A 2 años de nuestra
Convergencia: ¡A seguir construyendo los pies del pueblo!
La unidad de las y los
revolucionarios es un deber y una tarea histórica. Bajo esta máxima la
militancia de las organizaciones de las Comunidades Militantes y
Multisectoriales, la Fuerza Universitaria Rebelde , el Frente de Acción
Socialista, Colectivo Dignidad, la Fuerza de Estudiantes Revolucionarios y
Engranaje, hemos ido construyendo un proyecto político de carácter
anticapitalista, antipatriarcal y anticolonial, con la decisión de avanzar
hacia una sociedad ecosocialista y feminista, en toda Nuestra América y en el
mundo, que sólo será posible con nuestros pueblos organizados y con disposición
de luchar pir una vida digna.
El 2 de Abril de 2017, en el corazón
del Wallmapu, se realizó nuestro Congreso Fundacional. El nombre elegido,
Convergencia 2 de Abril, tiene un doble significado: primero, nuestro Congreso
se realizaba 50 años después de la revuelta popular de 1957, en la cual la
clase trabajadora ejerció la violencia política de masas para protestar en
contra del gobierno de Ibáñez del Campo por la crisis económica y las indignas
condiciones a las cuales estaba sometido nuestro pueblo. Nos reconocemos en la tradición de luchas
que ha dado nuestra clase a lo largo de toda la historia.
Segundo, dado el período
político actual, la unidad de las y los trabajadores, estudiantes,
pobladores/as y todas las expresiones combativas de la clase trabajadora deben
seguir convergiendo, por lo cual reconocemos que nuestros esfuerzos no son los
únicos al interior de la clase trabajadora. Nuestro nombre como Convergencia 2
de Abril es temporal, pues seguimos apostando por la construcción de un
proyecto político mayor, expresión de la clase trabajadora en los distintos
escenarios de despliegue de su acción política.
En estos dos años hemos
integrado a compañeros/as de Arica a Chiloé. De las ciudades costeras del Norte
a las fértiles provincias del sur. De los bosques de nativo en las montañas a
las selvas de cemento. De ciudades con cerros cafés a las ciudades de cerros
verdes. De las luchas feministas contra la precarización de la vida. De las luchas por
la vivienda y de las luchas por el agua y los territorios. De las luchas por el
aborto libre, seguro y gratuito y de las luchas contra la violencia machista.
De las luchas estudiantiles y las luchas sindicales. De los conflictos mineros
del norte, de las luchas portuarias en las costas y de los trabajadores/as
agrícolas en los valles. De las luchas en centros de salud, en colegios y
liceos, y en el sector público. De los sectores del retail y servicios, como
del trabajo doméstico y de cuidado, remunerado y no remunerado.
Hemos sido testigos y actrices de las
luchas feministas, socio-ambientales, poblaciones y territoriales en su amplia
definición. Nos hemos tomado liceos y universidades, hemos disputado en los
puertos y centros de trabajo contra feroces patrones. Hemos construido en
nuestras poblaciones y hemos decidido luchar por el derecho a la vivienda como
tantas y tantos otros. Hemos luchado por defender nuestros ríos y territorios.
Hemos luchado junto a nuestros pu peñi y pu lamgienes, acompañando sus
recuperaciones territoriales, exigiendo la desmilitarización del Wallmapu y
estableciendo una alianza entre pueblos que permita la autodeterminación del
pueblo mapuche y el debilitamiento del Estado chileno y el capitalismo, nuestro
enemigo conjunto.
Y la lucha no sólo ha
sido en el frente externo, sino también en el frente interno. Nos hemos cuestionado
nuestras prácticas y nuestra ética, nuestros privilegios de género en el caso
de los compañeros varones. Estamos decididos a construir una sociedad feminista
donde el patriarcado no tenga cabida, pero del dicho al hecho hay un largo
camino que avanzar para estar a la altura de la lucha que hemos impulsado las
compañeras de ésta y otras organizaciones.
Hemos avanzado, pero la
guerra la siguen ganando los poderosos. La explotación y la desigualdad son pan
de cada día y se paga con sufrimiento y muerte. Nuestra apuesta por la Revolución Socialista
y por construir una tendencia independiente en el seno de la clase trabajadora
y una tendencia revolucionaria en el seno de la izquierda, sin lugar a dudas,
sigue incompleta.
Esto requiere reforzar
nuestro compromiso militante y sin vacilaciones seguir construyendo los pies
del pueblo y seguir construyendo a los pies del pueblo. Nuestra clase requiere
lo mejor de nosotrxs. Aspirar a ser revolucionario y revolucionaria no es una
tarea fácil ni menos un juego. Momentos de ingratitud, de largos debates, de
proyectos fracasados. La vorágine de la vida y la presión sobre nuestros
cuerpos a veces nos quieren pasar la cuenta. Pero nunca nada ha sido regalado para
nuestra clase. Ni para nuestras familias ni para nuestros padres y madres.
Hemos aprendido en la historia que los derechos y la vida digna no se mendigan,
sino que se arrancan de las manos de los poderosos. Si sobrevivimos a jornadas
de trabajo que nos agobian y a salarios de miseria, seremos capaces de seguir
luchando por una vida digna, pues lo único que tenemos que perder son nuestras
cadenas. No tenemos asegurados resultados, pero sabemos que lo único cierto es
la lucha, porque los patrones no están dispuestos a que les toquen los
bolsillos.
A 2 años de nuestro
hito fundacional, en una sociedad capitalista y patriarcal, persistimos en
compartir el pan. Nos seguimos llamando compañeras y compañeros. Recordamos a
quienes lucharon como nosotrxs y seguimos sus ejemplos. Persistimos en la
revolución ecosocialista y feminista, la cual es necesaria, la cual es posible.
Existimos y resistimos. Con todas las fuerzas de la historia, ante la
precarización de la vida:
¡A seguir construyendo los pies del pueblo!
¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!
Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/a-2-anos-de-nuestra-convergencia-a-seguir-construyendo-los-pies-del-pueblo/
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