Promovida por agentes
occidentales promotores de cambios de régimen
Con este esquema conceptual de centrar la mirada de las diversidades de abajo en creíbles ataques derechistas e imperialistas se encubre la realidad concreta:
Efectos de los incendios y propuestas alternativas / Rodolfo
Huallpa, UNITAS*
Avanza la frontera agropecuaria en la Chiquitania, Amazonía y
Chaco de Bolivia:
13 de septiembre de 2019
Análisis en lo que
va del 2019, sobre los impactos socioambientales de las áreas afectadas no solo
a causa de los recientes incendios forestales, sino también de su relación con
el vigente modelo productivo extractivista que persigue la consolidación de
complejos productivos agropecuarios que empiezan a configurarse de momento a
costa de la depredación de la Chiquitania, Amazonía y Chaco. Se proponen
modelos de producción alternativos y sostenibles, implementados y validados por
los productores de la agricultura familiar, por su viabilidad productiva y
aporte a la economía y seguridad alimentaria de la población de diferentes
regiones de Bolivia, pero también porque podría ayudar a la recuperación de
sistemas productivos, naturales y humanos del área afectada. Valoramos la
impresionante generación y disponibilidad de información por parte de
instituciones bolivianas y extranjeras sobre los incendios, ésta debe de servir
para promover medidas de control y prevención.
Por | Sep 9, 2019 | Noticias
Según informes, los focos de calor
en 2019 se incrementaron exponencialmente ocasionando hasta el 27 de agosto un
total de 2,1 millones hectáreas de bosques y pastizales quemadas,
principalmente en la Chiquitania, Chaco y Amazonía boliviana (SATRIFO-FAN,
2019)de las cuales 954.000
hectáreas fueron incendiadas en tan solo 20 días del mes
de agosto en los departamentos de Santa Cruz y el Beni afectando a decenas de
comunidades y al menos 5.000 familias.
El aumento de focos de calor desde
el mes de julio debido a factores antrópicos (quemas por chequeos) y
condiciones naturales (sequía, baja humedad relativa, la disponibilidad de
material vegetal que actúa como combustible y los vientos), coinciden con la
promulgación del decreto supremo 3973 del 9 de julio del 2019 que “autoriza el
desmonte para actividades agropecuarias en Beni y Santa Cruz”, lo cual se
abordó en una nota anterior en donde se alertaba sobre los posibles efectos por
la modificación del DS 26075 (https://n9.cl/g60e). Tan solo del 10 al 31 de
julio, 4.270 focos fueron detectados a través de satélites Aqua MODIS y Terra
MODIS de la NASA, y otros 26.731 del 1 al 31 de agosto (Figura 1).
Podríamos decir que existe una
relación directa de la ampliación de la frontera agropecuaria con el aumento de
los focos de calor y consiguientes áreas quemadas, puesto que resalta la
coincidencia de su localización con los complejos productivos extractivistas
proyectados por la ABT sobre todo para Santa Cruz y el Beni. Los focos de calor
estuvieron situados principalmente en las áreas proyectadas para los complejos:
ganadería intensiva Chiquitania-Pantanal donde se perdió gran superficie de
bosque chiquitano; complejo ganadería Beni y sus áreas de expedición
agropecuaria; y en el complejo agricultura intensiva en el corredor Santa
Cruz-Beni (Figura 1).
Lógicamente esa coincidencia tiene
el trasfondo de incrementar la frontera agropecuaria la cual viene siendo
sustentada por una serie de leyes y decretos (Ley 740, Ley 741, DS 3973 entre
algunos) (https://n9.cl/t2x6),
en su mayoría sin reglamentación o justificación técnica y menos aún científica
para su aplicación y regulación. Esta situación afecta a todos los actores
sociales, y más aún, aquellos que no se relacionan con las mismas.
Figura 1. Bolivia. Complejos
productivos propuestos por la ABT, áreas para la apertura de la frontera
agropecuaria y su relación con el aumento de focos de calor en julio y agosto
del 2019.
Por otro lado, es importante
señalar que los focos de calor y por consiguiente áreas quemadas impactaron a
áreas boscosas catalogadas como de potencial agropecuario y agropecuario en
producción. Por lo general, en esta época del año los grandes ganaderos
preparan sus terrenos para un nuevo ciclo de producción y los pequeños
productores de comunidades campesinas e indígenas por lo general recién
chaquean en octubre previo a la época de lluvias. En la figura 2 se puede
apreciar la coincidencia de áreas quemadas y su localización en lo que serían
dos complejos productivos (ganadería intensiva Chiquitana-Pantanal y Ganadería
Beni) y las tres áreas de expedición de la agropecuaria para el Beni.
Figura 2. Áreas quemadas en 2019 y
su relación con la localización de complejos productivos para ampliación de la
frontera agropecuaria.
Tomando
como base la cobertura de tipos de bosques de la OTCA y MMAyA (2015) y las
áreas quemadas reportadas por (SATRIFO-FAN, 2019), se estima una pérdida de 566.738 hectáreas
de bosques, de los cuales al menos el 40% correspondería al bosque chiquitano,
un 34% al bosque chaqueño y 10% al bosque amazónico, etc. (Tabla 1). Lo ideal
sería tener una cobertura forestal de uso reciente a los incendios forestales
para determinar con exactitud los cambios de cobertura forestal y usos de
suelo.
Por otro lado, una primera
aproximación nos indica que todas las áreas quemadas (bosques, pastizales y
otros) para tierras bajas están localizadas en propiedades privadas (495.368 ha ), en TCO-TIOC
alcanza las 140.126 ha
y en comunidades campesinas 46.484
ha . El resto de áreas quemadas se encuentra localizadas
en tierras fiscales, tierras en saneamiento, áreas naturales protegidas y otras
sin identificación (Figura 3). No obstante, habrá que actualizar los datos
según el avance de la titulación de tierras por parte del INRA, y puede que el
área quemada aumente para algunos de los actores sociales que poseen tierras.
Figura 3. Relación bosque, áreas
quemadas y la tenencia de la tierra como factor de cambio del uso de suelo.
Con todos los datos expuestos, lo
cierto es que en Bolivia el fenómeno de la subvaloración de los recursos
forestales por parte de algunos actores sociales, principalmente grandes
ganaderos y de grandes empresas agroindustriales, va en aumento. Generalmente
ven al bosque como un obstáculo para el desarrollo de sus actividades y no
valorizan el aporte socioeconómico y ambiental que estos generan, más aún
cuando los bosques están degradados por causa de la tala selectiva o por los
incendios forestales que debilitan sus funciones naturales y su valor económico,
siendo el siguiente paso la deforestación y por consiguiente la ampliación de
la frontera agropecuaria.
Este fenómeno, es muy diferente para otros actores como
las comunidades campesinas e indígenas quienes realizan actividades
agropecuarias sostenibles y tienen una relación directa con los productos del
bosque para generar su economía y seguridad alimentaria.
En este sentido, presentamos algunas
propuestas de modelos de producción que han sido exitosos en diferentes
regiones de Bolivia y podrían ser una alternativa viable para fomentar la
producción y recuperación de sistemas productivos y naturales tanto para la
Chiquitania, Amazonía y Chaco sin distinción de actores sociales. No se trata
de seguir ampliando la frontera agropecuaria, sino más bien, mejorar los
procesos de producción aumentando la productividad de manera sostenible y
eficiente.
Una alternativa son
los sistemas agroforestales (SAF). Éstos generan múltiples beneficios:
a) en el ámbito económico los SAF
presentan un rendimiento económico muy alto, con una estimación de Bs. 55.000
de ingresos generados en los primeros 10 años de producción en una parcela de
una hectárea. Estos ingresos son superiores a otras alternativas ampliamente
promovidas como la ganadería vacuna y la producción de arroz que típicamente
generan entre el 20 a
30% de estos ingresos por hectárea en el mismo lapso de tiempo; b) En lo
ambiental, los SAF en promedio almacenan hasta 127,4 toneladas de carbono por
hectárea según el contexto y edades de las parcelas. De manera anual un SAF
captura en promedio 16,5 toneladas de carbono por hectárea al año y tienen un
potencial muy alto para mecanismos de mitigación del cambio climático y
conservación de la biodiversidad;
c) en lo social contribuyen fuertemente al
bienestar personal y las familias que los implementan, quienes destacan que los
SAF les han permitido obtener autonomía e independencia, además, éstos generan
fuentes propias de empleos y mejoran sus medios de vida que les permite generar
estrategias para construir un modo de vida digno (Vos et al., 2015).
Otra alternativa es
la ganadería semi-intensiva que en lo económico-productivo, utilizando menos
tierra para la producción genera beneficios atractivos en relación a una
ganadería tradicional extensiva. Ureña y Villagra (2016) demostraron que incrementando biomasa
forrajera y silvopasturas en sistemas semi intensivos, se incrementa la
natalidad de ganado bovino de 50 al 80% y se disminuye la mortalidad en
terneros de un 10 a
un 5%. Asimismo, se ha logrado obtener animales con mayor, peso en menos tiempo
(pasaron de 4,5 a
3 años para alcanzar animales de 400
kg ). Peralta-Rivero y Cuellar (2018) demuestran que el
ingreso económico de un sistema de manejo ganadero semi-intensivo de 5 años con
aproximadamente 500
hectáreas con hasta 200 cabezas de ganado generan más
del doble de los ingresos económicos anuales de hasta Bs. 83.184 que un sistema
extensivo con características similares.
En el aspecto social, la ganadería semi-intensiva genera
bienestar en las familias, pero sobre todo empleos y contribuye a satisfacer
las necesidades básicas. Cuando se trata de una ganadería comunitaria, la
organización de productores es alta y les permite superar dificultades y
aprovechar mejor sus potencialidades para la consolidación de sus sistemas
ganaderos. También, ayuda a miles de familias a incrementar su capital humano y
consolidar su territorio bajo un enfoque responsable del manejo,
aprovechamiento y conservación de sus recursos naturales bajo la lógica de
gestión territorial (Peralta-Rivero y Cuellar, 2018; Ureña y Villagra, 2016).
En el ámbito ambiental, un hato ganadero bajo manejo semi-intensivo emite hasta
50% menos emisiones de metano por mejor alimentación y aprovechamiento de los
recursos en el sistema productivo, pero también, por la práctica de rotación de
mangas, clausura de montes y manejo del hato lo que evita emisiones de hasta
19,39 Tn C/ha en diferentes reservorios del sistema en relación a un sistema de
manejo de ganadería extensiva. También, contribuye a la regeneración natural de
la vegetación, clave para el sustento del sistema productivo, pero también,
reduce la carga animal considerablemente de 14 a 5 hectáreas por unidad
animal, e inclusive, hasta una hectárea cuando se implementa silvopasturas
reduce considerablemente la compactación de los suelos, clave para el
equilibrio ecológico del sistema (Peralta-Rivero y Cuellar, 2018; Ureña y
Villagra, 2016), y ha demostrado ser más sostenible y resiliente a los efectos
adversos del cambio climático (Torrico et al. 2017).
Otro modelo a
implementarse puede ser la agricultura bajo riego que ha demostrado que los ingresos familiares de
productores pueden llegar entre Bs5.600 a Bs9.000 mensuales cuando existen
mercados establecidos para los productos, pero va a depender mucho del contexto
productivo (Zegada y Araujo, 2018). El riego también contribuye un mejor manejo
del agua, cambia el paisaje rural, aumenta la vegetación, la diversificación
productiva, además, con innovaciones tecnológicas reduce el esfuerzo y tiempo
en la producción, trayendo consigo beneficios socioambientales para las
familias.
Finalmente, no basta solo con
proponer modelos alternativos sin que haya la voluntad y empoderamiento desde
quienes promueven las políticas de desarrollo productivo en el país, hasta
quienes reciben el apoyo para implementación de modelos de desarrollo. Será
fundamental avanzar con base a los aprendizajes de varios años de trabajo en el
sector agropecuario y forestal, y que este suceso de los incendios no se lo
considere ocasional y que, en realidad, la pausa ecológica sea verdadera y
respetada. Si no se toman medidas al respecto, me pregunto, ¿qué sigue después
de los incendios? ¿será acaso la hora de los cambios de los Planes de Uso de
Suelos -PLUS de los departamentos de tierras bajas? ¿será posible que
conozcamos los fundamentos técnicos, científicos, socioambientales y políticos
para el cambio de los PLUS?
Las autoridades nacionales
relacionadas al control y fiscalización de los bosques, de tierras, así como de
los recursos naturales y cambios climáticos en Bolivia, deberán ser
propositivos y coherentes con sus propuestas de desarrollo según la región y
las propuestas que deben ser construidas de manera inclusiva con los diferentes
sectores de la sociedad civil del país, quienes deben ejercer un control social
permanente a las políticas de desarrollo puesto que tienen impactos directos
sobre todos los bolivianos, puesto que a raíz de los incendios, ha quedado
claro que los sistemas de control y sobre todo de prevención de estos eventos
en los municipios, gobernaciones y otras autoridades del Estado social
del Estado no son eficientes ni suficientes.
https://www.bolpress.com/2019/09/13/avanza-la-frontera-agropecuaria-en-la-chiquitania-amazonia-y-chaco-de-bolivia/
UNITAS celebró
sus 40 años en Bolivia defendiendo los DDHH
20 de
noviembre de 2016
"Nuestro trabajo en estos 40 años ha
estado dirigido a construir entornos favorables buscando abrir espacios de formación,
debate y articulación de organizaciones de la sociedad civil. Somos una
institución nacional, con presencia en ámbitos rurales y urbanos, que viene
trabajando desde hace muchos años con diferentes actores sociales, acompañando
sus demandas y reivindicaciones. Las instituciones asociadas desarrollan una
labor muy significativa y valorada por distintos grupos sociales en todo el
país y, por ello, en este evento les hacemos un merecido reconocimiento”. dijo
Susana Eróstegui, directora ejecutiva de Unitas.
Amparo Carvajal, fundadora y actual presidenta
de la Asamblea
Permanente de Derechos
Humanos de Bolivia; Xavier Albó, antropólogo y
sacerdote jesuita, Grover Vega, activista defensor de derechos humanos, fueron
reconocidos por haber sido fundadores de la Unión Nacional de
Instituciones para el Trabajo de Acción Social y por haber abierto camino, en
tiempos difíciles, aunando ideales y esfuerzos en favor de los sectores más
pobres del país.
Su lucha incansable por la defensa de los
derechos humanos y la libertad de expresión, su labor y aporte al trabajo
por la red, así como su compromiso inquebrantable con la democracia, y su
ejemplo de vida, fueron resaltados y valorados por quienes asistieron a tan
emotivo acto. ¡Larga vida a Unitas!, es la frase que sintetizó el sentir de las
instituciones asociadas, redes de ONG, representantes de organismos
internacionales, agencias de cooperación y otros.
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