“El neodesarrollismo es una falsa alternativa al neoliberalismo”:
Marcelo Dias Carcanholo
2 de julio de 2014
Marcelo Dias Carcanholo
2 de julio de 2014
Rodrgio Alonso
Zur
Entrevista con Marcelo
Dias Carcanholo, presidente de la SEPLA
-Ya han pasado casi
quince años desde la llegada a gobiernos latinoamericanos de diferentes fuerzas
de izquierda y progresistas. ¿Qué balance se puede hacer de esas experiencias?
-Carcanholo (C): En realidad, lo primero a entender es que esos gobiernos,
cada uno con sus especificidades, se conformaron en un momento donde la
estrategia neoliberal de desarrollo presentaba sus límites y contradicciones.
De esa forma, cuando se dice que se trata de gobiernos progresistas se los debe
comparar con lo que es la estrategia neoliberal de desarrollo y en este punto
existen muchas confusiones, e incluso, errores. El neoliberalismo no se define
en el nivel de abstracción de las políticas económicas (monetaria, fiscal y
cambiaria). No se trata de políticas económicas ortodoxas, de control de la
demanda agregada para combatir los problemas inflacionarios y fiscales. El
neoliberalismo se define en un nivel más elevado de abstracción, en el nivel de
los marcos estrucuturales de la sociedad, más allá de las distintas coyunturas
que se presenten en esos marcos. Estas distintas coyunturas son lo que definen
distintas políticas económicas.
El neoliberalismo se define por dos características.
·
La primera es que la estabilización macroeconómica (control de
precios y de los equilíbrios fiscales) es una condición previa, necesaria. No
importa la forma como se obtenga (con cual tipo de política económica), sino
que sea obtenida. Es por eso que, en los años 90, los neoliberales aceptaron el
control del tipo de cambio como forma de control de precios, aunque esto sea
contrario a lo que normalmente se cree sean las políticas ortodoxas.
·
La segunda, que es la clave, es que después de la estabilización,
son necesarias las reformas estructurales de liberalización y apertura de los
mercados (particularmente el mercado financiero y de trabajo), así como las
privatizaciones. La idea es que esto profundiza la sociabilidad mercantil,
promoviendo la competencia y, por lo tanto, las inversiones, el aumento de la
productividad, el crecimiento, la distribución del ingreso y el desarrollo.
El hecho es que estas promesas neoliberales no fueron cumplidas
por sus programas de ajuste. Los problemas sociales graves que se establecieron como
consecuencia de esos programas definen el marco en que los gobiernos
progresistas suben al poder. Eso quiere decir que estos gobiernos fueron
elegidos para combatir el proyecto neoliberal. Algunos de ellos se propusieron
avanzar en el combate e intentaron revertir algunas de las reformas
neoliberales, con todas las reacciones políticas que eso produce. Otros, ni
siquiera se propusieron eso.
El balance que se puede hacer después de casi quince años de
esos gobiernos se debe dividir en dos partes.
·
En primer lugar, los gobiernos (fueron pocos) que se propusieron
revertir las privatizaciones, el grado de apertura económica, incorporar
derechos laborales, etc., siguen sufriendo las reacciones económicas y
políticas de los grupos dominantes internos y externos. Además, en función del
propio desgaste de tantos años de lucha, en algunos casos con relativos pocos
avances, la derecha tradicional empieza a reconquistar espacios políticos.
·
En segundo lugar, aquellos gobiernos que, más allá del discurso
crítico, no combatieron de frente el proyecto neoliberal. Promovieron dos
cosas: por un lado, el agravamiento de los efectos sociales de ese proyecto.
Por otro lado, la deconstrucción de alternativas realmente de izquierda, una
vez que en el sentimiento de la mayoria de la población, en función de lo que
hicieron en los gobiernos, no habría mucha diferencia entre unos y otros.
Al final de cuentas, lo
que se trata de hacer es profundizar la crítica a los proyectos neoliberales,
cambiando las políticas económicas sí, pero por sobretodo rompiendo con las
reformas estructurales que elevaron el grado de dependencia de nuestras
economías, apuntando a una estrategia que, al final, cuestione ese carácter
dependiente que tenemos frente a la economía capitalista mundial. Y eso, en los
marcos del capitalismo, no es posible.
–ZUR- ¿Dejamos atrás el neoliberalismo?
–ZUR- ¿Dejamos atrás el neoliberalismo?
-C: Desafortunadamente,
no. Y eso por tres razones.
Algunos piensan que el neoliberalismo fue superado porque
los gobiernos progresistas implementaron políticas sociales para combatir los
problemas creados por ese proyecto. Pero de nuevo se demuestra el
desconocimiento sobre lo que es el neoliberalismo. Las distintas perspectivas
político-teóricas no se definen por las banderas que defienden, sino por lo que
proponen política y teóricamente para cada una de ellas. Los neoliberales
tienen propuestas para las políticas sociales. Ellas tienen que ser
focalizadas, compensatorias, con base en los individuos más frágiles (para
promover la competencia). Las políticas sociales aplicadas por los gobiernos
progresistas, en su mayoria, no están afuera de los marcos propuestos por el
neoliberalismo. Al contrario, hacen parte de sus recetas.
Otros nos dicen que el neoliberalismo fue derrotado, pues
hoy día lo que se implementa en gran parte es lo que se llama neodesarrollismo.
¿Pero qué es eso? ¿Se trata de rescatar el viejo desarrollismo, que planteaba
una fuerte presencia del Estado para dirigir el desarrollo, en contraposición a
los señales del mercado? No. El neodesarrollismo sostiene, en su versión más
cínica, que el costo de revertir las reformas neoliberales es tan alto que lo
mejor es no hacerlo y trata de implementar políticas para ceñir los efectos de
esas reformas que, solamente en el corto plazo, pueden tener costos económicos
y sociales. De esa forma, lo que propone el neodesarrollismo solamente es bajar
las tasas de interés a níveles inferiores a las tasas de ganancia del capital
productivo para que los capitales inviertan y acumulen en proceso
(re)productivo, generando crecimiento y empleo, y no la valorización
financiera. Se debe tener claro que la propuesta del neodesarrollismo frente al
neoliberalismo no es enfrentarlo donde él se define, esto es, en los marcos
sociales estructurales (las reformas).Incluso se habla a veces de la necesidad
de profundizar las reformas, modificando apenas las políticas económicas. Por
eso es que el neodesarrollismo es una falsa alternativa al neoliberalismo.
Además, la forma que el capitalismo encuentra para responder
a los efectos de su crisis actual, tanto en el centro de la acumulación mundial
como en las economías dependientes -lo que nos incluye-, es profundizar el
neoliberalismo más radical. Esto porque la crisis actual implica una rebaja de las
tasas de ganancia, una vez que gran parte de los capitales se especializaron
meramente en apropriarse de la riqueza, sin contribuir directamentepara su
producción. Así, hay dos formas de resolver la situación. Una es
dejar que los mercados devalúen esa cantidad enorme de capitales
superacumulados, sin respaldo en la producción de la riqueza. Esa salida
está descartada porque implicaría quiebra de capitales. La otra es ganar tiempo
en los mercados de corto plazo para que esos capitales no se devalúen, lo que
implica que el Estado tiene que entrar comprando los títulos podridos,
garantizando demanda por esos títulos e impidiendo sus rebajas. La implicancia
de esto es el crecimiento de la deuda pública, actual forma de manifestación de
la crisis mundial. Pero eso apenas permite ganar tiempo para lo que de hecho es
la salida del capital para la
crisis. Se trata de aumentar la producción de riqueza, para
que los derechos de apropiación tengan sostenibilidad en la producción
aumentada. Y para eso hay que sobreexplotar la fuerza de trabajo. ¿Cómo se
hace? Profundizando las reformas neoliberales. O sea, el ajuste que promueve el
propio capital para su crisis hace que quien pague la cuenta sean los
trabajadores. Esto en los marcos del capitalismo es lo normal.
-ZUR- China ya es el principal socio comercial de varios países
sudamericanos y comienza un claro proceso de exportación de capitales a la
región, ¿Qué implicancias tiene esto?
-C: La mayor participación de China en la balanza comercial de los países sudamericanos es manifestación de una redivisión internacional del trabajo en el capitalismo contemporáneo. Se ha producido uma reprimarización de las exportaciones de las economías sudamericanas, al mismo tiempo que aumentan las importaciones de mercancías con mayor productividad y de elevada intensidad tecnológica. Eso tiene que ver con la presencia china. Esta economía es la que más creció en los últimos años y se especializó en importar productos primarios basados en recursos naturales, precisamente lo que Sudamérica exporta. Por otro lado, China exporta la gran parte de los productos manufacturados que nuestra región importa.
-C: La mayor participación de China en la balanza comercial de los países sudamericanos es manifestación de una redivisión internacional del trabajo en el capitalismo contemporáneo. Se ha producido uma reprimarización de las exportaciones de las economías sudamericanas, al mismo tiempo que aumentan las importaciones de mercancías con mayor productividad y de elevada intensidad tecnológica. Eso tiene que ver con la presencia china. Esta economía es la que más creció en los últimos años y se especializó en importar productos primarios basados en recursos naturales, precisamente lo que Sudamérica exporta. Por otro lado, China exporta la gran parte de los productos manufacturados que nuestra región importa.
De esa forma, China tiene un papel protagónico en lo que se
puede llamar como imperialismo contemporáneo. A la vez, capitales chinos llegan ya
hace tiempo a nuestra región, incluso comprando buena parte de las tierras que
producen justamente los productos primarios que ellos importan de nosotros.
Esos capitales también empiezan a comprar capital productivo en la región y,
desde aquí, impulsan producción de riqueza que generará ingresos para esos
capitales, aunque sean producidos en nuestras economias.
Esos procesos implican que se reafirman, ahora con el
protagonismo chino, los mecanismos de transferencia de valor, siendo que el
valor producido en nuestras economías finalmente es realizado y acumulado en
los países centrales, reconfigurando la condición dependiente de nuestras
economías.
-ZUR- ¿Mantiene validez la cateogoría de Rui Mauro Marini de sub-imperialismo
para pensar, por ejemplo, el rol de Brasil en América del Sur?
-C: Por lo visto antes, se puede sostener la validez contemporánea de la teoria marxista de la dependencia, que tiene en Rui Mauro Marini uno de sus principales autores. Este autor arriesgó en llamar subimperialismo a algunas características específicas de algunas economías dependientes, como el caso brasileño. Para ese autor, el hecho de que algunas etapas del proceso productivo hayan sido trasladadas a economías como la brasileña, produjo una elevación de la productividad media en el capitalismo brasileño. Con esto, capitales anclados en Brasil logran reproducir hacia la región sudamericana los mecanismos de transferencia de valor desde las economías menos productivas hacia las economías más productivas.
-C: Por lo visto antes, se puede sostener la validez contemporánea de la teoria marxista de la dependencia, que tiene en Rui Mauro Marini uno de sus principales autores. Este autor arriesgó en llamar subimperialismo a algunas características específicas de algunas economías dependientes, como el caso brasileño. Para ese autor, el hecho de que algunas etapas del proceso productivo hayan sido trasladadas a economías como la brasileña, produjo una elevación de la productividad media en el capitalismo brasileño. Con esto, capitales anclados en Brasil logran reproducir hacia la región sudamericana los mecanismos de transferencia de valor desde las economías menos productivas hacia las economías más productivas.
Lo importante de la categoría subimperialismo es tener
claro que no se trata que Brasil no sea más una economía dependiente. Lo sigue
siendo. Pero con ese proceso, los capitalesdeBrasil logran apropriarse de parte
del valor producido en las economías menos desarrolladas de la región. Como esos
capitales están transnacionalizados, el imperialismo también puede participar
en ese proceso de apropiación del valor producido en la región.
En el siglo XXI este subimperialismo brasileño presenta características
más fuertes. Desde el plan de comercio exterior, la economía brasileña se
especializó en importar mercancías primarias y basadas en recursos naturales
desde las otras economías de la región, y en exportar productos con algún grado
de complejidad tecnológica reproduciendo hacia la región el mismo mecanismo de
transferencia de valor del imperialismo. Por otro lado, inversiones desde el
Brasil invaden otras economías de la región, ya sean las constructoras,
mineras, Petrobrás, etc. De esa forma, la característica imperialista de
exportación de capitales también se presenta. En tercer lugar, esos procesos
son financiados en buena parte por un banco semi-oficial, el BNDES, que
financia capitales “brasileños” para “actuar” en la región. Desde Brasil un banco que se dice de desarrollo económico y social
financia la actuación subimperialista de los capitales “brasileños”.
Algunos autores siguen criticando la utilización de la categoría. Un
argumento es que haría falta la pata militar del imperialismo. Parece que con
el liderazgo brasileño en las fuerzas de ocupación de la MINUSTAH en Haiti esa
pata ya no está ausente. Otro argumento de los críticos es que la economía
brasileña sigue siendo dependiente del imperialismo internacional, lo que es la
más absoluta verdad. Por eso es que Marini no llamó el capitalismo brasileño de
imperialista, sino de subimperialista.
-ZUR- En el debate
económico actual pareciera que no hay espacio para medidas que puedan afectar
lo que el mainstream considera un manejo “serio y responable” de la
macroeconomía. ¿Tenemos programa económico contrahegemónico para relanzar la
perspectiva socialista? ¿Cuáles serían sus principales ejes?
–C: Esta pregunta nos remite, nuevamente,
al distinto plan de abstracción en la crítica al desarrollo neoliberal. Una
cosa es plantear otra política económica, o sea, sostener que la política
monetaria debe disminuir las tasas de interés para que los capitales sean
invertidos cada vez más en procesos productivos que generen crecimiento y empleo.
Además, las políticas fiscales también tendrían que ser pro-crecimiento, y no
para crear saldos fiscales que garanticen el pago de los intereses financieros.
Las pre-condiciones para eso son, por un lado, controlar el flujo de capitales,
pues una disminución de la tasa de interés puede generar fuga de capitales, con
problemas externos serios. Por otro lado, las inversiones públicas deben
expandir la capacidad productiva de los productos prioritarios, de forma que la
expansión de la demanda no genere inflación.
Pero esta otra política económica en nada modifica la
superexplotación de la fuerza de trabajo que caracteriza las economías
dependientes. Apenas modifica la forma de apropiación del valor producido en
esas economías. Un nível mayor de crítica es justamente disminuir el impacto de
los factores estructurales que condicionan la dependencia. Ese
otro modelo de desarrollo tiene que romper con los procesos de liberalización,
apertura externa, privatizaciones, conformando una verdadera estrategia
alternativa de desarrollo, que implique también un cambio de modelo productivo
en contra de la lógica transnacionalizada y extractivista que caracteriza las
economías de la región en la actualidad. Esta otra estrategia también requiere
un cambio de política económica, pues necesita de la ampliación de los mercados
internos, para realizar el valor producido. Esto, a su vez, requiere
redistribuir ingresos y riquezas para que más personas tengan condiciones de
participar del mercado interno. Todo aún dentro de una sociedad capitalista,
aunque en contraposición a su faceta neoliberal. De cualquier forma, por más
radicales que sean estas modificaciones, no se resolvería el carácter
dependiente de nuestras economías, apenas disminuiríamos sus manifestaciones.
Una estrategia socialista debe, más allá de cambiar la
política económica y la estrategia de desarrollo, lo que es absolutamente
necesario, modificar el propio carácter social que define el capitalismo. En
éste, las relaciones sociales son intermediadas por los intercambios
mercantiles. Ellas son establecidas por el intercambio de nuestras mercancías.
Se trata de una sociedad intermediada por lo mercantil. Una estrategia
socialista debe construir espacios donde las relaciones sociales sean cada vez
más directas, sin ningún tipo de intermediación. El socialismo requiere que los
seres humanos, de forma colectiva, conciente, y sin ninguna instancia que haga
la intermediación, decidan lo que van a producir, la forma de producirlo,
distribuirlo y consumirlo. Por eso es que un socialismo de mercado es una
contradicción. No se puede vivir el socialismo si las decisiones de los seres
humanos son definidas por algo (el mercado, la ley del valor) que les es ajeno,
extraño.
-ZUR- Por acá,
Fernando Henrique Cardoso es uno de los autores brasileros más difundidos y se
lo tiene como referente principal de la teoría de la dependencia. ¿Qué opinión
te merece eso?
-C: Lo más increíble de todo eso es que lo
mismo ocurre en Brasil. Arriesgo decir que de forma más intensa. Autores de la
teoría marxista de la dependencia brasileños como Marini, Theotonio dos Santos
y Vania Bambirra eran absolutamente desconocidos hace algunos años. Eso tiene
que ver con la estrategia deliberada que las elites brasileñas, financiadas por
instituciones como la
fundación Ford (y otras), tuvieron de tornar estos autores
desconocidos, promoviendo además otros de muy baja calidad, como Fernando
Henrique Cardoso. ¿Y, por qué eso?
La explicación se encuentra en la propia categoría de
dependencia, como la entiende Fernando Henrique Cardoso. Para ese
autor, la dependencia quiere decir que nuestras economías están condicionadas
por la economía mundial y, esto es lo más importante, la única forma que
tenemos de generar algún crecimiento y desarrollo, es aprovechar momentos donde
la economía mundial nos permita engancharnos dentro de su lógica. Es como si
ella fuera un tren que, en algunos momentos coyunturales, acepta otros vagones.
Para que eso sea posible, son necesarios gobiernos que aprovechen las
oportunidades, abriendo nuestras economías para el comercio y la entrada de
capitales. Fue exactamente lo que hizo este señor en su gobierno en los años
90. Simplemente impulsó lo que habia escrito.
Se trata de una versión weberiana de la dependencia, donde
al actor central es el Estado Nación, como si éste fuera una entidad única, sin
contradicciones, con una lógica propia y racionalidad instrumental burocrática.
No hay clases sociales, lucha de clases, dialéctica en la actuación estatal,
etc. Cuando éstas aparecen son subordinadas al proyecto estatal. No se ve que
el Estado es el resultado contradictorio de las luchas sociales.
Lo que la teoría marxista de la dependencia acentúa es
justamente el hecho de que el actor central en el capitalismo es el capital, y
éste es constituido con base en una relación social clave. Los capitalistas
pagan la fuerza de trabajo para que esta produzca más valor de lo que se
requiere para producir un equivalente a sus sueldos. Este valor a más, el
plusvalor, es la base de las ganancias de los capitales. El Estado, con todas
sus contradicciones, y autonomía relativa de actuación, es el resultado
dialéctico de este tipo de sociedad.
Además, cuanto más las economías dependientes profundicen
sus relaciones económicas con el capitalismo mundial, más los mecanismos de
dependencia van a actuar, profundizando la dependencia, y no creando
crecimiento y desarrollo, como piensa Fernando Henrique Cardoso. La história
parece que le dio la razón a la teoria marxista de la dependencia.
-ZUR- ¿Cómo anda el
marxismo latinoamericano hoy?
-C: El pensamiento crítico marxista está resurgiendo en
América Latina. La región ya tuvo una fuerte tradición en el pensamiento
marxista, y lo más interesante de éste no era la mera copia del marxismo que
llegaba de Europa. La propia realidad contradictoria de la región obligó al
pensamiento marxista latinoamericano a construirse en conformidad con sus
problemas específicos. En este momento preciso vuelve el interés por la teoría
marxista, en primer lugar, por la situación social específica de profundización
de los problemas estructurales promovida por las políticas neoliberales desde
los años 90 del siglo pasado. Los movimientos de lucha y resistencia sociales,
de alguna forma, necesitaron para esos procesos recuperar la tradición del pensamiento
crítico, especificamente el marxista.
En segundo lugar, las falsas alternativas que se
presentaron a esa situación (como el neodesarrollismo) muestran en estos
momentos sus límites, lo que permite que pensamientos más radicales y
genuinamente alternativos, como el marxismo, sean presentados y sostenidos.
Además de eso, la actual crisis del capitalismo mundial
también contiene una crisis de la teoría social que no logra explicar el hecho
que el proceso de acumulación de capital funciona inerentemente de manera
cíclica. Esto quiere decir que las crisis hacen parte del funcionamiento de la
economía capitalista, no es un fenómeno ajeno, fortuito, casual. La única teoría social que logra entender las crisis como de hecho ellas son es la marxista. Como nuestras
economías tienen una inserción dependiente en el capitalismo mundial, las
crisis de éste último se manifiestan con particularidades en nuestra región, y
eso explica el rescate del pensamiento marxista latinoamericano.
Este proceso ocurre no solamente en las universidades sino
también en los procesos de formación que los mismos movimientos sociales
implementan, al darse cuenta de que el arma teórica es crucial para los
enfrentamientos anticapitalistas que se proponen. De hecho, esa relación del
trabajo militante académico formal con los procesos de formación y pensamiento
que vienen desde los movimientos sociales, sindicales y políticos es clave para
una estrategia socialista de combate a la manera como el capital está saliendo
de su actual crisis. La política de los ajustes para enfrentar la crisis, desde
la perspectiva del capital, es profundizar el neoliberalismo. Sólo un trabajo
serio e intenso de construcción de esa estrategia socialista, con base en un
proceso de relación de mutuo apoyo entre intelectuales orgánicos y movimientos
socialistas, puede enfrentar la estrategia del capital. Este es el sentido, por
ejemplo, de la
Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento
Crítico (SEPLA) que, junto con otras organizaciones, pretende impulsar esa
estrategia verdaderamente crítica, socialista.
-ZUR- ¿Algunas
lecturas imprescindibles para pensar América Latina?
-C: Es imprescindible recuperar todas las
experiencias teóricas y prácticas de los movimientos socialistas. No podemos
olvidarnos de las experiencias revolucionarias que ya ocurrieron en la
história, y no sólo en América Latina, sino también de otras partes del mundo,
en distintos momentos históricos.
La tradición marxista tiene una enorme cantidad de debates
teóricos muy importantes para entender nuestra realidad. No se trata de
traspasar discusiones antiguas como si fueran suficientes para transformar
nuestra realidad presente. Hay que respetar la especificidad de los distintos
momentos históricos. Desde que el capitalismo es capitalismo nosotros los
trabajadores sufrimos las contradicciones de este sistema social. Tenemos que
conocer al enemigo si queremos derrotarlo. Para eso la lectura de los clásicos
del marxismo es imprescindible.
Adicionalmente, tenemos que recuperar lo nuestro, el
pensamiento crítico latinoamericano, y aquí la lista tambien es enorme
(Mariátegui, Mella, Che Guevara, y muchos otros). La teoria marxista de la
dependencia (Marini, Bambirra, Dos Santos, Caputo) tiene que ser rescatada,
pero, nuevamente, sin creer que se puede utilizar este debate de los 60, 70,
del siglo pasado sin ninguna intermediación hacia la realidad presente. Se
trata de construir una estrategia socialista para la dependencia contemporánea
de nuestra región. Afortunadamente aquí también tenemos nombres importantes que
nos ayudan en ese trabajo, pero hay que destacar una gran cantidad de jóvenes
que recién empiezan a estudiar este gran listado de lecturas imprescindibles
desde América Latina y para pensar América Latina con una perspectiva crítica.
No sólo en la SEPLA, sino en otras instituciones se ve mucho trabajo de esos
jóvenes, y de la mejor forma, sin restringirse al academicismo y trabajando
junto con los movimientos sociales, políticos y sindicales.
-ZUR- ¿Hay
preocupación en Brasil por un nuevo “Maracanazo’?
-C :Si uno se queda en lo
meramente futbolístico, se puede decir que existe un cierto temor por la
posibilidad de que Brasil no gane el mundial en la segunda vez que lo organiza.
Pero, de hecho, para los sectores que impulsan las manifestaciones populares
desde junio del 2013 el resultado del mundial no es relevante.
Una de las principales características de las llamadas
manifestaciones de junio fue el hecho de que ellas separaban los reclamos en la
calle del apoyo a la selección brasileña. Las protestas no eran contra la
selección, en el campo de juego, pero contra la lógica que está por arriba de
eso, y que determina toda el “business” en torno al fútbol mundial. Las
protestas ocurrieron, y están ocurriendo en este exacto momento, en contra el
domínio y la imposición por parte de la FIFA de todo el negocio (capitalista)
que eso involucra. Muchas inversiones (que en el capitalismo requieren
ganancias) en estadios e infraestructura con el único objetivo de tornar el
mundial rentable. ¿Cuánto de eso para salud, educación, viviendas? Nada.
Lo que ocurre es una
creciente mercantilización (capitalismo) de los espacios urbanos, con fuerte
especulación imobiliaria, que expulsa los más pobres de sus viviendas. En San
Pablo, incendios sospechosos en favelas que se transforman, después de “limpio”
el espacio, en negocios imobiliarios para las elites; en Rio ocurren fuertes y
violentas desocupaciones de los más pobres para construir lo necesario para el
mundial y las olimpiadas. Estamos también ante un incremento de la
criminalización de los movimientos sociales, llegando al asesinato de algunos
líderes, como si fueran meros traficantes de drogas, lo que se suma al fuerte
aparato policial para reprimir violentamente las protestas.
No son protestas conscientes con una estrategia socialista, pero tienen un carácter de rechazo a las consecuencias sociales de una falsa estrategia de desarrollo, que estallaron en el momento en que se percibió cuanto se gastó, y aún se va a gastar, para viabilizar los negocios promovidos por la FIFA y sus socios. ¿Se pueden radicalizar las protestas? Por supuesto, una vez que la causa de fondo seguirá después del mundial, sea cual sea el resultado que tenga en el campo de juego. El neodesarrollismo es una falsa alternativa, por lo menos desde el punto de vista de los trabajadores.
No son protestas conscientes con una estrategia socialista, pero tienen un carácter de rechazo a las consecuencias sociales de una falsa estrategia de desarrollo, que estallaron en el momento en que se percibió cuanto se gastó, y aún se va a gastar, para viabilizar los negocios promovidos por la FIFA y sus socios. ¿Se pueden radicalizar las protestas? Por supuesto, una vez que la causa de fondo seguirá después del mundial, sea cual sea el resultado que tenga en el campo de juego. El neodesarrollismo es una falsa alternativa, por lo menos desde el punto de vista de los trabajadores.
Fuente
original: Parte 1:http://www.zur.org.uy/content/el-neodesarrollismo-es-una-falsa-alternativa-al-neoliberalismo-parte-1 Parte 2: http://www.zur.org.uy/content/el-neodesarrollismo-es-una-falsa-alternativa-al-neoliberalismo-parte-2
Fuente: http://marxismocritico.com/2014/07/02/el-neodesarrollismo-es-una-falsa-alternativa/
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