia que se comete en el mundo. Hoy, ser internacionalista
significa razonar siempre desde el punto de vista del antagonismo de clase, y
no desde el punto de vista de “mi país”. Es el ABC de una posición crítica
del capitalismo, y el pilar de la independencia de clase.
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