EE.UU.: Tras una
elección histórica, comienza el trabajo de verdad
10 de noviembre de 2018
Por Amy Goodman y Denis Moynihan
Democracy
Now!
“No alcanzan las palabras para expresar mi
gratitud con cada activista, cada pequeño donante, con los padres y madres
trabajadores y los soñadores que ayudaron a que este movimiento sea posible”.
Estas son las palabras que Alexandria Ocasio-Cortez dirigió a la multitud
eufórica que se congregó en la noche de las elecciones para celebrar su
victoria para ocupar una banca en el Congreso por el estado de Nueva York.
“Esto es exactamente eso, no una campaña ni un día de elecciones, sino un
movimiento; un gran movimiento por la justicia social, económica y racial en
Estados Unidos de América”.
Alexandria Ocasio-Cortez, llamada “AOC” por
sus seguidores, es la mujer más joven en ser electa para el Congreso
estadounidense. Esta millennial de 29 años de edad, de ascendencia
puertorriqueña, nacida en el Bronx, es una orgullosa integrante de la
organización “Demócratas socialistas de Estados Unidos” y marca un punto de
inflexión crucial en la política electoral estadounidense. En el contexto de la
violencia del nacionalismo blanco vinculada a la presidencia de Donald Trump,
las elecciones de mitad de mandato de 2018 marcan el ingreso a la arena
política de una serie de representantes electas que representan más que nunca
la diversidad del país.
Si bien el Partido Republicano aumentó su
mayoría en el Senado de Estados Unidos, los demócratas lograron obtener el
control de la Cámara de Representantes. Varios resultados siguen sin definirse,
como la contienda altamente peleada e intensamente monitoreada para el cargo de
gobernador de Georgia entre los candidatos Stacey Abrams, quien se convertiría
en la primera mujer gobernadora afroestadounidense del país, y el republicano
Brian Kemp, que se negó a renunciar al cargo de secretario de estado de
Georgia, función que implicaba supervisar las propias elecciones en las que era
candidato. Kemp, quien está siendo demandado a raíz de su campaña racista de
supresión de votantes, está algunos puntos por delante en lo que va del
escrutinio, pero aún faltan miles de votos por contar y Abrams se niega a
conceder la derrota:
“La democracia funciona solamente cuando
trabajamos por ella, cuando luchamos por ella, cuando la exigimos. Y hoy, al
hacer fila durante horas para encontrarnos en las urnas, es que hacemos que la
democracia funcione. Esta noche estoy aquí para decirles que todavía quedan
votos por contar. Hay voces que esperan ser escuchadas. En todo el estado hay
compañeros y compañeras abriendo los sueños de miles de votantes y las
papeletas de los votos en ausencia, y creemos que nuestra oportunidad de una
Georgia más fuerte está al alcance de la mano. Pero no podremos tomarla hasta que se
escuchen todas las voces. Y esta noche les prometo que nos vamos a asegurar de
que se cuente cada voto”.
Las elecciones estadounidenses de mitad de
mandato de 2018 dieron lugar a varios casos de “primera vez”. A nivel nacional,
una cantidad histórica de mujeres se postularon para cargos públicos. Esta es
la primera vez que la composición del Congreso contará con más de cien mujeres.
La maestra de Connecticut Jahana Hayes y la concejala de Boston Ayanna Pressley
se convirtieron en las primeras mujeres afroestadounidenses en representar a
sus estados en el Congreso. Sylvia Garcia y Veronica Escobar se convirtieron en
las dos primeras latinas electas para representar a Texas en el Congreso. En la
mañana de las elecciones, en el distrito de Escobar, El Paso, la Patrulla Fronteriza
de Estados Unidos inició un ejercicio inesperado de “control de multitudes”,
solo para cancelarlo abruptamente tras una protesta pública por el aparente
intento de intimidar a votantes de la comunidad latina.
Deb Haaland, de Nuevo México, y Sharice
Davids, de Kansas, se convirtieron en las primeras mujeres indígenas
estadounidenses elegidas para el Congreso. Davids también es lesbiana y
anteriormente practicaba kickboxingprofesional.
Rashida Tlaib e Ilhan Omar son las dos
primeras mujeres musulmanas electas para el Congreso. Tlaib, activista de
Detroit que va a ocupar el escaño de John Conyers, será la primera congresista
palestino-estadounidense. Ella afirma que llevará su megáfono a Washington y
declaró a sus partidarios: “Los voy a honrar de muchas maneras, no solo a
través de mi servicio, sino luchando contra cada estructura opresiva y racista
que deba ser desmantelada, porque ustedes se merecen algo mejor”.
La legisladora de Minnesota Ilhan Omar es la
primera somalí-estadounidense electa para el Congreso. En su discurso de
victoria, Omar expresó: “Estoy aquí ante ustedes esta noche como congresista
electa, en este acontecimiento que engloba varias primeras veces: soy la
primera mujer de color que representa a nuestro estado en el Congreso, la
primera mujer en usar hiyab … [y] la primera refugiada electa para ocupar una
banca en el Congreso”.
Estas mujeres son solo una parte de los
agentes de cambio en salir victoriosos en las elecciones de mitad de mandato de
2018. Muchas de ellas apoyan políticas progresistas como “Medicare para todos”,
un salario mínimo federal de 15 dólares la hora, una universidad libre de
deudas estudiantiles y una reforma migratoria integral, y están profundamente
preocupadas por el cambio climático.
Sí, las bases sacudieron a los de arriba, pero
aún está por verse si el peligroso cambio de nuestro país hacia el autoritarismo
se logra sacudir desde sus cimientos. El presidente Donald Trump representa un
muro, tanto literal como figurativamente. Las elecciones de mitad de mandato de
este año convirtieron al muro en una puerta. El hecho de que esa puerta se abra
o se cierre de golpe no depende solamente de las representantes electas, sino
también de las personas que las colocaron allí. Estas elecciones no son un fin
en sí mismas. En tiempos como estos es cuando los movimientos sociales pueden
tener un mayor efecto.
Más de 110 millones de personas votaron,
muchas más que en las últimas elecciones de mitad de mandato. Sin embargo, la
otra mitad de ciudadanos habilitados para votar ha quedado fuera de las
elecciones, ya sea por voluntad propia o por haber sido excluidos debido a las
tácticas de supresión de votantes cada vez más generalizadas que se están
implementando en todo el país. Los movimientos sociales responsables de este
histórico resultado electoral para las mujeres y para la diversidad también
deben trabajar para aumentar el compromiso, la concesión del derecho al voto y
la participación electoral. Una de las campañas exitosas más importantes de
esta semana fue la aprobación de la Enmienda 4 de Florida, que restablece el
derecho al voto a 1,4 millones de floridenses que fueron condenados por delitos
graves no violentos. Es uno de los mayores actos de concesión de derecho al
voto desde que las mujeres obtuvieron el derecho a votar en 1920 y debería
ampliarse a todo el país.
Ahora, a medida que esta cantidad sin precedentes
de mujeres recientemente electas vayan asumiendo sus cargos luego de arduas
campañas, comienza el trabajo de verdad.
© 2018 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María
Eva Blotta y Democracy
Now! en español,spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy
Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800
emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es
co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en
tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=248868
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