“El
diagnóstico de los empresarios y
del macrismo
es que acá sobra gente”
3 de febrero de 2016
3 de febrero de 2016
Así lo afirmó
Nicolás Villanova en una entrevista realizada por Red Eco Alternativo.
Villanova es responsable de la Oficina de Estadísticas Sociales del Centro de
Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS). La última de sus
investigaciones aborda el tema de los despidos en el sector público y privado,
de gran impacto en estos primeros días del gobierno de Mauricio Macri. ¿Había
un terreno preparado para que esto suceda?
Por Red Eco Alternativo
“Había una
‘herencia’ que viene del gobierno anterior. Desde que arranca la gestión de
Macri hasta hace tres o cuatro días atrás, en los estados nacional,
provinciales y municipales, ha habido casi 25.000 despidos. La mayor
concentración se dio en los municipales. En el ámbito nacional hubo despidos en
áreas o sectores donde en general abundan los trabajadores precarizados, fueron
expulsados aquellos que tenían contratos muy precarios que le vencieron el 31
de diciembre y no fueron renovados. Y eso también es parte de la herencia, es
decir, durante el kichnerismo no se regularizó su situación, se los mantuvo con
contratos muy precarios y ahora asume Macri y a estos trabajadores no les
renueva el contrato. Objetivamente son despedidos
pero su situación de precariedad remite a la gestión anterior”, fue la respuesta a la pregunta que
inició la entrevista con el integrante del CEICS.
El eje principal de la
investigación realizada por Nicolás Villanova fue indagar sobre los despidos no
solo en el sector público. En el sector privado, entre diciembre y lo que va de
enero, llegaron a cerca de 10.000. Y si bien se produjeron fundamentalmente en
la rama de la construcción no son exclusivos de esta actividad. Los despidos en
esa actividad tienen, según explicó Villanova, una causa clara, “porque se dan en empresas que
dependían de las transferencias directas del Estado, muchas de las cuales son
de empresarios vinculados al kirchnerismo. Por ejemplo Lázaro Báez de Austral
Construcciones y de otra de sus empresas está despidiendo gente por todos
lados. Al no recibir transferencias expulsa a los trabajadores una vez que
obtuvo las ganancias durante estos 12 años. Fundamentalmente son trabajadores
de la Construcción y por eso se está movilizando el gremio UOCRA, pero no
exclusivamente. Hay despidos en otras empresas también pequeñas y medianas, las
más ineficientes en términos de competitividad del mundo capitalista”,
comentó.
El investigador aseguró que
tras los despidos se asienta el objetivo más profundo de reestructurar la
economía argentina. “Ahora ya los capitales más chicos no van a tener tantas chances
como las que tuvieron los últimos doce años sino que hay una tendencia de un
intento de aumentar la productividad del trabajo lo que redunda en un
incremento de la explotación del trabajo. Y esto es lo que uno está viendo,
despedir gente donde ‘sobra’ (para los intereses del capital y no para la
población) y entonces se la empieza a expulsar”, explicó.
La investigación también indaga
lo que viene sucediendo desde el 2014 hasta la actualidad. De allí
se desprende que en la actividad privada no sólo los despidos han sido en la
industria de la construcción. “En
el 2014 se puede observar lo de las automotrices”, ejemplifica Villanova,
para dar cuenta de despidos, suspensiones y cierres ante el freno de esta
industria muy vinculada a la exportación a Brasil. Un caso emblemático fueron
los despidos que realizó la avícola Cresta Roja (2015) y de empresas
vinculadas a la producción de pollos y al mundo de la alimentación que cerraban
y dejaban afuera a trabajadores. “Esto
excede la construcción que está mas vinculada a la obra pública y excede al
empleo estatal. Los despidos se están dando en diferentes gremios, si miramos
los últimos dos meses”, agregó.
Una herencia que
se ocultaba en los números
“Si uno lo analiza
en términos de la última década, el porcentaje de desocupación no ha sido tan
bajo como lo dijeron las estadísticas oficiales. Y acá nos vamos a otro punto
que tiene que ver con esa ‘herencia’. Ahora se
está despidiendo mucha gente y esto es un hecho. Pero no veníamos de un período
donde la tasa de desocupación fuera baja como nos pretendían hacer creer las
estadísticas. Las últimas de 2015 mostraban una
tasa de desempleo del orden el 5,9 % que es una cifra hasta cierto punto
mentirosa, basada en una metodología inconsistente”, explicó el investigador del CEICS.
Integran ese 5,9 % quienes
están desocupados pero buscando trabajo, o sea, que aquellas personas que están
objetivamente desocupadas pero que momentáneamente no están buscando trabajo no
son consideradas dentro de la tasa de desempleo, sino como parte de la
población inactiva. “Entonces,
toda la población que estuvo buscando trabajado durante un tiempo y debido al
estancamiento de la actividad económica se cansó de buscar trabajo, esos
desalentados no son contabilizados como parte del desempleo. Tampoco lo son
aquellos jóvenes que nunca buscaron trabajo y que nunca se insertaron
laboralmente (entre 18 y 30 años) que viven en hogares cuyo jefe de hogar es un
obrero pobre. Ese joven obrero tiene la necesidad de trabajar pero no busca
trabajo. Uno luego podría analizar las causas pero en sentido estricto ese
joven es fuerza de trabajo en potencia en desuso por lo tanto debe ser incluido
dentro de la desocupación”, expuso Villanova.
Si se incluyeran todos estos
sectores que no son incorporados como desempleados al momento de hacer las
estadísticas, la tasa de desempleo se elevaría, según el investigador, a cerca
de un 25%, casi 4.700.000 personas desocupadas. Comparando la tasa real de
desempleo entre dos décadas, la kirchnerista y la menemista, sacando los años más
críticos de 2000 al 2002, “la tasa de desempleo promedio en
toda la década kichnerista fue del 28% y bajo el menemismo del 25%. Las
estadísticas oficiales esconden estas cifras y no sólo durante el kirchnerismo
sino en términos históricos”, aseguró Villanova.
“El desempleo no
nace del 10 de diciembre. Viene de antes y se disimuló”, continuó explicando.
Las investigaciones realizadas
por la Oficina de Estadísticas del CEICS revelan que durante la década
kirchnerista el trabajo en negro fue en promedio del orden del 39%, cifra mayor
al 33% de la década menemista. “Esto
no es una defensa del menemismo, todo lo contrario. Lo que quiero decir es que
cada vez estamos un poquito peor. Después del estallido de cada gran crisis,
como fue el 82, el 89 o el 2001, hay un momento de recomposición económica pero
no alcanza a revertir aquellas tendencias que se venían manifestando en el
período anterior al estallido de esa crisis. Dicho de otra manera, después de cada crisis estamos un poquito
peor que antes. Puede haber un momento de bonanza pero esa bonanza es cada vez
más acotada, con más desempleo, más pobreza, con un salario en términos reales
que creció en relación al 2001 pero que, en relación a los 90 está por debajo y
mucho más abajo que en los 70 antes del golpe que instauró la última dictadura
militar”.
R.E: ¿Considerás que
los despidos producidos tanto en el ámbito público como privado durante estos
casi dos meses de gobierno de Macri son un techo o la perspectiva con este plan
económico ya perfilado es de más cesantías?
N.V: Es difícil responder. Pero si nos basamos en qué dicen los
economistas más afines a este nuevo régimen político, algunos están diciendo
que haría falta expulsar a 700.000 personas para que el Estado sea un poco más
eficiente. Uno podría pensar que estos despidos no son un techo. Mi impresión
es que los despidos van a seguir a menos que ante tamaño crecimiento, los
trabajadores y las fuerzas políticas, los sindicales y organizaciones sociales
embanderen una lucha y vayan contra esta tendencia, contra los despidos.
R.E: ¿Por qué en el
sector privado, que viene de un par de años de estancamiento, no se produjeron
despidos de esta envergadura durante esos años?
N.V: En realidad hubo despidos pero no de la forma que se dan ahora.
Por ejemplo, cuando se produce una jubilación o retiro anticipado, eso
objetivamente es un despido pero esa persona no aparece como despedido. Hubo un
crecimiento de estos despidos anticipados en dos momentos de los últimos ocho
años, en 2009 y 2014. Y además hubo también un intento del Estado en contener
por momentos esos despidos. Una de las medidas para ello fueron los planes
REPRO que son un subsidio que el Estado paga, un porcentaje de los salarios de
los trabajadores, para mantener las fuentes de trabajo en aquellas empresas que
manifestaron estar en situación de quiebra. En el 2009 y en 2014 hubo un
crecimiento abrupto de estos planes, para contener el desempleo. Pero si
indagamos un poco más, el Estado intervino porque si no esas empresas hubiesen
despedido trabajadores. Para contener el desempleo masivo y para contener
estallidos sociales el Estado interviene en el ámbito privado con los planes
REPRO pero también incrementando el empleo público.
En la última década, pero sobre todo del 2008 hasta ahora, el empleo público creció por encima del empleo privado. Estas medidas también tienen un rol político que es sostener el sistema.
En la última década, pero sobre todo del 2008 hasta ahora, el empleo público creció por encima del empleo privado. Estas medidas también tienen un rol político que es sostener el sistema.
Perspectivas
“El capitalismo
argentino no da para mucho más, no se puede sostener ese tipo de empleo
precario o ese tipo de empleo que para los intereses del capital sobra”, aseguró Nicolás Villanova para luego volver a su idea de los
despidos como parte de la reestructuración de la economía argentina. “Estamos en un contexto en que la
burguesía argentina se propone una recomposición de la economía y el
diagnóstico de los empresarios y del macrismo es que acá sobra gente, no lo
dicen así, dicen que hay mucho empleo estatal y que es necesario cortar un poco
con el gasto y con el despilfarro. En las empresas más chicas sería o menos
salario o a la calle, como deslizó el ministro de Economía (Alfonso) Prat Gay”.
Para el investigador la única
salida para frenar los despidos es que las centrales sindicales unifiquen en
una sola lucha, a la que piensa como una huelga general, las manifestaciones
que ahora son aisladas y desarticuladas, “y
que además haya un congreso de delegados tanto de los estatales como de los
trabajadores privados para intentar poner freno a esta oleada de despidos. En
este contexto sólo con la lucha de los trabajadores se puede frenar esto. Y
también seguir luchando por el pase a planta de todos los trabajadores
precarizados. Porque el macrismo dice que no le renueva contrato a esta gente
que está precarizada, no que la despide, y si hubiesen estado en planta
permanente no hubiese sido tan sencillo echarlos”.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article11423
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