La guerra de Yemen se
intensifica
10 de noviembre de 2018
Por Mark Aguirre
TopoExpress
La semana pasada parecía que se abría una puerta de esperanza a la
resolución de la guerra de Yemen, pero se cerró pronto. Horas después de que
Jim Mattis, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, país que está
ayudando a los saudíes en la guerra, llamara a todas las partes a acabar el
conflicto, aviones de guerra de la coalición volvieron a bombardear la capital Sanaa y la
provincia de Sadaa, mientras sus tropas retomaban la batalla de Hodeidah
atrapando a miles de civiles dentro del puerto y poniendo en peligro la ayuda
humanitaria destinada a ocho millones de personas que dependen de ella para
sobrevivir. ¿Por qué se creen tan poderosos estos criminales para despreciar a
la comunidad internacional?
No son solo los negocios de la familia del
derechista radical Trump, que negocia sangre por bienes raíces, o la City
londinense que comercia armas con el resultado de civiles muertos. El diablo
está también en casa y tiene nombre socialista. En agosto en Sadaa una bomba
guiada mató a 40 niños en un viaje escolar. Un crimen atroz. En octubre, el
gobierno del PSOE en vez de hacer algo para frenar estas masacres horrendas
ratificó la venta de 400 bombas similares. Sánchez mostró estar más interesado
en proteger el lucrativo negocio de las armas y sus comisiones que la vida de
los niños. Lo hizo incluso después de que se supiera que el gobierno saudí
había descuartizado al periodista crítico Jamal Khashoggi en el consulado de
Estambul. Sánchez decidió vender las armas para garantizar 6 mil puestos de
trabajo –según dijo– sometiéndose al chantaje económico saudí. Parece que los
colores de la bandera monárquica no hacen a España respetable. ¿No había
firmado ya el Ministerio de Hacienda el contrato de Navantia en julio con los
saudíes? ¿Están hechos los acuerdos de Navantia con gente sanguinaria en la que
no se puede confiar? ¿Dejará de investigar el parlamento de dónde viene la
fortuna de la familia
Borbón ?
Hace unos días Amal Hussein, una niña de siete
años, moría en un campo de refugiados en la provincia de Hajja. Es una de las
miles de víctimas de esta guerra de agresión al Yemen, la nación más pobre de
Arabia. Sabemos su historia gracias al The
New York Times, que ha decido
romper el silencio cómplice que el dinero saudí compraba en la prensa supuestamente
“libre”. Hay que ver los emails de la diplomacia saudí publicados por
wikileaks. Hasta el diario El
País se extraña de que se
diga ahora en los medios más leídos lo que los izquierdistas decían antes. No
se creen que la verdad acabe por abrirse camino. La familia de Amal era de
Sadaa, la provincia en donde se originaron los huzíes y de donde tuvo que huir
para salvar su vida. Sadaa ha sufrido 18.000 ataques aéreos desde que empezó la
guerra en marzo del 2015. Periodistas que han tenido acceso hablan de un
territorio devastado, pero en el que el apoyo a los huzíes es más fuerte que
nunca. Amal murió de hambre en una economía destrozada por bombas guiadas como
las que Sánchez entregó a la aviación saudí.
El gobierno del PSOE no quiere aceptar –la evidencia es
demoledora– que la guerra de Yemen no es una guerra más. Según Naciones Unidas
es la causa de la mayor catástrofe humanitaria del mundo. La peor hambruna en
100 años. Una hambruna creada por el hombre en una guerra de agresión injusta.
Yemen no amenazaba a nadie cuando empezó la guerra hace más de tres años. Ahora
sabemos que la guerra fue la criatura de Mohammed bin Salman para consolidar su
poder absolutista. Este príncipe que está al frente del día a día en Ryad,
amigo de nuestros reyes, está vinculado al descuartizamiento de Khashoggi en
Estambul. Los responsables del operativo criminal formaban parte de su núcleo
íntimo de seguridad. Este régimen sanguinario usa ilegalmente el hambre como
arma de guerra en Yemen con la ayuda de Estados Unidos, Gran Bretaña y España.
El PSOE tiene que saber que es ilegal. En Yemen hay dos millones de niños
malnutridos, de los cuales 400 mil están críticamente enfermos. Según
proyecciones, se multiplicarán las cifras cuatro veces en los próximos meses.
UNICEF ha denunciado que en Yemen está muriendo ya hoy un niño cada diez
minutos. Es decir, 6 a
la hora, 144 al día. Lo más patético de todo es que un gobierno socialista, que
se considera progresista, es cómplice de la mayor hambruna del planeta en los
últimos cien años. ¿Qué significa ser socialista hoy en España?
La ofensiva de la coalición Arabia Saudí /Emiratos
en Hodeidah iniciada hace siete días nos acerca más a esta proyección
apolcalíptica hecha por Naciones Unidas. Sea cual sea el resultado de la
batalla, la entrega de alimentos estará en peligro, acelerando la muerte de los
niños. Siete barcos con toneladas de ayuda humanitaria están amarrados en el
puerto. No está claro que puedan descargar y que la ayuda pueda ser
distribuida. Por Hodeidah entra el 75% de la ayuda humanitaria; incluso en la
ciudad de Hodeidah, donde viven cientos de miles de personas, las condiciones
de vida cuelgan de un hilo. Unicef ya ha denunciado que han empezado a morir
niños.
El ataque es más doloroso para la población
porque muchos de los civiles que habían huido en junio, cuando comenzó la
ofensiva, habían regresado. Trabajadores de organizaciones humanitarias que
todavía están en la ciudad dicen que la coalición está bombardeando
continuamente la ciudad con bombas guiadas lanzadas desde sus aviones de guerra
y usando artillería desde helicópteros apache. Hay combates cerca del mayor
hospital de la
ciudad. Hodeidah continúa en manos de los huzíes. No está
claro que la coalición se decida a entrar en ella. Los huzíes llevan meses
preparando la defensa.
Puede que se limiten solo establecer un cerco, pero eso no
disminuirá el impacto catastrófico desde el punto de vista humanitario. De
momento se han reportado más de 150 combatientes muertos mientras la población
permanece atrapada en sus casas.
Fuentes sobre el terreno han confirmado que la
ofensiva por tierra está comandada por Emiratos Árabes Unidos. La agencia de
noticias Associated Press AP denunció en junio que milicias de al-Qaeda son
parte de la coalición y combaten en la batalla por Hodeidah. Occidente,
incluido nuestro gobierno socialista, se ha convertido de facto en la aviación
de al-Qaeda en la batalla por Hodeidah. Sabíamos que el terrorismo era la
tercera pata de la política de Occidente en la región. Usamos
al-Qaeda o ISIS cuando la diplomacia no llega y la guerra directa no es
posible. Pero ahora es demasiado. Estamos ayudando a acelerar la muerte de
niños de hambre desbrozando el camino de al-Qaeda con nuestras bombas guiadas.
AP denunció cómo Aboul Abbas, un líder de al-Qaeda en Taiz, en la lista de
terrorista de Estados Unidos, recibe dinero de Emiratos. El gobierno yemení de
Hadi, el que Occidente reconoce, pagó a Adnan Rouzek, también de Taiz y ligado
al-Qaeda,12 millones de dólares por sus combatientes en Hodeidah. Emiratos
además ha sido acusado por Naciones Unidas y Amnistía Internacional de aplicar
torturas y abusos sexuales contra cientos de yemeníes encarcelados; actos
tipificados como crímenes de guerra.
Estos son los aliados del gobierno del PSOE en
el campo de batalla. ¿Qué significa ser socialista hoy en España?
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=248872
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