Conmoción bancaria y
derrumbe petrolero
¿Qué hay detrás?
26 de febrero de 2016
Por Paula Bach (Izquierda Diario)
Hechos que tomaron la posta. Las razones de la banca y del petróleo.
Luz sobre los eslabones débiles. China y Estados Unidos tienen mucho que decir.
Un particular
desconcierto del mainstream sobresale en el actual momento de la crisis
económica mundial. Lamentos con cierto dejo “tanguero” tales como que ya nunca volveremos a lo que antes de 2008 pensábamos como normal,
o quién sabe qué podría explicar lo que está sucediendo, se
vuelven lugares comunes. Lo que acontece en la superficie es que desde hace
varios años, el crecimiento económico, la inversión, la productividad, entre
otras variables, no están respondiendo –sobre todo en los países centrales- al
comportamiento “esperado”. Dicho de manera muy sencilla, luego de una recesión
significativamente profunda como la de 2009 y con la magnitud de estímulos
monetarios implementados, gran parte de los economistas suponía que el
crecimiento económico en algún momento respondiera a la lógica del “ciclo”
elevándose por encima de la tendencia pronosticada antes de Si al menos las causas superficiales e inmediatas del inicio de la crisis en 2008 o del posterior episodio europeo, resultaron más o menos diáfanas, en la situación actual las cosas se ponen de manifiesto de una manera bastante más caótica. Dentro del desorden, la persistente y pronunciada caída del precio del petróleo y el particular desplome de las acciones bancarias en los recientes descensos bursátiles, tomaron la posta en las primeras semanas del año. Pero ¿qué hay detrás de esos hechos?
Hace unos días, desde esta misma columna, señalábamos que si durante los últimos años el crecimiento chino –y sus derivaciones- había actuado como “costado real” de las masas de dinero barato enviadas al mundo por los países centrales, la reversión de esta sinergia entre “lo financiero y lo real”, estaba poniendo ahora de relieve el “costado ineficaz” de las políticas monetarias y amplificando los riesgos de un apalancamiento bancario que se sostuvo durante años. Desde esta misma idea ensayaremos aquí un primer abordaje tanto de la cuestión bancaria como petrolera.
¿Por qué salta la banca?
Dejemos hablar a Martin Wolf quién en su columna de Financial Times del 16 de febrero y bajo el título “Los bancos siguen siendo los eslabones débiles de la cadena económica”, indaga el porqué de la debilidad actual de los bancos. Se pregunta Wolf la causa que explica que durante los desplomes bursátiles que tuvieron lugar desde principios de año, las acciones del sector bancario hayan caído de forma particularmente pronunciada. Mientras en Estados Unidos el índice Standard & Poors 500 acumuló una caída del 7,5% entre el 4 de febrero y el 16 enero, el índice de acciones bancarias se derrumbó en un 16,1%. Durante el mismo período y para el caso de Europa, el índice FTSE Eurofist 300, cayó 9,5% mientras que el índice de acciones bancarias se desplomó en un 18,5%. La primera respuesta de Wolf es que una mirada de más largo plazo permite observar que las acciones bancarias no pudieron recuperar las enormes pérdidas sufridas como consecuencia de la crisis de 2007/9. Si el 15 de febrero de 2015, el índice S&P 500 se hallaba en un 23% por encima de su nivel del 2 de julio de 2007, el sector bancario de Estados Unidos se encontraba aún un 51% por debajo. Por su parte y reflejando la debilidad de la recuperación europea, el índice FTSE Eurofirst se mostraba en la misma fecha, aún un 21% por debajo de su nivel de 2007, pero su sector bancario se encontraba todavía un 71% abajo. Según Wolf el problema en parte podría explicarse por el hecho de que la relación precio-beneficio de las acciones ajustadas cíclicamente se halla –en particular en el mercado norteamericano- en niveles superados sólo durante los puntos más álgidos de las burbujas de los mercados de valores de 1929 y 2000. Por lo que sería posible que los inversores simplemente se estén dado cuenta de que los riesgos a la baja sobrepasan las posibilidades alcistas.
Sin embargo Wolf no parece conforme con esta explicación y oscila entre una fundamentación centrada en la debilidad endémica de los bancos y otra articulada alrededor del argumento de que es la actual fragilidad de la economía expresada desde múltiples flancos la que hizo saltar los fusibles de una banca que arrastra fuertes debilidades desde hace años, incluyendo un apalancamiento (relación entre préstamos y capital propio) que mantiene una relación de
Hace años que los bancos se mantienen apalancados y sin duda constituyen un eslabón débil, pero su fragilidad se vuelve un dato verdaderamente crítico cuando “el mundo de la economía real”, es decir el mundo en el que se produce efectivamente el valor y el plusvalor, comienza a enviar “señales negativas”. Parte de esas señales están dadas por la circunstancia de que China (y por consiguiente la mayor parte de los países llamados “emergentes”) ya no es el oasis para la inversión de capital de los países centrales que, aún con significativas debilidades, continuó siendo –y de manera ampliada- desde el año 2010. Por el contrario China se está convirtiendo progresivamente en un competidor por los espacios mundiales para la acumulación del capital. En un sentido similar y en gran parte como respuesta a la circunstancia de la sobreacumulación de capitales en China, los incrementos salariales y la consecuente caída de la tasa de ganancia, la política de los países centrales de inundar al mundo con dinero barato está encontrando sus límites. Estos límites tienen expresión tanto en la progresiva contracción de fondos inyectados en la economía por parte de
Burbuja petrolera
Como también formulamos desde esta columna, la combinación entre las bajas tasas de interés
en Estados Unidos -y demás países centrales- y la poderosa recuperación china,
resultaron los factores determinantes que permitieron, a partir del año 2010,
un nuevo ciclo acelerado de incremento de los precios de las materias primas
tanto de origen agrícola, como mineral e industrial –incluyendo por supuesto al
petróleo. Esta relación reprodujo en otro plano la mencionada “sinergia” entre
el “costado financiero” y el “costado real” de la economía. Esa
sinergia estimuló lo que en gran parte fue una burbuja montada sobre el precio
de las materias primas que, a diferencia de la burbuja de las punto com o la
inmobiliaria, se desarrolló fundamentalmente por fuera de los países centrales,
a excepción del caso del petróleo y el gas de esquisto (shale gas y shale oil).
Si bien el desarrollo del mercado petrolero en Estados Unidos, estuvo lejos de
traccionar a la economía norteamericana como lo hicieron las burbujas
anteriores, es innegable que cumplió un rol importante en el crecimiento –aún
débil- de los últimos años.
Pero el precio del petróleo sufrió una contracción de alrededor de 72% con respecto a su valor de 108 dólares alcanzado en junio de 2014 mientras que el del gas se contrajo cerca del 40% durante los últimos 12 meses. Como resultante, no sólo economías como
Como también señala Nadal “Hoy que el precio del crudo no permite cubrir el costo de producción promedio en la mayoría de los sitios con instalaciones para el fracking hidráulico, el colapso de la industria se acelera. El número de instalaciones (rigs) de fracking en operación en Estados Unidos ha descendido de mil 864 en octubre de
La doble causa de la imposibilidad china de continuar sosteniendo
el “modelo exportador” y su efecto amplificador sobre las contradicciones de la
economía norteamericana, vuelven a ocupar un lugar central en la explicación
del desinfle de la burbuja petrolera, sin por ello subestimar otrasrazones específicas. El menor crecimiento chino no sólo afecta
directamente los precios de las materias primas -sobre todo industriales- sino
que se impone como límite a la salida de dinero barato de Estados Unidos y
otros países centrales en busca de ganancias que no pueden obtenerse en
territorio propio. El retiro gradual de las medidas monetarias expansivas
norteamericanas reforzó el proceso de reversión del flujo de capitales,
incrementando el valor del dólar. Elementos que contribuyeron a su turno a la
contracción de la parte especulativa que explica el incremento del precio de
las materias primas incluido el petróleo. De modo que nuevamente, lo “real”
aparece como límite de lo “financiero”. Y su combinación en un sentido
“vicioso” posee un alto poder explicativo sobre muchos de los fenómenos que se
manifiestan hoy como emergentes en este nuevo momento de la crisis económica
mundial.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209333
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