Argentina: El proyecto de Ley de
Flora nativa,
los laboratorios multinacionales y
la Ley Monsanto de
Semillas
19 de diciembre de 2016
El gobierno prepara una Ley de Flora Nativa
para patentar conocimientos tradicionales, principios activos y recursos
genéticos. Una ley más al servicio de transnacionales, farmacéuticas y
semilleras.
Por Colectivo
agroecológico para la soberanía alimentaria de la Comarca Andina del
Paralelo 42
Sábado 17 de diciembre
El modelo económico del capitalismo basado en la propiedad privada
de los medios físicos de producción,
se está transformando en las últimas décadas. Se ha incorporado un nuevo
formato, que podríamos denominar “capitalismo cognitivo”.
Este, se basa en la apropiación y el control de la circulación de los conocimientos
y de la información.
En la última década, la revolución post-genómica y de las
ciencias biológicas aplicadas, ha llevado a Estados Unidos y a Europa a
proponerse tomar el control de la “bioeconomía”, visualizada ésta como un
fuerte motor para el crecimiento económico capitalista del futuro.
En este contexto, a nivel local, se desarrollaron en Esquel las V
Jornadas de Plantas Aromáticas Nativas y sus Aceites Esenciales, el 24 y 25 de
noviembre de 2016. Con la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan
Bosco” (UNPSJB) como anfitriona, disertó el abogado Javier García Espil,
Director de Biodiversidad y Recursos Hídricos del Ministerio de Ambiente de la Nación. En este marco,
informó sobre el proyecto de redacción en Argentina de una "Ley de Flora",
la cual se basaría en la incorporación formal del Protocolo de Nagoya al
Convenio sobre la
Diversidad Biológica de la ONU (CDB) que, en Argentina, ya
posee rango de ley. Este convenio versa sobre el acceso a los
recursos genéticos nativos y locales. En un diálogo informal se le consultó por
los intereses para el surgimiento de esta “Ley de Flora”, a lo que García Espil
respondió abiertamente “La puesta en agenda de la discusión pública actual,
responde a intereses internacionales”.
El
Protocolo de Nagoya se
aprobó en 2010 con el fin de aplicar efectivamente los artículos 15 (Acceso a
los recursos genéticos) y 8 j) (Conocimientos tradicionales) del CDB de la ONU,
así como para impulsar el tercer objetivo que describe: “La participación justa
y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de recursos
genéticos, ya que proporciona una base sólida para una mayor certeza y
transparencia jurídicas tanto para los (países) proveedores como para los
(países) usuarios de recursos genéticos” (N de R paréntesis nuestro). También
se detalla en las disposiciones del Protocolo que cuando dicho acceso sea
relativo a los conocimientos tradicionales de las comunidades indígenas o
locales y cuando dichos conocimientos están relacionados con sus recursos
genéticos, fortalecerán la capacidad de esas comunidades para beneficiarse
tanto del uso de sus conocimientos, como de sus innovaciones y prácticas.
El Protocolo también establece una “Serie de obligaciones
concretas que cada parte deberá asumir para asegurar el cumplimiento de la
legislación o los requisitos reglamentarios nacionales de la parte que
proporciona los recursos genéticos, y la obligación de cumplir condiciones de
cooperación mutuamente acordadas”. Al respecto el funcionario del PRO, García
Espil, detalló que esto contempla acceso a territorios de pueblos originarios,
a lo que “…los pueblos originarios no se podrían negar”.
García Espil afirmó también que la Comisión Nacional
de Biodiversidad (CONADIBIO), y otras instituciones, forman parte del equipo
que está a cargo de la redacción del polémico proyecto de Ley de Flora. Durante
la conferencia, algunos participantes le preguntaron qué relación tenía este
proyecto de Ley con el de la Ley de Semillas, manifestando su negativa ya que
serían “ministerios distintos”. Sin embargo, el Ministerio de Agroindustria y el
Instituto Nacional de Semillas (autoridad de aplicación del polémico proyecto
de Ley
Monsanto-Bayer de Semillas) efectivamente forman parte de la
CONADIBIO, por tanto se cuestionó fuertemente la desvinculación que estas dos
leyes tendrían.
Durante el cierre de las jornadas, miembros del MUA (Movimiento
Universitario Agroecológico de El Bolsón) y del Colectivo Agroecológico para la
soberanía alimentaria de la
Comarca Andina del Paralelo 42 (CASACA) expusieron un
documento, cuestionando las afirmaciones de García Espil y poniendo en duda la
intencionalidad real para la creación de esta Ley de Flora. Se revelaron
vínculos fuertes con la Ley de Semillas, ya que la domesticación de plantas
nativas permitiría registrar las mismas como variedades protegidas
encontrándose amparadas, así, por derechos de propiedad intelectual. También se
detecta que la propuesta funcionará como una articulación más para abrir las
puertas de los Recursos Genéticos Nativos a las multinacionales del agronegocio
y farmacéuticas, avanzando en su patentamiento.
Durante el cierre, se explayaron representantes de la “Red Jarilla de
Plantas Saludables de la Patagonia” y representantes del Pueblo Mapuche
promoviendo la protección, el uso responsable y la regulación para detener el
bio-extractivismo (biopiratería) y la depredación de plantas nativas. El CASACA
denunció públicamente al funcionario PRO, García Espil, dentro del círculo de
cierre por este supuesto intento “proteccionista” que realmente enmascara la
apertura y apropiación de nuestra biodiversidad por parte del capital
internacional, promoviendo el patentamiento de las especies nativas.
La intencionalidad detrás de la cortina de humo
y de las “buenas intenciones”
El lineamiento político de entrega de nuestros recursos genéticos
y conocimientos tradicionales que está tomando la UNPSJB, no puede sino
observarse como un eslabón en el gran entramado de legalización de la biopiratería. El
objetivo final es la apropiación mediante derechos de obtentor, la
domesticación y el patentamiento de plantas nativas y medicinales para
apropiarse, también, de sus principios activos.
No es posible olvidar que, en 2010, Craig Venter diseñó y sintetizó un organismo
viviente artificial, utilizando a las computadoras como si
fueran “sus padres” al diseñar completamente su ADN. Son los denominados
Organismos Sintéticamente Modificados (OSM). Para ello utilizó la mínima
información genómica necesaria para la vida, sintetizó aquella información en
forma de un genoma 100% artificial e introdujo dicho genoma artificial en una
célula sin ADN, que pudo vivir y replicarse ( ¡dividirse, reproducirse! )
exitosamente. Casi de inmediato, el Comité de Energía y Comercio del Congreso
de los Estados Unidos, convocó a una discusión acerca de las implicaciones de
ésta nueva disciplina, la“biología
sintética” que
conlleva un altísimo riesgo para la diversidad biológica y para la vida humana
sobre la tierra… Varias compañías de biología sintética han desarrollado
especies de algas para reproducirse en estanques abiertos como los que ya
existen en el sur de California (foto).
Estos OSM tienen “marcas” que permiten visualizar, por
secuenciación, el origen del ADN sintético. Esto permitiría obtener patentes de
la totalidad del ADN “construido” artificialmente y de cualquier copia de ADN
que se le introduzca a este o a cualquier otro organismo vivo artificial. El
robo legalizado de los recursos genéticos que se planea, permitiría insertar
genes de ADN artificial en bacterias o algas y utilizar, a gran escala, una
vasta gama de “compuestos naturales” (de origen animal, vegetal o microbiano)
para la producción artificial, estando ésta producción patentada y controlada
por los grandes laboratorios capitalistas multinacionales. Monsanto, Hoy
adquirida por Bayer, compró
en 2013 la firma Agradis, curiosamente fundada por el mismo
Craig Venter, para desarrollar la tecnología
BioDirect.
Una vez más, el discurso macrista de transparencia y
participación, esgrimido para la redacción de la Ley de Flora, parecería ser
una maniobra más para avalar políticas de saqueo y lograr articular esta ley
con los derechos de propiedad intelectual y de obtentor de la Ley de Semillas.
Asimismo se avanza sobre las patentes, tanto sobre los nuevos principios
activos, como del ADN de nuestros recursos genéticos nativos, beneficiando
abiertamente a las transnacionales semilleras y farmacéuticas como Monsanto y
Bayer.
* El Colectivo agroecológico para la soberanía alimentaria de la Comarca Andina del
Paralelo 42 forma parte de la Multisectorial contra la ley Monsanto de
semillas.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Argentina_El_proyecto_de_Ley_de_Flora_nativa_los_laboratorios_multinacionales_y_la_Ley _Monsanto_de_Semillas
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Investigador_boliviano_El_extractivismo_tiene_a_la_region_en_crisis_hidrica
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