Silíceas:
las arenas movedizas del fracking
12 de mayo de 2017
necesitaría de
40 millones de toneladas de arena de sílice para el desarrollo de Vaca
Muerta durante los próximos 10 años. El objetivo de la compañía es extraerla
en Chubut donde otra empresa ya está explotando desde el año pasado. Algunos
sectores políticos son críticos del proyecto y sostienen que el insumo
debería procesarse en el lugar y no ser enviada a Neuquén sin valor
agregado, como propone YPF. Discuten, también, qué canon debería pagar este
tipo de extracción. Las organizaciones ambientales, por su parte, advierten,
conociendo la experiencia de EE. UU., sobre los riesgos a la salud, como la
silicosis, que esta extracción genera.
Fernando Cabrera*.-
Si una premisa vertebra la lógica de YPF con respecto a los hidrocarburos no
convencionales es la de lograr disminuir permanentemente los costos de la
extracción. Desde mediados de 2014, con la caída del precio internacional del
crudo, ese objetivo se volvió prioritario.
Según un relevamiento que
realizó el periodista especializado Nicolás Gandini, YPF logró reducir un 40 %
sus costos desde que comenzó a ser notable el bajo precio del barril. Según
explica, la clave es la disminución del tiempo en la realización de cada pozo.
En agosto de 2016 un pozo de shale
oil con una rama
horizontal con 18 fracturas demoraba 25,5 días promedio y costaba USD 9,9
millones. Mientras que en 2014, un pozo horizontal de entre 10 y 12 fracturas
tardaba 41 días e insumía USD 16,6 millones (EIO, 29/08/2016).
Al respecto, YPF
informaba en 2013 que un tercio del costo de cada fractura era por la arena,
que se importaba casi en su totalidad y su transporte la encarecía
considerablemente. El economista Julio Ibañez de la Universidad Nacional de la
Patagonia San Juan Bosco indicó que en 2016 ha aumentado mucho la compra de
arena local. “El mayor productor
nacional de arenas es Entre Ríos, que hoy provee algo así como el 50 % de las
que utiliza la explotación”, señaló en una exposición realizada
en el marco del “Ateneo de Economía” que sostienen desde el Departamento de
Economía de la sureña universidad. En la costa del Paraná, en las inmediaciones
de la localidad Aldea Brasilera, una subsidiaria de Ferrum, Cristamine, es la
principal compañía del rubro. Recientemente también ha habido anuncios sobre la
posibilidad de extraer la arena de sílice en Gualeguay (Radio Nacional,
07/10/2016). En cuanto a la importación, el especialista indicó que el agente
sostén proviene fundamentalmente de China, Estados Unidos y Brasil.
Tras la parcial expropiación de
YPF, el país importaba arena para fractura por unos USD 500 millones. El
proyecto de extracción en Chubut, sumado a la planta de Añelo, en la que YPF
invirtió USD 150 millones (La Nación,
17/04/2015), pretendía sustituir una parte considerable de esas importaciones,
con un consecuente efecto positivo en la balanza comercial. Según cifras de YPF,
la fabricación local del insumo reduciría alrededor de un 40 % su valor, lo que
le permitiría disminuir en por lo menos un 10 % el costo necesario para la
realización de un pozo. Según el análisis de Gandini ese objetivo se cumplió ya
que, como resultado de la utilización de arena de origen nacional procesada en
la planta de tratamiento construida por YPF en Añelo, el costo por etapa de
fractura descendió de USD 600 mil en 2014 a USD 400 mil en 2015, y se redujo
hasta los USD 300 mil en el segundo trimestre de 2016 (EIO, 29/08/2016).
“El shale es
arena dependiente”
La fractura hidráulica es un
método de extracción de hidrocarburos más agresivo que el que se utiliza en los
yacimientos convencionales. Consiste en realizar perforaciones verticales y
horizontales en las que se introducen a presión millones de litros de agua,
químicos y arenas. Ese compuesto
resquebraja las rocas del subsuelo y, cuando el líquido se retira, la arena
impide que las grietas vuelvan a cerrarse, lo que permite que
los fluidos migren hacia la superficie de forma sostenida.
Por el objetivo que poseen, el
sector hidrocarburífero denomina “agente sostén” a tres componentes: arena
natural, resinada y cerámicos artificiales que soportan mayores presiones. Si
bien las cantidades son variables se
estima en 1500 toneladas lo que se inyecta en cada pozo y se ha comprobado que a
mayor cantidad se obtienen mejores rendimientos. Un camión
estándar puede cargar unas 30 toneladas, es decir que se necesitan
aproximadamente 50 para cada pozo. Por estas condiciones es que Ibañez resalta
que “el shale es
arena dependiente”.
La planta de Chubut
En abril de 2015, YPF lanzó su
Plan Nacional de Arenas, proyectando una cantera y planta de clasificación en
las inmediaciones de los ejidos comunales de las localidades de 28 de Julio y
Dolavon, Chubut. La planta tendría una capacidad de procesamiento anual de 500
mil toneladas. Lo necesario para realizar unos 330 pozos. Una vez clasificada,
la arena sería transportada 940 kilómetros hasta otra planta de tratamiento de
la compañía ubicada en Añelo.
Antes de los anuncios, la
compañía parcialmente estatizada ya había dado pasos fundamentales para el
proyecto. En diciembre de 2013 creó Cimsa, especializada en explotar canteras de
arenas para fracking,
y adquirió los campos de arenas silíceas en Chubut. Seis canteras esperaban la
aprobación del Ministerio de Ambiente de esa provincia: Yatén, Pitu, Betina, El
Holandés, Apacheta y El Gauchito, todas bajo dominio de Cimsa (El
Chubut, 20/11/2014).
Más allá de anuncios, hasta la
fecha YPF no ha avanzado en la concreción del proyecto. Tanto el intendente del
municipio de 28 de Julio, Omar Burgoa, como el secretario de gobierno de Dolavon,
Guillermo Araneda, y el referente del Foro Social Ambiental de Trelew, Pablo
Lada, coinciden en que YPF todavía no está trabajando en las canteras. No
obstante, otro grupo empresario comenzó con la extracción.
Este es el
Grupo Arenas Patagónicas, que está obteniendo arena en las inmediaciones del
ejido de 28 de Julio y realizando el lavado y la separación en Dolavon antes de
enviarla en camiones hacia el noroeste patagónico. El grupo
empresario está conformado por Transportes Rada Tilly S.A., del chubutense
Carlos Peralta, y Shale Kompass Srl, cuyo principal socio es el exministro de
Energía de Neuquén Guillermo Coco (Boletín Oficial de Neuquén, 26/02/2016).
Según explica la página web del Grupo, la compañía de Peralta está encargada “de
la extracción y la manufactura de las arenas para fractura hidráulica” y la de
Coco es la “responsable de la comercialización de las arenas de fractura”.
La planta de procesamiento de
arenas silíceas inició su funcionamiento a comienzos de 2016, cuando YPF realizó
un pedido de 25 mil toneladas ya que Entre Ríos, que hasta la fecha había sido
su principal proveedor nacional, había sufrido una fuerte inundación. La
construcción de la planta en Dolavon implicó $ 32 millones de inversión. En esa
primer venta facturaron $ 70 millones.
El informe ambiental de la
planta de procesamiento, fechado en septiembre de 2014, define en términos
generales en qué consisten las tareas que se realizan allí. Precisa que la
planta está destinada al tratamiento de arena silícea procedente de la cantera
“La Picada”. Desde allí para llegar a la planta se debe recorrer 79 km de ripio
consolidado por la ruta provincial 40 en sentido sureste hasta la ruta nacional
25. Luego se recorren 6,5 km por esa vía hasta acceder a la planta. En total la
distancia suma 85,5 km. Nada se dice en torno a cómo será trasladado el material
desde la planta a los pozos.
En el informe ambiental se
define que la planta busca “mejorar las propiedades de la arena natural,
principalmente mediante el ajuste de la distribución de tamaño de grano, a
través de la eliminación de material de menor y gran tamaño y de impurezas en la
arena o de las superficies de los granos de arena individuales, siendo para ello
el lavado, secado y clasificación el método más simple y económico. (…) Por ser
el yacimiento de origen un depósito muy puro con un contenido de sílice, SiO2,
superior al 90 %, con presencia de arcillas (…), la clasificación, secado y el
lavado resultan suficientes para producir arena cuya calidad reúna las
especificaciones que requieren las distintas aplicaciones que la arena silícea
tiene en el mercado nacional” (Transporte Rada Tilly, 09/2014: 48 y 49).
La planta elabora tres productos
básicos: arena de sobretamaño, arena fina y arena ultrafina. Sus instalaciones
fueron diseñadas para procesar 70 toneladas por hora de material bruto. Al
trabajar un turno diario de ocho horas, genera 12.320 toneladas mensuales.
Luego de enumerar los impactos y
proponer mecanismos de mitigación, el informe concluye que “ninguno de los
potenciales impactos negativos identificados para la obra son limitantes o
restrictivos para la ejecución del proyecto, por lo que resulta ambientalmente
viable siempre y cuando se cumplan estrictamente todas las medidas de mitigación
indicadas (…) se realicen las actividades de monitoreo sobre las variables
ambientales afectadas” (Transporte Rada Tilly, 09/2014: 7).
El informe explicita los precios
de la arena según los usos. Informa que la destinada parafracking varía
entre $ 3000 y $ 5000 la tonelada. Otros usos de esa arena, como la
construcción, paga $ 100 la tonelada, en tanto los valores para la industria del
vidrio coloreado, la cerámica, los refractarios y la metalurgia varían entre $
1350 y $ 2000.
Además, el informe enumera
distintas justificaciones para la realización de la planta. La empresa obtendrá
rentabilidad, la provincia y el municipio de Dolavon lograrán la creación de
puestos de trabajo, el efecto multiplicador de la industria en el contexto local
y el aumento de los aportes tributarios de las actividades existentes. Para el
Estado Nacional, conjuntamente con los beneficios sociales e impositivos que se
producen a partir de la producción, se destaca la sustitución de importaciones.
La renta y los impactos
ambientales
La principal discusión que se ha
desarrollado públicamente en Chubut en torno a las arenas se vincula con la
obtención de la renta que esa producción generará. Varios
referentes políticos de Chubut se mostraron contrarios a la propuesta de YPF de
procesar la arena en Neuquén. Pretendían,
en cambio, que se realizara en su provincia.Por ese motivo,
todavía en la gestión kirchnerista YPF convocó a una reunión en Trelew y con la
presencia de varios de sus ingenieros intentó argumentar en pos del proyecto. El
intendente de 28 de Julio, Omar Burgoa, pese a ser parte del Frente para la
Victoria, que impulsaba el accionar de YPF, cuestionó duramente aquella visita.
“La gente de YPF básicamente dijo que no teníamos que joder. Ellos vinieron a
que nos calláramos la boca porque estábamos entorpeciendo el desarrollo
nacional. Con una altanería enorme, con una falta de tacto total. Yo les dije
que no estaban en Comodoro Rivadavia. Acá no hay cuatro generaciones de
petroleros que veneren a YPF. Entiendo que el petróleo no lo sacamos de acá,
pero también entiendo que si ellos van a sacar el petróleo en Neuquén lo van a
hacer con la arena nuestra. Yo no voy a permitir el saqueo de un recurso no
renovable gratuitamente”, sostuvo el jefe comunal (entrevista, 20/09/2016).
Más allá de las manifestaciones
y explicaciones ofrecidas por los representantes de la petrolera, el entonces
gobernador Martin Buzzi, quien también estaba alineado con el gobierno nacional,
advirtió que “si la explicación [desde YPF] no conforma tendrán que mejorar el
proyecto”. Puntualizó que “cualquier proyecto que funcione en nuestra tierra
tiene que tener sustentabilidad ambiental, social y que la gente diga que un
proyecto vale la pena” (La Jornada,
17/05/2015). Por aquel entonces, Mario Das Neves, quien actualmente es
gobernador, que en ese tiempo era diputado nacional y es desde hace años uno de
los políticos más influyentes de la provincia, coincidió en el reclamo de que la
industrialización se realice en territorio chubutense (Diario
Crónica, 06/07/2015).
Contrariamente, el por entonces
representante de Chubut en el directorio de YPF, Jorge Gil, fundamentó la no
instalación de la planta de procesamiento de arena en esa provincia. “Lavar aquí
sería agregar impurezas que luego tendrán que ser nuevamente quitadas. Además,
sobre los 80 puestos de trabajo que demanda el proyecto, el lavado hubiera
significado sumar solamente 15 puestos, es decir que no habría un gran impacto.
No opusimos resistencia a este punto, porque hubiera significado hacer inviable
el proyecto” (Suplemento Desarrollo, 20/05/2015).
En esa entrevista, Gil minimizó
la posible industrialización que generaría instalar una planta de arena en
Chubut. “Son proyectos que no requieren industrialización, hay un zarandeo y
clasificación de los granos por su tamaño (…) Este proceso, por razones de que
es necesario mantener la calidad, hay que hacerlo cerca de los centros de
utilización del proceso de perforación del pozo y esto es Vaca Muerta”, propuso.
Otro de los puntos que se
dirime entre YPF y la gobernación de Chubut en torno a la renta obtenida por la
extracción de arena consiste en definir, precisamente, cuál de las categorías
del Código de Minería enmarca este tipo de proyecto. La primera categoría define
a los minerales cuya titularidad le pertenece al Estado y por lo tanto por su
extracción debe abonarse una regalía, por ejemplo oro, plata, platino, mercurio,
entre otros. La tercera, en cambio, deja la titularidad en cabeza de quien
declara el descubrimiento (así inscribieron el yacimiento tanto YPF como Arenas
Patagónicas) por lo que se paga un canon mínimo, el mismo que la arena utilizada
para construcción.
Mientras hay una cantera en
funcionamiento que fue inscripta como de tercera categoría, este debate continúa
abierto. Todos los consultados para este informe coincidieron en la previsión de
que la extracción de arena silícea sería finalmente entendida como una
explotación de tercera categoría.
Otra de las críticas tiene que
ver con los puestos de trabajo que genera la planta. El secretario de producción
del municipio de Dolavon, Gustavo Quezada, estimó que en el lugar trabajan unas
45 personas, de las cuales únicamente 18 son de la localidad. “Se genera una
expectativa de que van a absorber una gran parte de la demanda laboral y esto no
sucede como se espera”, sostuvo.
Finalmente se encuentran las
críticas desde la perspectiva socioambiental. El referente del Foro Ambiental
Social de Trelew, Pablo Lada, enumeró los cuestionamientos socioambientales de
la iniciativa. “Nuestra
primera preocupación es que la arena es parafracking”,
dijo, y explicó que eso genera en la zona donde se extrae innumerables
problemas. También anticipó que si el precio internacional del barril de
petróleo sube, la explotación mediante esta técnica se va a profundizar. Les
preocupa esa posibilidadteniendo en
cuenta lo sucedido en los estados de EE. UU. como Wisconsin o Minnesota, donde
las canteras de arena destruyeron valles productivos similares a los del río
Chubut.
Más allá de ese cuestionamiento
general, Lada indicó dos preocupaciones puntuales en torno a la planta ya
instalada vinculadas con la salud pública. “Una es el tamaño de las partículas,
que es 2.5 micrones, más chiquitas que un pelo, y que provoca silicosis. Eso
está totalmente estudiado y ellos lo reconocen pero como un problema de índole
laboral, que ocurre en cualquier planta que maneje con este tipo de particulado.
Y explican cómo se solucionaría este problema: echando agua para que las
partículas no vuelen”, expuso con sarcasmo. Además, señaló que hay fotos de la
planta donde los operarios están sin mascarillas, que es una medida de seguridad
mínima en este tipo de emprendimiento.
Pero indicó que el problema
trasciende el ámbito laboral. “En Wisconsin es tal el volumen de arenas que el
particulado se encuentra fuera de las plantas. El viento patagónico es muy
fuerte y estas arenas al ingresar a los pulmones generan silicosis y cáncer”,
advirtió sobre el riesgo de la planta en relación a la población.
Los antecedentes y
estudios científicos que provienen de Norteamérica son taxativos en cuanto a la
peligrosidad de las arenas de sílice en términos de salud laboral en torno a
quienes residen en las inmediaciones de
los lugares donde se alojan estas arenas. Como señala el compendio de
investigaciones científicas realizado por el Concerned Health Professionals of
New York y Physicians for Social Responsibility, “las familias que viven cerca
de donde se extrae arena industrial informaron que su salud se ha visto
comprometida por el desarrollo de la mina de arena y están preocupadas porque
las empresas no están monitoreando correctamente sus lugares de extracción”
(2015: 96).
Por otro lado, Lada señaló otro
problema que no está mencionado en el informe ambiental: “La poliacrilamida es
usada como un floculante en el lavado de la arena. Y no está mencionada en el
Informe. La poliacrilamida tiene un componente que es la acrilamida que es
nefasta, muy tóxica: en pequeñas proporciones, tan chiquitas que prácticamente
no hay máquinas para medirla, es un poderoso neurotóxico. En proporciones
ínfimas ya es tóxico. Cuando se calienta la poliacrilamida, y en el proceso de
lavado se calienta, aparece la acrilamida”, explicó con preocupación.
Los millones de toneladas de
arena, que deben recorrer miles de kilómetros para explotar Vaca Muerta, y que
implican un porcentaje importante del gasto en cada pozo, se convierten en otras
de las aristas nodales del megaproyecto.
Algo que a primera vista podría parece inocuo, como la
arena, extraído en estas dimensiones y con estos fines, también puede generar
altos impactos económicos, sociales y ambientales.
* Una versión anterior de este informe fue publicado en
“Externalidad del megaproyecto Vaca Muerta” que se terminó de escribir en
diciembre de 2016. Desde entonces, han sucedido dos novedades importantes sobre
el tema. La primera es que YPF
se comprometió a conformar una Unión Transitoria de Empresas (UTE) con la
provincia de Chubut para
explotar las arenas y la segunda es que los mayores costos de la extracción en
Chubut, hicieron que ante un mejor condición climática en Entre Ríos, YPF
volviera a adquirir el insumo en esa provincia Mesopotámica.
Fuentes
y bibliografía
Entrevistas
Fuente: ww.opsur.org.ar/blog/2017/05/12/siliceas-las-arenas-movedizas-del-fracking/
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