Desafío a la pobreza
Rodolfo
Faggioni
En el mundo, más de mil millones de seres humanos viven en
condiciones de extrema pobreza. Una de cada tres personas rurales en los países
en desarrollo sufre del tormento diario del hambre. Son pequeños agricultores
marginales, pastores, pescadores, nomádes, indígenas, artesanos y comerciantes
ambulantes. Muchos de ellos carecen de tierra. A todos ellos les faltan los
recursos, la educación, los conocimientos técnicos y el capital para poder
escapar a su destino. Los pobres rurales se encuentran en todas las partes del
mundo. Si bien en su mayoría viven en Asia, Africa y América Latina, la pobreza
como porcentaje de la población tiene mayor incidencia en el Sur del Mundo y su
número sigue creciendo. Hoy en día existe un 40% más pobres rurales que hace 30
años, si esta situación no es controlada, los pobres rurales aumentarán en
1.800 millones para el año 2020.
Pero estas personas poseen un gran
potencial. Representan la mayoría de los ciudadanos de muchos países en
desarrollo. Pueden mejorar sus propias vidas y contribuír al bienestar nacional
si se les da acceso a los recursos adecuados. La tecnología mejorada, el
crédito, la seguridad de la tierra, son ejemplos de lo que se requiere.
El desafío para superar el hambre
y la pobreza es asegurar que los pobres cuenten con los recursos necesario para
mejorar sus propias vidas.
En los años transcurridos desde
que se celebró la
Conferencia Mundial de la Alimentación, las preocupaciones
relativas a los suministros totales de alimentos han pasado a ser menos
críticas. La producción de alimentos continuó aumentando y los precios
internacionales de los productos alimentarios se han mantenido bajo control.
Pero el alcance y la gravedad del hambre y la pobreza han aumentado.
El persistente aumento del hambre
en un contexto de mayor producción alimentaria indica que los pobres carecen de
un adecuado acceso a los alimentos. Los ricos raramente pasan hambre. Los
agricultores pequeños y marginales, los campesinos sin tierra y las mujeres
rurales pobres son los grupos que o no pueden producir alimentos suficientes o
no ganan los ingresos indispensables para proveer a las necesidades
nutricionales de la propia familia.
La comunidad internacional está en
la obligación de reconocer que, para eliminar el hambre y la pobreza, es
necesario asignar en la agenda de desarrollo un lugar central. El desafío para
estas comunidades internacionales es asegurar que los pobres rurales tengan
acceso a los recursos que necesitan para mejorar sus propias vidas partiendo
del firme proposito de que los pobres tienen un potencial sustancial para
aumentar su propia capacidad productiva, que ellos tienen una clara comprensión
de los problemas con que se enfrentan, que ha menudo intuyen cuáles podrían ser
las soluciones si tienen la disponibilidad de recursos.
Al reconocer estas realidades, el
enfoque se centra en las necesidades y capacidades de los pequeños
agricultores, de los campesinos sin tierra y de las mujeres rurales. Ya sea que
se trate del sector del crédito, la tecnología, la extensión o de las inversiones
para riego y conservación de suelos y aguas de modo que los proyectos sean
pertinentes a sus beneficiarios y plenamente accesibles a ellos.
Esta decisiva atención a la capacidad productiva de los pobres, mas bien que a sus necesidades sociales, es el aspecto principal que tienen que tomar en cuenta las instituciones internacionales. Los pobres tienen que ser vistos como clientes partícipes en la tarea de superar su pobreza.
Esta decisiva atención a la capacidad productiva de los pobres, mas bien que a sus necesidades sociales, es el aspecto principal que tienen que tomar en cuenta las instituciones internacionales. Los pobres tienen que ser vistos como clientes partícipes en la tarea de superar su pobreza.
https://www.bolpress.com/2019/09/09/desafio-a-la-pobreza/
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