Capital financiero imperialista en África: sobreexplotación de la clase trabajadora y robo de riquezas naturales
Yves Mwana Mayas y Cesar Neto
(...)La intensificación de la explotación capitalista y sus consecuencias
Lenin escribió que: «El capital financiero, concentrado en muy
pocas manos y que goza del monopolio efectivo, obtiene un beneficio
enorme, que se acrecienta sin cesar con la constitución de sociedades,
la emisión de valores, los empréstitos del Estado, etc., consolidando la
dominación de la oligarquía financiera e imponiendo a toda la sociedad
un tributo en provecho de los monopolistas»[9].Cuando Lenin dice que: «imponiendo a toda la sociedad un tributo en provecho de los monopolistas«, se puede traducir hoy en:
- Sobreexplotación de los trabajadores: através de bajos salarios, exposición a productos químicos cancerígenos, a los accidentes de trabajo (Río Tinto reconoce que solo en 2018 tres trabajadores perdieron la vida por “fatalidad”)
- Trabajo infantil: El trabajo infantil en la minería de Congo, por ejemplo, causa innumerables muertes de niños, solo una demanda presentada en los EEUU señala la muerte de 14 niños en los deslizamientos de tierra.[10] De los túneles de las mineras. En Costa de Marfin, la cosecha de cacao para Nestlé se realiza con trabajo infantil[11].
- Destrucción del medio ambiente: No hay minería sin destrucción. Las más de trecientas muertes en la mina de Brumandinho, en Brasil, es un ejemplo trágico. Pero existen otras formas como la há outras formas como la remoción forzada de 10.000 familias en el Congo para que pueda ser explotado el cobalto para Tasla, Microsoft, Dell, Google, etc.[12]
- Robo de materias primas: Hace décadas Francia explota uranio en Nigeria. Paga apenas 5,5% de impuestas y se queda con el 94,5% liquido de facturación. Las luces que iluminan Paris, la Ciudad de Luz, es generado por el uranio de Nigeria. La horrible imagen de la pobreza de ese país es consecuencia de la “belleza parisina”.
- Robo de tierras y recursos naturales: El encantador té inglés está manchado de sangre de los campesinos expulsados de sus tierra en Kenya[13], la propaganda institucional de Unilever dice «2.5 billones de personas en el mondo usan Unilever» pero lo que la propaganda no dice es que ese imperio fue construido con el robo de tierra, trabajo esclavo y apropiación de riqueza natural en el Congo ocupado por los imperialistas belgas e ingleses. Y como si eso fuera poco, 150 años de genocidio e impunidad; guerras civiles y guerras entre países.[14]
De esta manera «El monopolio, por cuanto está
constituido y maneja miles de millones, penetra de un modo absolutamente
inevitable en todos los aspectos de la vida social, independientemente
del régimen político y de cualquiera otra ‘particularidad’.”, esta
cita de Lenin hecha hace más de cien años continúa siendo una verdad.
Existen varios ejemplos, uno de los más escandalosos se dio durante la
guerra civil en Angola, al final de la Guerra Fría. El MPLA alineado con
la URSS era atacado por la UNITA, que era financiada por África del Sur
y por EUA. En esto la empresa de diamantes de Anglo American, De Beers,
con sede en África del Sur se declaró neutral en el conflicto y tenía
una ruta aérea que llevaba el diamante producido y retornaba con
alimentos. De esta forma, nadie se incomodaba con nadie. De la misma
manera que hoy ellos invierten en América Latina sin cuestionar el
perfil del gobierno. Los grupos financieros antes mencionados no tienen
problema con la matriz política de los gobernantes. Ellos pueden ser
derechistas como Piñera en Chile, o Duque en Colombio. O pueden ser los
supuestos gobiernos rebeldes de Evo Morales, en Bolivia, o de Maduro en
Venezuela.
Entonces todos son negociables y la táctica usada es siempre la
misma: negociar. Y fue así que los gobiernos del progresista PT, a
través de Lula y Dilma, prestaron a Black Rock, con intereses bajos 26
millones de reales[15].
En contraparte, en las elecciones de 2010 y 2012, Black Rock contribuyó
con la campaña electoral de los tres principales partidos de la orden
burguesa: PT, PSDB y PMDB.
Esos ejemplos demuestran con total claridad, lo acertado de las tesis centrales de El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo, de
Lenin, y más como la dominación imperialista en África anda de manos
dadas con las élites gobernantes y el silencio cómplice de muchas
organizaciones que se dicen representantes de los trabajadores y del
pueblo pobre.
Lucha por la independencia. Importantes victorias, pero fueron victorias parciales
Entre el final de los años 1950 hasta el final de los años 70 hubo un
largo periodo de luchas por la independencia, que resultaron en grandes
transformaciones en la relación colonial. Diversos países subyugados de
África conquistaron su independencia. Decimos que fue una gran
victoria, pero una victoria incompleta. Alejandro Iturbe, editor de la
revista Correo Internacional afirma: «En cada país, los
procesos tuvieron especificidades, pero con muchos rasgos y elementos
comunes. Uno de ellos, es el del carácter de las direcciones que los
encabezaron. Estos movimientos de liberación nacional fueron
organizaciones de ideología y programa nacionalista burgués con fuerte
impronta antiimperialista (aunque algunas se autodefiniesen como
“marxistas leninistas”), direcciones pequeñoburguesas y base
plebeya-popular».[16]
Las masas libraron luchas heroicas de resistencia al colonialismo, en
primer lugar, y a lo largo del tiempo transformaron la lucha de
resistencia en lucha abierta por la independencia. Las masas con sus
luchas hicieron su parte, pero las direcciones no fueron hasta las
últimas consecuencias.
Las direcciones de esas luchas quedaron a la mitad del camino.
Primero porque trataron de frenar y controlar el ímpetu de las masas y
de ese modo “congelando los procesos de rebeldía”. En segundo lugar, en
la medida que su programa era esencialmente nacionalista burgués, no
avanzaron en la expropiación de las grandes propiedades capitalistas, en
la nacionalización de la explotación minera, en la expulsión del
capital extranjero y en otras medidas de corte anticapitalista.
Podemos decir que fue una importante victoria política. Sin embargo,
como no se avanzó en los temas económicos, en pocas décadas,
retrocedieron, y muchos gobiernos se transformaron en sanguinarias
dictaduras.
La lucha por la segunda independencia
El congelamiento de la lucha independentista trajo serios daños para
el continente africano. El primer gran problema es que, al no expropiar a
la burguesía, no expulsar al imperialismo, estos poco a poco fueron
fortaleciéndose y criando una élite dirigente negra, ultra reaccionaria y
el resultado final ha sido el crecimiento temible de la pobreza. El
Banco Mundial reconoce que “el número de africanos que viven en la
pobreza aumentó, y la pobreza global se torna cada vez más africana[17].
En el mismo informe, el Banco Mundial dice: “Si las circunstancias
permanecen igual, se espera que la tasa de pobreza [global] caiga apenas para 23%, hasta 2030 y la pobreza global se tornará cada vez más africana, pasando de 55% en 2015 a 90% en 2030.
Mientras el Banco Mundial afirma que “Recursos públicos limitados
desafían el financiamiento de la agenda de la pobreza”, es decir
reconoce que los gobiernos no tienen dinero para combatir la pobreza por
falta de recursos, porque no reciben impuestos de las transacciones
financieras, de las transacciones comerciales y por la evasión fiscal.
Sin embargo, la solución al problema en sentido opuesto es colocada por
la Comisión Económica para África, organismo de la ONU, que defiende la
libre transacción financiera; e imponer y financiar la estructura
necesaria (caminos, puertos, energía eléctrica, internet, etc) para la
aplicación de los tratados de libre comercio con los BRICS y Free Trade
Área.[18]
Tal situación económica que genera la condición en el continente
puede ser observada también en otras expresiones de una economía
colonial. Datos de 2015[19]señalan que:
- Los países africanos recibieron US 161,6 billones en 2015 –principalmente en préstamos, remesas personales y ayuda en forma de donaciones. Sin embargo, US 203 billones fueron retirados de África, directamente– principalmente por medio de empresas que repatrian ganancias y mueven dinero ilegalmente para fuera del continente”
- Los países africanos reciben cerca de US 19 billones en ayuda en forma de donaciones, pero más de tres veces ese valor (US 68 billones) es retirado en fuga de capitales, principalmente por empresas multinacionales que deliberadamente informan erróneamente el valor de sus importaciones o exportaciones para reducir impuestos.
- Mientras los africanos reciben US 31 billones en remesas personales de otros países, las empresas multinacionales que operan en el continente repatrian una cuantía semejante (US 32 billones) en ganancias para sus países de origen, cada año.
- Los gobiernos africanos recibieron US 32,8 billones en préstamos en 2015, pero pagaron US 18 billones en intereses y pagos de parte del capital de la deuda, con el nivel general de deuda aumentando rápidamente.
- Se estima que 29 billones por año son robados de África en la explotación ilegal de madera, pesca y comercio de animales silvestres/plantas
En este sentido, la necesaria lucha por la segunda independencia
significa expulsar del continente a las potencias imperialistas junto
con sus empresas y bancos. Para el articulista de Correo Internacional,
Américo Gomes, eso solo será posible utilizando «el método
de lucha de la clase trabajadora, dirigido contra el imperialismo pero
también contra la nueva burguesía africana y sus gobiernos fantoches,
rompiendo con todas las direcciones reformistas y nacionalistas, que no
plantean estas tareas como imprescindibles[20]«.
La resistencia ya comenzó
Analizamos que la paciencia de los pueblos africanos está llegando a
su límite, pues en muchos países, antiguos dictadores están cayendo, uno
por uno. Comenzó en 2011, con las protestas de masa que derribaron al
Presidente Zine el-Abidine Ben Ali, de Tunisia, que estaba en el poder
hace 23 años. En 2014 vimos las movilizaciones en Burkina Faso que
derrumbaron al dictador Blaise Compaoré, el mismo que había aplicado un golpe de Estado a Thomas Sankara en 1987.
El año 2017 marcó el fin de los 40 años de gobierno de Robert Mugabe,
en Simbabue. Y ese mismo año, después de 38 años en el poder, José
Eduardo dos Santos vio terminado su gobierno en Angola.
Ya en 2019, después de 18 años en la presidencia Joseph kabila fue
obligado a convocar a elecciones y pasar las llaves del palacio. En ese
mismo año, menos suerte tuvo el presidente de Sudan, Omar al-Bashi, que
tuvo su gobierno de 30 años interrumpido por una insurrección. Y en
Argelia, gigantes movilizaciones acabaron con los 20 años de gobierno de
Abdelaziz Bouteflika.
La lista de derrocamientos de dictadores debe y podrá aumentar en
2020. Puede ser que algunos caerán de maduros como el presidente de
Camarones, Paul Biya, con 86 años y hace 37 años en el poder. Y algunos
otros dictadores intentarán equilibrarse en el poder alterando las
Constituciones de sus países.Así, entre ellos podemos citar: Denis
Sassou Nguesso de República de Congo, es general del ejército, habiendo
recibido entrenamiento militar en Francia. Sassou Nguesso parece que
gusta mucho del poder, pues el primer mandato fue de 11 años (1979 a
1992), el segundo mandato gobernó hace 23 años. Otro ejemplo es de
Eritrea, el impagable Isaias Afwerki que está hace 16 años en el cargo y
sin haber realizado nunca elecciones. Y no podemos dejar fuera a Paul
Kagame de Ruanda que está hace 19 años en el poder.
Otros también podrán tener días difíciles en 2020, como a Guiné
Equatorial, Teodoro Obiang Mbasogo, que hace 40 años en el poder y aún
en Uganda. Yoweri Museveno, hace 33 años gobernando el país.
Lo que podemos afirmar también es que en África del Sur la crisis
económica sigue su curso. Como consecuencia observamos la permanencia de
Jabob Zuma que gobernó de 2009 a 2018 y después de sucesivas denuncias y
escándalos financieros fue presionado por el Congreso Nacional,
presidido por su partido, y fue obligado a renunciar. Entonces, Cyril
Ramaphosa asumió un mandato temporal y posteriormente fue electo
presidente, en mayo de 2019. De esta forma, África del Sur es un país en
profunda crisis a causa de la desindustrialización, el desempleo, una
economía en sucesivas contracciones, y podemos esperar que el recién
electo gobierno de Ramaphosa será un gobierno de crisis.
Los trabajadores y la juventud, después de 50 o 60 años de las luchas
independentistas, son una generación sin memoria de la experiencia del
colonialismo y su principal referencia son los efectos de los ajustes
estructurales, la globalización, dictaduras y de todos los efectos
nocivos del neoliberalismo.
La permanencia de los gobiernos anteriormente descritos –vía
movilización o mismo vía elecciones– son parte de este proceso de
experiencia y búsqueda de alternativas. Así, creemos que debemos
participar y apoyar todas las luchas en curso, sean estas por salarios, o
por derechos juveniles, o contra las dictaduras. Sin embargo, en esas
luchas debemos colocar la necesidad de una segunda independencia, con
una ruptura real con el imperialismo y la construcción de una nueva
sociedad, más justa, igualitaria y fraterna, una sociedad socialista.
Fuente: http://litci.org/es/menu/mundo/capital-financiero-imperialista-en-africa-sobreexplotacion-de-la-clase-trabajadora-y-robo-de-riquezas-naturales/
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