El Papa, J’Tatik y los
indígenas (contrastes)
15 de marzo de 2016
Por Maciek Wisniewski (La Jornada)
Ya me dirán malpensado.
Pero mientras la mayoría de los observadores
pensaba en las “similitudes” entre Francisco y Samuel Ruiz, el antiguo obispo
de San Cristóbal (1959-1999) –y celebraba la “cercanía” entre ambos– yo sólo
podía pensar en las diferencias.
Allí donde en el gesto papal de orar unos
minutos en la tumba de J`Tatik en la catedral sancristobalense la
mayoría veía “el gran simbolismo”, “la re-significación” y “el reconocimiento
tardío”, yo sólo podía ver una gran simulación a fin de ganar más simpatías y
seguir seduciendo a los círculos progresistas dentro y fuera de la Iglesia (con
el “obispo indio” y los indígenas como objetos y una atractiva decoración).
Allí donde la mayoría veía “la validación de
la lucha de años” y “el tributo a la Iglesia autóctona y a la Teología India ” yo
sólo podía ver una “jugada” de Jorge Mario Bergoglio –un viejo político
peronista– que “homenajeando” la rama “progresista” del clero mexicano la usaba
como contrapeso en su pugna contra los ultra-conservadores.
Tal vez algo parecido le pasaba a Antonio
García de León.
El clásico de la historiografía de Chiapas
–una vez cercano a J’Tatik–
autor entre otros de “Resistencia y utopía” (1985), advertía de
antemano: “el tributo” de Francisco, un conservador que fue enemigo de la
Teología de la Liberación, va a ser un “gesto vacío” y “puro espectáculo de
declaraciones” con los indígenas por delante, pero en práctica solo en calidad
de escenografía (El Economista, 14/2/16).
¿Y qué pensaban los miembros del viejo equipo
pastoral de J’Tatik?
Raúl Vera su ex coadjutor, hoy obispo de
Saltillo que acompañó a Francisco en todo su viaje por México –y para quién el
hecho de que orara en la tumba de Don Samuel “equivalía a su beatificación” (Ídem)–
veía con muy buenos ojos sus gestos y su “apertura” hacia la Iglesia autóctona;
igual Gonzalo Ituarte, ex vicario diocesano, para quién fue la señal de
“legitimidad” de la Iglesia chiapaneca tras años de ataques y controversias (Excelsior,
16/2/16).
Pero si alguien pensaba que todo esto se debía a alguna
“predilección particular” de Francisco hacia los pueblos indígenas o su
“afinidad especial” con J’Tatik se quedará decepcionado; Felipe
Arizmendi –el actual obispo de San Cristóbal– ya hace unos años cuando estaba
en medio de gestiones para levantar la prohibición vaticana de ordenar diáconos
indígenas lo explicó de otra manera.
Francisco desde luego “podía ayudar más”
–decía– porque era “un latino” y “entendía mejor la región” (aclarando a la vez
que el veto no fue por “la mala voluntad de Vaticano”, sino por... “la falta de
comunicación”), no obstante la “apertura” –que ya venía– se debía más a que
simplemente... ¡todos los Papas –también el nuevo– “aman a los indígenas”!:
–“Cuando alguien ama, no importan las razas
ni las culturas. Juan Pablo II demostró un amor extraordinario a los indígenas
sin serlo (¡sic!).Benedicto
XVI (el mismo que emitió la
prohibición en 2006) desde
que era prefecto (de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, ex Inquisición)estuvo muy pendiente
de la Teología India (¡sic!) y nos pidió que no ocurriese
lo que pasó con la Teología de la Liberación que provocó choques(¡sic!)” (Vatican
Insider, 17/12/13).
En fin.
Para mi mente malpensada lo más significativo
de la visita de Francisco en San Cristóbal no era que éste “engrandeció a J’Tatik” (¿...de veras hacía
falta?), sino que J’Tatik (ya que el otro decidió de ponerse
a su lado...) “empequeñeció a Francisco” exponiendo varias de sus lagunas
(muchas de “cuando aún era Bergoglio”).
Ni modo: la relación entre Samuel Ruiz y Jorge
Mario Bergoglio vel Francisco –si nos tomamos la
molestia de recordar un poco el pasado y “rascar” tantito al presente–, se
entiende más por los contrastes, que por las semejanzas.
¿No es verdad que mientras el primero abrazó
los cambios que trajo el Concilio Vaticano II (1962-65), el segundo –un joven
clérigo– se mantuvo al margen de este proceso y solo después abrazó su “lectura
conservadora” (Teología Popular) nacida para contrarrestar la Teología de la
Liberación?
¿No es verdad que mientras el primero por su
dedicación y enfoque con el paso del tiempo se volvió el sinónimo de la
Teología de la Liberación (e India), el segundo desde el principio la trató
como el sinónimo del “mal” y como provincial de los jesuitas se dedicó a
perseguirla?
¿No es verdad que mientras el primero
“despertándoles la consciencia” a las comunidades indígenas contribuyó a su
politización y auto-organización (incluso en la medida que no ha previsto...),
el objetivo del segundo era “de-politizar” y “contener” las villas bonaerenses y mantenerlas bajo su
tutelaje (castigando y removiendo a curas que “se atrevían” a hablar allí de la
política e incluso delatándolos ante los militares)?
¿No es verdad que mientras el primero se comprometió
de lleno a la defensa de los derechos humanos (alzando su voz y fundando un
centro alusivo), el segundo en la dictadura se comprometió a quedarse callado
ante sus violaciones y en la democracia hacía todo para boicotear los esfuerzos
de los tribunales y los organismos civiles –incluso de los familiares de los
desaparecidos– que buscaban justicia en Argentina?
¿No es verdad que mientras el primero (sobre
todo a partir del Congreso Indígena, 1974) destacó por denunciar abusos de las
autoridades y sus complicidades en el sometimiento indígena afectando intereses
concretos, para el segundo fue algo ajeno y ahora –como el Papa– destaca más bien por
la vaguedad de sus “criticas” en cuales nadie es culpable ni plenamente
identificado y las víctimas aparecen a menudo a la par que los victimarios?
And last but not least : mientras Don Samuel, en principio muy
“tradicionalista”, ha ido cambiando acorde a su realidad social mediante un
proceso “de abajo” (véase: “Cómo me convirtieron los indígenas”, 2003), Bergoglio nunca
salió del “corsé conservador” y su transformación en “Francisco-la voz de los
desprotegidos” sólo fue posible mediante un proceso “de arriba” (la
investidura) y una serie de simulaciones ideológicas.
Pero el premio del año se llevan los biempensantes
que en el calor del acto en la catedral aseguraban que J’Tatik “era visto como maestro por Bergoglio
que seguía sus pasos”.
¡¿What...?!
De ser así, no habría llegado a ser el Papa
“en ésta Iglesia”. Punto.
*Periodista polaco
Twitter: @periodistapl
No hay comentarios:
Publicar un comentario