jueves, 2 de julio de 2015

Veamos cómo la derechización está implícita en la seguridad jurídica del poder económico e imperialista.

Trabajo apretado
2 de julio de 2015
Por Leandro Yanson (Rebelión)
Son cada vez más frecuentes los casos de patotas sindicales que salen en defensa de los intereses de los grandes empresarios y se enfrentan a los trabajadores que buscan organizarse por fuera de las estructuras burocráticas tradicionales. Episodios como los de Liliana, NeuralSoft, Tatsa-Emfer, son claros ejemplos de una modalidad que se potencia con el aumento del desempleo.

Represión en 3 actos
El escenario tiene pasos a seguir, tras no haber conseguido sofocar una manifestación, la policía libera la zona, la patronal y los sindicatos se juntan para coordinar la confrontación, estos últimos agrupan a algunos de sus hombres con barras bravas de los clubes regionales con el fin de romper la huelga, el resultado perseguido es dar punto final a la movilización sin tener que ceder a los reclamos de los trabajadores.
La cuestión es que los gobiernos actuales que impulsan políticas de ajuste no se pueden sostener si no es acudiendo a la burocracia sindical, es el recurso del que se valen para evitar que los trabajadores hagan uso de sus gremios para impulsar la unidad y para luchar por sus reivindicaciones.
El saldo restante es un gran número de manifestantes (obreros, estudiantes y militantes) heridos por los golpes de palos y piedras. Incluso, en ciertas ocasiones se llega a la muerte de los mismos, no sólo a través de golpes, sino mediante la utilización de armas de fuego; este fue el caso emblemático del militante Mariano Ferreyra.
Mientras tanto, los principales medios de comunicación se encargan de oscurecer la realidad, mostrando a las patotas como los “verdaderos trabajadores” que desean retomar la producción y continuar con su trabajo, en cambio los reprimidos son mostrados como los bárbaros que paran el país, que tiran piedras a las fuerzas policiales, como los generadores de violencia, pequeña coincidencia con el trabajo que hicieron contra los piqueteros en 2001, o con la mirada que hay hacia el conflicto en Palestina, pero al final siempre son los “violentos y terroristas” los que ponen los muertos.

El caso de la UOM
En el 2014 se da el caso de una patota enviada por la Unión de Obreros Metalúrgicos a deshacer las manifestaciones en la empresa Liliana. Desde mediados de febrero los trabajadores de la empresa de electrodomésticos estuvieron atravesando un crítico presente que se desencadenó con el despido de doce empleados.
Los despedidos eran activistas y delegados con una importante práctica sindical, en conflictos anteriores, este mismo grupo de obreros había conseguido el pase a planta permanente de la totalidad del personal, lo que deja en evidencia que detrás de los despidos hay una intención de la patronal de cesar con la actividad sindical de los obreros.
Tras varias reuniones en el Ministerio de Trabajo de la Provincia y de la Nación, que resultaron sin respuestas convincentes, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Rosario junto a la patronal de Liliana resolvieron fijar una presión sobre las medidas de fuerza de los trabajadores, mientras los obreros y organizaciones participaban del acto, la UOM convocaba a una conferencia de prensa anunciando que iba a entrar “sí o sí”, de manera pacífica.
La maniobra fue hábil, se integró a trabajadores que no participaban en ninguno de ambos frentes, la empresa hizo el anuncio de que no pagaría más los sueldos a quienes no ingresaran a la fábrica, y como para ingresar había que pasar por encima de un piquete, donde estaban sus propios compañeros, las opciones para los obreros de Liliana eran dos, ser cómplices de una golpiza contra sus compañeros o no dar de comer a sus familias.

El caso de la UOCRA
En septiembre de 2014 sucedió otro caso de represión comandada por la burocracia sindical, se produjo en Santa Cruz, seis obreros de la construcción afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y afines (SITRAIC) fueron sorprendidos por un grupo de choque identificado con la conducción local de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), mientras realizaban su trabajo cotidiano.
El grupo de choque se movilizó hasta la construcción en camionetas, desembarcaron y atacaron a golpes a los obreros que se encontraban trabajando, provocando importantes heridas a todos ellos.
Los agresores eran una patota de la UOCRA y luego de la golpiza el grupo de choque mantuvo a los afiliados al SITRAIC como “rehenes” en la obra hasta cerca del mediodía, ahí lograron advertir esta situación en la comisaría local, pero la policía se negó a actuar.
En 2013, en el municipio Malvinas Argentinas, unos manifestantes protestaban en contra de la instalación de Monsanto en el lugar, durante la protesta fueron atacados por una patota de la UOCRA que llegó en un colectivo armada con palos y atacaron los puestos 1 y 2 de bloqueo, golpeando a asambleístas y prendiendo fuego a puestos del acampe. A raíz del enfrentamiento intervino la policía que también terminó reprimiendo a los manifestantes.

El caso de empleados de comercio
En Rosario durante el mes de octubre de 2014 los empleados de NeuralSoft, una empresa de informática nucleada en la Unión Informática, dieron comienzo a una medida de fuerza reclamando mejoras en las condiciones salariales y laborales. La manifestación comenzó de manera pacífica, pero al mediodía se acercó Gustavo Viceconti, fundador de la empresa, y a los veinte minutos llegó una camioneta con una patota de la Asociación Empleados de Comercio (AEC), cuyo secretario general es Luis Battistelli.
La presencia de dicho sindicato se debe a que el reclamo de los informáticos, además de la cuestión salarial, es también la inmediata desafiliación al Sindicato de Comercio, por ello a fuerza de insultos y amenazas, la patota de AEC reclamaban la finalización de la protesta y la retirada de la Unión Informática.
E l apriete de AEC busca mantener el fraude que tiene dicho sindicato con las dirigencias empresariales, en todo el tiempo que los empleados de Neuralsoft tuvieron la supuesta representación gremial de ese sindicato nunca hubo acercamiento alguno de esa entidad, ni tampoco atención a las problemáticas propias a la empresa.
En Septiembre de ese año, el municipio de Morón y la cámara de comercio local ACIM denunciaron penalmente a miembros del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) por los destrozos producidos por la patota de este sindicato, a los comercios que abrieron sus puestos en el día del empleado de comercio.
En abril se evidenció la complicidad mientras un grupo de trabajadores se manifestaba en contra de los despidos realizados por la línea de supermercados ‘Vea’, la policía comenzó a retirarse de los cortes frente al shopping, al mismo tiempo que el personal de seguridad privada de la empresa cerraba los portones, pocos minutos más tarde, una patota del AEC irrumpe en el lugar.
La patota contaba además con una topadora que encabezaba ese grupo, la cual casi arrolla a los compañeros que reclamaban la reincorporación de un trabajador, y que se usó para arrasar con el piquete. Quienes dirigían esta protesta sindical decidieron retirarse sabiendo que un enfrentamiento generaría que los medios hablen de una interna sindical, cuando de lo que se trata es del ataque de una multinacional junto a la burocracia sindical.
Todos estos manejes adquieren un énfasis cómico cuando descubrimos que a pocos días de producirse una huelga de los trabajadores del supermercado Coto, la Asociación de Empleados de Comercio de Rosario se dispone a denunciar que los manifestantes fueron pagados, que se trataba de “pseudo empleados”, lo que en definitiva es parte de las mismas prácticas que los gremios utilizan.

El caso de la ex Asociación Personal de la Junta Nacional de Granos
En el marco del despido del Secretario General de la Unión de Trabajadores Portuarios (UTP –CTA), Raúl Mamani, y el desacato de Servicios Portuarios S.A. a la conciliación obligatoria, se dio lugar acciones violentas de la patronal. Una patota de la ex Junta Nacional de Granos, custodiada por supervisores y seguridad privada de la empresa, rodeó a los manifestantes de la UTP, los golpeó e intentó herir a los trabajadores.
El problema venía desde diciembre del 2013 cuando en las elecciones de dirigente una patota de Rosario Central le impidió a alrededor de 50 trabajadores votar, consiguiendo entonces una nueva victoria tras 38 años para quienes comandan el sindicato.
Ya previamente los portuarios, miembros de la Federación de Obreros Portuarios, Marítimos, y Navales y del Movimiento de Estibadores Portuarios de Pie, habían realizado 6 impugnaciones a la convocatoria electoral, a la confección final de padrones, a la asamblea que eligió a la junta electoral y acto eleccionario, dado que hasta hoy no tenían en sus manos los papeles que certificaran la existencia de la lista oficialista.

La caída del empleo como telón de fondo
Es una relación directa la que une a la represión con patotas y el aumento del desempleo, claramente habrá más manifestaciones a medida que sean mayores los despidos por parte de los empresarios, lo que llevará a estos a coordinar con la burocracia sindical y con el gobierno para que sea tanto la policía, como una patota la que defienda sus intereses.
El desempleo en la Argentina creció del 6,4% en el último trimestre de 2013 al 7.1% en el primer trimestre de 2014, según el INDEC, l a subocupación subió del 7.8% , en diciembre del 2013 al 8,1% en marzo 2014. Comparado con el primer trimestre de 2013 se incrementó en 0.1% y contra el período octubre-diciembre aumentó en 0.3. Para fin de año el desempleo se hallaba en 6,9% y la subocupación en 9,1%. Según datos que no corresponden al INDEC el desempleo se encontraría actualmente en un 12%, es decir, afecta a 2 millones de personas. 
Leandro Yanson, periodista en la Cooperativa de Comunicación la Brújula de Rosario

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=200633

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