Libertad para los comuneros
15 de abril de 2019
En
medio de la tremenda batalla que estamos librando por la Independencia y el
derecho a vivir en paz que tenemos como pueblo, se desarrollan acciones
incomprensibles por parte de algunos funcionarios del Estado en contra de
los sujetos que están poniendo el pecho, resistiendo y luchando por la Patria,
la Revolución y por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
Es el
caso de 10 comuneros, en el Estado Portuguesa, que están privados de libertad
por ocupar de manera pacífica una empresa propiedad del Estado, Arroz del Alba,
Planta ubicada en el Municipio Steller, cuya operación fue otorgada a una
empresa privada.
¿Qué
demanda la Comuna Agua
de Dios, en ejercicio de sus competencias legales en el ámbito comunal?: Que se
respete la propiedad social, que se expliquen las condiciones legales bajo las
cuales se entregaron activos nacionales a un privado, que se garantice la
estabilidad y condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, que se
reciba la producción de arroz de la zona, que un porcentaje de la distribución
sea vendido en la comunidad. Nada de lo cual cumple en este momento
el operador capitalista.
Por el
contrario, según denuncian trabajadores y comuneros, solo se está ensacando
arroz importado por el Estado cuyo destino de venta se desconoce, se despiden
trabajadores y se precarizan sus condiciones laborales, no se abastece a la
comunidad y no se rinde cuenta de la condición legal en la que
actúan.
Los
comuneros y comuneras han acudido a todas las instancias y la única respuesta
del Estado ha sido el desalojo forzoso por parte de los organismos de seguridad
y la privativa de libertad, por ya más de 60 días, a 10 de sus compañeros,
acusados de montar un Estado paralelo. ¡Dios mío! Es que acaso los
funcionarios del sistema de justicia desconocen la Ley del Plan de la
Patria y las leyes del Poder Popular que emanan del artículo 184 de nuestra
Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Se me dirá
que este no es el momento para ventilar públicamente este caso, pero es que
lamentablemente no solo es este caso. En varios Estados del país, decenas de
campesinos, campesinas, trabajadores, trabajadoras, comuneros y comuneras están
judicializados por defender la propiedad social y ejercer el poder popular. Que
a veces no lo hacen del mejor modo, puede ser cierto, pero en el fondo son
conflictos políticos que tienen que ser resueltos con métodos políticos.
Yo sí
creo que, hoy más que nunca, hay que denunciar la creciente
criminalización del Poder Popular, primero porque para reclamar justicia
siempre es el tiempo, segundo porque los sujetos sociales que están
siendo encarcelados, perseguidos, atropellados son los que han dado, están
dando la cara y son los que ponen y podrán el pecho para defender la Patria y a
la
Revolución Bolivariana. No fueron los terratenientes, ni los
capitalistas los que salieron en Abril de 2002 a enfrentar al golpe
fascista, no serán ellos los que salgan ahora.
Es
bien conocido que el fascismo en Chile no comenzó a actuar a partir del
11 de septiembre de 1973, fecha del golpe contra el Compañero Presidente
Allende, ya desde meses antes, a través de la justicia y de los sectores más
reaccionarios de las Fuerzas Armadas, se encarcelaron estudiantes, obreros,
campesinos, se produjeron desalojos de las fábricas y tierras recuperadas. Todo
con el objetivo de debilitar la organización popular y desmoralizar al pueblo
que defendía el proyecto de la Unidad Popular.
Aprendamos lecciones de la historia.
Con
este artículo no busco polemizar con nadie, nunca he hecho política desde la
diatriba personal. Lo escribo desde la obligación moral que tengo con la
memoria del Comandante Chávez, con los principios de nuestra Revolución
Bolivariana y con el pueblo trabajador, campesino, comunero, humilde que
ha sido el protagonista de la construcción de este proceso.
El
pueblo que ha marchado, que ha votado, que resiste todas las penurias de la
actualidad para que la Revolución tenga la Presidencia, la Asamblea Nacional
Constituyente , la casi totalidad de gobernaciones, alcaldías,
Consejos Legislativos y Concejos Municipales no merece que le demos la espalda
frente al atropello de los poderes fácticos que desde ya consuman la
restauración de los viejos métodos de represión, coacción y control clientelar
que habíamos erradicado.
El
poder que nuestro pueblo ha acumulado no puede ser usado en su contra, para
defender lo viejo. Ese poder es para la defensa de la Independencia, para la
construcción de lo nuevo, para la profundización de la democracia participativa
y protagónica, para la igualdad social, para la justicia, para la dignidad del
pueblo.
Compatriotas,
camaradas estamos obligados a ser consecuentes con los que nos dijo Chávez
muchas veces: “No podemos darle la espalda al campesino, al obrero, al
trabajador, al pueblo pobre del campo y de la ciudad, a los jóvenes, a las
mujeres”. Oigamos a Chávez en https://youtu.be/9yTpyfMoQHg
Plantear
estos temas y tomar los correctivos, fortalece la unidad de la revolución. Porque
un pueblo con participación, con poder real tiene más fuerza moral para
enfrentar esta agresión imperial que amenaza la vida de la República.
La
unidad revolucionaria no puede ser solo una consigna repetida mil veces, la
unidad se garantiza desde abajo, desde lo concreto, desde el ejercicio de la
participación y del poder real por parte del pueblo organizado.
Finalmente,
solicitó ante los órganos competentes la libertad de los comuneros procesados y
detenidos en la sede de la
Policía Estadal de Portuguesa, en Acarigua y más allá, de
todos los campesinos, campesinas, trabajadores, trabajadoras,
comuneros, comuneras y cualquier activista del Poder Popular que este en las
mismas condiciones.
El
pueblo sabio y libre que protagonizó la rebelión del 13 de abril de 2002 y que
hoy sigue en rebelión contra la agresión imperialista, no merece ser
encarcelado. Merece que se le reconozca el ejercicio democrático y protagónico
de su poder. Para eso los formó Chávez.
En
estos días de la Semana
Santa , ratificamos la opción de Cristo por los humildes, por
los excluidos, por los atropellados de todas las horas. Que Dios nos acompañe.
Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/libertad-para-los-comuneros/
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