Una casa, un proyecto,
una familia: la vida
25 de marzo de 2019
25 de marzo de 2019
Venceremos
Existe en Córdoba Capital, en el barrio Observatorio, una casa que
no está dispuesta al olvido; existe detrás de ella, un proyecto político que
nunca dejó de latir. A mediados de 1973 se inician allí las tareas más arduas
de construcción de una imprenta subterránea.
En la parte de arriba vivía una familia integrada por
Córdoba. Transitaba hasta allí para que nadie sospechara que en esa casa no vivía únicamente la familia tipo para
Nadie imaginaba que allí había una trinchera que producía día y
noche dos diarios que se distribuían por toda la provincia cordobesa y por el
norte de nuestro país. Nadie jamás se imaginó, que ése era un centro político
de vida y lucha por la existencia de otro mundo.
La construcción de la imprenta ubicada bajo tierra fue el resultado de un esforzado trabajo realizado durante el periodo de un año y medio.
En conjunto con compañerxs dela organización Tupamaros
de Uruguay, más ingenieros, arquitectos, albañiles y técnicos de la
construcción, se trabajó en el armado de esta estructura, se trabajó en la
apuesta porque efectivamente las ideas jamás se mueran.
La construcción de la imprenta ubicada bajo tierra fue el resultado de un esforzado trabajo realizado durante el periodo de un año y medio.
En conjunto con compañerxs de
Por fuera, una casa como cualquier otra, dos ventanas, una puerta y un portón. Por dentro y a
una gigantesca y modernísima impresora Offset importada de Alemania, una Guillotina y demás maquinaria necesaria, no era para nada una tarea sencilla. Menos, hacerla sin despertar sospechas. Así, los días pasaban y el proyecto iba tomando forma, entre bolsa y bolsa de tierra que a la noche era tirada al río. Crujía desde lo más profundo de la tierra una de las mayores formas de defender la convicción por la vida.
El acceso a la
imprenta podía realizarse desde dos entradas situadas en la cocina y es, hasta
el día de hoy, una obra imposible de dimensionar: a partir del corrimiento de
un aparador, era posible pisar lo invisible del montacargas que descendía hacia
la imprenta. Desde
el otro costado, se corría una pared que ocultaban dos baldosas en el suelo.
Una de ellas encubría una angosta escalera que comunicaba la planta alta con
los dos subsuelos insonorizados. Bajo Tierra, a unos cuatro metros, el primer
subsuelo era utilizado como depósito de papel y tinta; en el segundo, a diez
metros desde la cocina, se extendía un espacio en forma de arco de cinco metros
de ancho por veinte metros de largo, que contaba con un baño y una habitación
usada como laboratorio.
Allí, en el salón principal,
se encontraban las máquinas que imprimían unos 70mil ejemplares mensuales de
los periódicos El Combatiente, órgano del PRT y Estrella Roja, órgano del ERP.
Una vez empaquetados, eran llevados a la superficie mediante el montacargas,
éste como si fuera un ascensor los elevaba hasta la superficie para ser subidos
a la F 100.
Como muchxs no
conocen, el PRT-ERP, pese a las diferencias políticas, mantenía una muy buena
relación con las organizaciones del peronismo revolucionario, tal es así como
“el Gringo Franco”, obrero gráfico calificado, militante del FAS (Frente
Antiimperialista y por el Socialismo) y del FRP (Frente Revolucionario
Peronista) entrenó a una pareja de compañerxs del PRT durante un mes y medio en
el manejo de todo lo necesario para el funcionamiento de dicha imprenta. Miguel
Barberis y Matilde Sánchez aprendieron de tintas, papeles, maquinaria en
general, producción de libros y volantes. Así, convertidos en obreros gráficos,
cumplían jornadas de muchas horas y como si fueran topos, responsables de poner
en actividad la imprenta subterránea, las ideas, lecturas políticas,
producciones y definiciones, brotaban como semilla.
La presencia de
quienes habitaban la obra maestra era invisible para cualquiera, salvo para los
demás habitantes de la casa, con los que compartían no sólo un proyecto
político, sino un sueño que se cumplía en cada paso que daban. Arriba una
supuesta herrería de casa de familia, abajo, la batalla de ideas a llama
encendida.
Una llamada
inesperada interrumpió los quehaceres habituales. Desde Buenos Aires, logran
avisar a tiempo a los habitantes de la casa.
Habían sucedido una serie de allanamientos en la localidad de San Andrés, éstos vinculados al sector de Propaganda del Partido por lo que era necesario salir con urgencia de allí. No había tiempo para recoger juguetes, ropa o alguna mochila con provisiones, lo único que importaba era salir y dirigirse hacia los refugios ya previstos. Tal es así, que el mismo 12 de julio de 1976, un fuerte operativo militar y provincial a cargo del coronel Carlos Alfredo Carpani Costa, allana la propiedad sin encontrar a nadie dentro, ni rastros de una imprenta.
Tardaron más de diez días en encontrarla.
La familia entera logra refugiarse en Buenos Aires, sin embargo en 1977,Victoria , Héctor, Miguel y Beatriz pasan a formar
parte de las listas de lxs compañeros desaparecidos que buscamos hasta el día
de hoy.
Habían sucedido una serie de allanamientos en la localidad de San Andrés, éstos vinculados al sector de Propaganda del Partido por lo que era necesario salir con urgencia de allí. No había tiempo para recoger juguetes, ropa o alguna mochila con provisiones, lo único que importaba era salir y dirigirse hacia los refugios ya previstos. Tal es así, que el mismo 12 de julio de 1976, un fuerte operativo militar y provincial a cargo del coronel Carlos Alfredo Carpani Costa, allana la propiedad sin encontrar a nadie dentro, ni rastros de una imprenta.
Tardaron más de diez días en encontrarla.
La familia entera logra refugiarse en Buenos Aires, sin embargo en 1977,
El Enemigo de todo
un proyecto
Después de vallar las calles paralelas a la cuadra de Fructuoso Rivera 1035,la Brigada Aerotransportada
IV , con asiento en La Calera, del Tercer Cuerpo del Ejército
decide instalar allí un Centro Clandestino de Detención y Torturas y de esa
forma, desplegar su manto negro en el lugar. A partir de ese momento, comienzan
a salir de la casa grupos de tareas que secuestraban, detenían y torturaban a
todxs aquellxs que apostaron por construir otras formas de humanidad.
Después de vallar las calles paralelas a la cuadra de Fructuoso Rivera 1035,
Por aquel centro,
pasaron militantes del PRT-ERP y de otras organizaciones que se encuentran
hasta hoy desaparecidxs. Los rastros de aquel bello espacio de vida y
resistencia, hicieron que cuando la hermana de Victoria ,
María Abdonur, tuvo la mala suerte de ingresar como detenida con los ojos
vendados, al correrse la venda pudiera reconocer gracias a los coloridos
azulejos característicos de la cocina, dónde estaba y qué había sucedido con la
casa de su hermana.
Un año funcionó
como lugar de muerte, ubicado a pocas cuadras del centro de la Ciudad, en un
barrio de trabajadores, rodeado de miradas curiosas que sospechaban de los
nuevos movimientos del lugar. Desde entonces, el inmueble quedó deshabitado
hasta 1979.
Historia de un juicio, una lucha impostergable
En el año 1979, después de que la casa fuera abandonada por el Ejército, el Juez Federal de nombre Miguel Puga, que en aquel entonces tenía a su cargo el Juzgado N°2, decide disponer de la propiedad y por motus propio, como si nada pasara, “prestársela” a un empleado de Tribunales, Héctor Varela. De esta forma, el magistrado, emite un Certificado a nombre de Ofelia Cejas, esposa de Varela, como Depositaria Judicial.
La lucha por la justicia y por defender la memoria de nuestro pueblo logró que en el año 2012 Miguel Puga fuera procesado por complicidad con la dictadura cívico militar. Pese a ello, desde 1979 hasta hace dos semanas del corriente 2019,la familia
Varela-Cejas vivió allí.
Historia de un juicio, una lucha impostergable
En el año 1979, después de que la casa fuera abandonada por el Ejército, el Juez Federal de nombre Miguel Puga, que en aquel entonces tenía a su cargo el Juzgado N°2, decide disponer de la propiedad y por motus propio, como si nada pasara, “prestársela” a un empleado de Tribunales, Héctor Varela. De esta forma, el magistrado, emite un Certificado a nombre de Ofelia Cejas, esposa de Varela, como Depositaria Judicial.
La lucha por la justicia y por defender la memoria de nuestro pueblo logró que en el año 2012 Miguel Puga fuera procesado por complicidad con la dictadura cívico militar. Pese a ello, desde 1979 hasta hace dos semanas del corriente 2019,
Una nueva pisada en el camino por defender la vida: la recuperación de la memoria histórica que contiene Fructuoso Rivera 1035
Allá por el 2005, más precisamente el 8 de noviembre de dicho año, Walter el hijo mayor de
Poco tiempo después, aparece una escritura con la fecha del 1º de abril de 1976 en la cual se exponía una supuesta venta de la propiedad por parte de los padres de Walter y César, a
Sin embargo, el
enemigo no se queda quieto tan fácilmente. Aparece en la causa una apelación
que demoraba la ejecución de la sentencia, hasta posiblemente tres años. Frente
a esta situación, Carlos “Vasco” Orzaocoa y Pedro el “Negro” Salvadeo,
resignaron el cobro de sus honorarios que ascenderían a más de medio millón de
pesos, a cambio de que la escribana retire la apelación que había elevado el
expediente a una Cámara Civil Comercial. Habiendo quedado Firme la Sentencia a
favor de los herederos Walter y César Martínez, se procedió al desalojo de los
ocupantes y la ocupación por sus legítimos propietarios.
Así fue como el pasado viernes 15 de marzo, un grupo de compañerxs, entre ellxs varixs de Venceremos, junto a los hijos de
Walter y César Martínez quieren que esa casa se convierta en un lugar para preservar la memoria de sus padres y de todos sus “tíxs”revolucionarixs de los 70, para recrear los sueños y proyectos de esa generación.
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