Amazonía en llamas:
una terapia del shock
4 de septiembre de 2019
Por Ollantay
Itzamná (Rebelión)
En las
sociedades o comunidades digitales, al parecer, la ética y la estética están
definidas por las pantallas del Smartphone, iPhone… que fijan y promueven lo
bueno y lo bello para cada comunidad digital. Estas mediaciones tecnológicas,
ahora, convertidas en “fuentes” de verdades casi infalibles, nos aproximan a
las realidades, pero también nos alejan de ella irremediablemente,
convirtiéndonos en irreflexivas “sociedades creyentes”.
El reciente “fenómeno digital”
de la Amazonía en llamas”, que activó en nuestro interior a hater, mitómanos,
“ecologistas/ángeles desde el sofá de cuero”,… son una constatación de que como
humanidad involucionamos hacia la ciega y viral emoción eufórica.Lo que desconocemos de la Amazonía
No existe Amazonía sin fuego. Para quienes tradicionalmente cultivamos y subsistimos en la Amazonía y sus proximidades el uso del fuego para cultivar los suelos es parte de nuestras culturas. Sin roza, ni quema, no hay comida, ni carne. Ni para nosotros del campo, ni para los ciudadanos. No existe la Amazonía idílica sin fuego. No existe Amazonía sin pueblos indígenas.
Amazonía es un territorio en disputa. Quienes iniciaron con la “ilusión del desarrollo sin límites”, sabían y saben de las reservas vitales que preserva
Generar/aplicar terapias de shock ambiental “planetario” para apoderarse del control de la Amazonía fue y es una constante de las transnacionales y gobernantes de sus casas matrices. ¡No es tanto el deseo por apagar el fuego de la Amazonía, sino la obsesión por apoderarse del Agua…! En los textos escolares de los EEUU, desde el siglo pasado, se enseña que
No existe Amazonía sin pueblos indígenas. Otra de las intenciones perversas de quienes promueven la terapia del shock de
No existe taxonomía completa de
Amazonía es más que poesía. La identidad e historia de
En los últimos siglos, la modernidad quemó muchas amazonías. Dos terceras partes de la faz de la tierra fueron incendiadas buscando la comodidad del estilo de vida urbano moderno. Claro, aún no había Smartphone, ni iPhone, por ello quizás ni nos quisimos enterar. No existe mayor incendio planetario que la “civilidad” del petróleo que alimentamos.
Urge apagar los actuales
incendios de la Amazonía, del África…, de los basurales urbanos…, Pero, ante
todo, urge apagar el fuego del confort urbano y de la consumopatía que nos
habita. Urge amar a la a la Tierra y al bosque, pero
no desde la comodidad del asfalto. ¡Bienvenidos a las éticas y las estéticas
rurales!
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=260115
No hay comentarios:
Publicar un comentario