Cómo la desregulación
inmobiliaria garantiza nuevas catástrofes como la de Houston
1 de septiembre de 2017
Por Benjamín Preston, The
Guardian / El Diario (España)
La legislación que rige la construcción en Houston es una de las
menos rigurosas del país, por eso, cuando se produce un fenómeno meteorológico
de este tipo, lo arrasa todo. Trump quiere que esas políticas permisivas y
favorables para las grandes constructoras se expandan por todo EEUU.
Debido a la polémica que suscitó la agresiva rueda de prensa que
Trump convocó a principios de mes, ya nadie recuerda que el propósito inicial
de ese encuentro con los medios era
hablar de las infraestructuras del país. El presidente de Estados Unidos mostró
dos gráficos y explicó que había firmado un decreto presidencial para suavizar
los requisitos necesarios con los que obtener permisos de obra pública y que a
partir de ahora iban a ser "muy, muy rápidos".
Esa rueda de prensa pasará a la historia por
el hecho de que el presidente pasó "muy rápido" a tratar otro asunto
[los enfrentamientos en Charlottesville, en el Estado de Virginia] y trató por igual a las dos partes
enfrentadas; los racistas blancos y los grupos antifascistas.
Sus polémicas declaraciones eclipsaron sus
planes para agilizar las obras de infraestructura, pero es muy probable que la
normativa que se propone impulsar genere, a largo plazo, tanta polémica como
sus declaraciones sobre Charlottesville.
El huracán Harvey ha obligado a
decenas de miles de personas a abandonar sus hogares en Houston y las
proximidades de la ciudad debido a las inundaciones. La tormenta se dirige
hacia Luisiana y las autoridades creen que la cifra de afectados no hará más
que crecer.
Trump dictó un decreto presidencial a principios de mes para dejar sin
efecto una directiva de Obama que establecía los requisitos obligatorios para
los proyectos de infraestructuras financiados por el Gobierno federal en zonas
con riesgo de inundación o de experimentar una subida del nivel del mar. Por
ejemplo, muchas de las zonas en Texas que han quedado inundadas.
El problema de las normativas permisivas
De hecho, Houston ya tiene una de las
normativas más permisivas en lo relativo a la construcción en zonas con riesgo
de inundación. Ahora el presidente se propone que en otras partes del país la
normativa sea similar.
"No tiene sentido", indica Steve
Ellis, vicepresidente de Taxpayers for Common Sense (contribuyentes a favor del
sentido común). "Los contribuyentes se merecen tener la seguridad de que
si ayudan a una comunidad que necesita construir o reconstruir obra pública se
hace de forma que no vuelva a suponer un gasto para el contribuyente en un
futuro".
Las tormentas y las inundaciones
cada vez son más costosas y
frecuentes, y la información disponible deja entrever que el cambio climático
es el principal culpable.
Muchas localidades están situadas en el
litoral o en llanuras aluviales. Según la Administración Nacional
de Asuntos Oceanográficos y Atmosféricos de Estados Unidos (NOAA), en estos
lugares "las normas de construcción a menudo no son suficientes para
evitar daños ante situaciones extremas".
En las últimas décadas ha aumentado la cifra
de situaciones que causan daños millonarios: desastres naturales, como
inundaciones o incendios forestales, que suponen daños superiores a los mil
millones de dólares. Mientras que en 1985 el coste medio era de 10.000 millones
de dólares en cinco años, en 2015 este coste se ha quintuplicado.
Obama firmó el decreto presidencial 13690 en 2015 para dar respuesta a la
subida del nivel del mar y a las tormentas cada vez más frecuentes, en
especial, los ciclones tropicales. El decreto de Obama, con sus referencias a
la subida del nivel del mar y al cambio climático, se convirtió en uno de los
blancos de ataque de la
nueva Administración , deseosa de eliminar esos términos del
vocabulario político.
" Esa orden presidencial tenía por
objetivo facilitar que la
Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA en sus
siglas en inglés) pudiera presionar a las comunidades para que reconstruyeran
de una forma más inteligente y más resistente", afirma Ellis: "[La
medida de Trump] termina con esta presión".
Los requisitos que contemplaba el decreto
13690 todavía no se habían aplicado cuando quedó sin efecto. Sin embargo,
algunas agencias federales, entre ellas la Agencia Federal
para la Gestión de Emergencias y el Departamento de Vivienda y Desarrollo
Urbano, que financia y hace un seguimientos de los proyectos de vivienda
social, ya habían iniciado los trámites para que pudieran ser respetados.
Los
nuevos requisitos encarecerían la vivienda
El decreto de Obama
establecía que las estructuras construidas en zonas que estadísticamente tenían
una posibilidad del 1% de sufrir una inundación (dentro de un plazo de cien
años) debían elevarse más de medio metro para evitar daños. Muchos criticaron
esta medida. La
Asociación Nacional de Constructores de Casas se opuso
frontalmente a este decreto y argumentó que si se endurecían las medidas, se
limitaba también la posibilidad de las familias de clase trabajadora a acceder
a una vivienda asequible.
El
Rob Moore, analista principal de políticas del
Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, refuta este argumento e indica
que tal vez la Asociación estaba menos preocupada por el impacto que podía
tener este decreto sobre la vivienda privada que por las limitaciones de las
nuevas promociones inmobiliarias.
"Si el Gobierno federal no apoya la
infraestructura que permite el desarrollo, como carreteras y plantas
potabilizadoras, será imposible que la zona se desarrolle", explica.
"Si las compañías privadas quieren construir en una zona que podría
inundarse es su problema, pero no veo ningún motivo por el cual el gobierno deba
dejar sin efecto este decreto".
En los días posteriores al huracán Sandy, que
asoló el área metropolitana de la ciudad de Nueva York en otoño de 2012, las
agencias federales, estatales y municipales se gastaron miles de millones de
dólares en reparar las infraestructuras dañadas. El gobernador de Nueva York,
Andrew Cuomo, calculó que reparar los daños representó para el Estado un gasto
de unos 33.000 millones de dólares. El Estado de Nueva Jersey se gastó unos
30.000 millones. En aquel momento no existían unos criterios para conceder o
denegar una ayuda y la mayoría del dinero se destinó a proyectos de
reconstrucción en zonas de inundación.
Las viviendas sociales, las más vulnerables
Las viviendas sociales, que a menudo se
levantan en zonas propensas a inundarse porque los terrenos son más baratos,
son especialmente vulnerables. Según el Departamento de Vivienda,
más de 11.000 edificios de viviendas sociales, el 5% del total, se encuentran
en zonas propensas a inundarse. Nueva Orleans tiene 1.944 edificios en este
tipo de zona, Miami y Jacksonville, en Florida, 1.157.
"Muchos de estos edificios públicos
quedaron destruidos por el huracán Sandy y lo cierto es que una normativa más
estricta los hubiera protegido mejor", indica Moore: "En parte, la
Administración de Obama decidió exigir que se cumplieran ciertos requisitos
para evitar tener que gastar dinero público en la reconstrucción de estructuras
poco seguras".
El decreto de Obama ha sido revocado pero
todavía existe la posibilidad de que las garantías que contemplaba puedan
sobrevivir. La Agencia
Federal para la Gestión de Emergencias, el Departamento de
Vivienda y Desarrollo Urbano y la Agencia para la Protección del Medio Ambiente
impulsarán normas para poner en práctica el decreto presidencial.
"Estas normas todavía podrían ser
aprobadas sin necesidad de que el presidente de Estados Unidos
intervenga", puntualiza Moore. "Para la Agencia Federal
para la Gestión de Emergencias y el Departamento de Vivienda y Desarrollo
Urbano es crucial hacerlo, ya que las tareas de reconstrucción de las viviendas
e infraestructuras afectadas por el huracán Harvey deberían ceñirse a una
normativa más rigurosa".
El hecho de que sea fácil construir en zonas
inundables tendrá probablemente graves consecuencias. Hasta la fecha, unas
30.000 personas han tenido que abandonar sus hogares. Se trata de la tercera
gran inundación que sacude al país este año y la tercera vivida en el área de
Houston desde marzo del año pasado. Se da por sentado que tanto el litoral como las llanuras centrales de Texas
sufrirán inundaciones catastróficas.
"Dejar sin efecto el decreto presidencial
de Obama fue una idea pésima pero ahora el presidente puede trabajar con los
legisladores para proteger a los contribuyentes y para que el dinero público se
destine a construcciones que sigan unos criterios más rigurosos", explica
Ellis. "Si los responsables del país no protegen a los contribuyentes, se
construirá mal y tendremos que volver a reconstruir estas estructuras inseguras
cuando queden dañadas por tormentas futuras".
Traducido por Emma Reverter
http://www.eldiario.es/theguardian/Trump-catastrofe-Houston-desregulacion_0_681382155.html
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