Internados
franquistas, una red de adoctrinamiento y trabajos forzados que investigan en
Argentina
6 de agosto de 2019
Por Juan Miguel Baquero
eldiario.es
Los internados franquistas dibujan una cruda realidad. Un escenario que dividía a sus actores entre ricos y pobres, ofreciendo una educación diferenciada. Con una mano en los libros para los hijos de clase acomodada, de afines al régimen. Con la otra, señalando el camino de la servidumbre a los menores de familias excluidas, de los 'rojos'.
Las
condiciones en estas "cárceles" eran "terribles", según
denuncian las víctimas. Como ocurría, también, con los preventorios
antituberculosos. Unas colonias infantiles que la dictadura puso en marcha como
una suerte de "campos de concentración".
Los
testimonios de alumnos e internas revelan vejaciones y malos tratos
sistemáticos en centros, muchos, bajo tutela de instituciones religiosas.
Abusos sexuales, comida en mal estado, higiene insuficiente, censura en las
cartas enviadas a sus casas... Y, también, trabajo forzado: desde limpiar
edificios a lavar coladas o bordar ajuares para ricos.
La imputación forma parte de
la única causa judicial abierta en el mundo contra los crímenes del franquismo,
la Querella Argentina.
Porque eran centros, coinciden las víctimas, fabricados para perpetuar la
"venganza" contra los derrotados en la guerra civil. "Para
anularnos solo necesitaban conocimientos fascistas, y hacerse expertas en lavar
cerebros infantiles con jabones de sumisión patriótica y estropajos
clericales", define
Las
'rojas', a "lavar, planchar y tender"
La diferenciación entre niños
ricos y pobres era una constante en la dictadura de Francisco Franco. Las
condiciones higiénicas, alimenticias o educativas no eran las mismas. Ni el
trato de los educadores o "cuidadoras". A las niñas de familias
empobrecidas, marcadas como 'rojas', les esperaba la sumisión."Pelar patatas, fregar todo lo que dejaban los ejercitantes que iban a hacer los ejercicios espirituales… aquello era un hotel para ricos", resume Luz (nombre ficticio) su estancia en una residencia religiosa en Andalucía que hacía las veces de colegio para niñas de familias humildes.
"Nos metieron para limpiar, como camareras de piso", cuenta. Las pequeñas kellys del franquismo mantenían "todo reluciente, también la iglesia, la capilla… éramos 30 niñas usadas como mano de obra". El colegio franquista estaba dividido "entre ricas y pobres". "Las monjas nos levantaban bien temprano y teníamos que hacer la faena antes de ir a clase", rememora.
"Yo tenía 11 años, entré en el 63", dice Luz. Un ejemplo literario, basado en hechos reales, aparece en la novelaLas tres bodas de Manolita de Almudena Grandes. En esas páginas está la historia de Isabel Perales, "una niña que cree la van a poner a estudiar y lo que hace es lavar, planchar y tender, con la particularidad de que lavaban con sosa y se comía las manos, la piel, la carne...", contaba la escritora a eldiario.es.
El escenario es la escuela de
Los
"niños-presos" de Franco
Estas colonias infantiles
"cobraban del Estado, los explotaban laboralmente y satisfacían con ellos
sus instintos más violentos", escribían los autores del documental Los internados del miedo,
Montse Armengou y Ricard Bells,como recogía Heraldo
de Madrid. En esos espacios los menores eran convertidos, dicen,
en "niños-presos"."La infancia más vulnerable fue la gran víctima" durante décadas de un régimen franquista "que los abandonó a la suerte de unos centros" –la mayoría religiosos– dedicados a "sacar provecho" de los menores. En la cinta atestiguan "malos tratos físicos y psíquicos, abusos sexuales, explotación laboral y prácticas médicas dudosas" sufridas por "miles de niños" hasta "bien entrada la democracia".
Con su trabajo, Armengou y Bells confeccionan "una base de datos con los escalofriantes relatos de centenares de niños". La coincidencia en las "prácticas violentas" solventaba la "ausencia de un documento que pudiera probar los malos tratos". Una "terrible experiencia" ampliada a la "cercanía generacional" de personas nacidas en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado. La democracia, apuntan, amnistió aquellas prácticas con un velo de silencio.
"Cárceles"
para niñas
Los golpistas fundaron el
Patronato Nacional Antituberculoso durante la guerra civil. El propio Francisco
Franco firmaba un decreto en diciembre de 1936 para su constitución, y luego
fue un organismo autónomo del Ministerio de Como los preventorios de Madrid, el Divina Pastona o el Doctor Murillo en Guadarrama. O el de La Sabinosa (Tarragona), Niño Jesús (Almería), Torremanzanas y Alcoy (Alicante). Y más, con lazaretos como el de Tarrasa (Barcelona), Agramonte en Tarazona (Zaragoza), La Barranca en Navacerrada (Madrid) o el de Sierra Espuña (Murcia).
Decenas de mujeres han denunciado las condiciones que sufrieron en estos internados de
Las menores, cuentan, eran reclutadas por vías diversas. Podían acceder a ellas a través de sus propios hogares y colegios, o bien por tener a familiares en contacto con la enfermedad de
El
"campo de concentración" de Guadarrama
Uno de los más célebres
preventorios fue el de Guadarrama. "Un campo de concentración para niñas
en el franquismo", relata En aquella "cárcel" algunas internas eran obligadas a realizar trabajos. "Me ponían a coser, eran ajuares para ricas, supongo, nunca nos dijeron para quienes estábamos cosiendo", reconoce. "Manteles, servilletas", una pieza tras otra. "Nos ponían a las que sabíamos bordar". Todo con menores de edad y sin conocimiento de sus familias.
"Lo peor es que se ha quedado sin justicia, que es lo que te rebela. Ni en la democracia se ha hecho nada… y esto con niñas, por dios", denuncia
Una de estas niñas, Ángela Fernández, declaró en diciembre de 2013 en Buenos Aires ante la jueza que dirige la única causa abierta en el mundo contra el franquismo, María Servini de Cubría. La magistrada conoció las "torturas" en el sanatorio antituberculosos.
Y Alicia García Romera (70 años), que declaró en julio de 2015 ante el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid a petición de la jueza argentina. Era la primera de una serie de declaraciones en diversas sedes judiciales españolas, como señalaba entonces
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=259006
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