Circuitos coca-cocaína
Entrelazamientos de la
economía política de la cocaína
Raúl
Prada Alcoreza
Se
puede intentar mapear la economía de la cocaína; hay que tener en cuenta las
distintas esferas de la producción, de la distribución, del consumo; además de
los distintos mercados, el de la hoja de coca, el de la pasta y el del
clorhidrato de cocaína. Así como hay que distinguir lo que se produce en
Bolivia de lo que pasa como tránsito, sobre todo desde el Perú. Las distintas
esferas tienen sus costos, los distintos mercados tienen sus precios. Se puede
decir, siguiendo estimaciones, que no dejan de ser riesgosas, que el mercado de
la hoja de coca llega a moverse por debajo de los 500 millones de dólares. En
cambio, el mercado de la cocaína, que puede ser de pasta y, en su caso, de
clorhidrato, puede llegar a moverse por debajo de los 200 millones, tratándose
de la pasta, y por debajo de los 400 millones, tratándose del clorhidrato. Un
referente que parece apropiado, hablando de estos mercados, es que la economía
de la coca-cocaína mueve recursos que se encuentran por debajo de los 1000
millones de dólares. Pueden parecer todavía bajas estas estimaciones, cuando
las comparamos con otras que estiman un movimiento superior a los 3000 millones
de dólares. Sin embargo, no buscamos estimar la cifra exacta o aproximada en
espacios de flujos donde no hay registros, por lo tanto, asistimos a unas
dinámicas difíciles de cuantificar, sino requerimos de parámetros y coordenadas
para orientarnos en las magnitudes probables de los flujos de la economía
política de la cocaína.
El
impacto de la economía de la coca-cocaína en la economía nacional también pude
contar con parámetros y coordenadas, las cuales nos sirven como referencia para
movernos en las inciertas cantidades del impacto de lado oscuro de la economía
sobre el lado luminoso de la
economía. Se puede estimar que el impacto puede deducirse al
comparar las participaciones de las economías en determinados rubros; por
ejemplo, cuando conjeturamos que el monto dinerario supuestamente movido por el
circuito coca-cocaína corresponde como al 14% del monto de las exportaciones,
en el caso de la estimación baja, o al 43% de las exportaciones, en el caso de
la estimación alta. Teniendo en cuenta el PIB, suponiendo la estimación baja,
la participación del circuito coca-cocaína corresponde al orden del 2%;
suponiendo la estación alta, corresponde al 7% del PIB. Como se puede ver el
14% de flujo económico no es nada despreciable, aunque el 2% de participación
comparativa respecto a la estructura de actividades económicas parece poco.
Ciertamente el 43% del impacto en el flujo dinerario se presenta como
exagerado, no presentándose así el 7% comparativo respecto as la estructura de
actividades económicas del PIB. Por eso es aconsejable moverse en valores
relativos próximos al 14% y lejos del 43%. Sin embargo, resulta inadecuado
hablar de composición del producto de la economía coca-cocaína pues en cuanto
actividades, éstas no están registradas, ni aportan institucionalmente a la
economía nacional.
De
todas maneras, a partir de estos datos e intervalos referenciales, podemos
sugerir algunas conclusiones iniciales. Cuando hablamos de la economía política
de la cocaína nos concentramos en la valorización de esta economía política, es
decir, en la fetichización dineraria de la ilusión banal de la droga, también
en la fetichización de la riqueza fácil. Empero, no se crea que economía
regional ha desplazado a la economía nacional; su expansión es menor al tamaño
y estructura de la economía nacional. La economía nacional no queda reducida a
la economía de la coca-cocaína; conserva sus propias estructuras y dinámicas.
Tampoco se puede decir que la economía coca-cocaína llega a competir con la
economía nacional; mas bien, es colateral. Se incrusta al cuerpo de la economía
nacional desde la exterioridad a la misma. Lo que no quiere decir que no la afecta. Ahora bien,
regionalmente puede cobrar mayor importancia, debido al peso de la economía en
cuestión en las zonas y en las localidades de alta intensidad de la economía
política de la cocaína.
La
participación promedio en el valor de la producción de la hoja de coca en el
Chapare era desde 1980 hasta 1996 del orden del 78%, de acuerdo a la investigación Causas
y efectos económicos de la coca en el chapare boliviano 1 ; a la fecha, en la
segunda década del siglo XXI, se puede estimar que el valor de la producción de
la coca y el circuito de la cocaína es mayor, por lo menos se puede suponer que
llega a los niveles de participación del valor de la producción de coca del año
1987 (90%) o de 1993 (85%). Es así como podemos hablar de la preponderante
economía política de la cocaína en el Chapare. ¿De qué manera se relaciona esta
economía política de la cocaína con la economía nacional? No solamente se debe,
por así decirlo, a su peso económico en la misma economía nacional, sino
también a factores gravitantes de estructuras de poder. Ya el hecho de la alta
rentabilidad del cultivo de la hoja de coca impacta en las actividades
agrícolas de la región, más aún cuando los circuitos de la coca se conectan con
los circuitos de la
cocaína. La misma organización sindical de los cultivadores
de coca se convierte en un factor de poder y de incidencia en las políticas.
Era conocida la tolerancia de los gobiernos liberales a determinados límites de
los cultivos de la hoja de coca excedentaria, así como también su tolerancia
velada a la economía de la cocaína, sobre todo por los ingresos que redita.
Empero, el gran salto se da con la asunción al gobierno de Evo Morales Ayma,
presidente de la Federación del Trópico de Cochabamba. Cuando esto ocurre las
Federaciones cocaleras se convierten en de poder regional y en una estructura
clave de la “gobierno progresista”
La República del Chapare 2
La
República del Chapare no es una república reconocida oficialmente, sino que se
trata de una república subyacente, que se encuentra dentro de la República de
Bolivia, que se denomina constitucionalmente “Estado Plurinacional de Bolivia”.
La relación entre la república subyacente y la republica oficial, reconocida en
el orden mundial, es de dominación; la República del Chapare domina a la
República de Bolivia. El “gobierno progresista” del denominado
constitucionalmente “Estado Plurinacional de Bolivia”, que de Estado
Plurinacional solo tiene el nombre, pues se ha mantenido la estructura
institucional del Estado-nación, está al servicio de la República del Chapare.
Un numero significativos de proyectos se han concentrado en el Chapare, incluso
sin justificación técnica, como el caso de la Planta de Amoniaco y Urea en
Bulo-Bulo, que se encuentra lejos de la fuente de energía, el gas, y lejos de
los mercados, sobre todo el de Brasil.
Infraestructura
de la ficción económica
Según
la propaganda del gobierno la Planta de Amoniaco y Urea es “el proyecto más
grande en la historia de Bolivia”; se construyó con una inversión de $us 953
millones, recursos que fueron otorgados por el Banco Central de Bolivia (BCB),
a través de un empréstito. Las obras de construcción del complejo petroquímico,
a cargo de la
coreana Samsung Engineering Co. Ltd., se iniciaron en
noviembre de 2012. Este proyecto forma parte del Plan de Desarrollo Económico y
Social 2016-2020. La planta de Bulo Bulo produciría 1.200 toneladas métricas
día (TMD) de amoniaco y 2.100 TMD de urea granulada. El fertilizante tendrá
como principal mercado al Estado de Mato Grosso de Brasil. Otros compradores de
urea son Argentina, Paraguay y Perú. Entre el 85% y 90% de la producción se
destinará al mercado externo y el restante 10% a 15% será comercializado en el
país. Para la exportación del fertilizante, Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) adquirió 500 contenedores para trasladar el producto en
camiones desde Bulo Bulo hasta Montero, en Santa Cruz. Desde esta ciudad, el
fertilizante será transportado en 250 vagones de ferrocarril hasta la frontera
con Argentina y Brasil 3.
A un
mes después de la inauguración de la Planta de Urea y Amoniaco en Bulo Bulo,
nada se sabe sobre el inicio de la producción comercial. Tampoco hay avances en
las negociaciones entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la Cámara Agropecuaria
del Oriente (CAO). Medios de comunicación intentaron visitar la planta de urea,
sin embargo, el personal restringió el ingreso, argumentando que se debe
solicitar una autorización por vía “regular”. Sin embargo, vecinos de la zona
informaron que, desde su inauguración, el 14 de septiembre de 2017, no
observaron la salida de camiones con conteiner de la planta. Observadores
que frecuentan el acceso principal a la planta, sobre la carretera que conecta
los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, dicen que desde el 14 de
septiembre no se vio salir camiones del lugar. Uno de ellos dice: “Desde que se
ha inaugurado no he visto salir ningún tráiler con conteiner, a no ser que sea
de noche”. Mientras tanto, el secretario general del municipio de Entre Ríos,
Vicente Rojas, explicó que desconoce si se estuviese transportando el
fertilizante a través de camiones. “No tengo idea. Es más información de ellos
(Gobierno y YPFB)”. Según la información que las autoridades le proporcionaron
en el acto de inauguración, la planta funcionará comercialmente recién en un
mes. El ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sanchéz, sostuvo, durante su
intervención en el acto de puesta en marcha del complejo, que el primer lote
del fertilizante se produciría en los siguientes 14 días, debido a los procesos
de producción. En aquella oportunidad, Sánchez no brindó mayores detalles sobre
la cantidad de la producción inicial de la planta. Del mismo
modo, el presidente de YPFB y el presidente Evo Morales evitaron dar
declaraciones a la prensa 4.
Tal
parece, como en otros casos, que estamos ante un nuevo elefante blanco de
magnitud. Costos altos, ubicación desubicada desde la lógica y la geografía
económica, con incierta producción, cuyos costos pueden ser altos, de tal
manera que no justifiquen su comercialización; esto debido a las
improvisaciones, a los negociados y corrosión institucional, fuera de la
corrupción que le acompaña, además de los costos del transporte, incrementados
por establecer la planta donde no corresponde.
El
ingeniero Saul Escalera dice que, en todo caso, se entraría a la era de la
“industrialización del gas natural”, no de la “industrialización en general”.
El ingeniero anota que la venta del compuesto de amoniaco y urea es más para
las grandes extensiones cultivadas de soya y caña; no así para la producción agrícola
campesina, que, mas bien, requiere de compuestos aglutinados en el NPK. María
Lohma dice que el campesino compra a U$1 una bolsa de NPK, con la producción
compraría a U$0,36, lo que, obviamente, beneficia al campesino. Sin embargo, es
esta producción la que falta y no producirá la Planta de Amoniaco y Urea. Para
el consumo campesino, en realidad, se necesita otras plantas, otros compuestos
derivados del amoniaco y combinados con el nitrógeno, además del potasio. El
contrato para la construcción de dicha planta se la adjudicó la Samsung Engineering Co.
Ltd. Esta empresa hace subcontratos, lo que no garantiza la buena ejecución del
proyecto ni su integridad solvente. Por otra parte, teniendo como antecedente
las inconclusiones de sus tareas encomendadas anteriormente, no se ve en
perspectiva un buen desenlace en la trama de los tejes y manejes alrededor de
la contratación de la construcción de la planta. La intervención de esta empresa
trasnacional ha hecho subir el precio de costo de la planta, de U$550 millones
de dólares a $us 953 millones; como se puede ver la Planta tiene un sobre
precio. Aquel precio de U$550 millones ya tenía un sobreprecio de U$150
millones. Una planta hecha sin estudio del mercado ni evaluación técnica de los
costos de producción finales se mueve en caminos inciertos 5.
No
hay todavía mercados asegurados para la producción de la planta. El ingeniero
Saúl Escalera comenta sobre la problemática de la falta de mercado asegurado de
la planta de urea de Bulo Bulo. En lo que respecta al mercado interno, la
producción agrícola, sobre todo, campesina, plantea construir un complejo
petroquímico de 8 plantas complementarias, que darían mayor valor agregado al
proyecto. La concepción original del proyecto era, mas bien, producir
derivados, 6 derivados del amoniaco y 2 derivados de la urea. Se pueden sacar 75
derivados del amoniaco y muchos más de la urea. Por lo tanto, la propuesta consistente es
la de construcción, entonces, de 8 plantas. Una inversión de más de U$350
millones, implementando tecnologías limpias 6.
El
economista Teófilo Caballero dice que es positivo tener como socio comercial al
Brasil, para la producción de gas, pero también de amoniaco y urea. En su
evaluación, Teófilo Caballero considera que la Planta de Amoniaco y Urea debió
ser construida en la frontera ya que se piensa exportar al Brasil y cree que la
distancia podría incidir en los precios 7.
En
Chapare, ubicado en el centro de Cochabamba, con una superficie de 12.445 km2,
el “gobierno progresista” destinó más de $us 1.100 millones, declarando la
pretensión de convertir la región en un nuevo “polo industrial”; siendo, de
este modo, una alternativa a la producción de coca, incursionando, mas bien, en
la industrialización de frutas. Un recorrido periodístico, en noviembre del año
2014, por el trópico cochabambino evaluó a distintas empresas del Estado, ante
el desafío de darle valor agregado a la producción local, a su vez, de generar
puestos de trabajo para la Población en Edad de Trabajo de una demografía de
262.845 habitantes. De acuerdo con el Servicio de Desarrollo de las Empresas
Públicas Productivas (SEDEM), del 100% de los emprendimientos estatales que
lleva adelante el Gobierno de Juan Evo Morales, más de la mitad se encuentran
en el trópico cochabambino 8 .
A
estas alturas, principios del año 2018, ya se culminó con la construcción del
aeropuerto internacional de Chimoré. La inversión ya supera los $us 34,4
millones; en la gestión del ministro Ramón Quintana llegaba a los U$36
millones. De acuerdo con los voceros oficiales, los exportadores de banana,
palmito y piña serían los más beneficiados con el aeropuerto debido que podrán
reducir el tiempo y los costos de transporte hacia el mercado argentino. La
Cámara de Productores Bananeros (CABAN), destacó la obra, haciendo hincapié en
la opción del transporte aéreo, que, según ellos, evitaría las contingencias
del bloqueo de los caminos; en general, tendrán un mayor margen para abaratar
los costos de transporte. Algo que coadyuva a ofrecer mejores precios a los
mercados donde la oferta nacional tiene buena demanda. Sin embargo, el
aeropuerto de Chimoré tiene dos años sin despegar. La mayor parte del tiempo es
una obra desolada como un monumento sin público; se asemeja a una instalación
surrealista acogida por el vacío. El aeropuerto internacional de Chimoré,
inaugurado en octubre de 2015, explota su capacidad a medias, ya que solo
recibe tres frecuencias de pasajeros a la semana. La dirigencia sindical y las autoridades
del lugar proyecta utilizar la terminal aérea para exportar sus productos,
entre ellos, la coca industrializada. Solo los miércoles, viernes y domingo el
aeródromo recibe vuelos de pasajeros, que provienen de Cochabamba. La única
aerolínea que llega al lugar es Boliviana de Aviación (BoA) 9.
En la
localidad de Ivirgarzama, se encuentra la primera planta de leche de la empresa
estatal Lácteos Bolivia (LACTEOSBOL), que desde 2011 ya opera produciendo yogur
y dos variedades de queso. Rocío Cacasaca, jefa de planta de
Lacteosbol-Ivirgarzama, en una entrevista, sustentó que la capacidad de
producción es de 7.000
litros de yogur al día (de un litro y de 160 ml) y de
500 kilos/día de queso (fresco y maduro); que, por el momento, todo va
destinado al desayuno escolar. En cuanto a la recolección de la materia prima,
hay ocho puntos de acopio, en los que 130 productores venden a Bs 3,35 el litro
de leche. Uno de ellos es Lorenzo Rodríguez, un ganadero que tiene 50 vacas
lecheras, expuso que desde que opera la planta, su producción aumentó en 30 litros , lo que le
incentiva a realizar más inversiones ya que tiene asegurada la compra y puede
proyectar su oferta.
Camino
a Villa Tunari (Villa 14), se encuentra la procesadora de cítricos, construida
en 2.000 m2 ,
donde 21 personas trabajan para producir jugos de manzana, maracuyá y naranja.
La potencia instalada le permite a la planta requerir entre 20.000 y 30.000
unidades de fruta para procesar entre 8.000 y 10.000 litros de
jugo. Julio Puma, encargado de la planta, indicó que desde 2010 los productores
de frutas cuentan con una alternativa para mejorar sus precios. Puma precisó
que en el lugar se fabrican jugos y mermeladas, que los primeros están
destinados al subsidio infantil y al desayuno escolar. Cada dos semanas se
fabrican unas 160.000 unidades de jugo de 160 ml; en cuanto al subsidio
infantil, a Santa Cruz se le hace llegar entre 3.000 y 4.000 unidades, a
Cochabamba entre 1.000 y 2.000 y a Oruro unas 500. En Villa Sacta, Luis Eduardo
Cruz, encargado en el control de las obras de la nueva planta procesadora de
cítricos, destacó que se está invirtiendo unos $us 2,8 millones. La factoría
tendrá una superficie cubierta de una hectárea, con una capacidad para procesar
10 toneladas de fruta por hora. En el lugar trabajan 38 personas de forma
directa y se subcontratan a otras 20.
El
economista Rafael Peña dice que para que una zona se constituya en un polo
industrial, debe contar con energía; teniendo en cuenta este requisito, en 2010
el gobierno inauguró la Planta Termoeléctrica Entre Ríos, que en la
actualidad inyecta 104,2 megavatios (MW) adicionales al Sistema Interconectado
Nacional (SIN), suficientes para cubrir la demanda actual de energía del país,
que oscila entre 900 y 1.100 MW. La inversión realizada es de $us 86 millones.
Para ENDE Andina, la planta es estratégica y de importancia nacional; garantiza
el suministro de energía eléctrica en el SIN. Siguiendo con la línea de dotar
de energía a los proyectos estatales, YPFB Chaco inauguró oficialmente la
perforación del pozo San Miguel X-1 (SMG-X1), con el objetivo de que la reserva
potencial de gas del nuevo campo de exploración garantice la demanda de la
planta amoníaco y urea.
A
unas tres horas de Bulo Bulo, se encuentra Villa Tunari; al ingreso del pueblo
se levanta PAPELBOL, la fábrica de papeles. Lastimosamente esta empresa ha sido
señalada como afectada por el circuito expansivo de las redes opacas de la
corrupción, sobre todo, en lo que respecta a la adquisición de maquinaria por
parte de la empresa brasileña D’Andrea Agrimport; la empresa está en proceso de
ser rematada. Con una inversión de $us 28,5 millones, la empresa estatal
produce tres variedades de papel: de impresión y escritura, kraft y periódico,
en base a celulosa virgen importada de Brasil y Argentina. La factoría genera
160 puestos de trabajo en forma directa y 5.000 de manera indirecta 10.
Realidad:
La economía efectiva
Como
se puede ver, este mapa descalabrado de inversiones que se evaporan, pues no
terminan de consolidarse, precisamente debido a las improvisaciones y los
desatinos compulsivos de los que deciden políticas económicas en beneficio de
una región, circunscrita en la provincia de la producción de la coca
excedentaria, no puede ser el sostén de la economía de lo que hemos denominado
República del Chapare. La economía efectiva del Chapare, la que mueve las
dinámicas de la región es, indudablemente, la economía de la coca. Mayarí Castillo
Gallardo, en La economía de la coca; la dimensión silenciada de la dependencia
escribe:
El
Chapare boliviano es una zona tropical que comprende alrededor de 12 445 km²,
ubicada al norte de la ciudad de Cochabamba. Su importancia para la economía
regional y nacional deriva de que en esta zona se produce intensivamente hoja
de coca, parte de ella destinada a la producción de cocaína. Esto ha
transformado la región en una de las zonas económicamente más dinámicas,
insertándola en un entramado de relaciones internacionales que han modificado
su estructura productiva, su organización social y política a partir de la
década de los setenta. Los habitantes del Chapare, campesinos minifundistas
migrantes del altiplano o exmineros provenientes de las minas de estaño,
dedican una parte sustantiva de sus predios al cultivo de la hoja de coca. En
el marco de una colonización realizada sin sustantivo apoyo estatal, los
campesinos se radicaron en la zona en precarias condiciones, recurriendo a la
acción colectiva organizada a través de sindicatos para el mejoramiento de la
calidad de vida en el trópico. A pesar de ello y aun estando insertos –de
manera directa o indirecta- en el suntuoso negocio del narcotráfico, la
situación de pobreza y exclusión de los productores no mejoró sustantivamente.
Si bien la economía de la coca es un negocio de carácter ilegal y por ello, con
condiciones de intercambio supuestamente distintas a las establecidas en la
economía formal, podemos ver en ella patrones similares a aquellos que han
marcado la relación económica entre centro–periferia en América Latina. Si
analizamos con detención las cifras, veremos que “se estima que del valor
económico financiero generado por la economía coca – cocaína, el 80% beneficia
a los países consumidores, alrededor de 15% a los países comercializadores, y
sólo del 2% al 4% permanece en los países productores” (Lanza, 1999: 69). Pero
¿por qué se produce esto? Esta pregunta nos conduce a reflexionar y discutir
los elementos estructurales que han hecho que las economías latinoamericanas
establezcan patrones de intercambio desigual con los países desarrollados,
discusión que abordaremos de manera más acabada en el primer capítulo. La
hipótesis que guía este trabajo de investigación es que la economía de la coca
establece relaciones complementarias con la economía de carácter legal de los
países periféricos, reforzando los patrones de desarrollo desigual a través de
una estructura de intercambio difícil de analizar. La economía de la coca posee
directa relación con el problema de la pobreza rural de las zonas productoras
de la hoja de coca en tanto establece en estos enclaves economías
extravertidas, en las cuales los beneficios del circuito de la cocaína son
apropiados por agentes situados fuera de este espacio 11.
Algunos
apuntes sobre la investigación de Mayarí Castillo Gallardo sobre La economía de
la coca, investigación cuyo resumen publica CLACSO. En primer lugar, que la
economía del Chapare no es lo que presentamos a partir de las descripciones
informativas de los medios de comunicación, mucho menos lo que transmite como
propaganda y publicita el “gobierno progresista”; por lo tanto, tampoco esa
infraestructura y logística descuajeringada, que se le antoja “base de la
industrialización”. La economía del Chapare se estructura sobre la base de la
economía de la coca, economía que participa de los circuitos de la economía
política de la cocaína.
En
segundo lugar, si bien la investigación describe la situación de los primeros
periodos de la economía de la coca en el Chapare, no describe lo que ocurre
después del lapso que toma en cuenta la investigación. Si
bien el Chapare en los periodos que toma en cuenta la investigación, se basa en
la producción familiar y es productora de materia prima, participando, según la
investigadora, en la generación de desigualdades de la geopolítica del
sistema-mundo capitalista, estructurada en la distribución jerárquica de
centros y periferias, ésta ya no es la situación actual. La producción de
clorhidrato de cocaína es parte de la industrialización de la coca in situ. En
consecuencia, los términos de intercambio se han modificado, quedando parte de
las super-ganancias, que se transferían a los centros de consumo, en Bolivia.
¿En cuánto habría cambiado la relación, que establecía Lanza y recoge Mayarí
Castillo, que era de entre 15% y 20% para la periferia y 85%-80% para el
centro? Esto es difícil conmensurar, dada la falta de información adecuada. Aunque
se puede sugerir como hipótesis prospectiva, basada en estimaciones
provisorias, de que es probable que, en el caso de Bolivia, se retenga hasta un
40%, incluso más, de uno de los negocios más rentables del mundo. ¿A qué se
debe el cambio de situación, respecto al reparto de los términos de
intercambio? Primero, ciertamente, a la industrialización de la coca en el
lugar o en las proximidades colaterales o un poco más lejanas del Chapare.
Después, a la hegemonía de la Federación de Campesinos del Trópico de
Cochabamba, en lo que respecta al conglomerado de organizaciones sociales y
sindicales afines al “gobierno progresista”. Hegemonía que le otorga incidencia
preponderante en el gobierno, en sus políticas, en sus actividades y
ejecuciones cruciales, tanto jurídicas, políticas y económicas. La
preponderancia del Chapare ha ocasionado que el gobierno abrogue la ley que
resguardaba al TIPNIS y obstaculizaba la ampliación de la frontera agrícola del
cultivo de la hoja de coca. Así también, como hemos visto, ha logrado
concentrar la mitad de los proyectos desplegados por el gobierno en el Chapare.
Por otra parte, el gobierno ha promulgado una ley que amplía el cultivo de la
coca excedentaria en el Chapare, en detrimento de la zona tradicional de
cultivo de coca de los Yungas. Estamos ante un gobierno, como hemos dicho, al
servicio de la República subyacente del Chapare.
Se
puede decir, que lo que se ha descrito como inversiones, construcción de
plantas industriales, que no dan pie con bola, es, mas bien, la máscara
ficticia, que encubre el funcionamiento efectivo de otra economía. Como hemos
hecho notar en otros ensayos, no nos colocamos en el papel de jueces, ni
pretendemos juzgar nada, que es otro juego de poder; tampoco nos colocamos en
la pose hipócrita de los organismos internacionales que dicen luchar contra el
narcotráfico, cuando lo que hacen efectivamente es contener, controlar,
participar en el gran negocio. El sistema financiero internacional es el
dispositivo global del blanqueo. Lo que anotamos es que se trata del lado
oscuro de la economía-mundo, el cual cada vez más tiene mayor incidencia en la
economía-mundo en conjunto, arrinconando, atravesando, en algunos casos
controlando el lado luminoso de la economía-mundo. Teniendo
en cuenta que industrialización quiere decir transformación de la materia
prima, producción de productos donde se da lugar la valorización del valor,
entonces, la producción de cocaína es producción industrial. Solo la doble
moral del sistema-mundo jurídico y policial denomina a esta producción
“narcotráfico”, por lo tanto, circuito de
cultivo-producción-distribución-consumo de droga, cuando lo que ocurre es
análogo, simétricamente, a lo que acaece en el lado luminoso de la economía.
En consecuencia, durante los periodos de gestión del “gobierno
progresista”, se ha dado lugar a un cambio estructural en los términos de
intercambio, en lo que respecta a la economía de la coca-cocaína; lo que no ha
ocurrido con las materias primas que concurren en el lado luminoso de la economía. Donde ,
la economía dirigida se ha estancado en el modelo primario-exportador. Esta es
una paradoja insólita que se da en la composición integral de la
economía-mundo, en la parte que corresponde al lado oscuro de la economía-mundo. El
proyecto de “industrialización” del “gobierno progresista” se ha realizado en
el ámbito de expansión de la economía de la coca-cocaína.
Entramados económicos
La
economía no es un espacio homogéneo, al contrario, incluso se puede llegar a
decir que es un espaciamiento abigarrado de espacios entrelazados, tejidos
enrevesados de distintas formas económicas o, mejor dicho, de formaciones
económicas. Teniendo en cuenta el enfoque economicista, tanto clásico como
marxista, incluso neoclásico y postmarxista, se suponen procesos de homogeneización
que transforman las diferencias en un único modo de producción, que llama la
crítica de la economía política modo de producción capitalista. En ensayos
anteriores hemos tratado sobre estos entrelazamientos, yuxtaposiciones y
abigarramientos 12; ahora nos interesa no tanto tocar la complejidad
dinámica de la economía mundo, sino enfocar la relación entre la economía
nacional y esta singular economía regional, donde domina la economía política
de la cocaína.
Como
primera hipótesis interpretativa diremos que la economía regional puede llegar
a atravesar a la economía nacional cuando cobra peso gravitatorio, incidiendo
en las dinámicas económicas nacionales; también puede convertirse en influyente
cuando cuenta con el aval del gobierno y puede utilizar los dispositivos
estatales en su beneficio. Como hemos podido ver, el caso boliviano parece ser
el segundo. Si más de 1500 millones de dólares han sido invertidos en el
Chapare, de acuerdo con las propias cifras oficiales; incluso, mejorando la
ilustración panorámica, si alrededor de la mitad de la inversión productiva se
ha destinado al Chapares; entonces se corrobora que la región del Chapare
cuenta con el dispositivo estatal como para influir en el desenvolvimiento
económico, sobre todo en los flujos de inversión.
En
consecuencia, la economía nacional le sirve, en este caso, a la economía
regional, como recurso para la inversión de su propia reproducción económico y
social. Es decir, la transferencia de fondos de la economía nacional a la
economía del Chapare implica que la finalidad económica del gobierno estriba en
el crecimiento de la economía regional, en este caso de la economía política de
la cocaína. El
desarrollo del que habla la propaganda del gobierno, en definitiva, implica el
desarrollo del Chapare. Ahora bien, se trata de un desarrollo peculiar, el
desarrollo del fetichismo de una mercancía singular, que forma parte de los
circuitos del lado oscuro de la
economía. Se trata, por así decirlo, de un fetichismo
reforzado, el fetichismo de la alta rentabilidad de la mercancía
desmesuradamente cotizada por el consumo compulsivo de la droga. La riqueza que se genera es también ilusoria, pues se trata
de economías pujantes de corto plazo, empero, altamente destructivas,
depredaros, contaminantes y des-cohesionadoras de los tejidos sociales. Lo que
se acumula como riqueza puede ser considerado como capital si se invierte en la
“industrialización” de la hoja de coca, empero, lo que no se invierte
“productivamente” no es capital, sino dinero a secas, que en parte puede ser
destinado al consumo ostentoso y suntuario; que es lo que parece ocurrir en
gran parte.
Por lo tanto, la economía regional termina absorbiendo los
recursos de la economía nacional, mermando sus fuerzas, sus posibilidades,
debilitando su crecimiento y hasta desarrollo económico. Esta interpretación
parece corroborarse cuando se observa, no solamente la absorción de gran parte
de la inversión productiva, sino afectando notoriamente al desenvolvimiento de
la economía nacional: crecimiento inaudito de la deuda externa y de la deuda
pública, merma de las reservas internacionales, transferencia indebida de
fondos a la burguesía rentista. Lo que deja un panorama desolador: la extensión
del cementerio de elefantes blancos.
No
termina de aclararse el panorama económico del entrelazamiento de economías si
no consideramos el modelo general de la economía del país, que comprende,
obviamente a la economía nacional y a la economía regional; hablamos del modelo
colonial extractivista del capitalismo dependiente. Este modelo económico no
genera capital sino renta, sobre todo renta hidrocarburífera y renta minera.
Entonces, el modelo mismo está destinado a reproducir la economía
primario-exportadora, la renta y su consumo improductivo. Si a este panorama le
añadimos lo que ocurre en el entrelazamiento entre la economía nacional y la
economía regional de referencia, entonces se refuerzan las finalidades
perversas de una economía dependiente, que se combina con una economía
clandestina.
Notas
[1] El documento es una ponencia para el
XXII Congreso Internacional de Latin American Estudies Association LASA, que
lleva a cabo entre del 16 al 18 de marzo del 2000 en Miami. http://lasa.international.pitt.edu/Lasa2000/Coca.pdf.
[2] Este artículo se publicó el 27 de
enero de 2018 en Oikologías. Título sugerido en conversaciones con
Ernesto Rocabado. https://pradaraul.wordpress.com/2018/01/27/la-republica-del-chapare/.
[3] Leer Bolivia salta a la petroquímica con la
planta de urea.
[4] Leer La producción de urea en Bulo Bulo es
incierta.
[7] Escuchar Economista critica
construcción de planta de urea en Bulo Bulo.
[8] Leer Chapare emerge como nuevo polo económico
del país.
[9] Leer El aeropuerto de Chimoré tiene dos años sin
despegar. https://www.eldeber.com.bo/septimodia/El-aeropuerto-de-Chimore-tiene-dos-anos-sin-despegar–20170728-0091.html.
[10] Leer Chapare emerge como
nuevo polo económico del país.
[11] Leer de Mayarí Castillo Gallardo La economía de la coca;
la dimensión silenciada de la dependencia. CLACSO. Págs.
329-330.
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