Entrevista con João Pedro Stedile
"Hay que generar
un reascenso del movimiento de masas,
que pueda poner a
la clase obrera como el principal actor
la clase obrera como el principal actor
de
este escenario de lucha de clases"
4 de febrero de 2016
4 de febrero de 2016
Por Contrapunto
-Contrapunto: Has hablado de que Brasil está
atravesando un período de crisis. ¿Cómo estás viendo el escenario político
actual? ¿Cuáles son los posibles desarrollos de esa conjugación de crisis?
-João Pedro Stedile: La evaluación de los
movimientos populares brasileros, que nos conformamos en el Frente Brasil
Popular -que reúne a casi setenta organizaciones nacionales-, es que Brasil
vive un período histórico muy complejo, porque están ocurriendo al mismo tiempo
tres crisis: una crisis económica que paralizó la economía hace dos años y que
aún va a seguir sin crecer, con un fuerte proceso de desindustrialización,
aumento de desempleo y disminución del salario medio; una crisis política sin
precedentes, pues el proceso electoral fue secuestrado por las empresas que
financian los candidatos y después los controlan —las diez mayores empresas del
país financian cerca del 70 % de los parlamentarios—; y una crisis social, cuya
punta del iceberg apareció en las protestas de junio de 2013 y está aún
latente, ya que los problemas del pueblo, sobre todo de las grandes ciudades,
solo aumentan, sin solución.
Como es una crisis profunda, seguramente su salida será prolongada
y exigirá un nuevo bloque de alianza de clases que pueda sacar el país
adelante. Por ahora, no hay ninguna señal de construcción de ese nuevo bloque.
La clase dominante, el gran poder económico que controla nuestra
economía -que son el capital financiero, las empresas transnacionales y sus
aliados internos-, presenta un único programa que es el retorno al
neoliberalismo, basado en 3 puntos: a) una realineación de nuestra economía con
Estados Unidos y, por lo tanto, en contra de las iniciativas regionales, a la
espera de que el sometimiento y un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos
traiga miles de millones de inversión para reactivar la economía; b) un mínimo
estatal que corta todas las inversiones en política social y prioriza solamente
la infraestructura para exportar; c) corte de los derechos de los trabajadores,
ganados a lo largo del siglo XX y consagrados en la Constituyente de 1988. Con
esto, esperan reducir el costo de la mano de obra y aumentar su tasa de
ganancia a repartir con mejores condiciones entre sus socios o competidores
extranjeros.
Pero el problema es que ese programa no ha funcionado bien en
ningún lugar del mundo, ni en Europa y, mucho menos, en América Latina. Y en el
caso brasilero, el pueblo ya derrotó en cuatro elecciones ese programa neoliberal.
Ya el gobierno de Dilma está completamente perdido. Erra
en el diagnóstico, ya que reduce la crisis a un problema ornamental, y comete
un error en la composición de la cartera ministerial al formar un equipo
mediocre que no representa ni los partidos ni los intereses de la sociedad. Y por eso es
que está metida en una crisis política sin precedentes. Un gobierno que sólo
hace gol en contra y, con ello, está perdiendo día a día su base social, sus
seguidores.
-C: ¿Cuál es la propuesta de los movimientos populares en
esta situación?
-JpS: De parte de los
movimientos populares, hemos analizado que, en primer lugar, precisamos crear
una gran unidad entre la clase trabajadora, desde los campesinos, los
trabajadores precarizados o los trabajadores sindicalizados, todos, para
también presentar un programa que nos saque de la crisis.
Hemos avanzado en muchas direcciones. Estamos construyendo esa
unidad en torno al Frente Brasil Popular, lanzado en un acto político el 5 de
setiembre en Belo Horizonte, con más de dos mil militantes y dirigentes
políticos.
Tenemos una plataforma mínima que defiende la democracia, por eso
estamos contra cualquier golpe que quiera derribar el gobierno de Dilma e,
incluso, de algunos gobernadores corruptos en los estados. Estamos por la
defensa de todos los derechos de los trabajadores y por los derechos sociales
del pueblo. Estamos en contra de entregar las reservas de petróleo, como quiere
la derecha.
Defendemos un programa de integración regional y trabajamos
por un programa de reformas estructurales y populares de mediano plazo.
Sin embargo, la fuerza
de la clase obrera no sólo se expresa en espacios de unidad o de documentos.
Nuestros esfuerzos sólo se expresan políticamente si llegamos a las calles con
movilizaciones y presiones masivas, y en eso estamos todavía por debajo de lo
que necesitamos, porque en las varias movilizaciones que hicimos, aun estando
programadas, por ahora, apenas la militancia se está movilizando; la población,
nuestra base social, está asistiendo desde el sofá, y eso es muy malo.
Así que esperamos también poner más energía para generar, en el
próximo período,
un reascenso del movimiento de masas, que pueda poner a la clase obrera como el
principal actor de este escenario de lucha de clases, que, por ahora, está
confundido y abrumado únicamente por la política institucional.
-C: ¿Qué análisis está haciendo el movimiento
del avance conservador en Brasil?
-JpS : En la actual fase de dominio del
capital financiero e internacionalizado, aquellos parámetros clásicos de la
república y del capital industrial en la disputa democrática están superados.
El capital ahora no precisa más partidos ni instituciones; ejerce su poder, no
sólo por el dinero, sino también por la enorme influencia económica que tiene
en la sociedad, por el uso sistemático de los medios
de comunicación (televisión, radio, periódicos), donde tiene hegemonía
completa. Entonces, los medios de
comunicación son hoy la principal arma política de la burguesía y su verdadero
partido ideológico. Es a través de ellos que su predicación proyecta valores
sociales falsos y se predica el conservadurismo. Por eso, también defendemos
que como parte de la construcción democrática y de la salida de la crisis
actual es necesaria una profunda reforma de los medios
de comunicación, que democratice su poder de acceso y que dé al pueblo y a sus
organizaciones el derecho de acceso a una información verdadera.
A pesar de que ellos manipulan, mienten todos los días y convencen
a los sectores más atrasados y desorganizados, no pueden nunca cambiar la
realidad, y mientras no haya soluciones concretas a los problemas reales de la
población, la crisis continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario