domingo, 14 de julio de 2019

Necesitamos “decir basta, basta porque nos están matando. Todavía estamos vivos y no queda otra que seguir con la lucha. Basta de contaminación, de fumigarnos, de despidos, de fracking, de persecución a los pueblos originarios. Espero que el documental pueda servir en las luchas futuras”.

Ingeniero White, documental de un pueblo que están matando

18 de junio de 2019

Entrevista a María Giovis sobre su documental Ingeniero White, un pueblo que están matando. El trabajo recorre la historia del pueblo y sus transformaciones: las luchas obreras, el desembarco de las multinacionales, la destrucción del ferrocarril, los desastres ecológicos -nubes de cloro, lluvia ácida y hundimiento de terrenos-, la flexibilización y los asesinatos laborales. 
Por ANRed.
Ingeniero White, un pueblo que están matando, el documental de Maria Giovis, empieza con imágenes de archivo y la voz de su realizadora:“Los whitenses teníamos el mar a orillas de nuestras casas. El pueblo entero olía a mar. Era un pueblo de ferroviarios, portuarios, trabajadores de la Junta Nacional de Granos, de YPF. De ese pueblo ya no queda nada. Hay, allí, un polo petroquímico y la pregunta: ¿puede instalarse un polo petroquímico en un lugar donde vive un pueblo y a escasos kilómetros de una ciudad? La historia de esta transformación es la que quiero contar”. Ahora, Maria está sentada en un departamento de la ciudad de Buenos Aires a 700 kilómetros de su pueblo natal. En está entrevista, María habla de Bahía, de White y de cómo surgió el documental.
“Fui viendo a través de los años la cantidad de gente que muere por cáncer y todas las enfermedades que hay en el pueblo. En un comienzo yo estaba escribiendo, pensé en sacar un libro. Estaba en un taller con Vicente Zito Lema y Vicente un día me dice “esto te puede servir para escribir un libro o para hacer un documental”. Cuando él me dijo documental, pensé en que podía tener mayor difusión”.
La cámara recorre la geográfia de Ingeniero White, un pueblo industrial y portuario aledaño a la ciudad de Bahía Blanca. Se relata el crecimiento del pueblo y sus primeras luchas. La voz en off de María se entremezcla con la del historiador Sergio Raimondi, con la del escritor y ferroviario Juan Carlos Cena, con el historiador Nicolás Carreras, con la de vecinas y vecinos, y con la de Osvaldo Bayer, quién, junto a Pedro Caballero, comentan que los primeros inmigrantes eran croatas, griegos y yugoslavos, muchos de ellos anarquistas. Comentan, también, que fueron ellos quienes levantaron el puerto y sus elevadores; y dicen, además, que fueron ellos quienes protagonizaron la huelga de 1907: “Se hizo algo nunca antes pensado, un paro nacional por los obreros portuarios de Ingeniero White”. La huelga terminó de la peor manera: con dos obreros muertos por la represión del Estado. Esas muertes marcarían un futuro signado por la explotación, las luchas y, de nuevo, como siempre, la muerte.
Osvaldo Ceci, trabajador y sindicalista ferroviario da cuenta de que «Los ingleses tenían todo: el gas, los ferrocarriles, el manejo del puerto, todo, un montón de cosas». Y María, quién ahora ofrece té y se acomoda en el sillón, agrega: “En 1958 asume el Gobierno de Arturo Frondizi, quien había formulado en años anteriores la necesidad de expulsar a las multinacionales del petróleo, pero una vez en el gobierno llevo adelante una política de entrega del país a grandes multinacionales. Estableció el plan CONINTES, que prohibía las huelgas y ponía a los manifestantes bajo jurisdicción de tribunales militares. Y comenzó el desmantelamiento de los ferrocarriles por medio del plan Larkin que buscaba reducir las vías existentes, destruir locomotoras y despedir a 70 mil trabajadores ferroviarios. Pero los ferroviarios de todo el país se pusieron de pie y una huelga histórica frenó el proyecto de Frondizi”.

Crecí en la década del 60, escuchando historias de política, de huelgas, de luchas obreras. Mi padre era ferroviario”. María conversa y las imágenes del documental se entrelazan con sus palabras: la vida, el crecimiento y el horror están presentes: “Viví toda la transformación, la pérdida del balneario, el golpe de Estado en Bahía Blanca fue muy fuerte, con los desaparecidos del pueblo que eran gente conocida. Esa imagen, la de los 24 de marzo, con los militares entrando en una casa, justamente, en una casa en Ingeniero White y hay una señora en el fondo, era una casa de una compañera mía de la secundaria”.
El documental es contundente en todos los temas que aborda: la historia del pueblo, sus luchas, el golpe militar, el proceso de industrialización, el desembarco de las empresas multinacionales, la destrucción de los recursos naturales y de la industria nacional, las enfermedades, los asesinatos en los puestos de trabajo y la precarización laboral. En Ingeniero White, cada tema excede lo racional, se escapa de la norma y es el reflejo de las política de los distintos gobiernos argentinos, tanto civiles cómo militares. Cuenta, por ejemplo, el desembarco de la empresa DOW Chemical, una de las químicas más grandes del mundo, quienes junto con Monsanto fueron denunciadas por su producción de defoliantes: el famoso agente naranja que arrojó el ejército de los Estados Unidos en los bosques de Vietnam, causando miles de muertos, mutilados y deformados.

Las imágenes impactan, pero los hechos aún más. Una filmación muestra a la Junta Nacional de Granos en llamas. La voz de un locutor televisivo relata: “A las cero quince del miércoles 13 de marzo de 1985 un incendio en el puerto de Ingeniero White dio inicio al infierno. 22 personas pagaron con su vida”. Un trabajador completa el relato con su testimonio: “Hay una nota por ahí que dice que White lloró, y White lloró en serio. Las multinacionales no podían competir con la Junta Nacional de Granos, así que la tuvieron que hacer desaparecer para estar estos que están hoy: tanto sea la terminal Bahía Blanca, como la UTE, como Cargill. Cuando me toman a mi declaración, le dije que habían sido bombas, no me llamaron nunca más”.
Al desastre de la Junta Nacional de Granos se le suman otros, como el de la Termoeléctrica: «Cuando vino la termoeléctrica, teníamos una casa de material y se partió al medio». El vecino mira al pueblo y devuelve su vista a la cámara, con nostalgia agrega: “La termoeléctrica hacia pozos gigantescos bajo el nivel del mar. Al sacar el agua de las napas, cede el terreno. Y todas las casas se parten”. El siguiente desastre fue el incendio de la estación, en medio del cierre de ramales encarado por Carlos Menem y su revolución productiva bajo el lema“Nada de lo que deba ser estatal quedará en manos del Estado”. A la desgracia, un obrero ferroviario le pone palabras: “Es una batalla perdida que no hayamos podido salvar la estación. Le sacaron importancia al ferrocarril para movimiento de camiones y de colectivos. Esto es una complicidad con los gremios. Lo que nos opusimos estamos todos en la calle”.

Maria suspira en el sillón. Los recuerdos de su pueblo -de lo que fue y lo que es- están registrados en el documental y en su memoria. Los que también suspiran son las y los vecinos whitenses, siempre tan cercanos al horror. Un pescador, que ya no puede ejercer su oficio por la contaminación de la costa, lo expresa así: “nadie controla nada, porque se quieren llenar los bolsillos. Acá, por los estudios que hicimos los pescadores, la ría tiene varios metales pesados que son letales y la provincia dice que no hay nada. Pero sabemos que hay mercurio y otros metales. Dijeron que venían a darnos trabajo y era mentira: teníamos 3500 personas que trabajaban de la pesca y hoy no tienen trabajo”.
Los desastres naturales son una constante en Ingeniero White, y las responsables son las empresas del polo petroquímico. A mediados del 2000 las empresas Indupa y Profertil casi protagonizan una matanza. Un informe televisivo da cuenta de lo que pudo ser una nueva tragedia:«Desde esa planta, el 20 de agosto partió una nube de cloro altamente tóxica que puso en peligro a toda la ciudad. A último momento un milagro sucedió: el viento que desvió la nube tóxica sopla solamente 17 días al año. El 20 de agosto fue uno de esos días”. Una vecina agrega: “Si la nube iba para el lado dónde nosotros estábamos filmando nos moríamos. Y estábamos filmando nuestra propia muerte”. Pese a las filmaciones, las autoridades estatales niegan los hechos.

María describe el desastre con palabras y con imágenes, un desastre que le tocó de cerca: “A partir de la segunda mitad de la década del 90 los whitenses comenzamos a ver lo que estaba ocurriendo: empieza a morir gente con cáncer, gente joven, gente de 40, 50 años. En algunos casos con canceres raros o muertes abruptas. En el 98 muere Alberto Padelaro, tenía tan solo 40 años. Mi hermano, Basilio Giovis, muere en el año 2000, tenía solo 46 años. Sara Font, en el 2001, 44 años. Y a partir de allí empiezan las muertes una tras otra y la pregunta ¿cómo una comunidad puede atravesar tanta muerte, tanto dolor? Y no solo gente con cáncer, muere gente con ACV, con esclerosis múltiples y con diversas enfermedades”.
Al relato de María se le suma el de otras vecinas del puerto. Una de ellas, mientras camina por el pueblo, relata: «Extrañamente las jóvenes whitenses tienen sus ovarios llenos de quistes. Casos de niños que nacieron y murieron a los días de nacer. Embarazos que se producen fuera de lugar en muchas jóvenes que, en muchos casos, no son aislados. Todas las enfermedades están relacionados con estar respirando cloruro de vinilo». Una maestra agrega: “Ayer viernes era un olor terrible a gas. Llega a explotar el buque regasificador y es todo como efecto dominó, explota todo hasta el Palihue. Porque acá para salvarte tenes que vivir en Sierra de la Ventana como viven los empresarios y sus familias”.
El frente de una escuela está pintado, el mural responsabiliza a SOLVAY e Indupa de producir sustancias cancerígenas comprobadas en números mayores a 50 veces el limite. Y grafica: «en 2006 Bahía (Blanca) fue la segunda ciudad de latinoamericana con mayores casos de cáncer de pulmón en hombres”. Otro mural, tiene pintado el puerto, con su buque regasificador y el rostro Juan Cruz Manfredini, un trabajador fallecido en su puesto de trabajo. Junto a él, están los nombres de los 7 operarios muertos: Nicolas Biernat, Ernesto Monterroso, Juan Cruz Manfredini, Ariel Quinteros, Cesar Benitez, Adrian Valente y Pablo Diaz.
El documental refleja las condiciones en las que fallecieron los trabajadores y las luchas de sus familias. Dice Stella Maris Frontini, madre de Nicolas Biernat: «Mi hijo Nicolas trabajaba en la empresa Petrobras, contratado por otra empresa, estaba mucho en un recinto que no tenía habilitación. Y el producto que a él le daban en la limpieza de piezas se convertía en inflamable”. Dice el padre de Juan Cruz Manfredini: “No tendría que haber pasado nunca. Así como llevaba las muestras de hidrocarburos en colectivos, prácticamente llevaba una bomba». Y dice su madre, Monica Dambolena: “No alcanza a abrir la puerta y se produce la explosión, y falleció».

María, por su parte, mientras vuelve a acomodarse en el sillón y ordena las ideas y los dolores que se desprenden del documental, comenta:“Estas empresas saben de que manera dividir: techaron la cancha de básquet, donaron sillas a un colegio, ofrecieron dinero; en fin, migajas para ellos, saben como dividir. Algunos sindicatos negociaron. La complicidad absoluta de todos los gobiernos de turno. En el documental aparece el intendente del Frente para la Victoria, en su discurso frente a la lucha contra el dragado, dijo “necesitamos una sociedad del sí se puede”.
Todo lo que se relaciona, todo, forma parte de Ingeniero White, un pueblo que están matando. El documental realizado por María, y quecontó con el apoyo en la edición y en el montaje de Cynthia Gabrenja, fue estrenado en mayo del 2018, en el festival de Cine Político. Después, a los meses, fue aceptado en el festival de Trieste, Italia, dónde recibió el premio al compromiso social. El mismo se puede ver desde YouTube o Vimeo.
Las tazas de té están vacías. María se para y nos acompaña hasta la puerta, nos despide con unas palabras: “Me parece que es necesario decir basta, basta porque nos están matando. Todavía estamos vivos y no queda otra que seguir con la lucha. Basta de contaminación, de fumigarnos, de despidos, de fracking, de persecución a los pueblos originarios. Espero que el documental pueda servir en las luchas futuras”.

El documental completo se puede ver, de manera gratuíta, en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=7I3Um0hUA6k
Para más información, pueden visitar su página en Facebook:https://www.facebook.com/documentalwhite

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Fuente: https://www.anred.org/?p=116987

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