Por un ecosocialismo
de combate
30
de abril de 2019
Por Daniel
Tanuro
Viento Sur
La
CSI quiere creer que una "gobernanza democrática" que integre la
"transición justa" abriría "nuevas oportunidades" y crearía
masivamente "empleos verdes", buenos y "decentes". Esas son
ilusiones. Los capitales invertidos en la "transición energética" no
anulan de ninguna manera la despiadada ofensiva capitalista contra los
salarios, las condiciones de trabajo y los sindicatos. Alemania está a la
vanguardia a la vez en la energía renovable y en la expansión de una subclase
de trabajadores y trabajadoras pobres. En muchos países, los gobiernos utilizan
la ecología para desmantelar los bastiones sindicales en los sectores
tradicionales. La respuesta no consiste en la participación sindical en la
“gobernanza democrática” del respeto a la competitividad sino en la
construcción de una relación de fuerzas.
El desarrollo de una alternativa
genuinamente sindical a la política de colaboración de clases de los líderes de
la CSI es de importancia estratégica. La clase obrera ocupa una posición
decisiva en la industria y los servicios. Sin su participación activa, una
transformación antiproductivista de la economía será imposible. Pero, ¿cómo se
gana a los trabajadores y trabajadoras para la lucha por la defensa del medio
ambiente? Tal es La autoorganización obrera
¿Qué hacer? Para empezar, es necesario plantear correctamente el problema en el terreno teórico. Porque aquí estamos tocando una cuestión fundamental: el capital no es una cosa sino una relación social de explotación que sujeta a los trabajadores con mayor seguridad que las cadenas. Se quiera o no, este sistema obliga a cada asalariado/a a producir más de lo necesario para satisfacer sus necesidades y realizar esta producción bajo la forma alienada de
Por lo tanto, debemos salir de las condiciones "normales", de la competencia de todos/as contra todos/as. ¿Cómo? Por la organización colectiva, la acción de los explotados/as por sus reivindicaciones. "La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores". Esta célebre frase de Marx es más que nunca válida. Ante la crisis ecológica, el enorme problema de la sumisión/integración de los asalariados/as a la carrera productivista de capital solo puede ser superado mediante la lucha autoorganizada. Conclusión práctica: debe apoyarse cualquier resistencia colectiva contra la austeridad, los despidos, los cierres, incluso de manera crítica (cuando no es realmente democrática, o que su punto de partida es antinómico con la defensa del medio ambiente). Una cosa es cierta: los trabajadores y trabajadoras derrotados en la lucha económica inmediata contra la austeridad no progresarán hacia una conciencia política más elevada, que integre la cuestión ecológica.
El
control obrero y la autoorganización democrática pueden hacer milagros en
términos de conciencia. Incluso a nivel de una empresa. Un "ejemplo"
notable fue proporcionado por los "excedentarios" del sector vidriero
de Charleroi (Bélgica, ndt): tras la lucha contra el cierre de su compañía,
impusieron su reconversión en una empresa pública de aislamiento/renovación de
viviendas (la empresa fue creada pero saboteada posteriormente por los
políticos y la patronal).
Formar la conciencia
ecosocialistaTales ejemplos, sin embargo, siguen siendo excepcionales. En general, la formación de una conciencia ecosocialista requiere un enfoque y experiencias a un nivel más amplio que
Pero
el programa y la lucha no son suficientes. Un ecosindicalismo de combate
requiere mirar más allá de lo interprofesional. Es
necesario concebir una estrategia de convergencia con otros movimientos
sociales (campesinos, jóvenes, feministas, ecológicos). Eso implica abandonar
la idea errónea de que el trabajo es la fuente de toda riqueza. En verdad, por
un lado la explotación del trabajo asalariado presupone la apropiación y
explotación de los recursos naturales que necesariamente proporcionan el objeto
material del trabajo y, por otro lado, la explotación patriarcal del trabajo de
cuidado realizado por las mujeres e “invisibilizado” en el marco de la familia. La
contradicción capital-trabajo está así incrustada en un antagonismo más amplio
entre el capital, por un lado, y la vida y su reproducción, por otro.
Si se sitúa en el centro de este
antagonismo, el sindicalismo puede salir de la defensiva, anudar alianzas con otros movimientos sociales, desarrollar con ellos un proyecto
eco-socialista atractivo.
No se trata de revivir la quimera de una transformación social progresiva por
la acumulación de micro-experiencias que se supone hacen posible la economía de
un enfrentamiento global. Por el contrario, se trata de preparar esta prueba de fuerza a nivel
territorial, desarrollando sistemáticamente prácticas de control, de
solidaridad, de autoorganización y de autogestión. Ellas animarán a los
explotados/as y oprimidos/as a coger las cosas en sus propias manos, a tomar
conciencia de su fuerza, favoreciendo así una toma de conciencia ecosocialista
y feminista global que reforzará al sindicalismo.
Esta propuesta estratégica parecerá a algunos/as muy alejada de
las relaciones de fuerza reales. Que no olviden esto: la calma relativa que
reina en la superficie de las relaciones sociales es engañosa. El capitalismo mutila la vida y la naturaleza. Especialmente
la naturaleza humana. La mayoría de la población se ve obligada a agotarse y a
agotar el medio ambiente en un trabajo alienado, cada vez más inútil,
éticamente insoportable y que produce una existencia miserable. La materia
explosiva acumulada de esta manera puede liberar su energía hacia la izquierda
o hacia la derecha. Es
decir poco que el sindicalismo tiene interés en que se libere a la izquierda. Habrá
más posibilidades de llegar a ello ligando la lucha por la justicia social y la
justicia medioambiental en una perspectiva anticapitalista y antiproductivista.
Daniel Tanuro es el autor de El
imposible capitalismo verde (Viento
Sur-La Oveja Roja, 2011), Cambio
climático y alternativa ecosocialista (Viento
Sur-Sylone, 2016) y Frankestein
en la Casa Blanca.
Trump y el interregno global(Viento Sur-Sylone, 2018).
Traducción: viento sur
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=255349
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