El efecto de la caza en la expansión del hantavirus
La plaga que no era
tal
23 de enero de 2019
Por Azul Tejada
Página 12
En el Sur se fomenta la caza de pumas y zorros porque
supuestamente perjudican al ganado, pero eso termina favoreciendo la
proliferación de los ratones colilargos.
La caza de pumas, zorros y
aves rapaces, para el presidente de la Asociación Amigos
de Parques Nacionales, Norberto Ovando, es una de las principales causas de la
proliferación de “ratones colilargos” –roedores portadores del hantavirus– dado
que “se está matando a los depredadores naturales de estos ratones, que son
fundamentales para mantener el equilibrio de la naturaleza”. Sin embargo, en la
Patagonia –una de las cuatro zonas endémicas de hantavirus del país– está
permitida la caza de estos animales por considerarlos “plaga”. Y no solo está
permitida: está premiada económicamente.
“Todo animal tiene por arriba
de la cadena alimentaria algunas especies que son las controladoras naturales”,
explicó a PáginaI12 Ovando, presidente de la Asociación Amigos
de Parques Nacionales y miembro de la Comisión Mundial
de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. En el
país existen cuatro zonas endémicas de hantavirus: el norte (Salta y Jujuy), el
centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), el noreste (Misiones) y la región
sur (Río Negro, Neuquén y Chubut). En esta última zona, según explicó Ovando,
las especies controladoras del ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus
Bennett) portador de hantavirus –que genera en los humanos un cuadro de
insuficiencia respiratoria conocido como síndrome pulmonar por hantavirus
(SPH)– son los pumas, zorros y aves rapaces.
Según explicó el especialista,
el ratón se reproduce durante la primavera y el verano. “Cuando florece la caña Colihue –lo hace
cada 40 años aproximadamente– hay mayor cantidad de semillas y eso hace que
aparezcan miles de ratones a alimentarse y se reproduzcan más rápido. Pero al
reproducirse el ratón, los zorros y los otros depredadores también tienen más
posibilidades de aumentar su población. O sea que, naturalmente, si hay más
ratones hay más depredadores. La naturaleza es sabia”, detalló Ovando. Pero
advirtió: “El problema es cuando interviene el hombre, que es la verdadera
plaga del planeta. En el Sur, los estados provinciales premian la caza de
pumas, zorros y rapaces porque los consideran plaga. La población de los
colilargos aumenta porque no hay quién se los coma. Por lógica consecuencia, el
resultado es mayor cantidad de animales infectados con hantavirus”.
En Río Negro existe una ley
(la 763/72) que declara plaga a pumas y zorros “sin ningún estudio previo”,
subrayó Ovando. “El gobierno autoriza a cazar sin saber qué cantidad de pumas o
de zorros hay en la zona.
Como no hay ningún estudio previo, se le pone la palabra
plaga porque vienen los señores ganaderos y dicen que el puma les mató a unos
corderos. Pero nunca se sabe qué cantidad de corderos o en qué circunstancias
murieron”, dijo el presidente de la Asociación Amigos
de Parques Nacionales, quien recomendó como solución a la matanza de corderos
los alambrados olímpicos o la presencia del Estado, que “podría pagarles a los
ganaderos el costo de los corderos, siempre y cuando muestren las pruebas de
que sus animales murieron por la intervención de un puma o un zorro”.
Actualmente, el estado provincial de Río Negro paga 3000 pesos por cuero de
puma y 700 por cuero de zorro.
“En Chubut se mataron 5000
zorros y 250 pumas en 2017”,
detalló Ovando. El precio por puma en esa provincia es de 1000 pesos, mientras
que el del zorro colorado es de 300 pesos. “Las leyes provinciales no respetan
las nacionales. La Ley 22.421 protege y conserva la fauna silvestre. Tampoco se
respeta la 25.675, que es la ley general del ambiente”, agregó.
El especialista considera que
“los zorros, pumas y rapaces están en un estado crítico”. Para controlar la
superpoblación de ratones que podrían ser portadores de hantavirus, Ovando
propuso dos alternativas. Por un lado, respetar la cadena alimentaria. Por otro
lado, consideró necesario que “el Estado haga una inversión y les dé a estos ratones
un alimento con anticonceptivo”.
Finalmente, el especialista
también explicó que hace falta una mayor inversión estatal en campañas de
prevención y de educación. “Esto también es un problema del turismo: cuando una
persona escucha sobre este tipo de problemáticas, no quiere llevar a sus hijos
a ese lugar. Y estas zonas, que viven del turismo, terminan muy afectadas
económicamente. Buenas campañas informativas sobre cómo evitar el contacto con
estos roedores serían muy valiosas”, concluyó.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=251636
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