*INFORME ESPECIAL*:
"*LAS VILLAS,
EL OTRO GRUPO DE RIESGO*"
*Por Nacho Levy,
referente de
La Poderosa*
Durante toda
esta larga noche de cuarentena, noche de sol, noche a cualquier hora, noche
cayendo sobre los barrios, no hallamos horarios para sentarnos a escribir, ni
para sentarnos a discutir, ni para sentarnos. Vomitando corolarios imposibles
para conmover a funcionarios inconmovibles, tosiendo campañas de donaciones en
las redes y caminando por las paredes, entre los yugos de verdugos que nos
ponen de cuclillas y la curva del dengue disparada cada día más arriba,
nuestras villas también están entrando a terapia intensiva, sin respiradores
para los comedores que siguen salvando abuelas e hijos, sin guantes ni barbijos
para sus laburantes. Sin agua, sin platos, sin bidet y sin datos para Internet,
ni siquiera para el ANSES, tampoco hubo tiempo de contestarle a la televisión,
donde los miedos continúan al acecho y la indignación fluye con total
naturalidad, como si todos tuvieran un techo y derecho a la dignidad. A los
noticieros, como a los medios compañeros que acercaron su solidaridad, hoy les
agradecemos con todas las gargantas de nuestra comunidad y les traemos algunos
esbozos de respuestas a esas preguntas pospuestas que no buscan volverse un
reproche, pero sí buscan la cura para la hipocresía que contagia la
sobreinformación, porque hoy la noche es más oscura. Y se viene el día en tu
corazón.
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- ¿CÓMO SE
VIENE LLEVANDO LA
CUARENTENA EN LAS CASAS DONDE LA CUARENTENA NO TIENE
TAN LINDAS CASAS?
* Como se
puede, como se puede porque inevitablemente se complica, tal como lo indica la
experiencia en la supervivencia de quienes han debido enfrentar a la malaria,
en largas décadas de resistencia comunitaria. Ahí está nuestro capital. Porque
sí, el coronavirus distingue clase social y no es lo mismo quedarse en la casa
cuando la casa tiene todos los servicios vitales, que cuando la caza se vuelve
un cóctel de trampas mortales. Y no tengan dudas: estamos haciendo todo lo
humanamente posible para minimizar los riesgos en cada comunidad, pero hoy más
que nunca necesitamos la empatía del resto de la sociedad, para esos hombres y
mujeres con la suficiente ternura como para seguir lavando verdura, mientras
tantos moralistas se resisten a cortar el alambre. Ni cocineros, ni cocineras,
son los terapistas del hambre.
* El
coronavirus llegó para sumarse a las demás epidemias que venían azotando a las
villas con impunidad: el riesgo eléctrico, la precariedad, esos cables asesinos
que no por mala suerte fueron causal de muerte, los incendios, la desocupación
en la batalla, la desnutrición que trae déficit de talla, la narcopolicía, los
pobricidios, la trata del terror, los femicidios con silenciador... Una
infinidad de epidemias que no supieron infectar a toda toda toda la sociedad:
hay que frenar la pandemia de la desigualdad.
* Según el
último relevamiento que realizó nuestro propio Observatorio Villero, hoy están
viviendo entre 4 y 10 personas en cada hogar, acomodadas así, "como se
puede"; la casa de mi vecina es la casa de 19.
* Sólo este
año se registraron 1833 casos de dengue en la Ciudad de la posverdad. Sólo en
las comunas del sur, 1091. Sólo en la última semana, sumamos 450. Sólo en la
Villa 21, hubo 214. Pero fíjense qué curioso, qué impredecible, qué
inimaginable: justito ahí, en la Villa 21, el 70% no tiene agua potable. Y
entonces para lavarse las manos, debe juntarla dentro de cacharros que se hacen
lugar en el hacinamiento, escondiditos en cualquier rincón: el dengue llega y
entra, con tarjeta de invitación.
* El 40% de
la población del barrio Los Álamos, en La Matanza, padece enfermedades
cardíacas o complicaciones respiratorias debido a las inundaciones, afecciones
que dificultan todavía más el encierro en la imposible soledad, soledad en el
tumulto, soledad en la
humedad. Todas esas condiciones imponen las limitaciones del
"QuedateEnCasa" si se pasa por alto la necesidad: cuando el cuerpo
rechaza un remedio, quizá esté padeciendo alguna otra enfermedad. Seamos
sinceros, hoy los curas villeros y también el propio gobierno están buscando
recetas que se puedan ir ajustando, subrayando que por supuesto no significa
esto ningún tipo de habilitación para que salgan a boludear los que se aburren en
su sillón. Y sí, ahí está la razón del terror que nos enferma, el temor a la
eventual circulación interna.
* En
innumerables casos y casas del hábitat informal, no existe ni siquiera la
infraestructura sanitaria esencial, como bien se puede ver en Entre Ríos, al
sur de Paraná, donde muchas familias pasan semanas sin una sola gota de agua,
porque no pueden inventarla, ni salir a comprarla. ¿Cómo te relajás? Por más
que se indignen, se salgan de sus cabales o se cansen de pontificar en sus
editoriales, hay muchísima gente que no se lava las manos cada dos horas, no
porque no quiere, ¡porque no puede!
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- ¿CÓMO
SIGUEN FUNCIONANDO LOS COMEDORES DE LOS BARRIOS CUANDO LOS FUNCIONARIOS QUE
SIGUEN MORFANDO DEJAN DE FUNCIONAR?
* Siguen
funcionando por amor al amor, gracias al motor comunitario que fabricó la villa
en 70 años de resistencia, esa conciencia colectiva que le permitió sobrevivir
a la deriva, a las topadoras de la dictadura, al neoliberalismo de los 90, al
ayuno del 2001 o al cinismo del chocobarismo, porque la villa entendió clarito
que acá nadie se salva sólito. Y en esa trayectoria de nuestra cultura
comunitaria que recién ahora el mundo pareciera comenzar a valorar, ¡ahí está
el pulmotor que nos hace respirar!
* Funcionan
mal o funcionan bien, también gracias al entramado de organizaciones sociales,
nos caigan bárbaro o no tan bárbaro, porque son esos
vagoschoriplanerosceosdelapobrezaquevivendelestado quienes dejan a sus familias
de lado para presionar las respuestas a las preguntas que se ahogan en la
grieta de la impunidad, cuando la mezquindad puede más que cualquier pandemia,
cuando niegan los recursos para los alimentos o cuando tenemos que profundizar
determinados pronunciamientos, poniendo en riesgo su estética de tipos buenos,
porque su imagen les preocupa más que los estómagos ajenos.
* Funcionan
porque la dignidad no tiene frenos, porque si no funcionaran, la curva del
Coronavirus hoy estaría infectando al ARSAT. Y entonces ahí están, entregando
viandas para que no se produzcan aglomeraciones, haciendo el delivery que no
pagan las jubilaciones y abrazando con empatía a los inmunizados del pan de
cada día: albañiles, recicladoras, ayudantes, vendedoras ambulantes,
trabajadoras y trabajadores de la economía informal que, cuando dejan de
laburar, ¡dejan de morfar!
* Funcionan
con la energía que provee la rebeldía, barriendo la mugre de la alta sociedad,
porque brota la necesidad de darle una respuesta urgente a esos bidones de
detergente que no están donde deben estar, porque nadie los puede pagar. No es
fácil ni barato conseguir los productos de limpieza que permiten mantener
impecables los merenderos de tantos, ni sus cocinas listas, ni sus pisos
brillosos, ni sus pulcras piletas, como lo exigen tantos panelistas desde sus
maravillosos planetas...
* Funcionan
porque la vida importa y porque, cuando se trata de comida, la explicación es
corta: a espaldas de todos los reconocimientos, los comedores de Rosario
triplicaron la demanda de alimentos. Y en el barrio platense Los Hornos, hoy se
va en almuerzo lo que antes también cubría la cena: se duplicó la demanda con
la cuarentena.
* Funcionan
como sea pero funcionan igual. Y menos mal que funcionan, incluso en la Capital Federal ,
donde gobierna la prepotencia de una casta aria, con sus "tres vías"
para la """asistencia""" alimentaria: 1) Mediante
las escuelas, que siguieron repartiendo los mismos sanguchitos pelados, pero
encima concentrados en pocas bocas, induciendo a esas largas colas que después
denostan desde la TV, aprovechando que la pauta se pone y no se ve. Recién
ahora, por la presión de los gremios y sus docentes fundamentales, anuncian que
darán cajas semanales y por supuesto no les creemos. Veremos. 2) Mediante los
Centros de Primera Infancia, donde cada uno recibe lo que recibe, como si la
demanda fuera la misma que ayer, de acuerdo al poder o la afinidad con el
Gobierno de la Ciudad. 3) Los comedores comunitarios, donde las raciones
atrasan más que los salarios, porque todo este parate de changas multiplicó la
concurrencia e incluso el número de miembros por familia que necesitan
asistencia. Y lo peor de toda esta doble vara es que nunca, nunca, nunca ponen
la cara, porque así como los directivos de las escuelas aparecen como
responsables de las viandas impresentables, las vecinas y los vecinos deben
poner el cuerpo que otros prefieren esconder, para decirle a otro ser humano:
"Hoy no vas a comer".
* Y la
verdad, amigos periodistas, así como el pico del virus no llegó según los
propios sanitaristas, el pico de la demanda alimentaria tampoco, porque poco a
poco se van terminando los restitos de suelditos que todavía les permiten a
muchos valerse de su propio alimento: donde se termina la comida, se termina el
aislamiento.
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- ¿CÓMO
GARANTIZAN LA SALUD, DONDE NO LLEGAN LOS INSUMOS, NI LAS AMBULANCIAS, NI UN
ATAÚD?
* Ante todo,
hay una realidad que no se dice, ni se piensa, porque buena parte de la prensa
se avergüenza: en las villas se hace muy difícil escalar hasta la tercera edad,
porque hay un laberinto de dificultad para sobrevivir a la niñez, la juventud y
la adultez, rampas y trampas que no siempre se pueden sortear. Hay que tener
mucha, pero mucha suerte para ganar. Y si no, lean los números de la realidad:
hay 20 años de diferencia entre la longevidad del barrio Zavaleta y la glamorosa Recoleta.
* Hoy las
distintas asambleas vienen desplegando sus propias postas de salud, a lo ladran
y a lo sancho del territorio nacional, en especial, para el acompañamiento de
nuestras viejitas y viejitos, como cajas multiplicadoras de gritos para
contener, cuidar, atender e informar.
* En la
Villa 1-11-14, por ejemplo, el centro médico que atiende las zonas 19, 20 y 40
exhibe una predisposición fenomenal, pero vive desbordado por la falta de
personal y la escasez de insumos para los enfermos de pobreza: faltan guantes,
barbijos y productos de limpieza, también ahí, en la salita, sí.
* El pasillo
2 del barrio San Petersburgo, en La Matanza, tiene vacía la panza y una sola
sala médica que fue remodelada un año atrás: hoy cuenta nada más que con una
médica generalista. Y para conseguir un turno hay que anotarse en una lista,
haciendo fila desde la madrugada, pero sin que te vea la prensa, ¡porque está
muy enojada!
* Con el fin
de replicar ese desmadre por allá, el hospital público en la bajada de Paraná
sólo entrega turnos telefónicos, para revisar abuelos o embarazadas: eso sí,
"todas las líneas están colapsadas".
* Apenas
casos aislados, que se replican en todos lados porque así trabajan los heroicos
médicos de la Patria Baja ,
administrando gotitas de medicina en cada barriada de América Latina. Y en
muchísimos pasillos libres de ambulancias, también en la Ciudad. Por cuestiones
de accesibilidad. Y por la falta de voluntad.
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- ¿CÓMO SE
AMESETA LA CURVA DE LOS
FEMIICIDIOS, CUANDO EL CORONAVIRUS GANA EL MONOPOLIO DE LOS HOMICIDIOS?
* Todas las
Casas de las Mujeres y las Disidencias que componen el Frente de Géneros, están
desdoblando sus brazos cotidianamente en cada órbita local, mientras acompañan
327 casos a nivel nacional.
* Todos
nuestros barrios tienen ahora compañeras asignadas a monitorear las denuncias y
las amenazas que sólo circulan en ámbitos de confianza, porque la única
esperanza es la comunidad al servicio de la sororidad, con guardias en casos
particulares y con muchísimas vecinas trabajando desde sus hogares, para
salvaguardar la vida de otras compañeras, vidas villeras que ojalá valgan tanto
como la de cualquier tipo, ahora que "todos jugamos en el mismo
equipo".
* Todas esas
vecinas que ya venían luchando por su propia integridad, están siendo
acompañadas en la cotidianeidad por otras mujeres que sostienen talleres,
cooperativas o asambleas, porque además de gritos, tenemos ideas que tampoco se
pueden silenciar; cuando todo parece jodido, ¡es cuando hay que gritar!
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- ¿CÓMO SE
CUIDA LA GENTE DE LA
VILLA DE LOS QUE VAN A CUIDAR A LA GENTE DE LA VILLA?
* Sobre
calles casi vacías, ahora llenas de policías, los apremios están al desorden
del día, porque aun cuando primara nuestra propia voluntad de refundar a las
Fuerzas de Seguridad, "arrancando sus malas yerbas", hoy son viveros
de malas yerbas, que no se pueden arrancar, ni enderezar en lo que dura una cuarentena.
Y hete aquí el problema: en el Bajo Flores, dos pibes verdugueados, videos de
abusos por todos lados, una cacería por acá, unos escarmientos por buscar
comida allá, una violación de domicilio en Tucumán y van... ¿Cuántas van? Los
violentos que no quedan registrados, ni son viralizados por el conjunto de la
sociedad, nunca terminan pasados a disponibilidad y entonces nos queda nuestra
propia capacidad de organizarnos, para cuidarnos de los que vienen a
"salvarnos".
* Cada
dispositivo de control popular al accionar policial funciona en base a un mapa
de seguimiento barrial, en el cual se identifican los puestos de las fuerzas
inmersas en cada territorio y los puntos rojos de inseguridad que genera la
Seguridad, como así también las instituciones de apoyo permanecen abiertas y
una lista de vecinos alertas en cada sector del barrio, que mantienen entre sí
las comunicaciones permanentes para monitorear el trabajo de los agentes.
* Desde ahí,
se asiste a vecinas y vecinos detenidos arbitrariamente por el artículo 205,
para que la versión vecinal llegue con ahínco hasta el Poder Judicial.
* Al
detectar situaciones de violencia policial, un responsable designado se pone a
disposición de la víctima inmediatamente, por si requiere algún tipo de
atención urgente y dispara nuestro protocolo de acompañamiento, en ese mismo
momento.
* Ahí nomás,
integrantes del equipo en aislamiento toman los casos para impulsar los pasos
que sea necesario dar: oficializar la denuncia, completar el registro,
recopilar imágenes, conectar testigos y contactar a las entidades médicas que
custodian el bienestar de cada víctima en cuestión, así como también la
articulación con todas esas instituciones que componen la cadena de cuidados:
defensorías, secretarías, juzgados.
* En el
barrio Bosco II de Santiago del Estero, detuvieron a un compañero cuando
asistía a una señora mayor que vive justo al lado de su casa, pero si no pasa
en la tele, no pasa. Y entonces terminó cagado a palos, justo por "los
pocos policías malos" en la comisaría 5°, hasta que fue liberado,
golpeado, ahorcado y amenazado.
* El 23 de
marzo, la Policía de Tucumán ingresó a la casa de José Luis Ríos, para detener
a Juan José Ríos, otra persona que vive en otra casa y, en medio del
allanamiento, entre insultos, patadas y caños, le apuntaron a su hija, que
tiene 6 años.
* El 24 de
marzo, sí, el 24 de marzo, Raquel Rodríguez fue detenida por la Policía de la
Ciudad en su barrio, la Villa 31, por un delito aterrador: salió a buscar
comida a un comedor.
* El 25 de
marzo, Nahuel Orrego fue detenido y apaleado en la Villa 21, por la Prefectura Naval ,
por haber ido al kiosco en una actitud criminal.
* El 26 de
marzo, Mirta Echavarría y su hija, una compañera trans, fueron retenidas en el
mismo barrio, por la
misma Prefectura , en otro indebido proceso: "Callate,
maricón, te vamos a meter preso".
* El 27 de
marzo, en el mismo barrio, frente a la misma Prefectura ,
Jesús Reales vio interrumpido su recorrido hacia el bono del salario social
complementario: le labraron un acta, por no ser millonario.
* El 28 de
marzo, la Policía de Santa Fe detuvo a Alejandro Gómez, pero además consideró
prudente desnudarlo y golpearlo en las costillas, para masturbarse con su
propio poder. Y para que las marcas no se pudieran ver.
* Y sí, es
toda una novedad que los pasen a disponibilidad con semejante celeridad, pero
no basta que algunos aprendan la lección. Necesitamos
garantizar la prevención frente a todos estos atropellos: si no los controlamos
nosotros, nos controlan ellos.
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- ¿CÓMO SE
HAN AMPLIADO, ADAPTADO O TENIDO QUE REINVENTAR NUESTRAS REDES DE ORGANIZACIÓN
POPULAR?
* Cada una
de las asambleas poderosas en Argentina, en articulación con otras de América
Latina, tienen coordinadores de todas las áreas que atraviesan nuestra agenda
barrial, por encima de cualquier diversidad cultural: referentes de tierra, de
salud, de educación, de géneros, de deportes, de economía, de comunicación, de
control a la represión, de cultura y de varias ramas más, pero el coronavirus nos
obligó a establecer además 4 nuevas referencias para contener las emergencias:
alimentarias, sanitarias, de violencia institucional y de violencia
intrafamiliar; para que se puedan centralizar las notificaciones y para que no
debamos convocar a grandes reuniones.
* Desde que
comenzó el aislamiento, todo ese acompañamiento se come nuestro tiempo y
también nuestro financiamiento comunitario, que va desde las recaudaciones de
cada barrio y cada cooperativa, hasta la última estrategia efectiva de
autogestión, tragándose incluso el pequeño colchón de reservas que las
asambleas suelen guardar para que los peques puedan conocer el mar, cuando
llegan las vacaciones, incluyendo las más desesperadas campañas de
donaciones...
*
Seguramente, no terminaría nunca este informe necesario, si detalláramos cada
gesto solidario o cada iniciativa con impronta cooperativa, pero valgan tres
como síntesis ilustrativa: 1) En Rodrigo Bueno, la fotocopiadora Paulo
Freire decidió seguir trabajando a puertas cerradas, no para
ventas tercerizadas, sino para garantizar las tareas de educación popular y
para que todos los niños que deban estar en su hogar cuenten con dibujos para
colorear. 2) La cooperativa textil Juana Azurduy empezó a producir barbijos
para generar algún ingreso y también para invertir todo eso en los productos
que nos hacen falta para limpiar mejor cada comedor. 3) La cope Sub-Limada de
Santa Fe, en el medio de toda esta oscurísima noche, no sólo está encendiendo
una nueva luna, ¡está laburando gratis para la Casa Cuna !
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- ¿Y
ENTONCES CÓMO CARAJO SALIMOS ADELANTE?
* No
sabemos, pero vamos a invertir mucho corazón y cabeza, ¡para vencer! Y para
distribuir la riqueza, porque no existe otra forma de combatir la pobreza y
porque nadie se puede aislar en ayuno: hay que repartir la guita, ¡empezando
por la de uno! Quienes puedan donar frescos, ¡pueden donar frescos! Quienes
puedan comprar los packs que vamos a lanzar para colaborar, ¡pueden comprar
esos packs! Y quienes puedan donar millones de pesos, ¡deben donar millones de
pesos! Todas y todos juntos debemos acompañar y traccionar al Estado, para que
nadie nunca más deje de mirar a su lado. Porque si algo realmente vino a
contagiarnos para transformarnos como personas, como colectivos, como humanidad,
esta realidad tiene que cambiar hoy mismo, ¡la guerra no es contra un virus, es
contra el egoísmo! Y sí, justificar abusos, humillaciones o violaciones a
derechos esenciales, sólo pensando en tus garantías individuales, ¡es otra
versión del "sálvese quien pueda"! Otra miseria vestida de seda como
ésta que dejó al mundo tan en off side, sin gol y sin abrazo, cuando la mierda
tiró este pelotazo. Quienes defienden todavía su propio poder o su propia
jerarquía, aún no han podido entender que, si no valoramos a todos, nunca
tendrá valor nadie. ¡Pero nadie! Ya no se puede pedir mano dura en cualquiera
de sus formas, para todos menos para quienes la ejecutan violando todas las
normas. Y realmente sí, será muy difícil hacerles entender a los pibes de cualquier
esquina el valor que tiene tu vida, tan indiscutiblemente sagrada, mientras les
hagamos creer que la suya no vale nada. Vamos, ¡tenemos mucho trabajo! Y esta
vez también, es por abajo.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/01/argentina-las-villas-el-otro-grupo-de-riesgo/
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