La lucha contra el fracking
2 de noviembre de 2016
Por Nadia Luna
En las jornadas del
Observatorio Petrolero Sur se debate sobre los riesgos del fracking para la salud. La inauguración
reunió a especialistas y activistas de la Argentina y Estados Unidos, que
relataron sus experiencias y explicaron por qué se oponen a esta práctica.
En el extremo sur del
planeta, la comunidad mapuche Campo Maripe resiste el avance del fracking en su territorio. YPF y Chevron
quieren explotar esa parte de la formación petrolera Vaca Muerta, a pesar de
que un relevamiento territorial comprobó la ocupación ancestral de la comunidad
en 11.000 hectáreas
de Añelo, en la provincia de Neuquén (ver
aquí).
El conflicto no
termina en la perforación de los pozos, ya que vecinos del oeste neuquino
nucleados en la
Comisión Fuera Basureros Petroleros denunciaron que la empresa Comarsa
quema residuos tóxicos provenientes del fracking a 200 metros de sus casas.
De esta manera, 15.000 familias de barrios humildes que usan leña para cocinar
se ven afectadas, paradójicamente, por desechos de la extracción de un gas al
que ni siquiera tienen acceso.
Muy lejos de allí, en
el extremo norte del planeta, los habitantes de una zona rural del estado de
Nueva York, cerca del límite con Pensilvania, en Estados Unidos, se juntan
regularmente en el sótano de una iglesia para debatir sobre los riesgos del fracking para la salud. El movimiento
creció de la mano de estudios ambientales y, finalmente, se logró prohibir el fracking en el estado de Nueva York. Sin
embargo, la lucha sigue: ahora se oponen a la instalación de la compañía Crestwood ,
que quiere convertir a la región en un centro de almacenamiento y transporte de
gas. Ya bloquearon la entrada de la compañía 50 veces, lo que derivó en unas
500 detenciones de ciudadanos. Entre ellos, Colleen Boland, impulsoradel
activismo anti-fracking y
sargento retirada de la
Fuerza Aérea estadounidense, quien asegura: “Estoy orgullosa
de mis medallas de honor, incluida la que me dieron por buena conducta. Pero
estoy igual de orgullosa por las acusaciones de alterar el orden público que
recibí por oponerme al fracking para preservar el lugar donde
vivo”.
Boland fue una de las
expositoras de la inauguración de las Jornadas Internacionales de Salud,
Ambiente e Hidrocarburos no Convencionales, organizadas por el Observatorio
Petrolero Sur, que se desarrollarán hasta el 31 de octubre en las provincias de
Buenos Aires y Neuquén (ver aquí). La
apertura fue una audiencia pública realizada en el auditorio anexo del Congreso
de la Nación y la mesa se completó con la activista Natalia
Huilipan [Comisión Fuera Basureros del Neuquén], la bióloga Sandra
Steingraber [Concerned Health Professionals] y la médica
pediatra Kathleen Nolan [Physicians for Social Responsibility].
“Algo que me quedó
claro de todos estos años que venimos luchando contra el fracking en Nueva York es que las pruebas
científicas sobre los daños a la salud, por muy contundentes que sean, no
alcanzan. Es necesario que un movimiento social lleve la evidencia científica
hacia el campo político. Creo que esa combinación nos permitió ganar la
batalla”, sostuvo Steingraber, quien, al igual que Boland, pasó varios días en
la cárcel por bloquear la entrada de Crestwood.
Steingraber y Nolan
presentaron la tercera edición del Compendio
de hallazgos científicos, médicos y de medios
de comunicación que demuestran los riesgos y daños del fracking [extracción no convencional
de gas y petróleo], una publicación que puede descargarse gratuitamente aquí.
Durante la charla, expusieron algunos de esos hallazgos y hablaron de los
riesgos que el frackingimplica
para la salud de la población que vive en las cercanías de lugares donde se
desarrolla la actividad.
Steingraber contó, por
ejemplo, que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos confirmó
casos de contaminación del agua potable porfracking. Además, indicó que
el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático calcula que, en un período
de 20 años, el gas metano puede capturar 86 veces más calor que una cantidad
equivalente de dióxido de carbono. Asimismo, sostuvo que, en los últimos meses,
varios estudios han confirmado una relación causal entre la inyección de aguas
residuales del frackingen
pozos de eliminación de desechos y el surgimiento de temblores en la zona. “La
evidencia es tan sólida que la
Corte Suprema de Oklahoma dictaminó por unanimidad que los
propietarios de viviendas pueden demandar a la industria de petróleo y gas por
daños en sus propiedades derivados de los temblores”, señaló.
Nolan se refirió al
aumento de problemas de salud reportados en poblaciones cercanas al fracking y a los efectos de gases liberados y
sustancias químicas usadas en la actividad. Así , indicó que el formaldehído y el
sulfuro de hidrógeno irritan los tejidos y que los estudios documentan cada vez
más casos de asma; que los químicos que se conocen como BTEX (benceno, tolueno,
etileno y xileno) dañan los órganos y son cancerígenos. También, actúan como
disruptores endócrinos, lo que derivó en un aumento de nacimientos prematuros y
diversos defectos en los recién nacidos.
“En algunos casos, los
síntomas pueden eliminarse si se elimina la fuente de exposición, pero eso
implica que la gente tiene que dejar de vivir donde vive. La prioridad de los
gobiernos debería ser alejar estas actividades en vez de otorgar subsidios a la
industria”, sentenció. “Las compañías y países que invierten en fracking están invirtiendo en un legado tóxico.
Es muy poco lo que se puede mejorar cambiando regulaciones o implementando un
código de buenas prácticas. Los problemas son inherentes al proceso y, por lo
tanto, la única mejora puede venir del abandono completo de esta actividad y de
la transición hacia un futuro sostenible y renovable”, agregó.
La última expositora
fue Natalia Huillipan, en representación de la Comisión Fuera Basureros
Petroleros de Neuquén. Se presentó en mapudungun [lengua del pueblo mapuche] y
explicó cómo funciona el circuito de los residuos petroleros. La empresa
encargada de su tratamiento es Comarsa, que, según Huillipan, utiliza un método
de incineración en hornos pirolíticos que “libera al aire contaminantes que
respiramos todos los días en nuestros barrios”. Además, dijo que, en una
reciente audiencia pública, Comarsa reconoció que la empresa no trata los
metales pesados, pero se negó a responder cuál es la disposición final de los
mismos.
Huillipan sostuvo que
la comisión obtuvo dos logros importantes. El primero fue que el Gobierno
provincial firmó un decreto que establece que las empresas que tratan residuos
especiales tienen que estar a ocho kilómetros de las zonas pobladas y a cinco de
las zonas productivas, aunque dice que, en la práctica, eso no se cumple. El
segundo logro radicó en unificar la lucha con los trabajadores de la empresa.
“Yo soy mapuche y quiero finalizar con una reflexión desde mi identidad”, dijo
Huillipan. “Hay tres elementos que están siendo afectados por este sistema
capitalista: agua, aire y suelo. El agua es la sangre que corre por nuestras
venas, el aire es lo que nos impulsa y el suelo es nuestro cuerpo. Tenemos que
defenderlos y solo con lucha y organización colectiva vamos a poder
conseguirlo. ¡Marici wev! [diez veces venceremos]”.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/La_lucha_contra_el_fracking
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