Entrevista a Éric
Toussaint, exdirector de la Comisión de la Verdad sobre la deuda pública de
Grecia
"La
socialdemocracia no busca reformar Europa"
5 de marzo de 2016
5 de marzo de 2016
Por Amanda Andrades (ctxt)
Éric Toussaint (Namur, Bélgica, 1954), doctor
en Ciencias Políticas en las universidades de Lieja y París VIII, lleva al
menos 26 años analizando y denunciando cómo el FMI o el Banco Mundial utilizan
la deuda "para disciplinar a un país". Primero, centrado en la deuda
externa del Tercer Mundo, funda en 1990 el Comité
por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, del que es portavoz. En esa
tarea ha asesorado, entre otros países, a Ecuador, Paraguay o Timor y a
Naciones Unidas. Luego, cuando la crisis de la deuda pública estalló en los
países de la periferia europea, Toussaint trasladó también su combate al Primer Mundo. Ha sido coordinador científico de la
Comisión de la Verdad sobre la
Deuda Pública griega, creada por Zoe Konstantopoulou,
expresidenta del Parlamento griego, hasta su disolución.
(...)Las medidas de austeridad impuestas desde el
2008 en Europa recuerdan a las políticas de ajuste estructural y al Consenso de
Washington aplicado en América Latina y África en los ochenta y noventa.
Claro, se están aplicando en Europa, con
especificidades, políticas muy similares. Se ve en el tipo de medidas y en cómo
las implementan, cómo sustituyen a los acreedores privados por acreedores
públicos, cómo reestructuran la deuda.
¿Con qué fin?
En América Latina se trataba de acabar con las
políticas de industrialización por sustitución de importación. También con el
Estado de bienestar que existía en algunos países. Era una política de apertura
comercial y a las inversiones y de reducción de manera brutal de las conquistas
sociales. ¿Por qué? Por lo mismo que ahora en Europa, para poner a los
trabajadores de todas las economías a competir entre ellos. Europa está
implementando esta política de ajuste brutal para ganar más mercados en la
competencia con Estados Unidos, China y los otros Brics. La lógica actual es la
reducción de los costes del trabajo hasta el mínimo posible. Es la parte, yo
diría, racional porque si no lo analizas así es absurdo porque no genera crecimiento
económico. Las empresas europeas necesitan un aumento del consumo interno. ¿Por
qué no lo hacen? Porque su prioridad es una derrota histórica del movimiento
sindical y de los trabajadores y luego ya podrán volver a una política de
incentivo del crecimiento económico.
Pero, ¿a quién vamos a exportar, si ahora los
mercados emergentes están cayendo? Esta lógica ya no cuadra.
Para ellos la prioridad es lograr una derrota.
Y saben que esto tiene un costo. Y ellos se mueven en la crisis, en el caos
económico.
¿Quiénes son ellos?
Los gobiernos y las grandes empresas. Karl
Marx decía hace casi dos siglos que el interés general de los capitalistas era
aumentar la demanda para aumentar la producción y la venta y con ella, la
obtención de la plusvalía, pero que el interés individual de los capitalistas
era otro. Es ganar la batalla comercial contra el otro y para ello hay que
disminuir los salarios. La lógica actual es lo que Marx llamaba anarquía
capitalista. No puede asumirse que hay un interés general del capitalismo y un
gobierno que vela por él.
La auditoría de la deuda era una de las líneas
estratégicas de Podemos que ahora, a pesar de estar incluida en su programa
electoral, ha desaparecido de la agenda, ¿a qué cree que se debe?
A la presión de tener un discurso de realpolitik y no tener que responder a preguntas
difíciles por parte de la
prensa. Es más fácil decir que su pago ya no es un problema.
Ahora bien los elementos que hacen que el pago de la deuda sea manejable en
estos momentos pueden cambiar rápidamente con la nueva crisis bancaria.
¿Hay itinerario posible para socialdemocracia
para reformar Europa o hay que inventar nuevas vías?
La socialdemocracia no busca reformar Europa.
La socialdemocracia vota con el grupo del PP en el 70% de los casos. En todo lo
relacionado con tratados como el TTIP o el TISA votaron juntos para diseñar una
Europa todavía más neoliberal. La reforma de Europa forma parte del discurso,
pero no del proyecto. No se puede reformar la Unión Europea. En
el plan B no hay reforma de la UE.
¿Y entonces qué hay?
Hay que desobedecer a las instituciones
europeas. Hay que ser indisciplinado respecto a los tratados europeos cuando
éstos van en contra del interés de la ciudadanía. Un gobierno de izquierda tiene que
desobedecer. No implica una salida unilateral de la UE, pero sí decir estoy en
la UE y doy prioridad a la satisfacción de las necesidades de mi pueblo, y de
los demás pueblos, y después ya veremos lo que ocurre.
Fuente original:
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209631
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