La empresa de semillas transgénicas
desmantela una planta en Córdoba
Cuando Monsanto se hizo humo
21 de noviembre de 2016
Las protestas de los asambleístas contra la megaplanta
en Malvinas Argentinas lograron su objetivo.
Por Darío
Aranda
Malvinas Argentinas,
pequeña localidad de Córdoba, logró lo que parecía imposible: echó a la compañía Monsanto. Tras cuatro años de
luchas, cortes de camino, acampes, asambleas y de soportar represiones, la intendenta Silvina Gómez
confirmó que la empresa vendió el predio donde había comenzado a construir su
mayor planta de maíz transgénico. “Es momento de celebrar el gran triunfo de
Malvinas, que también es un triunfo para otros pueblos de Argentina y del mundo
que luchan contra el extractivismo”, afirmó Vanina Barboza Vaca, de la Asamblea
de Vecinos Malvinas Lucha por la Vida.
La localidad está ubicada en las afueras de la capital cordobesa. Al enterarse por televisión, los vecinos comenzaron a organizarse. Primero en una casa, luego un salón de fiestas prestado y también en
Pidieron explicaciones a su vecino y por entonces intendente, Daniel Arzani. La respuesta era promesas de trabajo y cuidado del ambiente. No le creyeron. Y comenzaron a buscar información de quién era Monsanto y el modelo agropecuario que representa.
Fue clave la unión con asambleas de toda Córdoba (en lucha contra la megaminería y el agronegocio), organizaciones de pueblos fumigados y
Comenzaron a informar a la población, mediante entrega de folletos y charlas abiertas. Las asambleas comenzaron a ser más concurridas y surgió la propuesta de votar por sí o por no a Monsanto. Ya lo había hecho Esquel (Chubut, 2003) y Loncopué (Neuquén, 2012), contra
En septiembre de 2013 la Asamblea organizó un festival en la entrada del predio de la compañía (
Tres universidades nacionales (de Córdoba, Católica y Río Cuarto) se expidieron y rechazaron la instalación de
La militancia se hizo lugar entre vecinos que, en muchos casos, nunca habían participado de organizaciones ni asambleas. La instalación de Monsanto también provocó lo que se denomina “contaminación social”, malestar cotidiano en la comunidad, amigos peleados, familias distanciadas, ruptura del tejido social. También hubo seis órdenes de represión contra los vecinos. Alternaban los palos de la policía de Córdoba y las cadenas y piedras de grupos de choque de la empresa y de la Intendencia.
En enero de 2014,
Malvinas Argentinas comenzó a ser objeto de estudio e interés de investigadores de distintas partes del mundo, que llegaban y preguntaban cómo era la pequeña localidad de América Latina que frenaba a Monsanto. Dos consignas de la Asamblea, que aún son bandera: “Disculpen las molestias, estamos frenando un genocidio” y “Fuera Monsanto de Córdoba y de América Latina”.
El bloqueo al predio se mantuvo durante tres años. En septiembre pasado se realizó el nuevo festival de “primavera sin Monsanto”, y ya se saboreaba
Hasta que la intendenta, Silvina González, habló con el programa Bajo el Mismo Sol (Radio Nacional Córdoba), y confirmó que
Vanina Barboza Vaca, de la Asamblea de
Malvinas, nunca pensó que Monsanto iba a desarmar las estructuras de su
fábrica, pero ya es una realidad y no queda casi nada en pie. “Siento que es
increíble y me permito alegrarme porque es producto de mucha lucha”.
La empresa ya comenzó el desmantelamiento de las pocas columnas que quedaban en el predio. Y el 4 de diciembre habrá celebración en Malvinas Argentinas. Lograron lo que parecía imposible: derrotar a la mayor empresa del agronegocio del mundo.
La empresa ya comenzó el desmantelamiento de las pocas columnas que quedaban en el predio. Y el 4 de diciembre habrá celebración en Malvinas Argentinas. Lograron lo que parecía imposible: derrotar a la mayor empresa del agronegocio del mundo.
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