¿Qué se puede esperar
de
la Cumbre del G20?
25 de noviembre de 2018
Recordemos que el G20 emergió como “Cumbre de Presidentes” en medio de la crisis mundial capitalista de 2007/08, montada sobre una estructura global gestada desde 1999 entre responsables de la política económica y financiera, la que estaba abocada entonces a tratar los problemas del endeudamiento endémico de algunos países. Esa es la razón primigenia de la inclusión desde el origen de los países latinoamericanos: Argentina, Brasil y México. No integran el G20 por ser parte de los países más grandes por su producción o actividad económica, sino por ser grandes deudores, ayer y hoy.
Por
Julio Gambina.
De todos modos, el G20 como Cumbre Presidencial incluye la
ampliación del consenso a la hegemonía disputada de EEUU en el G7 (EEUU,
Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Japón y Canadá) a la que se suman los
emergentes, especialmente China, que en rigor es la potencia que hoy concreta
la disputa por la hegemonía del sistema mundial. No solo da cuenta de ello la
capacidad productiva, de relaciones comerciales y financieras de China con el
mundo, sino las alianzas que despliega.
Esta semana, China junto a la Unión Europea
demandaron ante la OMC a EEUU por las restricciones arancelarias a la
comercialización del acero. Además, hay que destacar la alianza de China con
Rusia y más allá, con Irán y otras potencias con capacidad de intervención en
el sistema mundial desde ciertas y relativas ventajas en la producción petrolera
o en sus capacidades defensivas/ofensivas del punto de vista militar.
Como podemos observar, los problemas son diversos en el sistema
mundial contemporáneo, expresados en la disputa por la hegemonía, en el ámbito
económico, político, militar e incluso cultural. Lo que está en juego es quien
dirige los destinos del mundo. Es un tema que afecta a toda la humanidad.
EEUU decretó la guerra comercial a China y el gigante asiático
responde al nivel de la agresión y con iniciativa mundial por instalar su
moneda en la disputa global. La mundialización del yuan actúa contra la
hegemonía del dólar en el sistema monetario. El despliegue militar de China y
sus aliados contienen las agresiones imperialistas en diversos territorios
amenazados desde Washington, sean Siria, Venezuela o cualquier punto de interés
estratégico para EEUU.
Con la cumbre bonaerense del G20 en pocos días, difícilmente pueda
avanzarse en “resolver” estas contradicciones del sistema mundial, e incluso,
está en dudas cualquier acuerdo global que suponga alguna declaración pública
más allá de los parámetros del lenguaje profesional y anodino de la diplomacia
internacional.
Igualmente, para el gobierno de la Argentina resulta atractivo
codearse con el poder gubernamental del mundo para imaginar atracción de
inversiones que sustenten el funcionamiento del capitalismo local. Es lo que
vienen logrando con la asistencia financiera del FMI por 57.000 millones de
dólares y la ampliación del crédito chino (swap) en unos 19.000 millones de
dólares.
Sin asistencia financiera no puede sustentarse la estrategia
macrista para el funcionamiento del capitalismo local, que favorece la fuga de
capitales de la clase dominante.
Contra Cumbre de los NO y de los SI
Sin perjuicio de las tensiones en el poder mundial y la estrategia
del gobierno de Macri, destacará la diversa presencia crítica durante la semana
de acción contra el G20 y el FMI entre el 25 de noviembre y el 1° de diciembre;
donde sobresalen las actividades de las diferentes redes de movimientos sociales,
la Cumbre de los Pueblos con su cierre formato “festival” en las puertas del
Congreso de la Argentina y la movilización popular del 30 de diciembre.
A contramano del secretismo oficioso en el G20, el movimiento
popular coincide en las consignas críticas al G20 y al FMI por lo que
representan sus estrategias para el conjunto de la sociedad popular, es decir,
todo aquello que está más allá del 1%, o siendo generoso, del 20% de mayores
ingresos, los que concentran lo principal en la apropiación del producto social
del trabajo.
La articulación diversa en la movilización argentina o en otras
ciudades del mundo expresan el NO a una agenda que solo favorece a las grandes
empresas transnacionales y que se evidencia en las demandas de reformas
previsionales y laborales. Lo central de la agenda de los monopolios y del
poder mundial apunta a la quita de derechos de trabajadoras y trabajadores para
favorecer y recuperar capacidad de producción de ganancias y su acumulación
para la mayor dominación en el ámbito global.
El NO sigue constituyendo el centro de la articulación popular,
aunque en el camino aparecen algunos SI que necesitan extenderse para
transformare en programa generalizado del imaginario para una sociedad
alternativa al orden capitalista.
Destaca en ese plano de los SI la lucha por la soberanía
alimentaria, esencial en cualquier proyecto emancipador que se proponga un
proyecto alternativo. El primer desafío de cualquier intento de liberación
nacional y social debe resolver la condición de posibilidad para alimentar a la población. Solo
desde allí puede sustentarse a largo plazo un proceso liberador.
En el mismo camino actúa la soberanía energética, ya que los
hidrocarburos constituyen desde más de un siglo el principal insumo de la
producción contemporánea. La dominación del petróleo, el gas, la energía es la
base del conflicto territorial hegemónico que hoy despliegan las potencias
dominantes del sistema mundial. Por eso es fundamental recuperar el sentido de
la producción y el consumo energético para un proceso de independencia y
liberación nacional y social.
La soberanía financiera constituye un tercer eslabón en la
construcción de los SI de los pueblos. Superar la dependencia financiera y la
lógica subordinada que supone la integración al sistema financiero mundial con
los organismos internacionales a la cabeza del mismo. El FMI y el Banco Mundial
son parte dirigente de una lógica financiera y especulativa internacional que
sustenta la dominación monopolista y transnacional en nuestro tiempo.
Todo lo dicho supone al mismo tiempo la lucha por los derechos a
la educación o la salud entre muchos, ya que la educación pública y gratuita
puede sustentar el aliento a la formación técnico profesional para la
independencia tecno científica para sustentar nuevos y alternativos modelos
productivos y de desarrollo. Ni hablar de la salud pública gratuita que asegure
el disfrute de la mayor expectativa de vida de la población contemporánea, a
contramano de las tendencias privatizadoras subordinadas a la lógica de la ganancia.
Esto es lo que se debate en el G20 de Buenos Aires entre el 30 de
noviembre y el 1° de diciembre, con una agenda del poder atravesada por las
tensiones en la disputa del poder mundial, lo que se conjuga con la dinámica
popular en confrontación contra el poder, más allá de sus propias internas. La
articulación popular, aun con proyectos políticos ideológicos y culturales
diferenciados es la base para pasar de los NO compartidos a los SI en
construcción y a profundizarlos como resultado de la experiencia de
organización y lucha del movimiento popular.
Con el programa desplegado en los días previos a la Cumbre
presidencial y en su desarrollo se juegan dos estrategias.
Una resulta del poder mundial, incierta y con variadas tensiones.
La otra se juega en el campo de las organizaciones populares, confluyendo en
los NO al G20 y al FMI, a la agenda de liberalización, a la dependencia, etc.
La cuestión de fondo en la agenda de los de abajo pasa por los SI
señalados y lógicamente ensayando una mejor respuesta táctica y estratégica
para el objetivo de transformación social más allá y en contra del capitalismo.
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