Chile: La violencia estructural y la
defensa de los territorios (la Ñuke Mapu )
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Declaración
Pública
2 de diciembre de 2016
2 de diciembre de 2016
Declaración pública en
el marco del día internacional de la eliminación de la violencia contra la
mujer, dado a conocer en acto político cultural el día viernes 25 de noviembre
en la ciudad de Temuco, a través de Natividad Llanquileo por el área de
comunicaciones de la Red por la Defensa de los Territorios.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer este 25 de noviembre, que es parte de la promoción
internacional de organismos de derechos humanos, exponemos lo siguiente:
La violencia hacia las
mujeres es transversal, en diversos aspectos, en diversas formas y en diversas
escalas, es importante dimensionar las formas estructurales de la violencia y
para eso, es fundamental visualizar las contaminaciones coloniales,
patriarcales y de capitalismo que ha traído el imperialismo occidental a
nuestros territorios con todos los abusos, masacres, genocidios, desigualdades,
racismo, explotación, relaciones asimétricas que se impusieron y que han sido
plasmados por el Estado y proyectado hasta nuestros días al interior de las
sociedades.
Para hablar de los
focos de violencia, es fundamental también ver lo que ha generado el estado
chileno coludidamente con sectores privados, como ha sido la relación histórica
con los latifundistas coloniales, empresas forestales y de energía, entre otras
que siguen un modelo extractivista y neoliberal.
Es violencia la
masacre cometida por el estado chileno y que aún permanece en absoluta
impunidad, con decenas de miles de asesinados y asesinadas para apoderarse de
más del 90 % del territorio ancestral Mapuche durante finales del siglo 19 y
principios del siglo 20.
Es violencia la
negación a los derechos colectivos, negar la lengua, la cultura, las tierras,
las instituciones y autoridades tradicionales, el desarrollo propio, hasta la
propia existencia junto a la usurpación de los elementos de la naturaleza
indispensables para la vida.
Es violencia que:
– hoy esté en la
cárcel una autoridad tradicional mapuche y mujer, como es el caso de la Machi
Francisca Linconao, así como ha ocurrido con otras
formas de represión y violencia estatal hacia mujeres, niñas adolescentes,
ancianas
-Fue violencia la
perpetrada por agentes represores de la policía militarizada a la anciana Machi María Claudina Ancamilla en el año 1999, recibiendo golpes,
patadas y dichos racistas, teniendo como resultado: traumatismo
encéfalo-craneano, fracturas costales múltiples y fractura clavícular izquierda
y, contusión abdominal complicada con hematomas en glúteos y piernas.
-Fue violento ver cómo
otra anciana, Nicolasa
Quintreman, luego de luchar por más de 20 años por la defensa del
territorio frente al estado y la transnacional Endesa ,
aparece extrañamente muerta y ahogada en diciembre del año 2013, con 74 años de
edad, en el mismo embalse creada por la mega represa en el sector Ralco, Altos
del Bio Bio.
-Fue violencia también
informarse, que una niña de tan solo 12 años, Daniela
Ñancupil, aquí muy cerca de Temuco, camino a Chol Chol, fue gravemente
herida por un contingente policial en enero del año 2001 y luego con dos
intentos de secuestro para atemorizar a ella y su familia, para que haya
impunidad en los actos.
-Es violencia el
asesinato de Macarena Valdés,
con 30 años de edad, cuatro hijos, en agosto de este año 2016 a causa del conflicto
generado por una transnacional hidroeléctrica, la empresa RP Global.
-Es violencia la
persecución político judicial a la Machi Millaray
Huichalaf, quien ha enfrentado detenciones, encarcelamiento y juicio,
siendo una activa defensora del lugar sagrado Pilmaiken, amenazado por una
empresa hidroeléctrica transnacional noruega Statkraft.
-Es violencia estatal
también, la ocasionada por funcionarios del GOPE quienes balearon con
perdigones a Ruth Meñaco,
a 10 metros
de distancia, herida en abdomen y piernas, en su propio hogar y en presencia de
sus dos hijos, hecho ocurrido en mayo de este 2016 en la comuna de Cañete.
-Es violencia e
inhumano, hacer parir a Lorenza
Cayuhan en Concepción,
engrillada y en presencia de gendarmes hombres, como ocurrió en octubre de este
2016. Así nació Sayén, su hija.
Los casos señalados,
son una pequeña muestra del nivel de violencia que ha ocurrido en los últimos
años en zonas rurales, en territorios ancestrales, en el marco de los
conflictos territoriales y que involucran intereses de latifundistas
colonialistas, empresas forestales y de energía como: Forestal Mininco del del
grupo Matte; Forestal Arauco del grupo Angelini; Empresas como Endesa – Enel,
RP Global Latin America Power, entre más de un centenar de empresas. Eso está
ocurriendo ahora, en una Región como la Araucanía, donde hay cien mil personas
sin agua y a quienes se les distribuye en camiones aljibes y la gran mayoría
son de comunidades Mapuche y mujeres, en zonas de alta concentración de
plantaciones de las empresas forestales. También señalar, que igual es violento
la aprobación de 15 centrales hidroeléctricas, 7 parques eólicos, 3
termoeléctricas y 1 geotermia. A esto se agrega, que hay aprobadas más de 30
mini hidros y en carpeta más de 100, como así, más de 53 nuevos proyectos de
energía, algunos en plenos lugares sagrados de acuerdo a la cultura ancestral,
como Pichi Trankura – Añihuerraqui, Truful Truful y Karilafken, levantándose
nuevos focos de conflictos sociales; o la mantención de numerosos recintos de
basurales al lado de casas de familia y en medio de comunidades Mapuche, donde
van a parar miles y miles de toneladas de basura totalmente descontroladas,
contaminando todo, como lo han hecho también las pisciculturas salmoneras en
más de 80 ríos y esteros de la región.
El actual sistema capitalista, ha acrecentado
aquellas consecuencias, generando quiebres en los territorios ancestrales, en
las relaciones de familia, conflictos y transgresiones culturales, así como,
una desvalorización de las tareas que las mujeres ejercen en la cultura. Aspecto
que no solamente pasa por el hecho de ser mujer, sino por la subordinación de
los pueblos indígenas y su no reconocimiento.
Por ello, frente a estas realidades, saludamos
todas aquellas iniciativas de organización de los territorios para hacerle
frente a las diversas formas estructurales de violencia estatal y doméstica,
revitalizando y revalorando saberes y conocimientos que han permitido de manera
integral abrir espacios al fomento de las economías y producciones locales, a
la educación tradicional, a la salud natural y a la cultura del respeto.
Sin lugar a dudas
tenemos que abordar todas las formas de violencia, todas y para ello, entre
pares, entre compañeras, entre amigas, entre hombres y mujeres, en el seno de
nuestros hogares, de nuestros trabajos, de nuestras organizaciones, tenemos que
tratarlo, educarnos, informarnos, conjuntamente, comprometernos con una cultura
del respeto, porque la cultura del patriarcado y todos sus derivados está
impregnado de una u otra forma en cada persona. Además, el patriarcado no anda
solo, anda junto al capitalismo, junto al colonialismo racista y su mayor
expresión es posible verlo el cómo se destruye día a día a la madre tierra, la Ñuke Mapu.
Obviamente no existe
sociedad perfecta, menos las que se han venido desarrollando desde occidente,
cuna de muchas de las injusticias y tal vez, para que haya mayor armonía, no
hay que inventar algo nuevo, sino a lo mejor, hay que mirar las enseñanzas del
pasado, de la memoria ancestral, cuando la dualidad existía. Quizás, alguna
vez, las energías femeninas y masculinas convivieron en equilibrio y en una de
esas, no es necesario mirar tan lejos, sino alrededor, pero por debajo de
múltiples capas para obtener algunas respuestas.
No perdamos de vista
la estructura del espiral de la violencia y sepamos canalizar con fuerza y amor
nuestras luchas en los caminos por transformaciones, partiendo por mirarnos al
interior y más allá de ser “objetos víctimas” de los procesos históricos y
estructurales. Asumamos con fuerza nuestras luchas y que nuestros procesos por
justicia y libertad, no recaigan en usar las mismas formas y mecanismos de
quienes oprimen, reprimen o imponen relaciones asimétricas y desiguales, bajo
líneas de competitividad y relaciones de poder.
RED POR LA DEFENSA DE LOS
TERRITORIOS
Región de la Araucanía,
territorio ancestral de Ngulumapu – Wallmapu
Dado a conocer por:
Natividad Llanquileo, área comunicaciones.
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Chile_La_violencia_estructural_y_la_defensa_de_los_territorios_
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