“En México tenemos una acción represiva del Estado, que se traduce en
delito de
lesa humanidad”
11 de agosto de 2016
¿Qué dejó la visita de Peña Nieto a la Argentina? Fundamentalmente
visibilizar y repudiar la situación de Derechos Humanos en México pero también líneas
de análisis para entender lo que viene por nuestras tierras en el marco de la
lucha contra el Narcotráfico, Comercio Internacional y Reformas Neoliberales.
Para ahondar sobre este contexto, entrevistamos a Arsinoé Orihuela, miembro de la "Asamblea de
Mexicanxs en Argentina".
Por Paula Daporta, Facundo Di Cuollo y Macarena
Sanchez Volpe | Lo Menos Pensado.
Culminado el mes de
julio, el presidente Mauricio Macri recibió a su par mexicano Enrique Peña
Nieto. En un contexto de reordenamiento estratégico de la Argentina en el mundo
y sobre todo en Latinoamérica, la visita puede leerse como parte del proceso que
articula la política internacional con la doméstica.
En las calles se hizo oír el repudio al primer mandatario mexicano
frente a las denuncias sobre violación de Derechos Humanos, que se han
visibilizado notablemente tras la desaparición de los 43 normalistas de
Ayotzinapa en septiembre de 2014.
En este marco, charlamos con Arsinoé Orihuela de la Asamblea de
Mexicanxs en Argentina, quien nos ofrece preocupantes líneas de análisis
comparado de la situación de su país y algunos indicadores que han comenzado a
intensificarse por nuestras tierras.
-La mayoría de los organismos de DDHH a
nivel internacional lo están señalando a Enrique Peña Nieto como el responsable
de delitos de Terrorismo de Estadoen México.
¿Qué es lo que justifica esta definición?
-Sí, bueno, aquí la conceptualización es importante. Tenemos que
decir, por un lado, delitos de lesa humanidad y, por otro, Terrorismo de Estado.
Yo escucho que a menudo se usan los dos conceptos indistintamente. Y lo que
tenemos es básicamente una acción represiva delEstado,
que se traduce en delito de lesa humanidad. Porque es el Estado,
o agentes al servicio del Estado,
o grupos paraestatales, o parapoliciales al servicio del Estado los que reprimen a las
movilizaciones sociales en particular, y a la sociedad civil en general. Pero,
como bien señalas, la situación en México ahora es de crisis y
básicamente toda la crítica que hemos visto alrededor del gobierno de Enrique
Peña Nieto y del Estado Mexicano se desenvuelve en
espacios internacionales. Porque la situación en México es delicada, es altamente
delicada. Hay una persecución, un hostigamiento, un amedrentamiento contra
miembros de la sociedad organizada y contra la generalidad de la población. Pero
todos saben bien que muchos de los delitos que se cometen en México y -en cierto sentido- la
tragedia humanitaria que atraviesa el país, es atribuible al Estado,
o bien a instituciones delEstado.
-¿Lo que decías recién da a entender
que se está hablando por fuera, a nivel internacional, pero que en México los medios de comunicación no se están haciendo eco de lo que está
sucediendo?
-Claro, habría que hacer una distinción ahí entre lo que es la
prensa tradicional (monopólica o duopólica) y lo que es medios libres y
autónomos, o medios alternativos. Felizmente ha proliferado el número de medios
autónomos y alternativos. Pero a la par, ha crecido larepresión y la persecución contra esos
medios libres. Y por otro lado, insisto, tienes a la prensa tradicional con los
medios monopólicos que lo que han hecho es satanizar todo gesto de protesta
social o popular. Y la cuestión es que en esa satanización se incuba el germen
de la represión,
porque allana el terreno para justificar cualquier acto de represión de Estado.
Lo vimos claramente hace unas semanas, en Nochistlan Guajaca. Si hay un gremio
en Méxicoque
ha sido sistemáticamente satanizado, es el magisterio, los maestros.
Reprimieron una movilización, como bien se ha documentado en la prensa
internacional en Nochistlan Guajaca. Hay diversas estimaciones, pero según gente
de la comunidad, cerca de trece personas perdieron la vida ese día. Uno de
ellos era maestro, profesor, y el resto, civiles simpatizantes con la protesta
magisterial.
-Lamentablemente, el mundo comienza a
hacerse eco de todo lo que está pasando en México a partir de septiembre de 2014, con los 43 desaparecidos de
Ayotzinapa. A partir de ello nos interiorizamos sobre la lucha contra una
reforma educativa. ¿De qué consta esta reforma educativa?
-En realidad la lucha, y ahí está justamente el valor de la lucha
magisterial, es contra las reformas estructurales. Hubo un primer ciclo de
reformas neoliberales o neoliberalizadoras entre el ‘88 y el ‘94. Después hubo
una especie de intervalo de dos años, en que avanzó paulatinamente,
progresivamente, la
neoliberalización. Y luego recobra fuerza otra vez en 2012,
con la llegada al poder de Enrique Peña Nieto. Y eso es lo que algunos
analistas señalan como un “segundo ciclo de reformas neoliberales”. Bueno, en
ese contexto del segundo ciclo de reformas neoliberales, hay dos que son
claves: la reforma energética, que pasó Fastrack Express con poca oposición
(fueron muy eficaces en todo el proceso de aprobación de la reforma), y una
segunda reforma que es la
educacional. La cuestión con la reforma educacional es que allí
han tenido serios problemas para conseguir hacerla avanzar porque encontraron
una fuerte oposición. Encontraron una fuerte oposición principalmente en la
coordinadora nacional de trabajadores de la educación, que es históricamente
uno de los sindicatos o de las facciones disidentes dentro del sindicalismo
magisterial. Entonces, aquí se abre un ciclo de protesta importante con los
maestros, que consigue reunir, aglutinar, la indignación popular, la
indignación de la generalidad de la población; y crece, arrecia la protesta. El Estado decide reprimir como primer
recurso para “dirimir” el conflicto, recurre a la represión sin agotar otras instancias
institucionales. Y esto se debe a que el tema acá no es sólo conseguir
implementar la reforma educacional, sino eliminar a ese actor político dentro
de la sociedad organizada que resiste a este segundo ciclo de reformas
neoliberales. Acaso por allí junto con los zapatistas, y algún otro movimiento
o colectivo u organización de menor rango. Pero es importante el sindicato, es
importante la movilización magisterial porque evidencia la indignación y el
descontento generalizado que hay en México.
-Sabemos que cuando hablamos de
reformas neoliberales, siempre viene acompañado de estas cuestiones represivas.
Un poco para asustar, un poco para lo que se denomina “eliminar base”. En
función de Ayotzinapa, ¿cómo está la opinión pública respecto de esta situación?
¿Se están llevando a cabo algunas investigaciones?
-Bueno, el de Ayotzinapa sigue siendo un crimen impune. Desde un
primer momento sabíamos que lo que iba a hacer el gobierno era -como bien
decimos en algunos lugares- “patear la lata”, es decir, tratar de desplazar el
problema y evitar que tenga un costo político. Y sigue en ese tenor. El
Gobierno Federal perdió la elección intermedia y temen perder la elección
presidencial en dos años. Sin duda que el tema de Ayotzinapa es un problema que
sigue siendo profundamente incómodo para el poder.
Si le preguntas a la población civil sobre algún hecho agraviante o vejatorio que ellos puedan identificar en la política actual o contemporánea en México, unánimemente te van a responder que Ayotzinapa; hay una indignación profunda que persiste por la situación de Ayotzinapa, por la impunidad persistente y un gobierno que advierte que eso en su tiempo ha de ser un eje estructurante de la movilización social, y por consiguiente sigue ceñido a la agenda originaria, que es la de negar la participación de agentes del Estado en la comisión de ese delito. Cuando sabemos bien que la evidencia empírica sugiere que en la operación participaron policías municipales, policías estatales, efectivos militares en conjunto con grupos del crimen organizado. Entonces es demasiado escandalosa e inconfesable esa verdad política. Por consiguiente, ellos van a seguir adheridos a eso que ellos llaman la “verdad histórica”, que es una mentira histórica flagrante. Y el costo político que eso pueda traer consigo es el progresivo aumento de la indignación social. Pero es una herida que sigue abierta. Y la apuesta es la misma apuesta que la del ‘68, la de la masacre de Tlatelolco: dejar que se olvide o dejar que por lo menos transcurran unos años, para ir por ahí publicando más información sobre el asunto. Pero siempre desde la lógica del poder, naturalmente, evitando el costo político en el corto y mediano plazo.
Si le preguntas a la población civil sobre algún hecho agraviante o vejatorio que ellos puedan identificar en la política actual o contemporánea en México, unánimemente te van a responder que Ayotzinapa; hay una indignación profunda que persiste por la situación de Ayotzinapa, por la impunidad persistente y un gobierno que advierte que eso en su tiempo ha de ser un eje estructurante de la movilización social, y por consiguiente sigue ceñido a la agenda originaria, que es la de negar la participación de agentes del Estado en la comisión de ese delito. Cuando sabemos bien que la evidencia empírica sugiere que en la operación participaron policías municipales, policías estatales, efectivos militares en conjunto con grupos del crimen organizado. Entonces es demasiado escandalosa e inconfesable esa verdad política. Por consiguiente, ellos van a seguir adheridos a eso que ellos llaman la “verdad histórica”, que es una mentira histórica flagrante. Y el costo político que eso pueda traer consigo es el progresivo aumento de la indignación social. Pero es una herida que sigue abierta. Y la apuesta es la misma apuesta que la del ‘68, la de la masacre de Tlatelolco: dejar que se olvide o dejar que por lo menos transcurran unos años, para ir por ahí publicando más información sobre el asunto. Pero siempre desde la lógica del poder, naturalmente, evitando el costo político en el corto y mediano plazo.
-Hoy leía un dato que la verdad me
asombró, que es que en México desaparecen trece personas por día. Y que, de esas trece personas,
el 40% están en el rango de edad de los 15 a los 29 años. Me preguntaba qué estrategias
de resistencia o de visibilización están llevando a cabo, o si se está dando
algún movimiento también de exilio…
-El primer movimiento que visibiliza la situación de desapariciones
forzadas en México,
es el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que encabeza Javier
Sicilia. Fue en el 2010 o 2011, después del asesinato de su hijo, en el Estado de Morelos. Él arranca un
movimiento que de hecho cobró notoriedad nacional e internacional, que
consiguió reunir a muchas de las familias que tenían parientes o hijos
desaparecidos. Hasta ese año (2010/2011) se visibiliza internamente y al
exterior la situación de crisis en materia de violación a los DDHH en general,
y específicamente en materia de desaparición forzada. Después de eso, hubo una
caravana que llamaron “Caravana por la Paz”, con la que recorrieron la
totalidad de la geografía nacional. En su recorrido consiguieron ayudar a
articular otros colectivos adheridos al Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad, pero autónomos, y cuya operatividad se da más en un contexto local.
Hay organizaciones en todos los Estados que responden a esa primera
iniciativa del Movimiento por la Paz, y que siguen vigentes, siguen
operativamente actuando en esos Estados.
Lo que han hecho es básicamente reemplazar a las autoridades públicas. En esos
colectivos se concentran las familias de los desaparecidos y algunos otros
activistas o defensores de los DDHH; que se dedican a buscar a los familiares
perdidos en las fosas comunes, a acompañar a las familias a los ministerios
públicos para denunciar casos de desaparición forzada y a exigir directamente a
la autoridad pública que cumpla con su tarea. Ya casi como una mera formalidad,
porque sabemos perfectamente bien que en México el narco es el patrón del Estado,y
por consiguiente los funcionarios públicos, los políticos y la clase política
en su conjunto no puede atender ese problema, porque estructuralmente está
acoplada al crimen organizado y a la delincuencia.
-Te hago una pregunta como para trazar
alguna línea entre lo que viene pasando hace un tiempo en México y lo que está pasando ahora en Argentina. Aquí, desde que asumió
el presidente neoliberal Mauricio Macri, también existe –aunque en otro nivel-
cierta persecución sobre todo hacia gente del ámbito periodístico. Hubo
polémica por una medida que se anunció hace poco, que es la creación de un
“observatorio de redes” para observar las redes del cuerpo docente de la
Provincia de Buenos Aires. Quería preguntarte cuál es el rol que tienen, o que
han tenido en su momento, las redes sociales en toda esta persecución y
hostigamiento que sufren los periodistas y la gente de la comunidad educativa
en México.
-Como señalaba al principio, en México la información está controlada,
“acordonada” por el duopolio mediático, por la prensa tradicional. En cierto
sentido, las redes sociales y los medios digitales han contribuido a romper ese
cerco. Lo han conseguido parcialmente, porque a final de cuentas la presencia
de los grandes medios de comunicación y algunos grandes conglomerados
mediáticos que operan en México,
consiguen “secuestrar” la información y generar un entorno de desconocimiento.
Y en ese sentido, sí, claro, las redes sociales han tenido un papel
fundamental, incluso en la alianza o en la comunicación con otros grupos
internacionales que apoyan o que simpatizan con las luchas en México.
Eso ha sido clave para poder transferir o hacer circular cierta información que
está, insisto, “acordonada” o “secuestrada” por la prensa tradicional.
-Claro, pero me refería más bien a
cuando las redes se convierten en una suerte de “arma de doble filo”. Porque,
por un lado, te permiten como vos bien decías romper el cerco mediático. Pero,
por otro, también te exponen. Aquí, como te decía, las redes sociales están
siendo utilizadas para el espionaje, para la Inteligencia de Estado…
-Bueno, si hay un caso sintomático de esa dualidad de las redes
sociales, es el de la primavera árabe. La primavera árabe tenía eso. Por allí
circuló la información que movilizó a esas poblaciones, pero por otro lado
también ese fue el instrumento que usaron esos gobiernos para perseguir a la
disidencia política. La situación no es muy diferente en México o Argentina. Pero eso es algo
que está más allá de la posibilidad de tener una incidencia en los movimientos
sociales y en los colectivos. Finalmente siguen siendo canales que están
abiertos, aun cuando estén sujetos a escrutinio y vigilancia. Pero sí, es
cierto. Eso es una dicotomía que, no sé, por lo menos en el corto plazo, yo no
veo que se pueda dirimir.
-Es innegable que hay una simpatía
política, del posicionamiento donde están Macri y Peña Nieto, una clara derecha
neoliberal. Los dichos de Macri esta semana, cuando le preguntaban por la
situación de DDHH en México,
fue que “no le constaba lo que le estaban diciendo”.
-Sí, usó una expresión, “cantinflesca”, me parece que “no me
consta”.
-Sí, y tiró de vuelta balas para el
lado de Venezuela, haciendo oídos sordos de todo lo que le decían.
-Sí, de hecho nosotros denunciamos eso. Nosotros dijimos “que el
presidente Mauricio Macri exija el respeto a los DDHH en México,
como sí hace reiteradamente en Venezuela”. En el caso de Venezuela,
oportunistamente.
-Más allá de la cercanía política y de
los gestos que hubo durante toda la visita de Peña Nieto, hay una clave que
tiene que ver con la economía y con la apertura y la inclusión de Argentina en
el Tratado del Pacífico, ¿qué lectura hacen ustedes de esto?
-Bueno, ese es el punto programático fundamental de la visita, sin
duda. Nosotros alcanzamos a advertir dos puntos programáticos: uno, Peña Nieto
en calidad de emisor de Estados Unidos venir a impulsar esa
agenda, impulsar política y diplomáticamente la agenda de la Alianza Transpacífico ;
y dos, la agenda de la seguridad de Estados Unidos. Esa es una fórmula con
dos contenidos, uno el de seguridad y otro el económico.
El de seguridad, responde a la necesidad de neutralizar a las sociedades organizadas con el propósito de impulsar esas reformas económicas. Entonces es un “paquete” que viene, en cierto sentido, a avalar o a profundizar Enrique Peña Nieto en su visita con Mauricio Macri. Lo que nosotros hemos comentado, insisto, dentro de la Asamblea es eso: que a todas luces el propósito es impulsar la agenda del Transpacífico, en detrimento de la integración del Mercosur, claramente; y dos, impulsar la agenda de seguridad que es crucial, porque sin la configuración de un escenario de alta conflictividad social es imposible impulsar esas reformas neoliberales. Esa es la situación que tú tienes en México ahora, primero provocas ese estado de guerra artificialmente, y después impulsas el ciclo de reformas neoliberalizadoras. Nosotros podemos identificar algunos elementos de la realidad argentina en el presente, que remiten inevitablemente a esos antecedentes en México de la guerra contra el narcotráfico. Un indicador de que Argentina está siguiendo más o menos el mismo curso de México, insisto, es el de anunciar públicamente que se va a perseguir al narcotráfico, como un punto programático definitorio dela agenda. Esa consigna
de “narcotráfico cero”. Dos, la desactivación del control civil sobre las
fuerzas armadas, lo cual abre la posibilidad de que se militarice o policialice
el país. Y tres, un trabajo mediático escrupuloso que es el de inflar el tema
de la inseguridad, la violencia y el narcotráfico en el país (que no es que no
existan o tengan una presencia esos problemas en la Argentina, pero la cuestión
es que esto es claramente sobredimensionado). Y un cuarto indicador, es la
presencia de generales colombianos en el gabinete de Mauricio Macri. Nosotros
podemos identificar esos cuatro elementos en México antes de la declaratoria formal
de la guerra contra el narcotráfico. Y ahora, tristemente, se los digo yo a
nuestros hermanos argentinos, yo alcanzo a ver esos elementos también operando
coordinadamente acá en Argentina.
El de seguridad, responde a la necesidad de neutralizar a las sociedades organizadas con el propósito de impulsar esas reformas económicas. Entonces es un “paquete” que viene, en cierto sentido, a avalar o a profundizar Enrique Peña Nieto en su visita con Mauricio Macri. Lo que nosotros hemos comentado, insisto, dentro de la Asamblea es eso: que a todas luces el propósito es impulsar la agenda del Transpacífico, en detrimento de la integración del Mercosur, claramente; y dos, impulsar la agenda de seguridad que es crucial, porque sin la configuración de un escenario de alta conflictividad social es imposible impulsar esas reformas neoliberales. Esa es la situación que tú tienes en México ahora, primero provocas ese estado de guerra artificialmente, y después impulsas el ciclo de reformas neoliberalizadoras. Nosotros podemos identificar algunos elementos de la realidad argentina en el presente, que remiten inevitablemente a esos antecedentes en México de la guerra contra el narcotráfico. Un indicador de que Argentina está siguiendo más o menos el mismo curso de México, insisto, es el de anunciar públicamente que se va a perseguir al narcotráfico, como un punto programático definitorio de
-Arsinoé, te agradecemos muchísimo. Muy
esclarecedor respecto de la situación mexicana. Triste el diagnóstico que nos
tirás para estas tierras, pero resistiremos por este lado también.
-Les agradezco la
invitación. Y sí, bueno, muy penosamente tenemos que seguir
la situación de México.
Y yo lo que sugiero es que sigamos también muy atentamente la situación en
Argentina, porque desafortunadamente está siguiendo más o menos el mismo curso
en materia de políticas de Economía y de Seguridad que acarreó a México a este escenario de tragedia
humanitaria. Y, definitivamente, no queremos que nuestros hermanos argentinos
atraviesen una situación como la que estamos atravesando ahora en México.
Entrevista
realizada para el programa radial "Lo Menos Pensado"
(Lunes de21 a
24 hs. por www.radiobarbarie.com.ar)
(Lunes de
Entrevistan Paula
Daporta, Facundo Di Cuollo y Macarena Sanchez Volpe.
La entrevista completa puede escucharse en https://ar.ivoox.com/es/entrevista-a-arsinoe-asamblea-mexicanxs-argentina-audios-mp3_rf_12445320_1.html
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article12595
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