Adiós Benetton de
la Universidad de Buenos
Aires
28 de Junio de 2018.-
En una decisión inédita,
impulsada por docentes y alumnos, la Facultad de Agronomía de la UBA rescindió
el convenio con la multinacional italiana Benetton, dueña de la estancia Leleque
(donde desapareció Santiago Maldonado) y denunciada por comunidades mapuches.
No fue el gobierno de Chubut. No fue
el gobierno nacional. Tampoco el Poder Judicial. Mucho menos los grandes medios
de comunicación. Benetton, multinacional que es la mayor dueña de tierras de
Argentina (un millón de hectáreas), recibió un cuestionamiento tan inesperado
como simbólico: la Facultad de Agronomía de la Universidad e Buenos Aires
(Fauba) canceló el convenio de cooperación con la empresa.
La respuesta a una
pregunta:
La desaparición de Santiago Maldonado
en terrenos de Benetton se dio en el marco de la represión a la comunidad
mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen. El caso repercutió en la agenda
social, mediática y política. “¿Dónde está Santiago Maldonado?”, se transformó
en campaña nacional. Organismos de derechos humanos y comunidad indígenas
(entre otros actores) de un lado. El Gobierno Nacional, con la ministra Patricia
Bullrich al frente, respaldaron a la Gendarmería y su
represión.
La Fauba no estuvo ajena a la
desaparición de Maldonado. Hubo charlas, manifestaciones, pedidos de justicia.
En ese marco, la fuerza estudiantil Abriendo Caminos denunció que la Facultad
mantenía un convenio de cooperación con la multinacional, que en Argentina
opera con la figura legal de Compañía de Tierras del
Sud Argentino (CTSA) y cuenta con siete estancias, 900 mil hectáreas
distribuidas en cuatro provincias (Buenos Aires, Río Negro, Chubut y Santa
Cruz). Benetton es el mayor propietario privado de la Argentina.
MU accedió
al contrato en diciembre pasado. “Convenio específico de asistencia técnica
entre Compañía de Tierras Sud Argentino S.A. y la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Buenos Aires”, es el título formal de expediente, de seis
carillas, donde firman Diego Eduardo Perazzo (directivo de la empresa) y el
decano Rodolfo Golluscio. La cláusula primera establece el objetivo del
contrato: “Se planea llevar a cabo una evaluación sistemática de la
disponibilidad de recursos forrajeros a los largo del año y proponer un plan de
manejo de pastoreo de pastizales patagónicos (…) Se buscará mejorar la cantidad
y la calidad de la producción ganadera”. Específica que “la evaluación de los
recursos se basará en el procesamiento de imágenes digitales provistas por
distintos tipos de satélites”.
Precisa que los productos finales
serán tres informes con la descripción del “estado de los recursos y detalles
del plan de manejo” que se entregarán luego de las tres visitas a los campos de
Benetton (meses estimados de enero, abril y septiembre).
El segundo punto señala que la
Facultad brindará capacitación a personal de la empresa y contempla la
posibilidad de pasantías con estudiantes de grado y postgrado. La tercera
cláusula señala que el responsable técnico del proyecto es el mismo decano de
la Fauba, Rodolfo Golluscio, “quien deberá entregar un informe final de actividades
y resultados”.
La empresa abonó 96.000 pesos en tres
cuotas de 32.000. Autoridades de la Fauba argumentan que los montos bajos
(96.000 pesos) serían prueba de que los convenios no condicionan a la Facultad. Pero
otros sectores lo interpretan de forma opuesta: hasta por poca plata se dejan
condicionar. El fondo del asunto es la universidad pública y su relación con el
sector privado. Y un hecho objetivo: trabajar junto a una multinacional
denunciada por violar derechos indígenas.
El contrato con Benetton fue muy
cuestionado por la agrupación estudiantil Abriendo Caminos, también (aunque más
diplomáticamente) por el Frente Amplio por una Nueva Agronomía (FANA).
Precisa que los productos finales
serán tres informes con la descripción del “estado de los recursos y detalles
del plan de manejo” que se entregarán luego de las tres visitas a los campos de
Benetton (meses estimados de enero, abril y septiembre).
El segundo punto señala que la
Facultad brindará capacitación a personal de la empresa y contempla la
posibilidad de pasantías con estudiantes de grado y postgrado. La tercera
cláusula señala que el responsable técnico del proyecto es el mismo decano de
la Fauba, Rodolfo Golluscio, “quien deberá entregar un informe final de
actividades y resultados”.
La empresa abonó 96.000 pesos en tres
cuotas de 32.000. Autoridades de la Fauba argumentan que los montos bajos
(96.000 pesos) serían prueba de que los convenios no condicionan a la Facultad. Pero
otros sectores lo interpretan de forma opuesta: hasta por poca plata se dejan
condicionar. El fondo del asunto es la universidad pública y su relación con el
sector privado. Y un hecho objetivo: trabajar junto a una multinacional
denunciada por violar derechos indígenas.
El contrato con Benetton fue muy
cuestionado por la agrupación estudiantil Abriendo Caminos, también (aunque más
diplomáticamente) por el Frente Amplio por una Nueva Agronomía (FANA).
Resistencias
académicas:
El Grupo de Estudio y Trabajo junto a
comunidades Qom (GET-Qom) de la Fauba, conformado por docentes y estudiantes de
la Facultad, solicitó formalmente en febrero la suspensión del convenio entre
la Facultad y Benetton. El GET-Qom trabaja hace años junto a la comunidad Potae Napocna
Navogoh (La Primavera) de Formosa.
En un carta dirigida al decano Rodolfo
Golluscio cuestionaron que “los convenios entre la Fauba y la CTSA del grupoBenetton se desarrollan sin ningún tipo de
cuestionamiento, histórico, social ni político, reproduciendo una formación
acrítica de sus estudiantes de grado y posgrado sobre los alcances de las
acciones, investigaciones y publicaciones que se generan, avalando de esta
forma una historia de genocidio, despojo e injusticia que se mantiene en el
tiempo”.
El pedido de rescisión se basó en fundamentos histórico-políticos
respecto al despojo del territorio mapuche. Citan la investigación del
historiador Ramón Minieri (libro “Ese ajeno sur”) donde aporta pruebas de la ilegitimidad
del título original de esas tierras (adquirido en 1991 por
Benetton).
También recuerdan la vigencia de
legislación que debiera proteger a los pueblos indígenas. Desde la Constitución Nacional
(artículo 75, inciso 17), hasta la Ley 26160 (freno a los desalojos) y el
Convenio 169 de la OIT.
“Los convenios de Fauba-Benetton
implican el desconocimiento de los antecedentes históricos y de la legislación
existente, vulnerando de ese modo derechos de los pueblos indígenas en cuanto
al acceso a los territorios ancestrales y a sus recursos naturales, así como el
derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado. De manera que
se es partícipe voluntario o involuntario, de la disgregación de un pueblo
originario, de la pérdida de sus territorios, de su cultura, de su lengua y de
sus prácticas ancestrales dificultando la reproducción de su vida cotidiana”,
resalta el escrito presentado ante las autoridades de la UBA.
Los integrantes de el GET-Qom
afirmaron que la universidad pública tiene como misión y obligación que los
frutos de su investigación y extensión estén, en primer lugar, al servicio de
los sectores más vulnerables, excluidos, como lo son los pueblos indígenas y
los pequeños campesinos, y no al servicio de las grandes compañías que vulneran
los derechos de los sectores populares del campo.
Valorizaron que durante la gestión de
Golluscio se apoyó el trabajo de docentes junto a comunidad indígenas y
campesinas, y por ese mismo motivo consideraron coherente la necesidad de que
la Fauba no trabaje junto a Benetton y otras empresas denunciadas por la
violación de derechos indígenas.
El escrito, de cuatro páginas,
finalizaba: “Solicitamos que se rescinda en forma inmediata el convenio con la
CTSA (Benetton) y no se vuelvan a establecer nuevos convenios o vínculos en
tanto se mantengan la causas que fundamentan la actual solicitud. Lo hacemos
con el convencimiento de que esta acción será un aporte valioso en el camino de
reparación de tantos años de injusticia, despojos e invisibilización de los
pueblos indígenas”.
Resistencias
académicas:
El Grupo de Estudio y Trabajo junto a
comunidades Qom (GET-Qom) de la Fauba, conformado por docentes y estudiantes de
la Facultad, solicitó formalmente en febrero la suspensión del convenio entre
la Facultad y Benetton. El GET-Qom trabaja hace años junto a la comunidad Potae Napocna
Navogoh (La Primavera) de Formosa.
En un carta dirigida al decano Rodolfo
Golluscio cuestionaron que “los convenios entre la Fauba y la CTSA del grupo Benetton se desarrollan sin ningún tipo de
cuestionamiento, histórico, social ni político, reproduciendo una formación
acrítica de sus estudiantes de grado y posgrado sobre los alcances de las acciones,
investigaciones y publicaciones que se generan, avalando de esta forma una
historia de genocidio, despojo e injusticia que se mantiene en el tiempo”.
El pedido de rescisión se basó en
fundamentos histórico-políticos respecto al despojo del territorio mapuche.
Citan la investigación del historiador Ramón Minieri (libro “Ese ajeno sur”)
donde aporta pruebas de la ilegitimidad del título original de esas tierras (adquirido en 1991 por
Benetton).
También recuerdan la vigencia de legislación que
debiera proteger a los pueblos indígenas. Desde la Constitución Nacional
(artículo 75, inciso 17), hasta la Ley 26160 (freno a los desalojos) y el
Convenio 169 de la OIT.
“Los convenios de Fauba-Benetton
implican el desconocimiento de los antecedentes históricos y de la legislación
existente, vulnerando de ese modo derechos de los pueblos indígenas en cuanto
al acceso a los territorios ancestrales y a sus recursos naturales, así como el
derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado. De manera que
se es partícipe voluntario o involuntario, de la disgregación de un pueblo
originario, de la pérdida de sus territorios, de su cultura, de su lengua y de
sus prácticas ancestrales dificultando la reproducción de su vida cotidiana”,
resalta el escrito presentado ante las autoridades de la UBA.
Los integrantes de el GET-Qom
afirmaron que la universidad pública tiene como misión y obligación que los
frutos de su investigación y extensión estén, en primer lugar, al servicio de
los sectores más vulnerables, excluidos, como lo son los pueblos indígenas y
los pequeños campesinos, y no al servicio de las grandes compañías que vulneran
los derechos de los sectores populares del campo.
Valorizaron que durante la gestión de
Golluscio se apoyó el trabajo de docentes junto a comunidad indígenas y
campesinas, y por ese mismo motivo consideraron coherente la necesidad de que
la Fauba no trabaje junto a Benetton y otras empresas denunciadas por la
violación de derechos indígenas.
El escrito, de cuatro páginas,
finalizaba: “Solicitamos que se rescinda en forma inmediata el convenio con la
CTSA (Benetton) y no se vuelvan a establecer nuevos convenios o vínculos en
tanto se mantengan la causas que fundamentan la actual solicitud. Lo hacemos
con el convencimiento de que esta acción será un aporte valioso en el camino de
reparación de tantos años de injusticia, despojos e invisibilización de los
pueblos indígenas”.
El debate:
El Consejo Directivo emitió dos
dictámenes. Uno de mayoría, presentado por los consejeros profesores de la
gestión (encabezado por Golluscio) que proponía renovar el convenio. Otro, de
minoría, presentado por consejeras representantes de graduados (de la lista
llamada “Integración”) y que pidió la rescisión.
Sobre dieciséis integrantes, sólo tres
votos se inclinaban por la cancelación del contrato (consejeros de graduados y
estudiantil -por el FANA-).
Desde el GET-Qom ya consideraron un
triunfo que la Fauba debata, por primera vez, el accionar de una empresa
denunciada por pueblos indígenas. Y comenzaron a buscar apoyos extra
universidad. De inmediato se sumaron entidades que trabajan junto a pueblos
indígenas, investigadores y organismos de derechos humanos: Asociación de
Abogados de Derecho Indígena (AADI), Grupo d Apoyo Jurídico al Acceso a la
Tierra (Gajat), Grupo de Filosofía de la Biología (UBA) y el Instituto de
Ciencias Antropológicas (Facultad de Filosofía y Letras de la UBA), entre
otros.
El tratamiento del convenio en el
Consejo Directivo de la Fauba comenzó a hacer cada vez más ruido. La sesiones
son abiertas y las críticas prometían llenar la sala. Dos adhesiones
terminaron por inclinar la balanza: el Premio Nobel de la Paz y titular del
Serpaj, Adolfo Pérez Esquivel, envió una carta pidiendo la suspensión del
convenio. Y, el último día, Verónica Heredia (abogada de la familia Maldonado )
avisó que Sergio (hermano de Santiago) también apoyaba el pedido de cancelar el
convenio.
El martes 5 de junio fue el día de
sesiones. La flamante decana, Marcela Gally, informó la situación y, sobre
tablas, presentó un tercer dictamen. Planteó una fundamentación pro empresaria:
“El valor académico del convenio ha sido sumamente valioso desde el punto de
vista de generación de conocimiento científico, así como en la formación de
recursos humanos”. Defendió el trabajo junto a Benetton.
El dictamen de la decana excusó a la
Facultad en su accionar, pero también pidió la no renovación del contrato.
Fue votado por unanimidad (el Grupo
GET-Qom rechazó la fundamentación).
Pro-Empresa:
-El decano saliente y responsable
técnico del convenio, Rodolfo Golluscio, reconoció que ya había avanzado en la
renovación del contrato (aún sabiendo que se debía aprobar en el Consejo
Directivo). Lamentó que se haya votado la cancelación y pidió que no se diera
publicidad a la decisión.
-La consejera estudiantil por la agrupación Línea
de Agronomía Independiente (LAI, de derecha) cuestionó con enojo que la
sociedad opine sobre el accionar de la Facultad y, más enojada aún, rechazó que
la universidad pública tome decisiones según lo que sucede fuera de la isla
universitaria.
-La vicedecana, Adriana Kantolic, se
expresó en contra de la cancelación del convenio. Incluso acusó a los
solicitantes de haber tergiversado información para obtener el apoyo de Pérez
Esquivel y de organizaciones indígenas. Kantolic, defensora del modelo
transgénico, es la responsable técnica de otros convenios con empresas, entre
ellas la
cuestionada Monsanto.
Pequeño gran
triunfo:
Monsanto, Syngenta, Bayer, Aapresid y
la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) son algunas de las empresas del
agronegocio que tienen convenios (y financiamiento) con la Facultad de
Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), tal cual se reveló en
distintas notas en la revista MU. Las compañías impulsan un
modelo con consecuencias ambientales, sociales y sanitarias. Desde la Ley de
Educación Superior, sancionada durante el menemismo, la educación pública quedó
permeable al sector privado.
La cancelación
del convenio con Benetton es inédita en la Fauba. Es un triunfo de docentes, graduados y
estudiantes, que también cuestionan los vínculos de la Facultad con compañías
transgénicas, y le pusieron así un freno a autoridades y docentes pro-empresas.
Ecoportal.net
Fuente: https://www.ecoportal.net/paises/adios-benetton-de-la-universidad-de-buenos-aires/
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