Noticias nucleares
El CSN ataca
(imprudente y oscuramente) de nuevo
6 de febrero de 2016
6 de febrero de 2016
Por Salvador López Arnal (Rebelión)
Tomo pie en diversas afirmaciones aparecidas estos días en el
global-imperial [1], un diario en absoluto representativo de las inquietudes
antinucleares de la ciudadanía española. También en otros medios [2].
1. Garoña
y la voluntad mayoritaria del CongresoLa gran mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso pidieron el pasado martes 2 de febrero al Consejo de Seguridad Nuclear “que no emita informes relacionados con la reapertura de la central de Burgos mientras siga el Gobierno en funciones”.
¿Razonable? Más que razonable. Lo reclamaron Compromís, Bildu, ERC, PSOE, IU, Podemos, PNV y Democràcia i Llibertat (CDC, una fuerza neta y profundamente proatómica), el 64% del Congreso. De Greenpeace y Ecologistas en Acción surgió
El CSN ha desoído la petición y continúa con el proceso para reabrir
El pleno, asunto de enorme importancia política, está formado por Fernando Marti (PP), Fernando Castelló (PP), Javier Dies (PP), Rosario Velasco (PSOE) y Cristina Narbona (PSOE). No es la primera vez que Narbona se enfrenta al resto de sus compañeros, incluida Rosario Velasco.
La jugada pensada: si el organismo informa favorablemente de la reapertura -y si se le da una "nueva licencia" con un gobierno en funciones- las compañías propietarias “podrían reclamar "pérdidas por lucro cesante en el caso de que el próximo Gobierno decidiera" que la central no vuelva a operar”. ¡Por lucro cesante! ¡Menuda cara!
Recuérdese, por otra parte, que Garoña está parada desde diciembre de 2012. La situación no ha supuesto ningún problema “para el suministro eléctrico”. Podría seguir en esta situación unos meses más, hasta la formación del nuevo -¡esperemos!- gobierno. Recuérdese también que durante esta última legislatura el Gobierno del PP cambió varias normas para permitir que Garoña pudiera volver a operar.
Si lo consiguen sería la primera en hacerlo y se abriría la misma posibilidad para el resto de centrales. Si no pudieran ir más allá de los 40 años, el tiempo para el que, efectivamente, fueron diseñadas, la gran mayoría, tal vez todas, tendría que cerrar en la próxima década.
2. Almaraz
Almaraz es la central más antigua de las que hay en activo en España (Garoña no lo está por el momento). Cuenta con dos reactores. Uno que comenzó a operar en 1983, el segundo en 1984. El primero está parado ahora para la recarga de combustible (una operación periódica que efectúan las centrales). El otro está en funcionamiento y genera electricidad. Hablamos de éste, del operativo.
La central “cuenta con cinco bombas de agua para el sistema de servicios de esenciales, básico para evitar que se recalienten todos los sistemas de seguridad de
Inspectores del CSN -¡del mismo consejo!- han alertado de fallos en el sistema de refrigeración de servicios esenciales. Toda precaución es poca. Cinco técnicos realizaron una inspección y concluyeron que no hay "suficientes garantías" de que el sistema pueda funcionar con normalidad”. Nada menos. De hecho, fuentes internas del CSN sostienen “que este escrito debería haber motivado la parada inmediata del reactor que ahora está en funcionamiento en Almaraz para solucionar el problema”. La dirección técnica del CSN no ha dado aún esta orden. ¡En menos de cuatro meses ha habido fallos en dos motores de las bombas de este sistema de refrigeración! Más aún: “se han detectado deformaciones de las piezas de los motores ya que las revisiones periódicas se eliminaron hace 19 años”. El órgano supervisor admite que aún no se conoce que ha fallado en el motor del sistema de refrigeración de servicios esenciales de la central nuclear.
La refrigeración de servicios esenciales, vale la pena insistir, es un elemento clave para la seguridad de una instalación de este tipo, evita que se calienten los sistemas de seguridad de toda
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