El fotón y
la
democracia económica
1 de febrero de 2020
Por Valentín Tomé (Rebelión)
El interior
del Sol, y de las estrellas en general, es un lugar extremadamente denso, en el
que se crea la luz que llega constantemente a nuestro planeta. Desde hace
tiempo se sabe que esa luz está formada por pequeños “paquetes” (cuantos) de
energía conocidos como fotones. En el caso de nuestro astro rey, el origen de
esos fotones hay que hallarlos en la liberación de energía provocada por las
reacciones de fusión de átomos de hidrógeno en átomos de helio. Desde que son
emitidos en el núcleo solar los fotones sufren millones y millones de
interacciones con núcleos atómicos, haciendo que el ascenso a las capas
externas sea casi una misión imposible, de tal manera que pueden tardar miles o
incluso decenas de millones de años en salir al exterior… sí, ha leído bien,
¡decenas de millones de años!.
Sin estos fotones, la Vida en
nuestro planeta no sería posible. Gracias a su aporte energético se producen
ciertas reacciones químicas en el organismo que posibilitan el crecimiento y
desarrollo en los animales y plantas que viven en Uno de los grandes motores de la civilización ha sido el dominio de las fuerzas de
Pero
como todos sabemos, los combustibles fósiles son finitos y el ritmo depredador
que sostiene nuestro modelo de consumo hace que estemos próximos a su fin,
razón por la cual las energías renovables y su dominio se han convertido en el
paradigma tecno-científico dominante de nuestro tiempo. Y en estas, el ser
humano tornó de nuevo su mirada hacia el
Sol y se dio cuenta que igual que sus fotones posibilitaban
la Vida, podían también nutrir nuestras necesidades energéticas.
En la actualidad, Extremadura,
con 12 parques fotovoltaicos en construcción y 61 proyectos más en tramitación,
bulle con el negocio de la energía solar fotovoltaica. Entre ellos, se
encuentra uno de los más grandes de Europa: la planta fotovoltaica "Núñez
de Balboa", que Iberdrola desarrolla en Usagre (Badajoz), y que según
afirman sus voceros, sus más de 1.400.000 paneles solares repartidos por un
territorio de aproximadamente
Como
ocurre tantas veces en el mundo de los negocios, la realidad predicada no
coincide con la realidad experimentada. Recientemente, un juez ha imputado a
Iberdrola por expropiación irregular de la finca en la que se encuentra su
planta de Usagre, que además afecta a una zona de acuíferos y yacimientos
arqueológicos protegidos. Mientras, los beneficios para el territorio han sido
mínimos. En la etapa de promoción, el Ayuntamiento de Usagre llegó a publicar
en sus redes sociales un bando en el que informaba de la creación de 1.800
puestos de trabajo. Sin embargo, en la construcción de la central han
intervenido no más de 150 personas del municipio y alrededores, y el
mantenimiento de la planta fotovoltaica Núñez de Balboa no creará más de diez
empleos. Como ocurre con todas las empresas generadoras, el valor de la
instalación será evacuado por una línea de alta tensión sin que redunde ni un
solo euro en beneficio del territorio, y, además, el municipio también pierde
por el lado tributario porque, para incentivar el uso de renovables, las
administraciones locales exoneran un 95% del Impuesto de Construcciones que va
unido a la licencia de obras.
Es ahora ya evidente que
estos parques solares no traerán la riqueza y el desarrollo prometido a nuestra
región. Del caso de Usagre, podemos extraer varias conclusiones. Primera, este
tipo de instalaciones pueden dañar nuestro patrimonio natural (afectación de
acuíferos, tala de árboles…) e incluso el arqueológico. Segunda, son
escasamente intensivas en mano de obra, y una vez finalizada su instalación
funcionarán de manera totalmente automatizada como ya ocurre desde hace años
con las centrales hidroeléctricas. Tercera, las exenciones fiscales, en el
plano local, regional y nacional, de las que gozan estos proyectos hacen que su
contribución a las arcas públicas sea mínima. Por último, y no menos
preocupante, perpetúan el modelo oligopólico energético dominante en nuestro
país al centralizar la producción, permitiendo a un pequeño grupo de multinacionales controlar el
mercado haciendo que tengamos una de las energías más caras de Europa.Volviendo al inicio, ¿qué lección podemos extraer de ese viaje homérico y azaroso que realiza el fotón desde el núcleo solar hasta nuestro planeta? Pues que no existe bien más público y universal (de Universo) que
Desgraciadamente
no es este el modelo que están fomentando nuestras administraciones, siempre
celosas de que nuestras élites económicas no pierdan sus privilegios. Así,
podrá darse el absurdo de que un vecino o vecina de Usagre, Torrecilla de la
Tiesa o Talayuela esté pagando una de las energías más caras de Europa,
procedente de un parque fotovoltaico situado a escasos metros de su vivienda, y
cuyos paneles podrían estar en el tejado de su vivienda, absorbiendo la energía
de esos fotones que el Sol
esparce de manera democrática.
Valentín Tomé, coordinador de IU Navalmoral de la Mata (Cáceres) y concejal de este ayuntamiento por "Unidas por Navalmoral"
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