Rosana
y Nadia:
las compañeras que
perdimos en Cuba
Los medios que tomaron la noticia
reprodujeron hasta el hartazgo que en el fatal accidente ocurrido en ese país
“dos turistas argentinas” habían perdido la vida. Estos medios que
se especializan en brindar información pormenorizada sobre la identidad y la
vida íntima de las víctimas de violencia de género, para culpabilizarlas,
deberían esmerarse al menos un poco para nombrar a nuestras compañeras. Si
supieran lo llenas de vida que habitaron este mundo Nadia y Rosana… Si
conocieran algo de la entrega con la que aprendieron, construyeron y enseñaron
durante todos estos años… “Dos turistas argentinas”: ¡con cuánta impersonalidad
y desconocimiento se atrevieron a mencionarlas!
Por FAR Frente Arde Rojo.
Ro y Nadia fueron dos guerreras, de
esas que portan la más grande de las sonrisas en cada tarea que emprenden, no
importa de cuál se trate. Nos perseguían sus sonrisas al dar clases en cada
aula, al discutir en una asamblea, al limpiar un baño del Bachillerato o pintar
una pared. Fueron dos compañeras, decíamos, que pisaron la isla con la misma
responsabilidad que mostraron en nuestro Bachillerato Popular: la
de aprender de las historias de lucha y resistencia, con el deseo de compartir
anhelos de pueblos emancipados y de combatir cualquier tipo de opresión.
Viajaron como quien anda en busca de
un mundo distinto, con una manera diferente de habitarlo. Siempre con nuevas
preguntas en el horizonte: ¿cómo enseñar matemáticas? ¿Cómo ser una educadora
popular y feminista? ¿Cómo trasformar este mundo injusto? Poniéndole el cuerpo
a todo lo que hacían, involucrándose con sensatez y coherencia. Abriendo
caminos de revolución desde la Educación Popular y el compromiso intelectual con
las luchas de lxs de abajo. Con la praxis, fruto de la construcción y la reflexión
colectivas, a cuestas.
Hicieron vida en la Universidad y su
museo, pero no para volver la ciencia un trampolín al progreso individual,
material. Con la sabiduría, por el contrario, de quienes comprenden que lo que
le da sentido a la ciencia son las luchas que se apropian de sus herramientas
para transformar la realidad que oprime a lxs trabajadorxs. Ellas tenían la convicción de que
esos conocimientos perdían todo valor si no lograban ser atravesadas por los
saberes populares y de que su difusión era una tarea militante de primera hora.
Descreían de la ciencia que no se reconociera en función de los intereses y las
necesidades del pueblo trabajador. Todos estos “sentipensamientos” guiaban a
nuestras dos hermosas compañeras.
Sus sonrisas y sus palabras, sus
gestos y sus ideas nos envolvían como un pañuelo verde, sororo y cálido. Nos
invitaban a entendernos compañeras, hermanas, amigas. El feminismo fue otra de
las trincheras en las que coincidieron, para denunciar y hacer caer el
patriarcado en todas sus expresiones. Con ellas, compartimos el espíritu, la
mística, el baile, los debates y reflexiones de los Encuentros Nacionales de
Mujeres, las luchas por el Aborto Legal, las movilizaciones contra las
violencias machistas. Llenas de alegría y de furia feminista, caminamos junto a
ellas en los últimos años.
En los espacios de trabajo, no
dejaron de luchar por sus propios derechos laborales y los de sus compañerxs,
organizándose también contra las lógicas del sistema capitalista.
Ro y Nadia soñaban y luchaban por un
mundo distinto para todes, especialmente para sus sobrines, a quienes amaban
profundamente.
En cada rincón que ocuparon, las
acompañaron sus ideales, su compromiso y su amor, rasgos que rescatan, al
pensarlas, quienes fueron sus estudiantes y que ellas mismas señalaban para
describir el significado del Bachillerato Popular.
Algo de todo esto queríamos que
supieran quienes no tuvieron el privilegio de conocerlas. Por eso, la
importancia de nombrarlas.
Y algo de la tristeza que nos recorre
el cuerpo al despedirlas cede un poco al recordar que se fueron sonriendo en
tierra revolucionaria, en un lugar que ellas admiraban y de cuyas historias se
habrán sabido apropiar con el amor y el compromiso de siempre.
Seguramente se nos habrán ido con un
mate bajo el brazo, un libro y un pañuelo verde en la mochila. Nosotras
nos juntaremos una y mil veces a matear la vida recordándolas, abrazándolas
cargadas de tantos hermosos recuerdos.
¡BUEN
VIAJE COMPAÑERAS!
NO VA A
HABER LUCHA, NI CLASE, NI BAILE
EN LOS
QUE NO LAS TENGAMOS PRESENTES. ACÁ, CON NOSOTRAS, SIEMPRE.
¡GRACIAS
POR TANTO AMOR Y HASTA LA
VICTORIA SIEMPRE !
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