lunes, 20 de abril de 2020

Nos urge involucrarnos en detener la destrucción del Impenetrable. "Lo que se deforesta, rara vez vuelve a ser reforestado, convirtiendo a Chaco en una zona desértica por acción y omisión del Estado, y la falta de prejuicios del sector empresarial, un combo harto conocido pero muy difícil de seguir tolerando".

La Patria desmontada,

esclavizada y ocultada

19 de abril de 2020

En Chaco la actividad forestoindustrial sigue su demoledor e impúdico curso en plena pandemia. La provincia más pobre del país, sigue afianzando privilegios y ensanchando la brecha social. “El desmonte representa solo un negocio para 6 empresas, pero lejos está de serlo para el pueblo chaqueño”, le dijo a Conclusión la doctora en ciencias biológicas e integrante de Somos Monte, Micaela Camino.

Por Alejandro Maidana para Conclusión.

Amo apoyar mi mano sobre el tronco de un árbol ante el cual paso, no para cerciorarme de la existencia del árbol  -que no dudo- sino de la mía», Christian Bobin
Desde marzo de 1996 a esta parte, la frontera del agronegocio anclada en la soja transgénica, no cesó nunca en su voracidad desmontadora. Avalado por todas las políticas a los largo de más de dos décadas, el monte nativo sigue gritando su dolor en la más espinosa soledad. Más de 30 millones de hectáreas de bosque a lo largo y ancho del cono sur, fueron arrasadas de manera impiadosa.
El negocio del momento se abría camino a como dé lugar, anteponiendo la fuerza de un capital rabioso que escalaría rápidamente los peldaños de la nueva etapa de concentración tierras. El poder real se vería fortalecido, las migraciones internas de indígenas y campesinos pasarían a engrosar los enormes asentamientos irregulares de las grandes metrópolis, los agrotóxicos, a envenenar nuestras mesas y a condicionar nuestras vidas.
A pesar de que Chaco es la provincia argentina que sufrió más destrucción de bosques en los últimos cuatro años (perdió más de 130.000 hectáreas solo en ese período), la deforestación todavía no se detiene. Como consecuencia de la destrucción de los mismos y el incremento e intensidad de las lluvias por efecto del cambio climático, las inundaciones son cada vez más frecuentes. No es casual que Chaco sea la provincia que tuvo más inundaciones durante 2019.
A pesar de este panorama desolador y desesperante, el gobernador Capitanich lanzó un ambicioso plan de aumento de la ganadería intensiva que provocará más deforestación. No existe decisión política alguna para transitar lo sustentable y no dañino, el negocio concentrado en pocas manos, sigue siendo la única salida económica para estos territorios feudales que no se sonrojan a la hora de seguir eligiendo el camino de un “progreso” que todo lo volatiliza.

Desmontar para abrirle camino a la actividad ganadera

Los ambiciosos planes de expansión de la ganadería intensiva en el norte del país van a contramano de la actual crisis climática y de biodiversidad, poniendo en riesgo a los desprotegidos y vapuleados bosques nativos.
El gobernador de la provincia de Chaco, Jorge Capitanich, presentó este enero el Plan Ganadero 2020-2030, el cual tiene como objetivo aumentar considerablemente el actual stock de cabezas de ganado, pasando de 2,6 millones a 3,2 millones, desarrollar frigoríficos exportadores, y alcanzar las 500.000 hectáreas de pasturas.  Y gran parte de esto se realizará a expensas de los bosques nativos chaqueños.
Muchos de los grandes productores agropecuarios no son de la región chaqueña. Provienen de la región pampeana (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe) y en algunos casos del exterior.  En vez de adaptarse a las limitantes y las posibilidades que les brinda el ecosistema chaqueño para producir, deciden transformarlo, destruyéndolo. Esta “pampeanización del Gran Chaco” se viene produciendo fundamentalmente porque el precio de una hectárea en el norte oscila entre los 300 y 500 dólares (con bosques), mientras que en la zona pampeana su valor ronda entre los 10 mil y 15 mil dólares.

Un desmonte que no cesa pese a la existencia de leyes que protegen a los bosques

La utilización de multas para <intentar> ponerle un cepo a la ilegalidad manifiesta, es un argumento vetusto que después de un largo peregrinar, ya debería estar perimido. El enorme negocio que abrazan las empresas que se dedican a la actividad forestoindustrial, representa un respaldo único a la hora de tener elegir entre pagar una multa, o desechar una posibilidad moldeada a gusto.
La manifiesta complicidad estatal, alentando la sistemática violación de la normativa forestal, parece ser uno de los puntos más deleznables en donde se apoyan distintas denuncias que gozan de sobrados argumentos. Lo que se deforesta, rara vez vuelve a ser reforestado, convirtiendo a Chaco en una zona desértica por acción y omisión del Estado, y la falta de prejuicios del sector empresarial, un combo harto conocido pero muy difícil de seguir tolerando.

Rodolfo Acosta, Ingeniero Agrónomo MPPN° 330 integrante de Somos Monte Chaco, le acercó a Conclusión información contundente. Los distintos gobiernos compartiendo un mismo sendero, el de la deforestación masiva y descontrolada.
El presente informe tiene la finalidad de dar a conocer la superficie deforestada en la provincia del Chaco en relación a la gestión de los distintos gobiernos y los hitos que pudieron haber incidido en la superficie desmontadas. Para una visualización adecuada de la magnitud de la pérdida de los bosques nativos en nuestra provincia se utiliza el gráfico siguiente,  disponible en el siguiente link. Pero con el propósito de que el gráfico sea lo más elocuente, se utilizaron distintos colores para diferenciar las distintas gestiones.
Si bien el gobierno de Ángel Rozas (barras azules con bordes rojos) comienza a fines de 1997, las estadísticas anuales están disponibles, en el link referenciado, desde 2001, de ahí que el análisis parte de 2001.
Los desmontes que se produjeron en los últimos años de la gestión de Rozas temporalmente coinciden con la entrada y expansión de la soja y de la frontera agropecuaria transgénica en el Chaco. Hay un pico de más de 60.000 ha durante el año 2001, que responde a esa causa.
Durante la gobernación de Roy Nikisch, desde fines de 2003 y hasta 2007 (barras azules con bordes ocre) se pone en vigencia la ley 5285 conocida como “De los Desmontes” porque favorece notablemente la actividad. También en esta gestión hay un pico de más de 60.000 ha deforestadas en el año 2004, que es cuando se consolida el cultivo de la soja transgénica.
En ese mismo año la Justicia chaqueña, en primera instancia,  declara inconstitucional dicha ley, pero tal medida es apelada por el gobierno chaqueño. Recién en agosto de 2006 mediante un decreto del gobernador se suspenden los desmontes, ante la inminente declaración de inconstitucionalidad de aquella norma por el Superior Tribunal de Justicia y el también inminente Ordenamiento Territorial de los bosques nativos.
En el año 2007 asume como gobernador Jorge Capitanich (barras azules con bordes amarillos) y entra en vigencia la ansiada ley 26.331. La vigencia de esta ley suspende todos los desmontes en territorio chaqueño hasta la elaboración del mapa del OTBN.
A fines del año 2010 se aprueba el mapa del OTBN, pero pesar de esto los desmontes continúan, y con un agravante, se producen exclusivamente en  los Departamentos Alte. Brown y Gral. Güemes. Los principales desmontes se producen en la zona Amarilla, donde está prohibido, pero usando el pretexto de de que el cambio de uso de los suelos de esa área, serían afectados a un manejo Silvopastoril, lo que les permitió realizar un desmonte en fajas, dejando unas pocas cantidades de árboles en pié, sembrar una pastura, esperar a que llegara el invierno para que estas se sequen por causa de las heladas, quemarlas y luego incorporar agricultura en ese predio.
Este modelo de intervención en Zona Amarilla del Impenetrable Chaqueño, fue posible a las trampas legales y complicidad del los funcionarios del estado provincial .  La superficie desmontada en el año 2011 es el fiel reflejo de esta situación, más de 51.000 ha de bosques nativos eliminados. En los años posteriores hay una disminución de la superficie  desmontada que no se debe a la estricta implementación de la ley, sino a la situación económica desfavorable a la expansión agrícola.
A partir  de la gestión del actual gobernador, Domingo Peppo, (barras azules con bordes claros)  desde el año 2015, aparece una característica en los desmontes, siguen realizándose en los mismos  departamentos pero se localizan, también, en la zona prohibida. Son permisos autorizados por la Dirección de Bosques en contra de la reglamentación vigente, mediante la recategorización a nivel predial.

La imprescindible palabra de aquellos que han decidido combatir la depredación

En este marco y con la intención de conocer la experiencia territorial en primera persona, Conclusión dialogó con la doctora en ciencias biológicas e integrante de Somos Monte (Chaco), Micaela Camino. “Trabajo en el Impenetrable desde hace mucho tiempo, allí es donde pudimos percatarnos del avance sostenido del desmonte. Sectores en donde supimos volcar nuestra actividad, ya no existen, es por ello que decidimos involucrarnos desde otro lugar para empujar su preservación”.
– ¿Cómo se encuentra Chaco después de décadas de desmonte?
– Chaco es la región boscosa más grande del continente después del Amazonas, es el bosque seco subtropical más grande del mundo y tiene la tasa de deforestación más alta del globo terráqueo. Es una constante ver pasar a los árboles talados siendo trasladados por camiones a lo largo y ancho de nuestra provincia.
– ¿Quiénes habilitan tamaña actividad predatoria atentando contra los derechos individuales y colectivos?
– Para que pueda llevarse adelante el desmonte, deben existir ilegalidades, ya que no se cumple la ley de bosques, y la ley general de ambiente. La gente que vive en el monte, y que por ley le corresponden ingresos, no tiene acceso a los mismos, no les entregan los títulos de tierra, los estafan, les cambian sus tierras por bolsas de mercaderías o camionetas, que luego les quitan.
– La explotación humana como moneda de intercambio de una actividad qué carece de prejuicio alguno ¿Qué pudo contemplar en la espesura del monte en torno a esto?
– Hay quienes hablan de trabajo esclavo, de trabajo infantil, yo personalmente puedo asegurar que he visto gente explotada en medio del monte y que solo cuentan con un nylon negro para poder pelear su estadía en el bosque. Desde el gobierno sostienen que es una extracción forestal o uso de silvopastoril de un campo, que son usos que deberían ser sustentables pero que terminan siendo desmontes.
– Ante esa demoledora realidad, ¿cuál es el destino de las poblaciones locales?
Las consecuencias sociales son gravísimas, ya que la gente estafada se queda sin nada. Los damnificados son indígenas y campesinos criollos, se quedan sin su forraje, sin alimentos  y sin agua, todo esto para consumo propio. Aquí aparece la mala nutrición y la desnutrición, se les roba su identidad cultural y por ende sus tierras, son poblaciones que padecen enfermedades endémicas como el Chagas.
– Sumado a que las necesidades básicas son vulneradas en toda su magnitud, también aparecen los problemas relacionados al impacto climático.
– No hay acceso al agua, y paradójicamente cuando llueve, estás áreas se inundan, ya que se va desertificando la tierra, la capa superior se impermeabiliza, es decir, el agua escurre en vez de absorberse e inmediatamente inunda. Una de las zonas en donde se ha eliminado el bosque para citar un ejemplo, es en Charata.
– Volviendo a un tema crucial como lo es el cambio climático. ¿Qué impacto tiene para con el mismo el indiscriminado desmonte en Chaco?
– Contribuimos enormemente al cambio climático, ya que sacamos una enorme esponja que absorbe gases de efecto invernadero y que libera oxígeno. Destacando que no solo absorbemos esos gases, sino que cuando se talan los árboles, éstos que están hechos de carbono, liberan dichos gases al aire.
– Si bien es preciso remarcar con énfasis el atroz daño que le origina esta actividad al humano, es imposible no pensar en la fauna que habita la zona.
– Absolutamente, a los atropellos antes mencionados, debemos sumarle el proceso de defaunación, estamos perdiendo especies únicas en el mundo como el <chancho quimilero>, a este animal solo lo podemos encontrar en el Chaco, y otras como el yaguareté. Se está perdiendo nuestro patrimonio cultural y natural, estamos hipotecando nuestra fertilidad del suelo, que se salinicen nuestras napas subterráneas, a que cuando se desbordan los ríos se lleven pueblos completos debido a que no hay raíces para detener esos suelos. La tierra de Chaco es una arenilla que se va volando por acción del viento, comienzan a juntarse masas de aire frió y caliente, algo que no sucedía tiempo atrás, ya que había un frondoso bosque que nos protegía. Hoy tenemos tornados y otras acciones climáticas lamentablemente nuevas, que afectan no solo a Chaco, sino a todos.
– Estamos atravesando una pandemia, un suceso desconocido para estos arrabales del mundo. ¿Cómo influye la misma a sabiendas que el hábitat natural de distintas especias se modifica radicalmente?
– Debemos decididamente apoyarnos en la palabra de especialistas, y como ellos refieren, este contexto tiene que ver con la pérdida y fragmentación del hábitat, y por añadidura, el avance de la frontera agrícola. Es decir, que al estar cada vez más en contacto con especies silvestres que están aisladas, nos acerca a un virus del cual antes no teníamos noticias. El SARS y los coronavirus, son virus que pueden mutar debido a su genética, ya que en lugar de tener ADN, tienen ARN.
– Daría la impresión que en plena cuarentena obligatoria, los privilegios de las actividades predatorias y contaminantes siguen su curso.
– Si bien en Argentina decidimos hacer las cosas bien optando por quedarnos en casa, fue Chaco primero, y el presidente de la Nación después, quienes decidieron que la extracción de maderas, la deforestación, sea considerada una actividad imprescindible en la cuarentena. Esto es un absurdo, ya que son estas actividades las que nos empujaron a esto. Sin embargo, en nuestro país, habilitan a profundizarlas y por ende, colaboran de sobremanera a la pérdida de hábitat y a la fragmentación. No solo eso, la vulnerabilidad a la que están expuestas comunidades indígenas y campesinas, es mayúscula, ya que acá lo sanitario sufre un vacío deshumanizante. No hay médicos, suministros, y pensar en respiradores artificiales es una verdadera utopía, en Chaco los derechos básicos continúan insatisfechos. Es escabroso pensar que el coronavirus pueda ingresar al monte, ya que aún estas comunidades tienen al Chagas como un mal endémico, sumado a la mala nutrición y el nulo acceso al agua.
– El modelo agrícola a base de venenos, la actividad minera y el desmonte, avanzan pese a lo dañino de su médula. ¿Qué beneficios abrazan nación y provincia flexibilizando este tipo industrias?
– Antes que el gobierno habilite estas actividades predatorias, los camiones ya se encontraban instalados en el monte, fue muy explícito. Son seis grupos los que obtuvieron el permiso para seguir operando, transportan rollos, rollizos, carbón y furfural, elementos que para la provincia resultaron indispensables. Acá se demostró que lo económico se impuso a lo sanitario, ya que en Chaco las únicas beneficiadas fueron estas empresas, ya que los trabajadores no cuentan con el mínimo derecho laboral arriesgando cotidianamente su vida. Es una locura que los camiones transiten nuestra provincia con la posibilidad de estar trasladando el virus a regiones que no van a poder superarlo.
– Los índices de pobreza de Chaco son los más altos del país, ¿qué le representa la actividad forestoindustrial a una provincia que parece no alzar la cabeza nunca?
– En Chaco se priorizó una actividad que lejos está de colaborar para erradicar la pobreza que nos atraviesa, convirtiéndonos en las más vulnerable del país. Si realmente la deforestación deja dinero y no se puede prescindir de la misma ¿Por qué somos un pueblo plagado de carencias? El negocio es para pocos, para las mafias inmobiliarias que a través del desmonte le abren la puerta al agronegocio y lo letal de sus venenos.
– El Covid-19 es considerado un virus con una enorme capacidad de mutación. ¿Qué daño puede originar el mismo en caso de acceder a la zona de bosques?
– Estamos hablando de un virus que impulsa una enfermedad zoonótica, esto quiere decir que se propaga en animales silvestres hasta llegar al hombre, y viceversa. Esto es una clara llamada de alerta, ya que su capacidad de mutación es asombrosa. A nosotros nos llegó a través de un murciélago que a su vez contagió a otro animal que podría ser un pangolín, y de ahí, a nosotros los humanos. Sabemos que se contagian los felinos y los hurones, pero ¿qué pasa si esa gente que dejan tirada en el monte para la actividad deforestadora contagian no solo a humanos, sino a la fauna silvestre? Esto es muy probable, ya que son dejados en pleno monte solo con harina para poder alimentarse, y es allí donde estos trabajadores esclavos salen a cazar para poder nutrirse. Entonces, si a lo que los especialistas califican como el nuevo SARS, llegase a ingresar al monte, en unos años vamos a tener un SARS 3 autóctono del Chaco. No nos podemos arriesgar, ya que la actividad que fue habilitada no representa un salvoconducto económico para la provincia, y menos para la  nación. Debe quedar claro que esto representa solo un negocio para pocos, pero arriesgando la  vida de muchos.
Conclusión

Fuente: https://www.anred.org/2020/04/19/la-patria-desmontada-esclavizada-y-ocultada/

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