Quién pierde y quién gana con la
ajustad victoria de Larreta
20 de julio de 2015
Por Carina
López Monja
Los resultados del balotaje, tan ajustados como sorprendentes
(guiándonos por los encuestadores, meteorólogos del siglo XXI), dispararon un
debate sobre si el llamado a votar en blanco fue funcional al PRO. Con 55 mil
votos más Lousteau y ECO ganaban las elecciones. Quienes llamaron a votar en
blanco, la izquierda, el kirchnerismo, ¿fueron funcionales al PRO?
1) El primer argumento dice que votar a Lousteau era votar contra
el partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde hace ocho años. La
victoria de una fuerza distinta a la derecha PRO , que nos ha demostrado su capacidad
de desalojar familias, dejar a los pibes y pibas sin vacantes y vaciar los
hospitales públicos, habría implicado la voluntad de cambio. También dice que,
a pesar de ser del mismo espacio político a nivel nacional, son distintos.
2) El segundo argumento dice que si Lousteau ganaba en la Ciudad,
Macri veía debilitado su proyecto de ser el próximo presidente de los
argentinos y argentinas.
3) Luego están los que hablan de que hay que elegir, que votar en
blanco es votar al ganador, o tirar el voto. O incluso retoman el argumento de
que fue muy difícil recuperar la democracia y que el voto blanco es un
desprecio hacia el sistema democrático.
Seguro habrá decenas o cientos de argumentos más. Lo cierto es que
las acusaciones de “funcionalidad” tuvieron como blanco a la izquierda (tanto
el Frente de Izquierda como Autodeterminación y Libertad, el MST y el MAS
llamaron a votar en blanco) y al kichnerismo que, dejando libertad de
acción a sus votantes, hizo un fuerte planteo del proyecto compartido de
Lousteau y Larreta a nivel nacional.
¿Podría haber cambiado la elección la definición de algunos
partidos políticos? Seguramente sí. Pero de cualquier manera no hay que olvidar
(porque es pecar de soberbios y porque se corre el riesgo de subestimar a la
población) que cada hombre y mujer es dueño de su voto. Que, aun cuando los
partidos llamen a votar de tal o cual forma, la decisión última de sus votantes
será de ellos mismos.
Ahora bien, ¿un gobierno de Lousteau hubiera significado el fin de
la derecha y de las políticas excluyentes en la Ciudad de Buenos Aires? ¿Con
Martín Lousteau, Yacobitti, Nosiglia y Christian Colombo nos podríamos haber
ido a dormir tranquilos el domingo? Algunos podrán responder con puteadas,
otros con el argumento de que al PRO ya lo conocemos y nada puede ser peor.
Otros dirán que es un gobierno débil, que no tendría la fortaleza para avanzar
con las mismas políticas que Macri estos años.
Sin embargo, la realidad de los últimos años, las propuestas y el
discurso de campaña, la forma de votar en alianza con el PRO en la Legislatura
porteña y ni hablar de las denuncias por el desvío de fondos en el Hospital de
Clínicas, que llevó a que amenazaran al periodista Alejandro Bercovich por
darlo a conocer, no muestra un escenario mucho más promisorio.
El segundo argumento –que una victoria de Lousteau es una derrota
de Macri o, al menos, un debilitamiento– tiene parte de razón. Si alguien
perdió con la victoria ajustada de Larreta fue Macri y su proyecto
presidencial. Quien mejor lo entendió fue Scioli, que rápidamente aseguró
a la prensa: “El votante del FPV respaldó a Lousteau, el resultado le preocupa
al macrismo”. El mismo Scioli que, poco después de conocerse los resultados,
estuvo en TN, el canal de “la Corpo”.
De hecho, en su discurso desde el bunker PRO, Macri festejó
hablando de la situación nacional y retomó elementos que parecían más de un
mililtante kirchnerista que del PRO, orientados a un electorado receloso
al estilo amarillo. “Por la Asignación Universal por Hijo, que es un derecho,
por una educación pública de calidad, por una Aerolíneas estatal pero bien
administrada, por una YPF manejada por el Estado que recupere la soberanía
energética”, Macri dixit. Scioli, en TN se dio el lujo de criticarlo.
Perdedores sin ángeles
Macri perdió efectivamente y Larreta tendrá un gobierno con menos
aire fresco de lo esperado. Con una diferencia de 50 mil votos, ganaba
Lousteau. Ahora, ¿votar en blanco fue funcional? Y si es así, lo contrario, ¿no
sería ser funcional a Scioli? Desde esta ecuación, si Macri se debilita, se
fortalece Scioli. Más allá de si el resultado es “funcional” a Scioli o a
Macri, lo que sea necesario (e imprescindible) resaltar es el escenario
post elecciones. Y en el caso de la Ciudad de Buenos Aires (y a nivel nacional
también), quienes pierden son los sectores populares.
Es decir, quienes luchan por vivienda digna, pelean por las leyes
de urbanización de las villas de la Ciudad, contra la precarización del trabajo
y defienden la escuela pública, entre muchas otras cosas, pueden ser votantes
del FPV, de ECO, del FIT, de AYL o de otros partidos. Podríamos discutir años
(aún cuesta entender cómo acompañaron y argumentaron el voto a Recalde los luchadores
que vieron a legisladores del kirchnerismo votar con el PRO) sobre los
argumentos de cada votante (organizado o no) para votar como lo hizo.
Lo cierto es que en los últimos meses de Macri al frente del
gobierno porteño y después del 10 de diciembre habrá un porcentaje de los
porteños y las porteñas peleando por el derecho a vivir en la Ciudad,
organizados en las escuelas, en los barrios, en los lugares de trabajo, en las
fábricas, que se ganarán (o no) con organización y lucha. Y las elecciones se
ganarán con votos, con la decisión de los y las votantes. Ante un balotaje sin
opción que proyecte una Ciudad más digna, muchos se negaron a elegir “el mal
menor”.
Perdieron todos los que quieren transformar una Ciudad excluyente,
mercantilizada e injusta en otra más digna. En los próximos cuatro años unos y
otros (los que eligieron de una u otra manera) tendrán oportunidad de dar pasos
de avance, de construcción y de organización. Mientras tanto, no será fácil con
Larreta. Tampoco lo hubiera sido con Lousteau. A dialogar, a discutir a
reflexionar. Para que una propuesta para la vida digna, más justa y solidaria
se plasme hace falta acumular fuerzas y construir mayorías que protagonicen una
real transformación de la Ciudad.
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